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Charla con el subdirector del Instituto de Asuntos Estratégicos e Internacionales de Estados Unidos y su comitiva (Kim Il Sung)

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Charla con el subdirector del Instituto de Asuntos Estratégicos e Internacionales de Estados Unidos y su comitiva
AutorKim Il Sung
Escrito en25 de junio de 1992
Fuentehttps://archive.org/details/la-republica-popular-democratica-de-corea-y-la-ospaaal/page/96/mode/2up


Doy calurosa bienvenida al subdirector del Instituto de Asuntos Estratégicos e Internacionales de Estados Unidos, quien ha visitado nuestro país con su familia. Pienso que esto significa que ahora es usted nuestro íntimo amigo.

Con alegría me encuentro hoy con usted, que realiza su tercera visita a Corea.

Me ha dicho que para usted es un gran honor que yo le haya dispensado un tiempo para una entrevista, aunque no sea una persona de alto rango. Le diré que me agrada y estoy acostumbrado a conversar con hombres comunes y corrientes.

Usted ha apreciado altamente las medidas que hemos adoptado últimamente, entre otras, simplificar el acto del 25 de junio. Son medidas que hemos tomado mientras avanzamos paso a paso en correspondencia con la política estadounidense hacia Corea. Esta vez hemos simplificado las actividades por el 25 de Junio, Día de la Lucha contra el Imperialismo Norteamericano.

En un reciente encuentro con el equipo de reporteros de The Washington Times y con los integrantes de la delegación de la Alianza de Libertad de Estados Unidos, si bien no nos transmitieron directamente la voluntad del Gobierno norteamericano, nos dieron a entender que Estados Unidos desea la conciliación entre ambos países, sin difamar uno del otro. Si Norteamérica no realiza los ejercicios militares que tienen la finalidad de agredir a nuestra República, no la trata como enemiga ni la difama, no tendría sentido que nos opusiéramos a ese país y habláramos mal de él. Fui yo quien les propuso a nuestros funcionarios considerar como muestra de buena voluntad la intención de Estados Unidos de renunciar a los ejercicios militares conjuntos Team Spirit y la sugerencia de que hablásemos bien de ese país, adoptar medidas pertinentes de nuestra parte y no hacer ostentosos los actos del pasado 25 de junio. Estuvieron de acuerdo conmigo y procedieron a cumplirlo.

Si los estadounidenses lo consideran positivo, lo tendremos en cuenta.

De hecho no puede ser dañino que los dos países se lleven bien.

Hoy algunos de ellos difunden todo tipo de rumores para estimular las divergencias entre ambos países. En su reciente visita a Corea, el pastor Billy Graham me transmitió el mensaje oral del presidente norteamericano. En esa ocasión me contó que en su país hablaban mal de Corea, que para venir a Corea tuvo que desestimar el consejo de algunas personas de que renunciara a esa idea, pero que en Corea vio que la realidad era diferente de lo que había escuchado en Estados Unidos y que se esforzaría por promover la amistad entre ambos países.

También me dijo que la próxima vez vendría acompañado de su esposa. Algo similar pasó con usted: vino a Corea solo dos veces, pero en esta visita está acompañado de su esposa e hijo, lo cual demuestra que ya se ha cambiado el concepto que tiene de nuestro país. Supongo que al cabo de las visitas usted haya comprendido perfectamente que las difamaciones que ha escuchado mucho en su país sobre nuestra República no son más que mentiras inventadas.

Le agradezco el mentís que, tras su segunda visita a Corea, dio a los malos rumores que difunden sus compatriotas.

No estoy seguro de que explicándoles que lo que dicen no se ajusta a la realidad, o escribiendo algunos trabajos para alguna publicación, cambiarán de inmediato su equivocado criterio. No tenemos por qué imponerles que conozcan sobre nosotros. El tiempo se encargará de ello. Y nosotros seguiremos viviendo a nuestra manera, digan lo que digan.

Se desintegró el bloque socialista del Este europeo, se derrumbó de la noche a la mañana la Unión Soviética que vino construyendo el socialismo durante siete décadas, pero el socialismo coreano se mantiene incólume. Las manifestaciones antigubernamentales y los motines antisocialistas, que eran frecuentes en otros países socialistas, no han tenido lugar una sola vez en nuestro país. Los coreanos no tienen ningún motivo para alzarse contra el Gobierno.

