Biblioteca:Historia de Cuba. Nivel Medio Superior/Capítulo 5: Cuba entre 1953 y 1958. Dictadura, resistencia y revolución
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Entre 1953 y 1958, Cuba vivió un proceso histórico de especial importancia. El gobierno producto del golpe de Estado intentó estabilizarse y aplicar un programa de activación económica, al mismo tiempo que pretendía legitimarse y utilizaba la más feroz represión. Los partidos políticos tradicionales no fueron capaces de ofrecer una solución válida. En esa circunstancia, se abrió paso la solución revolucionaria mediante la acción de nuevas fuerzas, nuevo programa y nueva estrategia. El problema iba más allá de la deposición de Batista, se trataba de movilizar al pueblo con un programa de transformaciones de acuerdo con las posibilidades cubanas de la época. Por tanto, este período resulta crucial para el decurso histórico cubano.
5.1 La nueva vanguardia revolucionaria
El golpe de Estado había agudizado todas las contradicciones dentro del sistema, lo que se vio con más fuerza por la quiebra de la constitucionalidad. Estos factores, más la incapacidad de los partidos políticos representantes de los grupos de poder para encauzar una salida aceptable a la profundización de la crisis después del 10 de marzo, llevarían a crear condiciones para el surgimiento y desarrollo de una situación revolucionaria. Sin embargo, la situación revolucionaria requiere de la acción de los sujetos históricos para la realización de la revolución, para "hacer caer" al viejo poder y construir el nuevo. Por tanto, fue la acción de esos sujetos históricos lo que forjó la revolución en las condiciones de la situación revolucionaria en Cuba. Se abrió entonces ese camino a partir de la nueva vanguardia revolucionaria que se fue estructurando.
5.1.1 El gobierno encabezado por Batista. Gestión
El golpe de Estado agravó la crisis política cubana al impedir el funcionamiento de las instituciones establecidas constitucionalmente e imponer una dictadura que habría de extenderse por siete años. En oposición al golpe, el PPC (O) y el PRC (A) firmaron el llamado Pacto de Montreal el 2 de junio de 1953, que reclamaba la creación de un gobierno provisional y la celebración de elecciones imparciales, pero no ofrecía la vía para ello. Batista, por su parte, intentó dar legitimidad a su gobierno con elecciones en 1954, a las que concurrió como único candidato pues Grau, que se había postulado por el PRC (A), se retrajo en vísperas de los comicios. El propósito legitimador no funcionó, pero Batista asumió el mandato como presidente electo.
La dictadura tendría como base política el apoyo de Estados Unidos y de los grupos oligárquicos internos, que procuraban fórmulas de solución a la crisis, una vez más, desde un gobierno "de mano dura", como se había hecho con Machado. Su principal garantía era el apoyo de Estados Unidos, de los grupos oligárquicos y el ejército.
En lo económico, el régimen buscó solucionar la crisis con una política de gasto público que incrementaba las obras públicas improductivas, que endeudaban al país más aún y abrían un margen mayor para la malversación de los fondos del Estado. Una vez más, se recurrió a la restricción azucarera y a los esfuerzos por convenios azucareros internacionales para tratar de estabilizar los precios del dulce, como la Conferencia Internacional de Londres de 1953 y la de Nueva York de 1956, reanudada ese año en Londres. Cuba hacía los mayores sacrificios en la disminución de sus ventas al mercado mundial, pero la producción azucarera internacional aumentaba y la baja de los precios continuaba.
La cuota azucarera de 1956, disminuyó la participación cubana para distribuirla entre otros abastecedores no solo domésticos. Los intentos de la década del cincuenta por lograr acuerdos internacionales para regular el mercado y los precios del azúcar tuvieron, una vez más, pobres resultados y las ventas de azúcar se mantenían estancadas. Se hicieron nuevas construcciones y se incentivó la industria turística donde invirtieron grandes cadenas de hoteles, como la Hilton, como parte de un proyecto turístico que incluía la apertura de grandes y numerosos casinos de juego a lo largo de la costa habanera. En el contexto de la guerra de Corea, se reabrió temporalmente la planta de níquel de Nicaro y se inició la explotación de la de Moa por la Freeport Sulphur.
Para incentivar las inversiones, se aplicó una política represiva contra las conquistas del movimiento obrero y de reforzamiento de la organización patronal, de acuerdo con las recomendaciones del Plan Truslow, además de otorgar facilidades de todo tipo para los inversionistas, por lo que en esos años creció la presencia de capital norteamericano en Cuba, que nuevamente rebasó los mil millones, sin llegar a la cifra de los años veinte. Solo que este capital que llegaba no producía una verdadera diversificación de la economía, pues esta seguía dependiendo del azúcar que representaba más del 80 % de las exportaciones.
La crisis cubana se profundizaba tanto en lo económico como en lo político. Si en el aspecto económico no se había articulado una política realmente capaz de resolver los problemas estructurales, en lo político la situación se había agravado aún más. El descrédito del Partido auténtico había cerrado la esperanza en la solución planteada por ese partido y la Ortodoxia, que parecía ser la nueva perspectiva salvadora, no ofreció solución efectiva a la situación creada después del golpe. El camino parecía cerrado.
En su artículo "Recuento crítico del PPC", de agosto de 1952, Fidel Castro dijo:
El momento es revolucionario y no político. La política es la consagración del oportunismo de los que tienen medios y recursos. La Revolución abre paso al mérito verdadero, a los que tienen valor e ideal sincero, a los que exponen el pecho descubierto y toman en la mano el estandarte. A un Partido Revolucionario debe corresponder una dirigencia revolucionaria, joven y de origen popular que salve a Cuba.[1]
5.1.2 Surgimiento de la nueva vanguardia revolucionaria. El Moncada
Como se vio, inicialmente fueron los estudiantes quienes enfrentaron con mayor fuerza a la dictadura y en los propios predios universitarios empezaron a realizarse algunas prácticas de tiro por grupos que se preparaban para la lucha armada. En 1953 el movimiento estudiantil aportaría su primera víctima de esta etapa. El 10 de enero los estudiantes colocaron un busto de Mella en la explanada frente a la Universidad de La Habana, pero el día 15 el busto amaneció ultrajado, lo que provocó la airada repulsa estudiantil. Miles de estudiantes salieron en protesta y enarbolaron consignas contra Batista en enfrentamiento con la policía. En una jornada que se extendió hasta la tarde, los estudiantes fueron reprimidos dejando un saldo de varios detenidos, heridos por golpes y otros de bala, entre ellos Rubén Batista Rubio quien falleció el 13 de febrero. Tenía entonces 21 años. Su entierro fue otra gran demostración en la cual las estudiantes universitarias y de la enseñanza secundaria, junto a las mujeres martianas, llevaron una tela negra con la frase de Martí: "La sangre de los buenos no se derrama en vano", seguidas de unas 30 000 personas en cortejo que salió de la Universidad de La Habana. La lucha estudiantil movilizaba a amplios sectores.
En aquella coyuntura, surgieron numerosas organizaciones y grupos pequeños que conspiraban contra el gobierno golpista. Muchos de los participantes se incorporaban a más de una organización buscando vías de lucha. Dentro de las primeras conspiraciones estuvo la encabezada por el profesor Rafael García Bárcena con el Movimiento Nacional Revolucionario que preparó un asalto a Columbia para el 5 de abril de 1953, en combinación con algunos oficiales, pero ese mismo día fueron apresados Bárcena y otros colaboradores civiles.
Mientras se iban articulando algunos grupos de resistencia, como Acción Libertadora que tuvo ramas en La Habana y Oriente o Acción Revolucionaria Oriental presente en las provincias de Oriente y Camagüey dirigida por el joven maestro y estudiante Frank País[2], en La Habana se fue nucleando un grupo fundamentalmente salido de la Ortodoxia, en particular de la Juventud Ortodoxa, alrededor del joven abogado Fidel Castro. Muchos de ellos coincidían en las peregrinaciones a la tumba de Chibás, en las oficinas del PPC (O) en Prado 109 y en otros espacios. Este grupo fue articulando lo que llamaron el Movimiento y se definió como Generación del Centenario del Natalicio del Apóstol.
En el Movimiento había jóvenes de distintos lugares de Cuba, fundamentalmente residentes en La Habana y Pinar del Río; de Santiago de Cuba solo estaba Renato Guitart por razones de seguridad pues la acción principal se desarrollaría allí, los combatientes sabrían esos detalles justo antes de entrar en combate. En 1953 la preparación se iba completando, así como la adquisición de armas y municiones, uniformes del ejército y demás, en lo que invirtieron sus recursos muchos de los conspiradores, como Jesús Montané que aportó la gratificación que cobró al cerrar la empresa en que trabajaba, Oscar Alcalde quien hipotecó su laboratorio y liquidó su oficina de contabilidad, Pedro Marrero que vendió el juego de comedor, el refrigerador y el juego de sala de su casa, Fernando Chenard empeñó pertenencias personales y su cámara fotográfica que le daba el sustento como fotógrafo, Elpidio Sosa vendió la plaza de la que vivía, Abel Santamaría empeñó su automóvil, y así otros muchos aportaron el dinero para adquirir las armas con grandes sacrificios.[3]
El Movimiento tuvo una estructura celular, con Fidel Castro como líder principal, Abel Santamaría (fig. 5.1) en condición de segundo jefe y un comité civil y otro militar. El comité civil contaba con Fidel, Abel, Oscar Alcalde, Boris Luis Santa Coloma, Mario Muñoz y Jesús Montané y el militar con Pedro Miret, José Luis Tasende (fig. 5.2) y Renato Guitart, además de Fidel y Abel.
El grupo que se unía y entrenaba dentro del Movimiento se vio marchar erguido, disciplinado y marcial, en la Marcha de las Antorchas que convocó la FEU el 27 de enero de 1953, víspera del Centenario del natalicio de Martí.
Fig. 5.1 Abel Santamaría
Fig. 5.2 José Luis Tasende
El 26 de julio de 1953, los jóvenes agrupados en el Movimiento y seleccionados para la acción atacaron el cuartel Guillermo Moncada en Santiago de Cuba como objetivo principal. También se incluían los edificios cercanos: el hospital Saturnino Lora y el Palacio de Justicia en la misma ciudad, además del cuartel Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo. Se trataba de un plan que contemplaba la toma de la segunda fortaleza militar de Cuba –cuya distancia de la capital demoraba la movilización de recursos centrales— y las instalaciones que podían apoyar la operación, incluyendo el cuartel de Bayamo para impedir el envío de refuerzos desde este punto de conexión con Santiago. Para esta acción, contaban con la sorpresa como factor importante y la posibilidad de pasar inadvertidos en Santiago de Cuba, pues se desarrollaban los carnavales que atraían a muchas personas de todo el país. Una vez tomado el cuartel, se llamaría al pueblo por medio de la radio, con la lectura del Manifiesto del Moncada, escrito por el maestro y poeta Raúl Gómez García bajo la orientación de Fidel, en el que se exponía el programa inmediato de la revolución. La convocatoria incluía la insurrección popular y una huelga general.
Se partía de la convicción de que solo por medio de la lucha armada, con la movilización popular transformada en una insurrección, se podía derrotar a las fuerzas entronizadas por el golpe de Estado. Raúl Castro definió esta concepción: [...] el motor pequeño sería la toma de la fortaleza del Moncada, la más alejada de la capital, la que, una vez en nuestras manos, echaría a andar el motor grande, que sería el pueblo combatiendo con las armas que capturaríamos, por las leyes y medidas, o sea, el programa que proclamaríamos [...][4]
Los combatientes se dividieron en grupos para los distintos objetivos. Al hospital iban con Abel Santamaría las dos mujeres participantes: Haydée Santamaría y Melba Hernández (fig. 5.3), y el médico Mario Muñoz, además de otros combatientes; al Palacio de Justicia iría otro grupo donde estaba Raúl Castro. Fidel iba en el grupo que atacaría el Moncada cuya vanguardia estaba encabezada por Renato Guitart. Para el cuartel de Bayamo iba un grupo con Antonio (Ñico) López al frente. La acción se llevó a cabo el día señalado, pero imprevistos determinaron que el combate se iniciara fuera de los muros del cuartel, lo que posibilitó dar la alarma, con lo que se frustró la sorpresa, además de que algunos de los carros que llevaban a los combatientes se perdieron en la ciudad de Santiago de Cuba que no conocían. No pudo tomarse el cuartel.
