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La dirección nacional de las Escuelas de Instrucción Revolucionaria me ha pedido, un prólogo para una nueva edición de "Los Fundamentos del Socialismo en Cuba". | La dirección nacional de las Escuelas de Instrucción Revolucionaria me ha pedido, un prólogo para una nueva edición de "Los Fundamentos del Socialismo en Cuba". | ||
Revisión actual - 07:09 16 oct 2024
La dirección nacional de las Escuelas de Instrucción Revolucionaria me ha pedido, un prólogo para una nueva edición de "Los Fundamentos del Socialismo en Cuba".
A pesar de que la última edición fue preparada tan sólo año y medio atrás, en diciembre de 1959, el desarrollo acelerado de nuestra revolución ha convertido en pasado algunas de las cosas que en el libro estaban escritas en futuro.
No creo necesario, sin embargo, modificar el texto en ningún aspecto, puesto que su valor didáctico es enteramente actual y útil.
Nuestro dirigente y líder, Fidel Castro, ha proclamado ya el carácter socialista de nuestra revolución. Esta proclamación es tanto una consecuencia de las transformaciones económico-sociales ya realizadas en nuestro país como de la elevación formidable de la conciencia revolucionaria, ideológica y política, de nuestro pueblo en estos dos años y cuatro meses que la Revolución lleva en el poder.
Nuestra Revolución culminó su tarea anti-imperialista. Nacional-liberadora cuando, después de haber reivindicado y ejercido a plenitud la soberanía nacional después de haber constituido un poder netamente cubano y establecido una política exterior independiente sobre bases martianas. Nacionalizo los monopolios, los latifundios, los bancos, las compañías de seguros, las minas, las refinerías de petróleo y demás empresas que estaban en manos de los imperialistas yanquis y libró a la República del monopolio y la tutela que sobre su comercio exterior ejercían los Estados Unidos.
Nuestra Revolución culminó su tarea anti-latifundista, agraria y democrática cuando completó, en lo esencial, la reforma agraria, cuando dio meta a la expropiación de los grandes latifundios, liberó a los campesinos de la obligación de pagar rentas o rescate por las parcelas de dos caballerías o menos y emprendió la organización de las cooperativas cañeras y de las granjas del pueblo.
Al cumplir las tareas históricas del anti-imperialismo (liberación nacional) como del anti-latifundismo (reforma agraria) la Revolución ya daba pasos hacia el Socialismo, confirmando la previsión teórica de viejo establecida de que en Cuba no era posible una lucha anti-imperialista sería ni una reforma agraria verdadera si se temía al socialismo, si no se avanzaba hacia el socialismo.
La nacionalización de las empresas imperialistas creó un importante sector de la economía de propiedad nacional, de propiedad de todo el pueblo, de propiedad no capitalista.
Las Granjas del Pueblo son instituciones socialistas de explotación de la tierra. Las cooperativas, si bien no son directamente socialistas, sirven al desarrollo económica del Socialismo.
La Revolución definió su rumbo socialista, anti-capitalista, al nacionalizar todos los centrales azucareros, sin atención a la nacionalidad de sus antiguos propietarios, todos los bancos, las grandes empresas industriales, los almacenes y otros grandes comercios, los ferrocarriles y otras empresas de transporte. Esta acción fue completada por la Reforma Urbana que quitó el negocio de la construcción y el alquiler de manos de los empresarios privados.
Esas son, ya, tareas de la Revolución Socialista.
La nacionalización del grueso de la industria, de los bancos, los transportes y el gran comercio, ha obligado a pasar a nuevas formas de control y dirección de la producción y la distribución, ha impuesto la necesidad de la planificación y de la administración centralizada.
La JUCEPLAN, o sea, la Junta Central de Planificaciones el organismo encargado de elaborar, coordinar y ordenar todos los planes de la expansión y de la producción económica nacional.