Le agradezco su decisión de esforzarse para que los norteamericanos sepan bien las medidas que estamos tomando últimamente. Espero que ustedes sean eficientes divulgadores de nuestro país.

Hablaré brevemente sobre la situación del país.

Antes nuestra economía estaba muy atrasada, porque durante casi medio siglo en que Japón ocupó Corea, apenas se dedicó a la construcción y lo único que hizo fue saquear los recursos naturales del país. En ese período de dominación colonial, los coreanos ni siquiera sabíamos fabricar lápices con nuestros recursos. En lugar de levantar una fábrica de lápices, los japoneses se llevaban a su país la madera y el grafito para hacer lápices allí, traerlos y venderlos caro.

La carencia de lápices fue un obstáculo después de la liberación del país cuando lanzamos la campaña de alfabetización de todo el pueblo y nos propusimos promover la enseñanza. Por tanto abordé el asunto como tema de discusión en la primera sesión del Comité Popular Provisional de Corea del Norte. Esto sucedió en 1946.

Cuando los imperialistas japoneses tenían ocupada a Corea, construyeron una pequeña acería en Songjin y forzaron a los coreanos a trabajar en su horno para extraer el acero que necesitaban para su guerra de agresión. Era un horno anticuado que producía hierro con un método manual, usando alto voltaje. Los obreros coreanos sufrían corrientazos y morían.

Luego de la liberación del país necesitábamos gran cantidad de hierro para la construcción de una nueva patria, pero hice que dinamitaran el horno. ¿Por qué íbamos a dejar ese horno que producía hierro a costa de la vida de los coreanos? Logramos construir por cuenta propia otro horno moderno y colar hierro en este horno.

Hoy la economía nacional en su conjunto tiene una sólida base independiente. Construimos una economía que puede sustentarnos sin que nos apoyemos en otras naciones.

Para construirla promovimos entre los habitantes el espíritu revolucionario de apoyarse en las propias fuerzas, el cual posibilitó llevar a cabo con éxito la rehabilitación y la construcción posbélicas, elevar a un nivel incomparablemente superior al de antes de la guerra todos los sectores de la economía nacional y solucionar en lo fundamental los problemas de la alimentación, vestimenta y vivienda. Desde tiempos remotos, el sueño del coreano ha sido comer arroz blanco y sopa de carne, vestir ropa de seda y vivir en una vivienda con tejas. Para hacer realidad su deseo, ponemos gran empeño en solucionar satisfactoriamente esos tres problemas. En nuestro país se aplica la enseñanza gratuita en los centros docentes de distintos niveles y el tratamiento médico gratuito para todo el mundo, y se ha abolido el sistema de impuestos. En cuanto a las viviendas, procuramos entregar a los que viven en casas de una o dos habitaciones las de tres o cuatro habitaciones. Nos hemos propuesto construir anualmente viviendas para 200 000 núcleos familiares.

El pastor Billy Graham me dijo que hemos construido un país maravilloso. Dicen que su patria, Estados Unidos, es un país capitalista desarrollado, un país rico. No somos ricos como ustedes. Sin embargo, todos vivimos equitativamente, sin preocuparnos por la comida, la ropa y el alojamiento. Según estoy enterado, en Estados Unidos hay quienes no tienen su propia casa y duermen a la intemperie y son muchos los mendigos que deambulan las calles pidiendo limosna. Ningún coreano, en la capital o en otra localidad, vive a la intemperie ni es pordiosero. Nadie viste mal. Nadie es alcohólico ni consume opio.

Pienso que será difícil encontrar un país como Corea donde la gente lleva una vida feliz y equitativa, sin preocupación. Como tenemos asentada una base sólida e independiente de la economía nacional, podemos progresar más. Como tenemos alimentos, vestidos y casas, no le tememos al bloqueo económico norteamericano y nos mantenemos imperturbables.

En la construcción socialista nos empeñamos en el cumplimiento de las tres revoluciones: ideológica, técnica y cultural. Estas constituyen la línea general del Partido del Trabajo de Corea y un requisito para llevar a cabo la construcción socialista.

La revolución ideológica es, en pocas palabras, una labor encaminada a educar al pueblo con la idea Juche de nuestro Partido y se lleva a cabo exitosamente en nuestro país.

La tarea fundamental de la revolución técnica es liberar a los trabajadores de las faenas engorrosas. Para esto es indispensable una revolución tecnológica que coadyuve a mecanizar o automatizar parcial o totalmente el proceso de producción.