Fig. 5.3 Melba y Haydée Como estaba previsto, Fidel dio la orden de retirada al fracasar la operación y algunos de los asaltantes que pudieron salir se dirigieron hacia las montañas. Iba Fidel con 19 hombres. Habían muerto ocho revolucionarios en el combate, pero llegó la orden del propio Batista de emplear la más brutal represión: 53 fueron asesinados tras atroces torturas.[5] Fidel fue después capturado junto a los que quedaban a su lado (fig. 5.4). El teniente Pedro Sarría Tartabull, al frente de una patrulla, sorprendió a Fidel Castro y dos de sus compañeros en un bohío donde se habían refugiado y, ante el intento de disparar de algunos de sus hombres, impidió el crimen ordenando que no tiraran pues, dijo: "Las ideas no se matan".[6] La digna actitud de Sarría salvó la vida del jefe de la acción en el momento de la captura y en el traslado para el vivac de Santiago de Cuba.
Fig. 5.4 Fidel en el Moncada con la foto de Martí detrás
El juicio a los moncadistas se celebró en octubre de ese año. Fue la Causa 37 de 1953 en la que se involucró a otras muchas personas ajenas a los sucesos como parte de la represión generalizada. En el juicio se puso de manifiesto la entereza de aquellos combatientes y, de modo particular, alcanzó una resonancia especial el alegato de autodefensa de Fidel Castro, conocido por su frase final: "La historia me absolverá".
Fidel denunció al régimen y su feroz represión con las terribles torturas y asesinatos cometidos con los moncadistas, explicó la concepción del Movimiento y expuso el programa que se proponían cumplir, con las cinco leyes que dictarían de inmediato y los problemas fundamentales del país a resolver: El problema de la tierra, el problema de la industrialización, el problema de la vivienda, el problema del desempleo, el problema de la educación y el problema de la salud del pueblo [...], junto con la conquista de las libertades públicas y la democracia política.
Fidel destacó el compromiso con la historia de Cuba y sus héroes y mártires y, en especial, con Martí a quien declaró autor intelectual de la acción desarrollada. Por ello dijo:
Parecía que el Apóstol iba a morir en el año de su centenario, que su memoria se extinguiría para siempre, ¡tanta era la afrenta! Pero vive, no ha muerto, su pueblo es rebelde, su pueblo es digno, su pueblo es fiel a su recuerdo; hay cubanos que han caído defendiendo sus doctrinas, hay jóvenes que en magnífico desagravio vinieron a morir junto a su tumba, a darle su sangre y su vida para que él siga viviendo en el alma de la patria.
En su discurso, Fidel estableció conceptos fundamentales, como el de pueblo para las condiciones cubanas de entonces, destacando qué clases y grupos sociales incluía en ese concepto "si de lucha se trata", es decir, aquellos con los que se podía contar para la lucha en lo que agrupaba a obreros, campesinos, profesionales que estaban ante "un callejón sin salida", a los pequeños comerciantes arruinados por la crisis, en fin al pueblo "[...] que sufre todas las desdichas y es por tanto capaz de pelear con todo el coraje!". Terminaba diciendo: "Condenadme, no importa, la historia me absolverá".[7] Este alegato contenía el programa inmediato de la revolución por la que se llamaba a luchar.
El 6 de octubre se dictó sentencia sobre la mayoría de los juzgados por los hechos del 26 de julio. Se dictaron condenas desde siete meses de arresto en el Reclusorio Nacional para Mujeres a Melba y Haydée, hasta 10 y 13 años de prisión para el resto; en el último caso por autores dirigentes se incluía a Ernesto Tizol, Oscar Alcalde, Pedro Miret y Raúl Castro. El 16 de octubre, Fidel Castro fue condenado a 15 años de prisión y Abelardo Crespo a 10. Todos los hombres debían guardar prisión en la Fortaleza de La Cabaña, según la sentencia; sin embargo, los 27 hombres sancionados fueron trasladados al Reclusorio Nacional para Hombres de Isla de Pinos.
El asalto al cuartel Moncada no logró su propósito desde el punto de vista militar, pero dotó al país de una nueva vanguardia revolucionaria que se dio a conocer aquel 26 de julio, destacó el liderazgo de Fidel Castro, presentó un programa para la revolución con los objetivos a cumplir y puso en práctica una estrategia de lucha que guiaría la nueva etapa que se iniciaba justamente con esa acción.
Actividades para el estudio independiente
1. Analiza la cita del trabajo "Recuento crítico del PPC (O)" y explica por qué Fidel Castro dice que "el momento es revolucionario y no político".
2. Elabora una cronología con las principales actividades de repudio al golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 y determina qué fuerzas fueron las más combativas entre 1952 y 1953.
3. En el contexto del rechazo al golpe de Estado, sitúa la importancia de los sucesos del 26 de julio de 1953 en cuanto a proponer una vía para derrocar al gobierno ilegal encabezado por Batista, un programa y una dirección.
4. Determina los aspectos fundamentales del programa revolucionario y de la estrategia de lucha planteados por Fidel Castro a partir de los sucesos del 26 de julio de 1953.
5. El 26 de julio de 1953 es un hito esencial dentro del proceso revolucionario cubano. Argumenta con cuatro elementos esa afirmación.
5.2 Organización de las fuerzas revolucionarias. Movilización popular, proyecciones y realizaciones
Entre 1953 y 1956 se desarrollaría una etapa muy importante para las fuerzas revolucionarias en el plano organizativo, lo que iba a consolidar la situación revolucionaria en Cuba y abriría la vía para la etapa decisiva de la lucha. En ese tiempo, el gobierno trataría de fortalecer su posición, mientras los grupos políticos tradicionales, junto a las corporaciones económicas y otras instituciones representativas del poder, buscarían fórmulas para revertir lo que veían como una crisis política, buscando posibilidades de acuerdos que estabilizaran su propio poder.
5.2.1 Intentos gubernamentales de consolidación. Movilización popular
El país, que entraba en una etapa convulsa, tenía una compleja situación social. De acuerdo con el censo de 1953, había una población total de 5 829 029 habitantes, de la cual el 57 % era urbana, lo que mantenía la tendencia al crecimiento de esa población. De las 2 459 730 personas comprendidas en las edades entre cinco y 24 años, 1 619 535 no asistían a clases, de los cuales la mayoría vivía en zonas rurales, lo que era particularmente grave en los niños en edad escolar. Por ejemplo, de los niños de ocho años, que eran 140 127, no asistían a clases 60 127, lo cual era más marcado en las hembras que en los varones. Dentro de la población de seis años o más, 1 530 090 no habían aprobado ningún grado escolar, 1 023 667 de los cuales correspondían a la población rural. En total, se clasificaban como analfabetos 1 032 849 personas, lo que significaba el 23,6 % de la población de 10 años o más, correspondiendo la mayoría al área rural, donde era el 41,7 %.
En la población de 14 años y más, el 51,5 % era económicamente activa, es decir, había un 48,5 % de personas en edad laboral inactivas, lo que se concentraba de manera particular en las mujeres que representaban solo el 13,7 % de los activos.[8] El latifundio seguía siendo uno de los problemas mayores en el campo, donde empresas, sobre todo estadounidenses, eran dueñas de enormes extensiones de tierra. Por ejemplo, en 1953-1954, la Cuban Atlantic Sugar Co. poseía 19 909 caballerías, la Cuban American Sugar Co., 10 822 y la United Fruit Co., 8 588. En total, las compañías azucareras norteamericanas eran dueñas de 110 027 caballerías de tierra en Cuba.[9] Mientras tanto, el 62,5 % de las viviendas rurales tenían techo de guano y piso de tierra, el 87,9 % no tenía baño o ducha y el 90,6 % carecía de refrigerador o nevera.[10]
La encuesta realizada por la Agrupación Católica Universitaria entre 1956 y 1957 muestra el empeoramiento de las condiciones de vida en las zonas rurales. Lo primero que aporta es que el 91 % de los trabajadores agrícolas tenía desnutrición, el 14 % de los campesinos encuestados padecía o había padecido de tuberculosis, el 31 % tenía antecedentes de paludismo y solo el 8 % recibía atención médica gratuita del Estado. Como solución a sus problemas, el 73,46 % pedía fuentes de trabajo mientras el 18,86 % pedía escuelas. En cuanto a las viviendas campesinas, sus características eran:
- Mampostería, tejas y cemento 0,80 %
- Madera, tejas y mosaicos 2,50 %
- Madera, tejas y cemento 1,70 %
- Madera, tejas y tierra 2,04 %
- Madera, tejas y madera 7,37 %
- Madera, guano y cemento 19,49 %
- Madera, guano y tierra 60,35 %
- Otras 5,75 %.
Además, el 63,96 % no tenía inodoro ni letrina y el 82,62 % carecía de baño o ducha, solo el 7,26 % tenía iluminación eléctrica, mientras el 89,84 % se alumbraba con luz brillante.
De los jefes de familia, el 43 % era analfabeto y el 44,11 % no asistió nunca a la escuela.[11] Los datos de esta encuesta muestran el drama de la población campesina que representaba entonces el 34 % de la población cubana.
Por otra parte, el desempleo en diciembre de 1957 se comportaba de manera desigual en las distintas provincias pues, para todo el país, el porcentaje era de 11,8 %, pero en Oriente era de 17,7; en Camagüey de 12 y en Las Villas de 13,6 %. El sector que tenía entonces el mayor índice de desocupación era el de los agricultores con un 47,1 %, lo que resultaba paradójico en un país de base agrícola.[12]
En 1958, los principales grupos financieros de Estados Unidos (Rockefeller, Morgan, Sullivan and Cromwell, First National City Bank, Mellon y otros) eran dueños, además, de minas, bancos, servicios públicos, industrias diversas de neumáticos, tabacos, bebidas, producciones farmacéuticas, jabonería y perfumería, cadenas de comercio minorista y otras actividades de producción y servicios, pero la economía seguía dependiendo del azúcar, que en 1958 representó el 81 % de las exportaciones. A esto se sumaba la ilegitimidad del gobierno de facto aunque tratara de dar imagen de legalidad.
Las obras y proyectos promovidos por el gobierno, por otra parte, servían de cobertura al enriquecimiento ilícito de Batista y sus allegados. De tal forma, ese hombre de origen muy humilde, en 1958 tenía una fortuna calculada en alrededor de 300 millones de pesos y era propietario o accionista de unas setenta empresas, entre ellas muchas de las que tenían a su cargo la realización de las obras promovidas por su gobierno, como la "Compañía de Fomento del Túnel de La Habana S.A."[13]
El estado general de la economía puede verse en el balance comercial que llegó a ser desfavorable en 1958, cuando las exportaciones cubanas tuvieron un valor total de $ 733 518 000 mientras las importaciones fueron por $ 777 093 000, es decir, que hubo un balance comercial desfavorable en $ 43 575 000. La producción azucarera seguía bajo regulación pues las limitaciones del mercado se mantenían, por lo que no podía crecer la industria. En 1958, Cuba produjo 5 862 616 toneladas, lo que representó el 12,76 % de la producción mundial.[14] Es decir, con el doble de población se producía lo mismo que en 1925.
Cuando el gobierno encabezado por Batista pretendió legalizar su situación por medio de las elecciones de 1954, trató de mejorar el clima político para lo cual decretó una amnistía, pero los moncadistas fueron excluidos por negarse a aceptar chantajes del gobierno. El contexto de las elecciones posibilitó la movilización popular en rechazo a aquellos comicios, por la amnistía de todos los presos políticos y también en rechazo al proyecto del Canal Vía Cuba que intentaba dividir a la Isla para permitir el paso expedito desde Estados Unidos y tuvo que ser desechado por la fuerte acción popular. Batista concurrió como aspirante presidencial con Rafael Guás Inclán, del Partido Liberal, para vicepresidente, como se ha visto como candidato único. Tomaron posesión el 24 de febrero de 1955. De todas formas, las elecciones celebradas el 1ro. de noviembre fueron repudiadas por la mayoría y no lograron mejorar la situación política.