El INRA dirige todo lo concerniente al desarrollo, fomento y producción agro-pecuaria.
El Ministerio de Industrias se encarga de todo lo concerniente a la administración de las grandes industrias nacionalizadas y de la ejecución de los planes de industrialización.
El Ministerio de Comercio Exterior gobierna todo lo relativo a las importaciones a las exportaciones.
El Ministerio de Comercio Interior regula, ordena y administra la distribución de los productos en el país.
Todas éstas son instituciones impuestas por la necesidad del desarrollo económico socialista.
Claro que definir el carácter socialista de nuestra revolución no quiere decir que ya tenemos, a plenitud, el Socialismo en nuestro país.
Esa definición quiere decir, únicamente, que nuestra Revolución es socialista por cuanto está eliminando el capitalismo y construyendo el Socialismo en Cuba.
El poder que dirige esa transformación es el poder de la clase obrera, que actúa en estrecha alianza con los campesinos pobres y con todas las capas laboriosas de la ciudad.
La ideología que guía a ese poder es la ideología marxista-leninista, que es la única que conduce a la eliminación del capitalismo y de la explotación del hombre por el hombre en todas sus formas y al triunfo del Sistema Socialista.
Un fenómeno importante y de decisiva influencia en el desarrollo de la Revolución Cubana, ha sido el proceso de fusión de todas las fuerzas revolucionarias en torno a la acertada y valiente dirección de Fidel Castro.
El asalto al Cuartel Moncada, si bien no pudo alcanzar los objetivos que se proponía, tuvo, como resultado estratégico fundamental, la derrota de las direcciones fosilizadas de los grupos pequeño-burgueses que se nucleaban principalmente, a partir de 1950 y hasta 1953 en el Partido Ortodoxo y el nacimiento de una nueva dirección revolucionaria, encarnada en Fidel Castro.
Después del triunfo de la Revolución, en el seno del Movimiento Revolucionario 26 de Julio se libró una aguda lucha entre los elementos oportunistas y derechistas, que querían apoderarse de la prestigiosa organización para conciliar con el imperialismo y poner la revolución al servicio de los intereses de la burguesía y el capitalismo, y los elementos revolucionarios, radicales y resueltos, que veían en el proletariado no un punto de apoyo de la revolución sino la fuerza social de la revolución, que veían en los humildes no un pretexto para la revolución sino el objetivo de la revolución.
El predominio de los revolucionarios, es decir, de la izquierda, en el Movimiento Revolucionario 26 de Julio, facilitó orientar el rumbo socialista de la Revolución y acelerar y asegurar su marcha.
Esto también garantizó la unidad de todo el pueblo en torno al Gobierno Revolucionario y la fusión práctica de los elementos de todas las tendencias revolucionarias en un torrente revolucionario único.
En la CTC, en los Jóvenes Rebeldes, en la Federación de Mujeres Cubanas, en las Cooperativas, en la ANAP, se unen el pueblo y los elementos de todas las tendencias revolucionarias.
En la actividad política, económica y social, las distintas organizaciones y partidos revolucionarios actúan como una sola voluntad, con un sólo propósito, con un sólo programa y con un sólo líder al frente: Fidel Castro.
Esta unidad es la mejor garantía de la marcha hacia adelante de la revolución socialista en nuestro país.
Esta unidad se concreta ya en torno a los problemas de la construcción del socialismo y se nutre y fortalece con los bien probados principios del marxismo-leninismo.
"Los Fundamentos del Socialismo en Cuba", que son una exposición popular de los problemas de Cuba y de su revolución, a la luz del análisis marxista-leninista, pueden contribuir a una comprensión más cabal del proceso revolucionario de nuestro país, a una asimilación más rápida de los principios elementales de la teoría de Marx y Lenin.
Estudiado esto, creemos que será más fácil comprender los estudios más complejos de la Economía Política, el Materialismo Histórico y la propia historia de nuestro país.
3 de Mayo de 1961.