La revolución técnica también es necesaria para enriquecer al pueblo. A fin de alcanzar un alto nivel de vida, debemos hacer una revolución técnica dirigida a desarrollar la economía e incrementar los bienes materiales mediante la producción.

A pesar de que hemos alcanzado muchos éxitos en la revolución técnica, aún nos queda mucho por hacer para liberar a los trabajadores de las faenas engorrosas y enriquecer al pueblo. Lo construimos todo de nuevo porque el país fue reducido a cenizas al final de la guerra, de modo que todavía es mucho lo que falta o escasea. En particular, tenemos mucho que hacer en el sector técnico, si comparamos a nuestro país con otros desarrollados. Debemos lograr un mayor progreso tecnológico en la industria, la agricultura y otros renglones de la economía nacional, así como aprender la técnica de otros países desarrollados.

Al igual que la revolución técnica, ponemos gran empeño en la revolución cultural.

Al elevar el nivel intelectual de los trabajadores y formar muchos técnicos y especialistas mediante la revolución cultural, podemos realizar exitosamente la revolución técnica. En el pasado Japón, que ocupaba a nuestro país, consideraba que los coreanos acataríamos dócilmente sus mandatos si nos mantenía en el atraso, y practicó una política de oscurantismo de la nación coreana. Ustedes no pueden imaginar con qué crueldad fuimos oprimidos y explotados por los imperialistas japoneses. Los coreanos de mayor edad lo saben, pero los jóvenes no lo saben bien. En aquel entonces los coreanos no podían matricularse en la escuela si no cambiaban su nombre y apellido por los de los japoneses. Además, los japoneses nos prohibieron aprender ciencias naturales y tecnología en centros de enseñanza superior y, a lo sumo, nos dejaron especializarnos en carreras como Odontología y Derecho. Por esa causa, al cabo de la liberación del país contábamos con apenas 12 graduados de ciencias naturales y técnica en institutos superiores.

Al lograr la liberación del país, di la instrucción de levantar una universidad y formar intelectuales, pese a la gran escasez que sufríamos. En aquel período en la parte norte de Corea no había un solo instituto superior. Igualmente adopté la medida de traer a los que serían profesores de ese centro docente. Al conocer mi intención, llegaron algunos intelectuales de Corea del Sur. Con este grupito de intelectuales como semilla, fundamos una universidad y nos pusimos a formar nuestros intelectuales. Enviamos estudiantes a la Unión Soviética y otros países socialistas de Europa Oriental para que aprendieran ciencias y tecnología. Actualmente tenemos un numeroso ejército de 1 600 000 intelectuales, quienes cumplen con su cometido en la construcción socialista.

Seguiremos impulsando las tres revoluciones. Por consiguiente, la reforma y la apertura no son nada nuevo para nosotros. Aunque algunos extranjeros nos critican por no practicar una política de apertura, hace ya muchos años que el país tiene abiertas sus puertas. Cualquier extranjero puede visitarnos o comerciar con nosotros sin ninguna limitación. Pienso que si llegamos a desarrollar el turismo, más personas visitarán el país y más periodistas realizarán aquí sus actividades profesionales. Al no existir aún las relaciones a nivel estatal con Estados Unidos, los norteamericanos no pueden visitarnos cuando quieran, pero si se normalizan las relaciones podrían visitar libremente nuestro país. Si las cosas mejoran, incluso podríamos intercambiar con su país en los sectores económico y tecnológico. A su pregunta de quién me gustaría que sea el próximo presidente norteamericano, le diré que tal cargo debe ser ocupado por una persona que sea de agrado de los mismos norteamericanos.

Acaba de preguntarme si me encuentro a diario con el compañero Kim Jong Il y mi respuesta es que lo hago cuando lo requiere el trabajo.

Kim Jong Il tiene muchas obligaciones. Dirige el conjunto del proceso revolucionario y constructivo, incluyendo las labores del Partido. De las actividades internacionales me ocupo yo, mientras que Kim Jong Il se ocupa de ellas únicamente en casos indispensables. Respecto a ello no tengo ningún inconveniente, porque me produce satisfacción saber que él dirige atinadamente la lucha revolucionaria y las labores de construcción, y mantiene buenas relaciones con sus compañeros y con el pueblo. Es muy digno de alabanza que él siempre se compenetre con el pueblo.