Desde 1952, la Sociedad de Amigos de la República, esta vez reestructurada y presidida por Cosme de la Torriente,[15] había intentado la negociación entre la oposición tradicional y el gobierno. La SAR abrió espacios transitorios de conversaciones, pero la oposición demandaba la celebración de elecciones con garantías, lo que implicaba la salida de Batista del poder. Esta demanda se mantuvo después de las elecciones de 1954, con lo cual negaban legitimidad a aquellos comicios. Sin embargo, seguían buscando una solución negociada.
El gobierno mantuvo los planes económicos y, en 1954, dio a conocer lo que denominó Plan de Desarrollo Económico y Social; también se incrementaba el clima de Guerra Fría con la creación del Buró de Represión de Actividades Comunistas (BRAC) en mayo de 1955 y la ampliación de los contenidos de los acuerdos militares firmados con Estados Unidos.
Mientras tanto, los moncadistas presos en las galeras de Isla de Pinos organizaron las tareas de preparación y organización del Movimiento en la nueva etapa. Allí crearon una biblioteca, la "Raúl Gómez García", y una academia ideológica, la "Abel Santamaría", donde se estudiaban diversas materias, tales como Historia, Economía Política, Geografía, Gramática, Aritmética e Idiomas con estrictos horarios de clases; se creó una cooperativa para compartir los abastecimientos que recibían de familiares y amigos, se redactó un reglamento para organizar la vida interna con los deberes de cada uno y se normó la realización de asambleas mensuales con su presidente y secretario. La prisión se convertía en escuela y fragua para los revolucionarios encarcelados. Allí también se expresó la dignidad de los combatientes, como el 12 de febrero de 1954, cuando Fulgencio Batista visitó la prisión de Isla de Pinos y los moncadistas entonaron la "Marcha del 26 de Julio", compuesta por Agustín Díaz Cartaya.[16] Por supuesto, la reacción fue de castigo ante este desafío al tirano y Fidel fue aislado e incomunicado.
En medio de la política represiva, la presión popular por la amnistía a los moncadistas creció después de las elecciones, a lo que se sumó la labor de Melba y Haydée al extinguir los siete meses de cárcel a que habían sido condenadas. Ellas fueron baluartes esenciales en esa movilización y en la recopilación, impresión y distribución de La historia me absolverá, reconstruido por Fidel desde la cárcel de Isla de Pinos. De manera que se mantenía la labor de concientización e incorporación del pueblo a la lucha.
Se imprimieron 20 000 ejemplares de La historia me absolverá que circularon clandestinamente. También se trabajó en la movilización de la opinión pública mediante campañas por la amnistía de los presos políticos, en la divulgación de documentos, denuncias y en todas las formas posibles. El 12 de diciembre de 1953, Fidel escribió el "Manifiesto a la Nación" que circuló clandestinamente, en el que denunció los crímenes cometidos con los asaltantes al Moncada y las arbitrariedades durante el juicio. Este documento se imprimió y distribuyó bajo el título "Mensaje a Cuba que sufre". En él, Fidel explicaba, además, el programa que habían proyectado. Finalizaba exhortando:
Denunciar los crímenes, he ahí un deber, he ahí un arma terrible, he ahí un paso al frente formidable y revolucionario. [...] La simple publicación de lo denunciado será de tremendas consecuencias para el gobierno. Repito, que no hacer esto es una mancha imborrable. [...] ¡Veintiséis cubanos todavía tenemos fuerzas para morir y puños para pelear! ¡Adelante, a conquistar la libertad![17]
Fidel utilizó una forma de comunicación interna con sus compañeros, por medio de pelotas formadas con papeles que contenían mensajes, o hacia afuera escribiendo con zumo de limón entre líneas de las cartas comunes. Así se sacó de presidio el texto de La historia me absolverá. En carta a Melba Hernández de 17 de abril de 1954, Fidel decía: "No se puede abandonar un minuto la propaganda porque es el alma de toda lucha. La nuestra debe tener su estilo propio y ajustarse a las circunstancias".[18] En las indicaciones a Melba y Haydée para la publicación del discurso de autodefensa, les explicaba un concepto fundamental:
La tarea nuestra ahora de inmediato es movilizar a nuestro favor la opinión pública; divulgar nuestras ideas y ganarnos el respaldo de las masas del pueblo. Nuestro programa revolucionario es el más completo, nuestra línea la más clara, nuestra historia la más sacrificada: tenemos derecho a ganarnos la fe del pueblo, sin la cual, lo repito mil veces, no hay revolución posible.[19]
Convencido de que sin movimiento de masas no era posible la revolución, Fidel orientaba crear ese movimiento divulgando sus ideas esenciales. Pero también se fueron dando pasos organizativos con vistas a la estructuración del Movimiento que daría continuidad a la obra de la Revolución iniciada el 26 de julio.
La labor del Comité de Familiares Pro Amnistía de los Presos Políticos fue creciendo y atrayendo a otras muchas personas. En esta gran campaña participó también la FEU, a través de su presidente desde 1954, José Antonio Echeverría, quien expresó el apoyo estudiantil al reclamo nacional de amnistía y de rechazo a la exclusión de los combatientes del Moncada. Al fin, el 6 de mayo se aprobó la amnistía y el día 15 salían los moncadistas de prisión (fig. 5.5). El pueblo había ganado la batalla.
Fig. 5.5 Fidel y sus compañeros saliendo de la prisión
Una vez en libertad, culminó el proceso de estructuración orgánica de la organización que se llamaría Movimiento Revolucionario 26 de Julio (MR-26-7). El 12 de junio de 1955 se celebró la reunión fundamental de constitución del MR-26-7, en Factoría 62, La Habana. Allí se constituyó la dirección del Movimiento, su estructura y su línea de funcionamiento y sus acciones. Se establecía un Frente Interno y otro Externo y se distribuyeron las funciones y tareas. Los presentes en aquella reunión fueron: Fidel Castro, Haydée Santamaría, Melba Hernández, Antonio (Ñico) López, Pedro Miret, José Antonio (Pepe) Suárez, Pedro Celestino Aguilera, todos asaltantes del Moncada, más Faustino Pérez, y Armando Hart, que procedían del Movimiento Nacional Revolucionario; también estaba Luis Bonito, dirigente sindical azucarero y dirigente ortodoxo; el moncadista Jesús Montané Oropesa y Juan Manuel Márquez, ex concejal de Marianao, periodista, luchador contra Machado y Batista, de la dirección nacional ortodoxa, también integraban el cuerpo director del Movimiento.[20]
En ese momento ya había moncadistas en el exilio debido a la persecución de que fueron objeto. Fidel había permanecido en Cuba organizando el Movimiento y tratando de llegar al pueblo por medio de la prensa radial y escrita, pero se le cerraron todas las posibilidades de acceso a los medios de difusión, por lo que, una vez organizado el MR-26-7 y establecidas las bases de su inmediato accionar, salió al exilio en México el 7 de julio. Iba a preparar el retorno con una expedición para iniciar la guerra de liberación.
El movimiento obrero organizado, por su parte, se mantenía bajo la égida del mujalismo plegado al gobierno, pero el PSP orientó trabajar desde las bases, por lo que la tendencia que seguía las orientaciones de Lázaro Peña creó los Comités de Defensa de las Demandas que organizaron o apoyaron huelgas obreras. En 1955 las luchas obreras alcanzaron una importante combatividad expresada en las huelgas que se desarrollaron ese año en el central de propiedad estadounidense Estrella, en Camagüey, en el sector bancario de La Habana y en el azucarero en distintas provincias por el pago del diferencial azucarero.
En ese tiempo también la FEU había ganado en combatividad. La dirección del estudiante de arquitectura, José Antonio Echeverría imprimió mayor dinamismo y firmeza en el enfrentamiento al régimen. Los dirigentes de la FEU estuvieron en el recibimiento a los moncadistas a su salida de la prisión y desarrollaron otras muchas demostraciones. Su órgano de difusión, Alma Máter, fundado por Mella, volvió a publicarse y fue vehículo de expresión de la rebeldía estudiantil.
En 1955 se produjeron hechos de resonancia nacional protagonizados por los estudiantes. El segundo aniversario de los sucesos del 26 de julio fue conmemorado en la Universidad de La Habana, el 19 de noviembre, José Antonio habló en el acto convocado por la SAR realizado en el Muelle de Luz, en La Habana, donde expresó que el problema inmediato era derrocar a Batista y después "emprender una obra revolucionaria" para resolver los problemas del país.[21] Los jóvenes, estudiantes, militantes del PSP y de otras organizaciones y otros concentrados allí gritaban "¡Revolución!". El 27 de noviembre, en los actos conmemorativos de Santiago de Cuba, hubo una fuerte colisión de los estudiantes con la policía que arremetió contra los manifestantes, lo que fue el inicio de una cadena de actos de rebeldía estudiantil, tanto universitarios como de la enseñanza media.
Los estudiantes habaneros fueron reprimidos en sus manifestaciones el 29 de noviembre frente al Instituto de Segunda Enseñanza del Vedado y el 2 de diciembre en Infanta y San Lázaro; el 4 de ese mes protagonizaron un acto audaz cuya represión pudo ver el pueblo: los estudiantes se lanzaron al terreno del Estadio del Cerro (hoy Latinoamericano) durante un juego de pelota transmitido por televisión, con una tela de denuncia al régimen. Además de los miles de aficionados presentes en el juego, los televidentes vieron la actitud de la fuerza pública, apaleando y atropellando a los estudiantes. El 7 de diciembre, en la manifestación que partía del Parque Maceo, se repitió la represión. La FEU llamó entonces a un paro de cinco minutos en todo el país el 14 de diciembre, en repudio a la violencia de la dictadura. También en ese mes se desarrolló la huelga azucarera que contó con el respaldo militante de la FEU, expresado mediante de la presencia y acción de sus dirigentes en los centrales.
Las jornadas estudiantiles, de tan alta repercusión nacional, coinciden con la creación del Directorio Revolucionario a fines de 1955 cuyo Secretario General, José Antonio, lo dio a conocer públicamente el 24 de febrero de 1956 en el Aula Magna de la Universidad de La Habana. Surgía así una organización salida del seno del estudiantado pero de más amplia composición, que se preparaba para desempeñar acciones de combate frente a la tiranía como su brazo armado cuando hubiera que pasar a la clandestinidad. En abril de 1955, José Antonio Echeverría había expuesto su concepción del futuro para Cuba: "Sólo la acción nacional enérgica, tendente a plasmar los postulados de la Revolución Cubana —en cuyo camino ya se encuentra actualmente nuestra Patria— logrará liquidar esta triste etapa cuartelaria de nuestra historia republicana".[22]
Las fuerzas se iban organizando y coincidían en concebir la solución a los problemas cubanos por vía de la revolución.
Actividades para el estudio independiente
1. Elabora un cuadro sinóptico con las características de la situación social de Cuba a partir de 1953.
2. Elabora una cronología de los principales acontecimientos revolucionarios ocurridos entre octubre de 1953 y diciembre de 1955. A partir de la cronología elaborada, determina qué fuerzas mantenían la dinámica de la lucha revolucionaria.
3. Determina la estrategia planteada por Fidel Castro desde la prisión acerca de las tareas a realizar en esa etapa.
4. Lee la expresión de Fidel en el "Mensaje a Cuba que sufre": ¡Veintiséis cubanos todavía tenemos fuerzas para morir y puños para pelear! y compárala con otra expresión similar que se pronunció en una coyuntura parecida de la Historia de Cuba en el siglo XIX .
5.2.2 Preparación de la insurrección. La Carta de México
La etapa de exilio mexicano de Fidel Castro y sus compañeros fue de preparación y organización de la fuerza expedicionaria que abriría en Cuba la nueva etapa bélica. Había que crear conciencia, ganar adeptos, reunir recursos y entrenarse para el combate, además de mantener y fortalecer la organización dentro y fuera de Cuba.
El 8 de agosto de 1955 se dio a conocer el Manifiesto No. 1 del 26 de Julio al Pueblo de Cuba. Era un documento de denuncia de la tiranía, pero también de presentación del programa revolucionario que sintetizaba en quince puntos referidos a la proscripción del latifundio, la industrialización inmediata del país, la reivindicación de las conquistas obreras, rebaja de los alquileres, nacionalización de los servicios públicos, confiscación de bienes a los malversadores y otras medidas de beneficio social y de honestidad administrativa. Después de desenmascarar el supuesto restablecimiento de la Constitución de 1940, Fidel define al MR-26-7 como "un movimiento revolucionario" cuyas filas estaban abiertas para todos los que quisieran para Cuba la democracia política y la justicia social, para que dieran su contribución a la "revolución de pueblo" que se gestaba.