Esto debe ser un principio inviolable de los dirigentes de países socialistas, porque así pueden atender suficientemente la opinión pública, trazar una política correcta. sobre la base de sus criterios. Si por el contrario trazaran una política basada en el subjetivismo y la impusieran a instancias inferiores, el pueblo no la aceptaría. El excesivo subjetivismo se convierte en el burocratismo.

Los dirigentes de los ex países socialistas del Este de Europa impusieron sus conceptos subjetivos a sus inferiores y si ellos no los aceptaban los quitaban de sus cargos. Esto es precisamente el burocratismo. Por el burocratismo de sus dirigentes se desintegraron los países socialistas de Europa Oriental. Otra causa de su desintegración es la práctica del servilismo a las grandes potencias. Esos países rendían culto a la Unión Soviética y aceptaban sin chistar lo que los rusos les imponían. Repetían al pie de la letra lo que les decían los rusos. A tal extremo llegó su servilismo que incluso se rumoreaba que si en Moscú llovía los berlineses andaban con el paraguas, aunque en su ciudad no llovía. Tan ciega fue su adhesión a la potencia soviética. A fin de cuentas se desmoronaron por el burocratismo y el servilismo.

En un pasado Jruschov quería que nuestro país se incorporara al CAME (Consejo de Ayuda Mutua Económica), pero yo no accedí a su petición. Jruschov decía que si formábamos parte del CAME nos daría la electricidad generada en la gran central hidroeléctrica de Bratsk, en las cercanías del lago Baikal. Para traer esa electricidad de la lejana región rusa habría que desembolsar colosales fondos. Y aunque la trajéramos, era la URSS la que tendría el interruptor y si apagaba la luz, nosotros saldríamos perdiendo.

Por tal motivo yo le dije al mandatario ruso que sería mejor construir una central energética en nuestro país con los fondos que serían necesarios para traer la electricidad generada en aquella central rusa.

Al no incorporarnos al CAME y construir el socialismo a nuestra manera nos mantenemos imperturbables, mientras que otros países socialistas se han desmoronado. Para comer, los occidentales utilizan el tenedor y el coreano la cuchara. No tenemos por qué comer con el tenedor. Si estamos acostumbrados a la cuchara y es más cómodo comer con ella, ¿por qué vamos a utilizar el tenedor? Algo parecido sucede con el socialismo: nosotros lo construimos a nuestra manera.

Yo les recomiendo a los funcionarios que no intenten subir de una vez a un lugar alto porque otros estén a esa altura, que si uno quiere subir de un aliento a un edificio de 50 pisos puede caerse debido al mareo, pero si sube con paciencia no se marea ni tiene que preocuparse por la caída.

Nuestro pueblo confía plenamente y sigue a nuestros Partido y Gobierno que, opuestos al subjetivismo, burocratismo y servilismo a las grandes potencias, construyen el socialismo a su estilo.

Meses atrás, específicamente el 25 de abril en que festejábamos el 60 aniversario del Ejército Popular de Corea, hubo en Pyongyang un desfile con antorchas de jóvenes y estudiantes. En el acto nos acompañaron numerosos huéspedes extranjeros, entre ellos Norodom Sihanuk, otros jefes de Estado y delegaciones militares de alto nivel. Ellos afirmaron que tales desfiles se pueden organizar solamente en Corea, porque si se organizan en otros países acaso podrían terminar en una manifestación antigubernamental.

Usted me ha preguntado cómo vamos a resolver la escasez de la divisa ocasionada por la desintegración de la Unión Soviética y del bloque socialista europeo, que en un tiempo fueron nuestros socios comerciales. Es una realidad la tensa situación de la divisa en el país debido a la interrupción de las transacciones comerciales con esos países.

En el pasado fomentamos el trueque con países socialistas como la URSS, la Alemania Oriental y Checoslovaquia, lo cual ocupaba una proporción preponderante en nuestro comercio con el exterior. En aquel tiempo importamos combustible y coque de la Unión Soviética y otras materias primas que necesitábamos de los demás países socialistas de Europa Oriental. Sin embargo, al interrumpirse las transacciones, ya no podemos cubrir la creciente demanda de materias primas y de combustible. Es verdad que existen dificultades en el comercio exterior, pero vamos adoptando medidas encaminadas a superarlas. Reelaboramos la política comercial, incrementamos la producción de artículos de exportación, promovemos el comercio con países como India, Pakistán y Bangladesh y, en particular, fomentamos el comercio con países del sureste asiático como Tailandia, Malasia, Filipinas e Indonesia. En estos países hay gran demanda de fertilizantes, productos agroquímicos, cemento, etcétera. Nosotros los producimos y se los exportamos. Además fomentamos el trueque con otros países. Como hemos construido una economía nacional independiente, podemos resolver el problema de la divisa si nos esmeramos en la construcción económica y promovemos el comercio.

En cuanto a su pregunta de si no podría adquirir de nosotros un ejemplar del informe que presentamos a la OTEA (Organización Internacional de Energía Atómica), pienso que podrá resolver el problema consultándolo con funcionarios competentes. Estamos dispuestos a solucionar los problemas que usted nos plantea y a hacer lo que esté a nuestro alcance para mejorar las relaciones con Estados Unidos.

Para la solución de este último problema, pienso oportuno sostener conversaciones bilaterales y también tripartitas en las que participa, además de nosotros, Corea del Sur. Ya les hemos propuesto esta última variante de conversaciones. Desde luego, es un principio que los propios coreanos resuelvan los problemas de ambas partes de Corea, incluidos los que se abordan en los actuales diálogos de alto rango. Pero como Estados Unidos es una parte muy interesada en la solución del problema coreano, pienso que no estaría mal que las tres partes nos reuniéramos para un diálogo. Lamentablemente Estados Unidos no accede aún a nuestra propuesta.

Para mejorar las relaciones entre Estados Unidos y la República Popular Democrática de Corea, considero necesarios los frecuentes contactos.

Es digno de elogio que en esta visita a nuestro país ustedes hayan intercambiado opiniones con funcionarios coreanos competentes sobre la posibilidad de desarrollar las relaciones económicas entre ambos países.

Aplaudimos el hecho de que círculos económicos de los dos países establezcan relaciones. Sería bueno que ustedes visiten frecuentemente nuestro país para consultar con nuestros funcionarios del sector económico. Pienso que es necesario que funcionarios de sectores correspondientes de los dos países promuevan trabajos útiles acorde a los intereses bilaterales. Respecto a la visita que, según me afirma, hizo a la Exposición Permanente de Amistad Internacional en el monte Myohyang en su primera estancia en nuestro país, le diré que en el Myohyang también hay un gran templo llamado Pohyon, donde se conservan escrituras budistas de unas 80 000 páginas. Es un libro voluminoso con muchos tomos. Para imprimirlo se utilizaron más de 80 000 planchas xilográficas, las cuales también se conservan intactas. Construimos en el templo un local destinado a conservar ese patrimonio nacional.

La Exposición Permanente de Amistad Internacional exhibe regalos que recibimos de los extranjeros. La hicimos construir para legarlos a la posteridad como acervo de la nación.

Los historiadores y otros ciudadanos coreanos sienten gran orgullo y dignidad nacionales recorriendo la Exposición Permanente de Amistad Internacional y el templo Pohyon.

Hicieron bien en llegar a la catarata Kuryong en su reciente excursión al monte Kumgang. Un poco más arriba está Sangphaldam (ocho lagunas). El Kumgang es ampliamente conocido por su hermosura. Tiene muchas rocas de extrañas formas y numerosas leyendas. Cuando lo visité hace mucho tiempo, un monje de avanzada edad me contó muchas fábulas sobre él. Era el más viejo de todos los monjes del monte y vivía en un templo llamado Singye, al pie de la entrada del Kumgang. Lamentablemente no tenía grabadora y no pude registrarlas. Hoy entre los jóvenes nadie como él conoce tantas leyendas sobre el Kumgang. A la muerte del viejo monje envié al Kumgang unas personas con el encargo de recoger leyendas sobre el monte, pero lo que anotaron de los cuentos que hicieron los monjes jóvenes no llegaba ni a una décima parte de lo que yo había escuchado del monje viejo. El subdirector del Instituto se ha referido a una señal roja en medio del lago Samil donde, según le habían contado, se posó el ánade al que una vez disparamos Kim Jong Suk y yo. Kim Jong Suk tenía muy buena puntería. En el período de la lucha armada antijaponesa disparaba contra el enemigo con una pistola en cada mano, pero nunca fallaba en el tiro.

Dicen que en su reciente visita al monte Kumgang bebieron el agua de un manantial que, según se afirma, hace al que la bebe diez años más joven, pero que todavía no se sienten remozados. Pienso que para recuperar la juventud no es suficiente con una sola vez y que si repiten la visita al manantial sentirán poco a poco los efectos deseados.