Fidel viajó a los Estados Unidos en octubre de 1955, para visitar a los grupos de emigrados cubanos, ganarlos para la lucha y reunir recursos, así fue a Nueva York, Tampa, Cayo Hueso y Miami y regresó después a México.
Canto a Fidel Castro (fragmento)
(De Ernesto Che Guevara, 7 de julio de 1956)
Vámonos,
ardiente profeta de la aurora,
por recónditos senderos inalámbricos,
a liberar el verde caimán que tanto amas.
Vámonos.
Derrotando afrentas con la frente
—Plena de martianas estrellas insurrectas—
juremos lograr el triunfo o encontrar la muerte.
..................................................
Cuando tu voz derrame hacia los cuatro vientos:
Reforma Agraria, justicia, pan, libertad,
allí a tu lado, con idénticos acentos, nos tendrás.[23]
.........................................
En 1956 se mantendrían las expresiones de lucha contra el batistato, las que llegaron a permear al ejército. En ese cuerpo se fue gestando un movimiento de manera espontánea en la Escuela de Cadetes, la Escuela de Artillería, La Cabaña, Columbia y la Aviación, sin que tuvieran contacto entre sí. "[...] estábamos motivados por la conciencia que se iba creando alrededor de un rechazo al régimen", pues se sentían sostenedores de un gobierno ilegal, corrupto, criminal.[24] Fue la Conspiración del 4 de abril, conocida después por "conspiración de los puros", por la que un grupo de oficiales jóvenes de academia fueron juzgados y condenados a prisión. El 29 de abril se produjo también el asalto al cuartel Goicuría, en Matanzas, por un grupo de jóvenes de diversa procedencia política que fueron asesinados. En este contexto, cuando se adelantaban los preparativos del MR-26-7 para la lucha insurreccional, tuvo lugar una reunión muy importante en México: José Antonio Echeverría llegaba al país azteca y el 28 de agosto se reunía con Fidel (fig. 5.6). El día 29 de agosto se firmó lo que se conoce como "Carta de México" por José Antonio y Fidel a nombre de la FEU y el MR-26-7.[25] Era un documento que plasmaba el propósito de unir los esfuerzos para derrocar a la tiranía. También establecía la línea insurreccional secundada por una huelga revolucionaria.
Carta de México. Artículos seleccionados
1. Que ambas organizaciones han decidido unir sólidamente su esfuerzo con el propósito de derrocar la tiranía y llevar a cabo la Revolución Cubana.
.......................................................................................
Que consideramos propicias las condiciones sociales y políticas del país, y los preparativos revolucionarios suficientemente adelantados, para ofrecer al pueblo su liberación en 1956. La insurrección, secundada por la huelga general en todo el país, será invencible.
..........................................................................................
19. Que la Revolución llegará al poder libre de compromisos e intereses para servir a Cuba, en un programa de justicia social, de libertad y democracia, de respeto a las leyes justas y de reconocimiento a la dignidad de todos los cubanos, [...]
Fig. 5.6 Fidel, José A. Echeverría y René Anillo en México
Las organizaciones más combativas en aquel momento hacían un balance de la situación cubana, planteaban el respeto a oficiales como los que estaban presos en Isla de Pinos y llamaban a la unidad. Este documento significaba la apertura al camino de la unidad.[26]
En los meses siguientes se completaron los preparativos. Algunos de los que quedaron en Cuba fueron a México a organizar y sincronizar las acciones a desarrollar, entre ellos Frank País quien tendría una alta responsabilidad en la organización de las acciones que en Cuba debían apoyar el desembarco como Jefe Nacional de Acción y Sabotaje del 26 de Julio. En la madrugada del 25 de noviembre zarpó hacia Cuba el yate Granma de Tuxpan, en México, con 82 expedicionarios a bordo, teniendo a Fidel Castro como jefe y, de segundo jefe, a Juan Manuel Márquez. El hecho fue informado a los grupos que debían actuar en el apoyo en Cuba con un telegrama escrito en clave: "Obra pedida, agotada".
Mientras el Granma navegaba hacia Cuba, los estudiantes protagonizaron la última gran manifestación en la capital el 27 de noviembre. Después de aquel acto masivo, la Universidad de La Habana fue cerrada por el gobierno de modo indefinido.
El 30 de noviembre se produjeron acciones en varios lugares, como Guantánamo y Puerto Padre, pero la de mayor envergadura fue la de Santiago de Cuba, donde los combatientes del 26 de Julio salieron a las calles por primera vez con el uniforme verde olivo y el brazalete rojo y negro. La ciudad fue paralizada y los milicianos del 26 tomaron la policía marítima y prendieron fuego a la Jefatura de la policía. En los combates de la ciudad murieron Otto Parellada, Tony Alomá y José (Pepito) Tey. Aun cuando el alzamiento no tuvo la sincronización necesaria para alcanzar el objetivo de promover un estado de movilización en la población y facilitar el movimiento de los expedicionarios, el 30 de noviembre constituyó un hito importante en el proceso revolucionario cubano, demostró la capacidad organizativa y combativa del MR26-7 en lo cual se destacó Frank País y, entre los dirigentes de la acción en Santiago de Cuba, una mujer: Vilma Espín, y dio carácter nacional a la nueva etapa que se iniciaría con el desembarco.
El 2 de diciembre arribaba a costa cubana el yate, por Los Cayuelos, a dos kilómetros de playa Las Coloradas (fig. 5.7), en la zona suroccidental de Oriente.[27] Comenzaba ese día una nueva etapa marcada por el desarrollo de la guerra revolucionaria mientras la tiranía arreciaba su represión.
Fig. 5.7 Travesía de los expedicionarios del Granma. (Fuente: Colectivo de autores: Historia Universal y de Cuba en la época contemporánea (1917-hasta la actualidad), Ed. de Libros para la Educación, La Habana, 1980, p. 341.)
Actividades para el estudio independiente
1. A partir del estudio realizado sobre la actuación de las distintas organizaciones durante el proceso revolucionario de los años 30, determina la importancia de la Carta de México en la nueva etapa revolucionaria.
2. Elabora un esquema con las principales acciones de oposición a Batista realizadas en 1956. Tomando como base el esquema elaborado, valora el desarrollo de la situación revolucionaria en ese año.
5.3 Inicio de la guerra de liberación nacional y la consolidación del Ejército Rebelde
A partir del desembarco del Granma nació el Ejército Rebelde y se inició la guerra de liberación nacional. El año 1957 sería de crecimiento y consolidación de esa fuerza en las montañas de la Sierra Maestra y de incremento de las acciones revolucionarias en las ciudades. La situación revolucionaria se profundizaba y el gobierno, la oposición tradicional y los grupos de poder en Estados Unidos empezaron a preocuparse seriamente con la crisis cubana, por lo que se elaboraron planes para estabilizar la situación política. El año terminaba con la consolidación de las fuerzas revolucionarias en todos los campos.
5.3.1 Primeros combates. Consolidación del Ejército Rebelde
Los expedicionarios del Granma desembarcaron por una zona de manglares, alejada del lugar donde se había previsto. Celia Sánchez, que residía en Pilón, había desplegado una importante labor en la preparación de personal en la zona para la recepción y colaboración con los combatientes que llegarían en la expedición, pero los recién llegados encallaron a dos kilómetros del litoral y tuvieron que hacer una caminata agotadora por terreno cenagoso en la que se perdió parte del equipamiento. Cuando acampaban cerca de un cañaveral, en Alegría de Pío, fueron sorprendidos por el ejército enemigo. Era el 5 de diciembre y se entablaba el primer combate con total desventaja, atacados por tierra y aire. El resultado fue la dispersión del grupo, del cual tres murieron en el combate, otros se perdieron en aquellos parajes, 22 cayeron prisioneros y 19 fueron asesinados. Se perdió así un grupo importante de hombres preparados y entrenados, entre ellos el segundo jefe Juan Manuel Márquez. De aquel momento de sorpresa y dispersión inicial, ha quedado en la memoria la reacción digna y rotunda de uno de los combatientes, Juan Almeida Bosque, quien exclamó ante la propuesta de rendición: "¡Aquí no se rinde nadie, [...]!"
Frente a los sucesos del 30 de noviembre y el desembarco de los expedicionarios, la tiranía arreció la represión: suspendió las garantías constitucionales en Oriente, publicó la noticia de la muerte del jefe revolucionario Fidel Castro, mientras se cazaba y se asesinaba a los expedicionarios dispersos y el 25 de diciembre de 1956 se produjo un hecho horrendo: fueron asesinados 23 revolucionarios en la zona norte de Oriente, en un acto brutal que quedó en la memoria del pueblo como las "Pascuas Sangrientas". Los asesinatos colectivos e individuales, como el del estudiante de 15 años William Soler en Santiago de Cuba el 30 de diciembre, se hicieron cotidianos. A esto seguiría la censura de prensa.
Fidel logró llegar a las montañas con dos hombres más Universo Sánchez y Faustino Pérez, Raúl llegó días después a donde se encontraba ese primer grupo: la finca de Mongo Pérez en Cinco Palmas, con cuatro hombres: Efigenio Ameijeiras, Ciro Redondo, René Rodríguez y Armando Rodríguez. Era el 18 de diciembre y, ante el encuentro de aquellos ocho hombres que contaban con siete fusiles, Fidel exclamó: "¡Ahora sí ganamos la guerra!", era expresión de su seguridad en el triunfo. Después se sumaron Juan Almeida, Ernesto Guevara, Camilo Cienfuegos, Ramiro Valdés, Reynaldo Benítez, Rafael Chao y Francisco González. Estos expedicionarios, más algunos campesinos de la zona que se unieron, salieron de Purial de Vicana hacia la Sierra Maestra el 25 de diciembre.
Por la escasa dimensión del grupo, tuvieron que desplegar acciones guerrilleras de pequeña fuerza, escogiendo el momento oportuno dada la desventaja numérica y de armamento. Pero lo fundamental en esa etapa era la supervivencia, para crecer en la medida en que se incorporaran nuevos combatientes. De esta manera fueron los primeros meses en la Sierra Maestra. El 17 de enero de 1957, 22 de los 29 hombres que formaban el grupo guerrillero atacaron un pequeño cuartel en la desembocadura del río La Plata. Se libraba el primer combate victorioso y se demostraba que los rebeldes no habían sido destruidos, como proclamaba la tiranía, sino que estaban activos y en capacidad de combatir.
Ante la nueva situación creada por el inicio de la guerra revolucionaria, los grupos que se habían pronunciado por los arreglos políticos entre el gobierno y la oposición para evitar una salida revolucionaria, se activaron. El Bloque Cubano de Prensa, la SAR, instituciones cívicas, partidos políticos tradicionales y otros insistieron entonces en convocar al gobierno a negociar. Los llamados a la concordia nacional buscaban frenar la lucha revolucionaria, mientras Batista procuraba encontrar más apoyo en Estados Unidos cuyo gobierno mostró su respaldo a las anunciadas elecciones para el 1ro. de junio de 1958 y abasteció de inmediato a Batista con 16 bombarderos B-26.
Al combate de La Plata, en la Sierra Maestra, siguieron otras acciones combativas como Llanos del Infierno (22 de enero), primera emboscada contra el enemigo en movimiento, hasta llegar al combate de El Uvero, librado el 28 de mayo. Entre otros objetivos, esta acción buscaba proteger a los 26 combatientes de la Organización Auténtica que habían desembarcado en el yate Corynthia el 24 de mayo, atrayendo a las fuerzas; pero los expedicionarios dirigidos por Calixto Sánchez White fueron masacrados el 28 de mayo. La acción contra un cuartel en El Uvero que, según criterio del Che, "marcó la mayoría de edad de nuestra guerrilla",[28] fue un ataque frontal a un puesto bien defendido, de día, y con la participación del refuerzo de 50 hombres recién incorporados al grupo guerrillero, preparado por Frank País y Celia Sánchez; además, se realizó en uno de los pocos momentos en que no había censura de prensa, por lo que la noticia se divulgó ampliamente. A partir del Uvero se acrecentó la moral combativa y el Ejército Rebelde se hizo dueño de la zona costera de la Sierra Maestra. Se había consolidado el Frente José Martí con su columna al mando de Fidel Castro. A partir de aquí se crearía una segunda columna, en julio, al mando de Ernesto Che Guevara con lo cual se repartían las operaciones al oeste y al este del Pico Turquino.
El territorio rebelde se consolidó a lo largo del año 1957, ampliando cada vez más su zona de operaciones. La incorporación de campesinos de las zonas donde operaba la guerrilla le dio una base fundamental, tanto en la fuerza combatiente como en el dominio del territorio y su abastecimiento; además se integraban otros combatientes procedentes de zonas urbanas por medio de la organización en las ciudades. La columna del Che desarrolló acciones como la toma del cuartel de Bueycito (31 de julio) y la emboscada de El Hombrito (29 de agosto). Entre las principales acciones desarrolladas ese año está el primer combate de Pino del Agua en septiembre, donde se obtuvieron armas y se causaron bajas al enemigo, además de capturar prisioneros, constituyendo un golpe duro para el ejército de Batista que realizó cambios en sus mandos y en sus planes operacionales. A fines de 1957 se produjo el combate de Mar Verde (29 de noviembre). Este proceso de consolidación, crecimiento y ampliación de capacidad combativa del Ejército Rebelde permitió que de la columna madre, la número 1 al mando de Fidel, se organizaran otras dos columnas a inicios de 1958: la número 6 "Frank País" al mando de Raúl Castro y la 3 "Santiago de Cuba" que dirigió Juan Almeida.
Por tanto, al terminar el año 1957, el Ejército Rebelde se había consolidado como fuerza de vanguardia en la lucha revolucionaria.
5.3.2 Ampliación de los combates. La lucha en las ciudades
La presencia de Fidel y sus compañeros en la Sierra Maestra se fue divulgando, a pesar de la propaganda gubernamental que, primero, dijo haber aniquilado a esa fuerza y, después, aseguraba que tenían que rendirse pues no había posibilidades para ellos. También afirmaron en varias ocasiones que Fidel Castro estaba muerto. Frente a esa propaganda, los primeros combates victoriosos demostraban la presencia del grupo guerrillero, pero la noticia no aparecía en los medios debido a la censura. De ahí que tuviera una gran resonancia la entrevista que hizo Herbert Matthews, editorialista del diario estadounidense The New York Times, en plena Sierra Maestra el 17 de febrero y que salió publicada el 24 de febrero de 1957. Esto fue de gran impacto internacional y también nacional. La sensacional entrevista en el campamento rebelde fue seguida por una foto de Fidel Castro junto al periodista (fig. 5.8), con lo que se desmentía la versión oficial de la falsedad de la noticia. Matthews escribió su percepción de Fidel: "uno sacaba la impresión de que en este momento es invencible."
Fig. 5.8 Fidel con Matthews
La presencia de Matthews en la Sierra coincidió con la reunión de la Dirección Nacional del MR-26-7, el 17 de febrero, para la que llegaron de las ciudades: Celia Sánchez, Frank País, Vilma Espín, Faustino Pérez, Armando Hart y Haydée Santamaría. Estuvieron presentes los combatientes de la Sierra: Fidel, Raúl, el Che, Almeida, Camilo, Ramiro Valdés y Guillermo García, campesino de la zona que se incorporó desde el inicio a la guerrilla (fig. 5.9).[29]
Era importante definir las tareas del Movimiento en la nueva circunstancia, por lo que Fidel insistió en la necesidad de que el apoyo a la lucha guerrillera en la Sierra Maestra tuviera la mayor prioridad, para lo cual se tomaron acuerdos. Fidel redactó ese día un "Manifiesto a la Nación" que daba cuenta al país de que la guerrilla existía y combatía, y de la decisión de alcanzar la victoria; además hacía un llamamiento a organizar el Movimiento de Resistencia Cívica (MRC) en las ciudades. El Movimiento sería una organización paralela al MR-26-7 cuyos estatutos definían como primer objetivo el respaldo al heroico esfuerzo del Movimiento 26 de Julio, bajo la dirección de Fidel Castro, por devolver la libertad y la soberanía a Cuba. El MRC tuvo su Dirección Nacional y una estructura provincial y de base, a través de la cual se incorporaron a las tareas de la resistencia otras personas, no combatientes directos, pero que podían apoyar desde sus distintas posiciones con actividades en actos públicos, recogida de fondos y abastecimientos, atención a perseguidos que debían esconderse, heridos y otras funciones. Esto permitió incorporar a una masa mayor a la resistencia frente al régimen.
Fig. 5.9 Reunión de la Dirección Nacional del MR-26-7
La lucha en las ciudades se incrementó en ese año. Acciones diversas se produjeron en el país en las que tuvo especial impacto la presencia femenina en las marchas de madres contra los asesinatos, como la del 15 de febrero en zonas de Oriente. También hubo participación femenina, entre otras formas, por medio del Frente Cívico de Mujeres Martianas creado en 1952.
Uno de los hechos más espectaculares fue el asalto al Palacio Presidencial el 13 de marzo de 1957, realizado por el Directorio Revolucionario. Su principal dirigente, el presidente de la FEU y secretario general del Directorio Revolucionario, José Antonio Echeverría, con un pequeño grupo tomó la emisora Radio Reloj para hacer una alocución al pueblo anunciando la ejecución del tirano y llamando a la lucha (fig. 5.10). Al regresar hacia la Universidad de La Habana se enfrentó a un carro patrullero y murió en esa acción. Ese día no se pudo ajusticiar al tirano ni descabezar al régimen, pero aquel gesto estremeció al país. Fructuoso Rodríguez, en su condición de vicepresidente, asumió la presidencia de la FEU y la dirección del Directorio y promovió la reorganización y el contraataque, pero el 20 de abril cayó asesinado junto a Juan Pedro Carbó Serviá, Joe Westbrook y José Machado, en un acto brutal en Humboldt 7, en la capital. El Directorio perdió a sus más reconocidos dirigentes en aquel momento.
Fig. 5.10 José Antonio Echeverría
José Antonio dejó escrito lo que fue su testamento político en el que decía:
Nuestro compromiso con el pueblo de Cuba quedó fijado en la Carta de México, que unió a la juventud en una conducta y una actuación.
Si caemos, que nuestra sangre señale el camino de la libertad.
[...] este manifiesto, que pudiera llegar a ser un testamento, exhorta al pueblo de Cuba a la resistencia cívica, al retraimiento de cuanto pudiera significar un apoyo a la dictadura que nos oprime, y a la ayuda eficaz de los que están sobre las armas para libertarlo.[30]
El 30 de julio de ese año fue asesinado Frank País en las calles de Santiago de Cuba junto a su compañero Raúl Pujols, lo que provocó una gran conmoción. Frank, líder del movimiento clandestino, era muy conocido y querido en Santiago, por lo que su muerte tuvo un gran impacto. Se produjeron huelgas generales espontáneas en Santiago y en otras ciudades de Oriente, que se extendieron de modo parcial al resto del país. Este hecho demostró la fuerza que iba ganando la lucha revolucionaria en la población. La indignación por el asesinato de Frank (fig. 5.11) provocó una gran demostración de mujeres en las calles santiagueras, lo que coincidió con la visita del nuevo embajador norteamericano, Earl E. T. Smith, a esa ciudad. Smith y su esposa fueron testigos del uso de la fuerza bruta contra aquellas mujeres que reclamaban el fin de los asesinatos. Al ser entrevistado de inmediato, el Embajador hizo declaraciones de repudio a esos actos, lo que creó un ambiente de tensión con el gobierno que se disipó prontamente, cuando los intereses comunes prevalecieron en una relación que se hizo muy estrecha en corto tiempo.
Fig. 5.11 Frank País García
El 31 de julio, Fidel Castro escribió:
Cuesta trabajo leer la noticia. No puedo expresarte la amargura, la indignación, el dolor infinito que nos embarga. ¡Qué bárbaros! Lo cazaron en la calle cobardemente, valiéndose de todas las ventajas que disfrutan para perseguir a un luchador clandestino.
¡Qué monstruos! No saben la inteligencia, el carácter, la integridad que han asesinado. No sospecha siquiera el pueblo de Cuba quién era Frank País, lo que había en él de grande y prometedor [...]
[...] ¡Cuánta pérdida significa esta lucha! ¡Cuánto sacrificio va costando ya esta inmunda tiranía! [...]
Y dijo que Frank era "El más valioso, el más útil, el más extraordinario de nuestros combatientes".[31]
Un tercer momento de participación masiva fue el alzamiento de Cienfuegos el 5 de septiembre. Organizado por el Movimiento 26 de Julio y fuerzas de la Marina, se produjo la toma de la base naval de Cayo Loco, lo que inició un levantamiento en la ciudad con la participación de las milicias del MR-26-7 y el apoyo de la población. Durante ese día se controló la ciudad. El plan era mucho más amplio, pero no se pudo realizar en otras partes, por lo que Cienfuegos quedó aislado en ese intento. Fue otra demostración de quiebra dentro de los cuerpos armados y de combatividad del pueblo.
Otras acciones mostraban en la vida cotidiana la creciente presencia insurreccional, como la llamada "noche de las cien bombas" del 8 de noviembre en La Habana, cuando el frente de Acción y las Brigadas Juveniles y Estudiantiles del 26 de Julio, dirigidas por Gerardo Abreu Fontán, hicieron detonar esas bombas y otros sabotajes a servicios públicos, al tiempo que los asesinatos se sucedían, como el de los hermanos Luis y Sergio Saíz Montes de Oca, asesinados el 13 de agosto en plena calle de su pueblo natal, San Juan y Martínez, en Pinar del Río, lo que provocó honda indignación en la población.
Los combatientes de las zonas urbanas enfrentaban la persecución y la brutal represión del régimen, en lo que alcanzaron notoriedad algunos de lo más sanguinarios represores como José María Salas Cañizares, apodado Massacre; Esteban Ventura, conocido como el Monstruo de la Quinta Estación; el coronel de la policía Conrado Carratalá, el jefe del Regimiento de la Guardia Rural de Matanzas y después jefe de la Policía Nacional Pilar García, calificado como Alma de asesino y nombre de mujer, o Rolando Masferrer con su grupo paramilitar denominado Tigres de Masferrer, entre otros, quienes desarrollaron métodos brutales de torturas y asesinatos (fig. 5.12). La Quinta Estación, el Servicio de Inteligencia Militar (SIM) y otras instalaciones se convirtieron en lugares tenebrosos y de segura muerte para quienes eran conducidos allí. A pesar de todo esto, se mantenía el combate en las ciudades.
Un aspecto importante para la Revolución era lograr vías de unidad entre los distintos grupos que actuaban en la lucha contra Batista, y presentar un programa de consenso para un futuro gobierno provisional, de ahí que se organizara una reunión en la Sierra Maestra, el 12 de julio de 1957, de Fidel con Raúl Chibás, hermano del líder ortodoxo muerto, ahora dirigente de ese partido, y Felipe Pazos, economista que había sido presidente del Banco Nacional de Cuba con el gobierno de Prío, quienes habían estado vinculados al Movimiento de Resistencia Cívica en sus comienzos. Allí se firmó el Manifiesto de la Sierra Maestra. Este fue un documento que recogía aquellos aspectos en los que podían confluir estas figuras, entre ellos la formación de un frente cívico revolucionario que tuviera una estrategia común, la organización de un gobierno provisional cuyo presidente sería designado por las instituciones cívicas previa renuncia de Batista, el rechazo a cualquier intento de junta militar y de intervención extranjera en los asuntos cubanos y un programa para el gobierno provisional que recogía algunos de los puntos del Programa del Moncada. Como señaló el Che, era un programa mínimo, con el que no estaban satisfechos pues no recogía aspectos esenciales del Programa del Moncada como la reforma agraria, pero era necesario en aquel momento y no se podía esperar más de aquellas figuras.[32]
Fig. 5.12 Instrumentos de tortura
En octubre de ese año, representantes de partidos y organizaciones de oposición a Batista se reunieron en Miami, constituyeron una llamada Junta de Liberación Cubana y firmaron lo que se conoció como "Pacto de Miami". Este pacto pretendía situar la dirección del movimiento revolucionario en esa Junta en el exterior y subordinar, por tanto, al MR-26-7 a esta dirección. Se trataba de reducir la marea revolucionaria a la restauración de la democracia representativa y la institucionalidad anterior al 10 de marzo, sin transformaciones revolucionarias al sistema, y de mantener la dirección en manos de los políticos de oposición tradicionales. Entre los firmantes aparecía el MR-26-7, sin que la Dirección Nacional hubiera autorizado ningún representante para ello.