Hace poco un funcionario me hizo saber que empresarios norteamericanos nos propusieron en varias ocasiones colaborar en el turismo en el Kumgang, estableciendo instalaciones necesarias. Según estoy enterado, cuando expresaron su deseo de invertir en el Kumgang dijeron que también Estados Unidos tiene parajes de hermoso paisaje, pero que jamás han conocido un lugar como el Kumgang de Corea que tiene mar, playa, monte y lago, o sea, un punto especial que reúne todos los paisajes naturales. Si bien no conozco bien a Estados Unidos porque nunca he estado en ese país, estoy de acuerdo con su alta valoración del paisaje del Kumgang.

Paektu, Kumgang, Myohyang, Kuwol y Jiri son los cinco montes famosos de nuestro país, de los cuales los cuatro primeros se sitúan en la parte norte de Corea.

Gracias al señor subdirector del Instituto por haberme dicho que mientras subía a la laguna Kuryong del monte Kumgang pensó en los 1 000 ríes para el estudio que caminé de niño.

Mi padre fue en un tiempo maestro y era muy exigente con sus hijos. Cuando tenía siete años fui con mi padre revolucionario al noreste de China y estudié cuatro años en una escuela primaria para los chinos en Badaogou. De regreso a casa, tuve que aprender de mi padre varias asignaturas más como la Historia de Corea, la Geografía de Corea y la Lengua Coreana. Hablo bien el chino, pues lo aprendí desde que tenía siete años.

Cuando me gradué de la escuela primaria poco antes de cumplir 11 años, mi padre me dijo que para conocer a Corea debía continuar los estudios en ella. Era marzo y hacía frío en el noreste de China y en el norte de Corea. Aunque mi madre quiso que yo viniera a Corea cuando el tiempo mejorara, él no accedió a su petición. Por eso partí de Badaogou inmediatamente, como deseaba mi padre, y tuve que cubrir 1 000 ríes (400 kilómetros -N.T.) para llegar a Mangyongdae, mi tierra natal.

Cuando ya en mi terruño natal asistía a la escuela Changdok viviendo en Chilgol con los abuelos maternos, supe que los japoneses volvieron a arrestar a mi padre. Sin llegar a cumplir los 13 años, partí a Mangyondae y crucé el río Amrok, decidido a no repatriarme si no lograba la independencia de Corea.

Con respecto a su afirmación de que en Corea se respira aire limpio, se siente tranquilo y con buen humor, se debe a que la ciudad de Pyongyang está libre de contaminación ambiental por no tener construida ninguna fábrica que pueda ocasionarla.

Dentro de poco tiempo a nuestro país llegará la canícula, período más caluroso. Desde la Antigiedad se dividía en tres etapas: chobok, jungbok y malbok, lo cual significa que se debe acostar tres veces. El intervalo entre cada una de las etapas es de diez días, siendo a veces de 20 días entre jungbok y malbok. Acostarse tres veces significa que uno debe descansar bajo la sombra. Así está escrito en los libros antiguos. Y en el pasado el descanso bajo la sombra durante la canícula era un privilegio de los adinerados, porque los pobres no podían descansar ni en ese período caluroso. Hoy en tal período que cae entre julio y agosto, la gente descansa a orillas del río o del mar y se dedica a la pesca.

A su pregunta de si yo voy de caza, le contestaré que voy de pesca o de caza en los ratos libres del verano o del invierno. Cuando pesco, capturo solamente los peces grandes y suelto los pequeños. Los pescados los reparto entre los compañeros de trabajo. Me gusta cazar faisanes y ánades. He cazado a menudo jabalíes, aunque nunca tigres ni osos. En el invierno pasado cacé muchos jabalíes en la región septentrional del país, de los cuales el más grande pesaba unos 250 kilogramos. Tengo el récord de haber cazado uno que pesaba 280 kilogramos. Los jabalíes grandes los mando a disecar para la docencia o la investigación científica en los centros de la enseñanza superior.

En esta visita a nuestro país usted está acompañado de su esposa y de su hijo y me parece que son pocos los días de la visita. Le sugiero que los prolongue más en la próxima visita y le daremos la bienvenida. Deseamos tener muchos amigos como usted. Hoy nos hemos encontrado por primera vez, pero la próxima vez ya seremos conocidos. Los frecuentes encuentros ayudarán a la mutua comprensión y a la buenaventura.