El 14 de diciembre, Fidel Castro emitió una carta a las organizaciones firmantes del Pacto de Miami estableciendo el rechazo del 26 de Julio al mismo. Las razones eran bien claras: no se recogía siquiera el programa mínimo del Manifiesto de la Sierra Maestra, no se rechazaba la intervención extranjera ni la instauración de una junta militar, además de otros puntos inadmisibles como la disposición de que "las fuerzas revolucionarias se incorporarán a los institutos armados regulares de la República, con sus armas." Fidel afirmaba: "Si no hay fe en el pueblo, si no se confía en sus grandes reservas de energías y de lucha no hay derecho a poner las manos sobre sus destinos [...] en los instantes más heroicos y prometedores de su vida republicana". Fidel exhortaba a que los políticos se hicieran revolucionarios y dejaba bien esclarecida su posición al afirmar que lo importante no es la unidad en sí, sino las bases de la unidad. En ese documento, Fidel planteó a nombre del MR-26-7 la selección de Manuel Urrutia Lleó para presidente provisional de la República. Se trataba de un magistrado de la Audiencia de Oriente, que no militaba en ningún partido político y había actuado con dignidad en el juicio a los expedicionarios del Granma y combatientes del levantamiento del 30 de noviembre prisioneros. Después de rechazar que se pretendiera poner condiciones o dirigir a los combatientes de la Sierra Maestra desde el exterior, y preguntar: "¿Es que para ayudarnos tenemos que ofrecer la República convertida en botín?", terminaba su carta con una frase lapidaria: "Que para caer con dignidad no hace falta compañía".[33]
El Che escribió a Fidel a propósito de esa carta su total acuerdo y agregaba "ya lo decía Lenin, la política de principios es la mejor política. El resultado final será magnífico."
El año 1957, por tanto, fue de consolidación de las fuerzas revolucionarias y, en especial, del Movimiento Revolucionario 26 de Julio y su líder Fidel Castro (fig. 5.13).
Fig. 5.13 Combatientes en la Sierra Maestra
Cuando la oposición a Batista ganó mayor fuerza y abrió la posibilidad de un triunfo revolucionario, los partidos políticos y las corporaciones e instituciones burguesas buscaron el camino de los compromisos políticos como vía de solución, para lo cual contaban con la gestión de la Embajada de Estados Unidos.
En la medida en que la situación política se agravaba, la representación burguesa se vio más necesitada de buscar una solución que evitara el camino de la Revolución. Durante 1957 se intensificaron los intentos de mediación que contaron con otros actores además de la SAR. Desde la Embajada norteamericana se trataba de impulsar la celebración de elecciones adelantadas en 1958, se presionaba a Batista para crear un clima político más distendido, a lo que podía contribuir el restablecimiento de las garantías constitucionales, suspendidas la mayor parte del tiempo, y la reorganización de partidos para una campaña electoral satisfactoria.
El 19 de diciembre de 1957, el Departamento de Estado estadounidense emitió un memorando titulado "Recomendación de política para la restauración de la normalidad en Cuba" en el cual se planteaba persuadir a Batista para crear un mejor clima político para las elecciones en 1958 y presionar a la oposición para que aceptara los pasos que diera el gobierno.[34]
Se evidenciaban así los intentos por detener la ola revolucionaria y encauzarla por las vías tradicionales que permitieran sostener el sistema. Se pretendía retrotraer al país a la situación del 9 de marzo de 1952 y mantener el ritmo constitucional y la alternancia en el gobierno por medio de elecciones. Pero, ¿eso era suficiente para resolver los problemas cubanos?
Actividades para el estudio independiente
1. Elabora una cronología con las acciones más importantes de la lucha revolucionaria en el año 1957. A partir de la cronología elaborada, valora el nivel de desarrollo de la situación revolucionaria y compáralo con el período anterior.
2. Analiza la importancia de la respuesta de Fidel al Pacto de Miami para el futuro de la Revolución.
3. De los combates librados por el Ejército Rebelde en 1957, selecciona los tres que consideres más importantes. Argumenta las razones de tu selección.
4. De la lucha en las ciudades, selecciona tres hechos que consideres como los más destacados. Argumenta con dos elementos tu selección.
5. Tomando en cuenta el desarrollo de las fuerzas revolucionarias, explica qué implicaciones tenía la fórmula de solución planteada desde el gobierno de Estados Unidos.
6. Investiga en tu territorio qué acciones revolucionarias tuvieron lugar allí en 1957.
5.4 La situación revolucionaria en 1958
El año 1958 sería decisivo para el desenlace de la situación en Cuba. La Revolución tendría momentos difíciles, pero después incrementaría su potencialidad de manera incontenible. El país vivía una etapa determinante para su futuro inmediato y mediato. Los avances de la Revolución hicieron aparecer nuevos mediadores, como una exhortación del Episcopado de la Iglesia Católica para crear un gobierno de unidad nacional y la gestión del Conjunto de Instituciones Cívicas para formar un gobierno provisional. Se demandaba el cese de la violencia como vía para buscar la pacificación y normalidad política, que implicaba el retorno a la Constitución de 1940 sin mayores cambios. Los acontecimientos desbordarían estos propósitos de contener la Revolución.
5.4.1 Ampliación de la guerra revolucionaria
Con el comienzo del año, el Ejército Rebelde amplió su zona de operaciones. El 16 de febrero de 1958, las dos columnas guerrilleras desarrollan el segundo combate de Pino de Agua (conocido como Pino del Agua II), bajo la dirección personal de Fidel, que permitió ocupar un importante número de armas y parque. Este combate tuvo gran repercusión porque se produjo en el momento en que el gobierno había levantado la censura de prensa. A partir de entonces se crearon nuevas columnas. Por decisión de Fidel, el 11 de marzo de 1958 se constituyó el II Frente Oriental Frank País, al norte de la provincia de Oriente, por el comandante Raúl Castro. Simultáneamente se había creado el III Frente "Mario Muñoz" bajo la jefatura del comandante Juan Almeida Bosque. Camilo Cienfuegos iría a operar en los llanos del Cauto. La guerra se expandía por el territorio oriental. En Las Villas había grupos guerrilleros desde fines de 1957. Un grupo, originalmente de miembros del Directorio Revolucionario 13 de Marzo, operaba allí bajo la denominación de II Frente Nacional del Escambray. Por su actitud violatoria de la ética revolucionaria y su falta de combatividad, lo que hizo que se les conociera como los "comevacas", fue separado de la organización. El 8 de febrero arribó la expedición del Directorio comandada por su secretario general Faure Chomón para marchar hacia el Escambray. En la zona villareña empezaría a operar también un grupo guerrillero del Partido Socialista Popular al mando de Félix Torres, uno pequeño de la Organización Auténtica y un grupo del MR-26-7 bajo la jefatura de Víctor Bordón.
Un hecho trascendente para la divulgación y propaganda y para agilizar las comunicaciones fue la inauguración de Radio Rebelde el 24 de febrero, radicada inicialmente en la Comandancia del Che y después en la Comandancia General en la Sierra Maestra, lo que tuvo un gran impacto en la población que escuchaba las transmisiones por onda corta en el mayor secreto posible. Por medio de las ondas de Radio Rebelde se transmitían los partes de la situación bélica, se divulgaban noticias, aspectos del programa revolucionario y se denunciaban los crímenes del régimen, así como el apoyo militar de Estados Unidos a Batista y su responsabilidad en los bombardeos indiscriminados que se hacían desde el aire a la población civil campesina, al tiempo que se escuchaba la música de combate del Quinteto Rebelde. También se empezó a publicar el periódico El Cubano Libre.
En las ciudades se mantenían las acciones, pero hubo una de gran espectacularidad nacional e internacional: el secuestro del campeón mundial de automovilismo, Juan Manuel Fangio, por combatientes del MR-26-7, que impidió su participación en una carrera en La Habana el 24 de febrero.
Los avances de la lucha revolucionaria parecían presentar las condiciones para una acción definitiva: la huelga general. Para trabajar en esa dirección, el MR-26-7 había creado el Frente Obrero Nacional (FON). También el Frente Estudiantil Nacional (FEN), creado por el MR-26-7, estaba activo y los centros de segunda enseñanza se habían declarado en huelga desde marzo. En esas condiciones, la dirección del 26 de Julio convocó a la huelga general el 9 de abril de 1958. Ese día se declararon huelgas en diferentes lugares del país, al mismo tiempo que se realizaban acciones armadas y otros actos como parte del plan. Las ciudades donde la huelga tuvo mayor alcance fueron Sagua la Grande, Santiago de Cuba, Guantánamo y Madruga, aunque hubo paros y acciones en todo el país. La represión fue brutal.
La huelga no logró su objetivo, las condiciones no estaban aún maduras para esa acción final; evidentemente se había sobrevalorado la maduración de la situación revolucionaria, además de las deficiencias que hubo en la organización. En esos días, cayeron combatiendo o fueron asesinados más de 80 combatientes, entre ellos dirigentes valiosos, como Marcelo Salado, dirigente del MR-26-7 en la capital, lo que afectó a la organización. El fracaso de la huelga significó entonces un duro golpe al movimiento revolucionario ante lo cual el régimen trataría de tomar ventaja. Para analizar lo concerniente a la huelga, sus resultados y los pasos inmediatos a dar, Fidel Castro convocó una reunión de la Dirección Nacional del MR-26-7 en la Sierra Maestra (fig. 5.14), que se llevó a efecto el 3 de mayo de 1958. El Che la calificó de "decisiva".
La reunión, celebrada en Altos de Mompié, analizó las causas del fracaso y sus consecuencias, los problemas de sectarismo que se habían manifestado, el método ineficaz de convocatoria, la estructura del Movimiento que se reorganizó, así como se definieron lineamientos esenciales. De esta reunión salió el acuerdo de centralizar la dirección en Fidel como Comandante en Jefe, tanto del Ejército Rebelde como de las milicias del llano, además de ser Secretario General del Movimiento, es decir, se centralizaba el mando político y militar en todos los escenarios de lucha; se decidió una política unitaria que se materializó con la creación del Frente Obrero Nacional Unido (FONU); pero lo más importante fue la definición de la concepción que ubicaba en la Sierra la dirección política y militar y reconocía en el Ejército Rebelde el factor fundamental en la lucha en aquel momento.[35] A partir de aquí se fortaleció, por tanto, la dirección y funcionamiento del MR-26-7. Además, se planteó la línea de acción para resistir y derrotar la ofensiva que estaba preparando el ejército gubernamental contra el Frente I José Martí, donde radicaba la Comandancia General del Ejército Rebelde.
Fig. 5.14 Combatientes en la sierra junto a Celia y Fidel
El 15 de abril de 1958, Fidel habló por primera vez al pueblo por Radio Rebelde. Se refería a los partes mentirosos del Estado Mayor de Batista sobre los combates y las bajas, a las zonas donde se combatía pues "ya no se lucha solo en la Sierra Maestra, desde Cabo Cruz hasta Santiago de Cuba; sino también en la Sierra Cristal, desde Mayarí hasta Baracoa; en la llanura del Cauto, desde Bayamo hasta Victoria de las Tunas; en la provincia de Las Villas, desde la sierra Escambray hasta la sierra de Trinidad y en las montañas de Pinar del Río"; señalaba que Estados Unidos decía que había cancelado las ventas de armas a Batista, pero "Estados Unidos se las vende a Somoza y a Trujillo; Somoza y Trujillo se las venden a Batista. ¿Y la Organización de Estados Americanos qué hace?". También se refirió a los hechos recientes:
[...] que sobre el montón de cadáveres con que la dictadura ahoga en sangre la nueva huelga no se puede mantener en el poder ningún gobierno, porque los centenares de jóvenes y obreros asesinados en estos días y la represión sin precedentes desatada contra el pueblo, no debilita la Revolución, sino que la hace más fuerte, más necesaria, más invencible [...][36]
Como se había previsto, a partir de la apreciación errónea de las consecuencias del fracaso de la huelga del 9 de abril en la moral de los combatientes revolucionarios, el ejército de Batista aceleró el inicio de su gran ofensiva de verano el 24 de mayo, con la asesoría de la misión militar norteamericana, en lo que se llamó Plan FF (Fase Final o Fin de Fidel). Esta ofensiva se concentraba en la Sierra Maestra a la que se destinaron casi 10 000 efectivos. De acuerdo con lo planteado por Fidel, en la alocución por Radio Rebelde tras el fracaso de la ofensiva de la tiranía, la primera fase fue de resistencia para después pasar a la ofensiva. Se contaba inicialmente con 200 hombres en el Frente I, por lo que Fidel determinó el reagrupamiento de algunas columnas y combatientes de los que operaban en otras zonas, hasta llegar finalmente a 300. Se cambió entonces la forma de combate de guerra de guerrillas por la de posiciones y movimientos, lo que sorprendió al enemigo. Las instrucciones de Fidel fueron precisas:
Estamos tomando una serie de medidas destinadas a garantizar: 1) La resistencia organizada; 2) desangrar y agotar al ejército adversario; 3) la conjunción de elementos y armas suficientes para lanzarnos a la ofensiva, apenas ellos comiencen a flaquear. Están preparadas una por una las etapas sucesivas de defensa. [...] Los objetivos fundamentales de este plan son: 1) disponer de un territorio básico donde funcionen la organización, los hospitales, los talleres, etc.; 2) mantener en el aire la emisora rebelde que se ha convertido en factor de primera importancia, 3) ofrecer una resistencia cada vez mayor al enemigo a medida que nos concentremos y ocupemos los puntos más estratégicos para lanzarnos al contraataque.[37]
En el rechazo a la ofensiva se produjeron más de cien acciones combativas bajo la dirección de Fidel, dentro de las cuales se destaca la batalla de El Jigüe, que duró del 11 al 21 de julio, en la que fue capturado un batallón completo del enemigo y marcó, de hecho, la derrota de la ofensiva. También se destacan las dos batallas de Santo Domingo del 27 al 29 de junio y del 25 al 28 de julio respectivamente, y la de Las Mercedes que duró del 31 de julio al 6 de agosto. Fidel lo informó por Radio Rebelde:
[...] El Ejército Rebelde, después de 76 días de incesante batallar en el frente número 1 de la Sierra Maestra, rechazó y destruyó virtualmente a la flor y nata de las fuerzas de la tiranía, ocasionándoles uno de los mayores desastres que pueda haber sufrido un ejército moderno, adiestrado y equipado con todos los recursos bélicos, frente a fuerzas militares no profesionales [...][38]
Se había derrotado a la ofensiva de verano y se había pasado a la contraofensiva. Fue una gran victoria del Ejército Rebelde que creó las condiciones para la ofensiva final. El ejército de Batista tuvo más de mil bajas entre muertos, heridos y unos 400 prisioneros; el Ejército Rebelde tuvo cerca de 80 bajas, 27 de ellos muertos entre los que se encontraba el comandante René Ramos Latour (Daniel). El Ejército Rebelde tomó desde entonces la iniciativa estratégica.
Los avances rebeldes y la autoridad indiscutible que había ganado el 26 de Julio y su líder llevaron, en el mes de julio, a que los grupos políticos de oposición buscaran la concertación entre sus fuerzas y las revolucionarias, lo que fue aceptado por la dirección del MR-26-7. Comenzaron las conversaciones en Caracas donde se firmó un pacto cuyo texto había sido redactado por Fidel. Fue el Pacto de Caracas el 20 de julio de 1958, rubricado por organizaciones revolucionarias como el MR-26-7, el DR 13 de Marzo, el Movimiento de Resistencia Cívica, la FEU y otros grupos que habían sostenido posiciones insurreccionalistas con distintos grados de realización. Este Pacto reconocía el papel fundamental de la insurrección armada y criticaba el apoyo norteamericano a Batista. Se creaba en este acuerdo el Frente Cívico Revolucionario, cuyo presidente fue José Miró Cardona, quien presidía el Conjunto de Instituciones Cívicas y el Colegio de Abogados de La Habana. Como resultado del Pacto, tres representantes de la FEU fueron a la Sierra Maestra,[39] a lo que se añadió el envío de un representante del PSP, organización que se adhirió posteriormente a este acuerdo.
El Pacto de Caracas demostró el reconocimiento del lugar decisivo del Ejército Rebelde y el liderazgo de Fidel Castro en el panorama político cubano. Los partidos políticos de oposición habían quedado rezagados y la vía revolucionaria quedaba expedita.
Actividades para el estudio independiente
1. Elabora una cronología de los principales hechos dentro de la lucha insurreccional en el primer semestre de 1958. A partir de la cronología elaborada, determina el nivel de maduración de la situación revolucionaria en ese período.
2. Analiza por qué el Che denominó a la reunión de Altos de Mompié, "una reunión decisiva".
3. Compara las instrucciones de Fidel Castro para enfrentar la ofensiva de verano del ejército de Batista con los resultados de esa ofensiva para determinar los siguientes aspectos:
a) ¿Era acertada la estrategia planteada por Fidel Castro?
b) ¿Logró alcanzar su objetivo?
5.4.2 Intentos finales de detener la Revolución. La ofensiva final del Ejército Rebelde
A partir de agosto de 1958 las fuerzas revolucionarias y, en particular el Ejército Rebelde, se hacían dueños de la iniciativa en los acontecimientos, esto constituyó motivo de preocupación para la oligarquía interna y para el gobierno de Estados Unidos. Frente al debilitamiento extremo del régimen, ¿podían los grupos de poder confiar en sus propias posibilidades para resolver la crisis, de acuerdo con su comportamiento histórico?, ¿Estados Unidos podía mantenerse solamente como observador, dado su lugar en el sistema de dominio neocolonial en Cuba?
Los Estados Unidos se involucraron cada vez más en la crisis cubana para resguardar sus intereses. La tiranía buscaba continuamente acciones de apoyo, Batista solicitaba al gobierno de Estados Unidos, de manera insistente, la represión a las actividades que desplegaban los grupos opositores exiliados en ese país. La oposición de los partidos burgueses también buscaba la acción de los representantes del Norte. El gobierno norteamericano, por su parte, manejó el problema cubano en términos de evitar un triunfo de las fuerzas revolucionarias; esto se discutió en diferentes instancias, incluyendo el Consejo de Seguridad Nacional que analizó este tema en dos reuniones del mes de diciembre. Se buscaba una tercera fuerza, al margen de Batista y de Fidel, para resolver la crisis cubana y empujar al régimen a concesiones que permitieran ganar tiempo. En esta posición coincidían con los representantes de la política burguesa: había que resolver la crisis, pero mantener el sistema.
Sin embargo, el gobierno batistiano recurrió al incremento de la represión para enfrentar el avance revolucionario, de manera que esta era masiva en todo el país, además de promover algunos cambios en su equipo gobernante y de mandos militares. Batista compró armas en Europa, República Dominicana y Nicaragua y solicitó insistentemente gestos de respaldo del gobierno de Estados Unidos. Pero en los círculos de toma de decisiones estadounidenses ya era una convicción que Batista tendría que dejar el gobierno y el problema consistía en encontrar la vía para evitar el triunfo del MR-26-7.
Los políticos que aspiraban al poder solicitaban el respaldo de la embajada norteamericana. Desde Eusebio Mujal, secretario general de la CTC (conocida CTK), hasta candidatos presidenciales, sostenían conversaciones con funcionarios de la Embajada y con el propio Embajador en busca de respaldo o de garantías para sus posiciones. Políticos oposicionistas que radicaban en el exilio también se acercaban al Departamento de Estado en Washington para ser oídos y buscar apoyos. Mientras, en Cuba se incrementaban aceleradamente las acciones revolucionarias.
En agosto comenzó la ofensiva final del Ejército Rebelde, que tuvo tres líneas esenciales: la preparación de la batalla por Santiago de Cuba, la salida de la Columna No. 8 Ciro Redondo, comandada por el Che, con destino a Las Villas y de la Columna No. 2 Antonio Maceo, al mando de Camilo Cienfuegos, para llegar a Pinar del Río. Se reeditaba la invasión a Occidente realizada durante nuestra última guerra de independencia. En realidad, en ese segundo semestre del año se combatía en todo el país, pues las seis provincias tenían frentes guerrilleros o columnas que actuaban en las zonas rurales combatiendo al ejército de la tiranía. En octubre partió la tropa para abrir el IV Frente Simón Bolívar en la zona norte de Oriente comandado por Delio Gómez Ochoa; desde septiembre se había enviado una columna a Camagüey para abrir el frente en esa provincia. En octubre llegaron las columnas del Che y Camilo a Las Villas; Camilo permaneció en su parte norte por orden de Fidel. En Pinar del Río se había abierto un frente, comandado por Dermidio Escalona, cuyo primer combate fue el 13 de agosto. En La Habana-Matanzas también operaban dos columnas que preparaban la apertura de un frente.
Las acciones, por tanto, se hacían sentir en todo el país, mientras la dictadura incrementaba la crueldad de la represión. Entre los hechos más horrendos de 1958 se encuentra la llamada "masacre de Cabañas" llevada a cabo en esa localidad de Pinar del Río, el 20 de noviembre de 1958, cuando fueron torturados y asesinados 22 habitantes de la zona en represalia por la acción desplegada cuatro días antes por combatientes del Frente contra carros patrulleros del SIM. En los momentos de crisis total de la tiranía, caían los jóvenes estudiantes Manuel (Manolito) Aguiar del Instituto de Segunda Enseñanza de Marianao, de 18 años, asesinado en plena calle, y el obrero zapatero y estudiante de la Escuela Normal para maestros de 19 años, Fulgencio Oroz, después de ser brutalmente torturado.
El Comité del exilio se reorganizó y rindió frutos rápidamente con el envío expedito de cinco expediciones aéreas, mientras en el II Frente Oriental Frank País se creaba la Fuerza Aérea Rebelde que realizó operaciones durante el resto de la guerra. Por su parte, Radio Rebelde era el instrumento de intercomunicación entre las distintas fuerzas y ampliaba su capacidad de trasmisión con la Cadena de la Libertad, que llegaba a Cuba y al exterior con base en Caracas, Venezuela, donde operaba una de sus estaciones, además de emisoras de Colombia y Ecuador. Así, Radio Continente, Radio Caracol y La Voz de los Andes retransmitían con alcance para todo el continente las noticias emanadas directamente de Radio Rebelde. En estas condiciones se librarían las batallas finales.
En las maniobras para detener la fuerza arrasadora de la Revolución, el 3 de noviembre de 1958 se celebraron las elecciones que contaron con cuatro candidaturas presidenciales, pero hubo un gran abstencionismo. A pesar de los fraudes, del dinero gastado en la compra de votos y demás prácticas habituales, en unas elecciones donde, según el comentario público, "hasta los muertos votaron", las cifras oficiales anunciaron alrededor de un 40 % de participación, pero se sabía que esto no era real. Batista hizo elegir a su candidato Andrés Rivero Agüero.
Estados Unidos, por su parte, enfrentado al fracaso de las elecciones y el incontenible avance rebelde, propuso a Batista su salida y la creación de una junta; ante su negativa, determinó retirarle el apoyo el 17 de diciembre de 1958, cuando su presencia era insostenible y se tornaba un obstáculo para cualquier solución. Se abría espacio a otras maniobras.
Mientras los grupos de poder buscaban afanosamente soluciones que les permitieran preservar ese poder, las acciones revolucionarias se desarrollaban vertiginosamente. El Ejército Rebelde desató su ofensiva final y se tomaban medidas de orden gubernamental en el territorio liberado. El 10 de octubre se promulgaron las leyes 2 y 3, por las cuales se penalizaba políticamente a los que participaran en las elecciones convocadas por el régimen y se establecía la reforma agraria en una primera etapa dentro de las zonas liberadas.
El 13 de noviembre, Fidel habló por Radio Rebelde a los comandantes que operaban en las provincias de Oriente, Camagüey y Las Villas y al pueblo, orientando las acciones a realizar en la batalla de Oriente, donde operaban cuatro frentes, e intensificar la ofensiva en Camagüey y Oriente.
El II Frente Oriental "Frank País" avanzó en la organización del territorio bajo su control no solo en el orden militar, sino que creó una estructura de gobierno civil con departamentos que atendían los diferentes asuntos: Justicia, Educación, Sanidad y otros que asumieron funciones de orden y gobierno en todo el territorio. En ese Frente se desarrollaron, además, dos eventos de primera importancia: en septiembre se celebró el Congreso Campesino en Armas (fig. 5.15) y en diciembre un Congreso Obrero en Armas de carácter unitario.
En la actividad desplegada por el Che en Las Villas, tienen especial importancia sus contactos con los otros grupos y organizaciones que ya operaban allí. Según las indicaciones estratégicas del Comandante en Jefe, debía cortar sistemáticamente las comunicaciones entre ambos extremos de la Isla, establecer relaciones con todos los grupos que actuaban en aquellas montañas y disponía de amplias facultades para gobernar militarmente la zona bajo su mando.
Fig. 5.15 Raúl Castro hablando en el Congreso Campesino en Armas
Según narra el Che, hubo que hacer una intensísima labor en el Escambray a favor de la unidad revolucionaria, debido a las diferencias entre las distintas organizaciones que operaban allí, lo que fue particularmente difícil con el II Frente Nacional del Escambray, con el que no hubo acuerdo finalmente.
El 1ro. de diciembre se firmó el Pacto del Pedrero entre el MR-26-7 representado por el Che y el Directorio Revolucionario 13 de Marzo. Este documento recogía la voluntad de cooperación entre ambas organizaciones, coordinando acciones conjuntas, y llamaba a todas las fuerzas revolucionarias a unirse.
Pacto del Pedrero. Fragmentos Es propósito del Movimiento 26 de Julio y el Directorio Revolucionario mantener una perfecta coordinación en sus acciones militares, llegando a combinar operaciones, donde sus fuerzas participen al mismo tiempo, (...) .......................................................................................... En cuanto a la política Agraria y a la Administración de Justicia, el Movimiento 26 de Julio y el Directorio Revolucionario están acoplando sus planes de Reforma Agraria y Código Penal. .......................................................................................... 2960UP-53 TRIPA CAP 5 11/6/10 15:27 Página 297 Estamos conscientes de nuestro deber con la Patria y en nombre de los postulados revolucionarios de Frank País y José Antonio Echeverría, llamamos a la unión de todos los factores revolucionarios e invitamos a las organizaciones en el territorio para que se adhieran públicamente a este llamado, coordinando su acción en beneficio de la nación cubana. UNIR ES LA PALABRA DE ORDEN: juntos estamos dispuestos a vencer o morir. 39 El PSP, que tenía un grupo guerrillero en la zona, se adhirió al pacto. Esta cooperación se materializó en los combates librados como parte de la ofensiva en el territorio central. En el norte de Las Villas, Camilo libraba numerosas acciones como la toma de Zulueta, Meneses, General Carrillo lo que culminó con la batalla de Yaguajay, cuando tomó el cuartel después del cerco iniciado el 21 de diciembre hasta la rendición de la plaza el 31 de diciembre. El Che, por su parte, que estaba en permanente contacto con Camilo para coordinar las operaciones, había desarrollado también numerosas acciones en el centro, en coordinación con el DR, como la liberación de Fomento, Guayos, Cabaiguán, Remedios, Placetas, Caibarién, Sancti Spíritus, Zulueta, Meneses, Báez y Manicaragua; pero el objetivo estratégico era la toma de la capital, Santa Clara (fig. 5.16), donde se encontraba el regimiento Leoncio Vidal. Esta operación significaría cortar la Isla e impedir el paso hacia la zona oriental de los efectivos de la tiranía. Una de las acciones de mayor impacto fue el descarrilamiento en Santa Clara del tren blindado el 29 de diciembre por las tropas del Che, con lo que se destruía un gran proyecto del Ejército batistiano de reparar vías de comunicación y puentes interrumpidos y, por tanto, restablecer el abastecimiento terrestre a la parte oriental. La numerosa tropa fuertemente armada que lo acompañaba cayó en manos rebeldes. Ese día se iniciaron las acciones ofensivas hasta la rendición de la plaza el 1ro. de enero. En Oriente, se desarrollaba la Operación Santiago que comenzó con la batalla de Guisa del 20 al 30 de noviembre. Las fuerzas de los frentes II y III iniciaron el 23 de noviembre la Operación Flor Crombet con el ataque a Alto Songo, La Maya, El Cristo y San Luis. La ofensiva siguió sobre los territorios comprendidos entre Bayamo y Santiago de Cuba. Las acciones continuaron bajo la jefatura directa del Comandante en Jefe: el 19 de diciembre se tomó Jiguaní, el 27 fue Palma Soriano, el 30 de diciembre se rindió Maffo. Se iba cercando a Santiago con la toma de Palma Soriano, Mayarí y el cerco a Guantánamo, además del corte de las comunicaciones a través de Holguín y Las Tunas, ciudades que estaban bajo asedio del IV Frente. El Ejército Rebelde estaba en condiciones de iniciar la batalla de Santiago de Cuba. A esas alturas, la dirección del MR-26-7 encaminó sus pasos a organizar el gobierno revolucionario, para lo cual se reunió en La Rinconada el 18 de diciembre 39 Enrique Rodríguez-Loeches: Bajando del Escambray, Ed. Letras Cubanas, La Habana, 1982, pp. 256-257. 2970UP-53 TRIPA CAP 5 11/6/10 15:27 Página 298 (fig. 5.17). Con la presencia de la Dirección Nacional, los comandantes Raúl Castro y Juan Almeida, los coordinadores provinciales y dirigentes del Movimiento de Resistencia Cívica, Fidel analizó la alentadora situación de la guerra. Luis Buch informó sobre las designaciones que ya había hecho Urrutia para algunos ministerios y se sugirieron los nombres para otros, aunque quedaron algunos vacantes. Raúl Castro planteó sus reservas con algunas de las designaciones por entender que con esas personas la revolución no podría avanzar, mientras Fidel expresó que él no estaría en el gobierno sino en contacto con el pueblo y "criticando los errores que se cometan". 40 Se daban pasos organizativos para el cercano triunfo. Fig. 5.16 Che y Camilo en Las Villas Luis M. Buch Rodríguez: Gobierno revolucionario cubano: génesis y primeros pasos, Ed. de Ciencias Sociales, La Habana, 1999, p. 32. 40 298Nuevitas 8-2-58 Rita Granma 2-12-56 (1956-1958). 126.) 15:27 11/6/10 0UP-53 TRIPA CAP 5 Página 2990UP-53 TRIPA CAP 5 11/6/10 15:27 Página 300 El 27 de diciembre, se emitió una "Circular de Organización" por parte del Ejecutivo Nacional del MR-26-7, firmada por Fidel Castro y Zoilo (Marcelo Fernández Font, quien tenía funciones de coordinador nacional del MR-26-7), dirigida a los responsables nacionales, provinciales y municipales del Movimiento, en la que se preveía el inminente colapso del régimen y se daban instrucciones para actuar. Se planteaba la posibilidad, en esa circunstancia, de convocar a un paro general ciudadano, por lo que se hacía necesario mantener y mejorar los cuadros clandestinos, especialmente los sindicales, porque "ellos serán la estructura básica sobre la que habremos de edificar el futuro partido revolucionario 26 de Julio." Después de orientar medidas organizativas en los territorios liberados y por liberar, señalaba que la tesis de un gobierno de tránsito, como se había previsto anteriormente, con la única misión de convocar a elecciones generales, sería "desaprovechar una oportunidad única de hacer realidad la Revolución por la que tanto hemos luchado". Por tanto, el 26 de Julio asumiría la responsabilidad del poder, "para realizar en el tiempo necesario la obra revolucionaria". En previsión de que a la caída del régimen, los enemigos de la revolución intentaran "piratearla o secuestrarla", se llamaba a estar alertas: [...] En ese momento los cuadros del Movimiento deben estar en tensión, listos a lanzar el pueblo a la calle, reclamando la entrega del poder al gobierno revolucionario presidido por Urrutia. Compañero: la lucha cruenta que hemos librado por la libertad y la justicia toca a su fin. Pero nadie debe considerar que su labor ha terminado cuando cese el eco del último disparo. Entramos ahora en la etapa constructora donde hará falta el mismo valor y la misma decisión para desarrollar la obra revolucionaria. Ahora tenemos que estar más unidos que nunca, frente a los enemigos de todo tipo, descubiertos y solapados. Solo así podremos considerar nuestro deber cumplido. Solo así seremos dignos de haber sobrevivido a los hermanos caídos en esta larga contienda. 41 En este contexto de inminente triunfo del Ejército Rebelde, hubo intentos desesperados por impedirlo. El general Eulogio Cantillo, Jefe de Operaciones del ejército de Batista en Oriente, se entrevistó con el Comandante en Jefe el 28 de diciembre y comprometió la incorporación de sus fuerzas el 31 de diciembre para una acción conjunta hacia Occidente. Fidel estableció sus condiciones: no huida de Batista, no golpe de Estado en la capital, no participación de la embajada de Estados Unidos. Incumpliendo el compromiso, Cantillo volvió a La Habana e hizo todo lo contrario de lo pacta41 Reproducido por José Luis Padrón y Luis Adrián Betancourt: Batista, últimos días en el poder, Ediciones Unión, La Habana, 2008, pp. 499-503. 3000UP-53 TRIPA CAP 5 11/6/10 15:27 Página 301 do, lo que facilitó la huida de Batista. Entre otros, hasta el Jefe de Estado Mayor, general Francisco Tabernilla, había conversado con el embajador Smith en busca de una salida sin Batista. La opción que se manejaba era la renuncia del tirano, su salida de Cuba y la instauración de una junta cívicomilitar que controlara la situación. Eulogio Cantillo sería, en definitiva, la pieza clave para esa solución. El Comandante en Jefe había tenido reservas con la actitud de Cantillo, lo que se confirmó cuando este le telegrafió el día 30 desde La Habana diciendo que esperara una semana por los acontecimientos favorables que se desarrollarían en la capital. Fidel planteó avanzar hacia Santiago de Cuba y exigir la rendición total. El descalabro militar inminente hizo que Batista huyera de Cuba en la madrugada del 1ro. de enero de 1959. En La Habana se formó una junta cívico-militar convocada por Cantillo y se invitó a Carlos M. Piedra, magistrado del Tribunal Supremo, a presidirla. Desde Palma Soriano, Fidel emitió sus "Instrucciones a todos los comandantes del Ejército Rebelde y al Pueblo" en las que rechazaba el golpe y ordenaba continuar las hostilidades, llamaba al pueblo a prepararse para una huelga general y estar alertas, siguiendo las orientaciones de Radio Rebelde. Las Instrucciones, divulgadas por esa emisora, afirmaban: "¡Revolución SÍ; golpe militar NO!": Instrucciones de Fidel Castro del 1ro. de enero de 1959. Fragmentos Cualesquiera que sean las noticias procedentes de la capital, nuestras tropas no deben hacer alto al fuego por ningún concepto. Nuestras fuerzas deben proseguir sus operaciones contra el enemigo en todos los frentes de batalla. Acéptese solo conceder parlamento a las guarniciones que deseen rendirse. La dictadura se ha derrumbado como consecuencia de las aplastantes derrotas sufridas en las últimas semanas, pero eso no quiere decir que sea ya el triunfo de la Revolución. ....................................................................................... El pueblo y muy especialmente los trabajadores de toda la república deben estar muy atentos a Radio Rebelde, y prepararse urgentemente en todos los centros de trabajo para la huelga general, para iniciarla apenas se reciba la orden, si fuese necesario, para contrarrestar cualquier intento de golpe contrarrevolucionario. 42 A continuación, Fidel Castro se dirigió al pueblo de Santiago de Cuba para indicar la paralización de la ciudad desde las 3:00 de la tarde de ese día y afirmó: "¡La historia del 95 no se repetirá! ¡Esta vez los mambises entrarán en 42 Tomado de Bell Lara: Fase insurreccional de la Revolución Cubana, p. 293. 3010UP-53 TRIPA CAP 5 23/6/10 14:54 Página 302 Santiago!" 43 Al mismo tiempo, cursaba las órdenes militares a los mandos en Camagüey y Las Villas para el avance sobre las poblaciones. Fidel ordenó a Camilo y Che marchar hacia la capital de inmediato, donde el primero debía asumir el mando de Columbia y el segundo de La Cabaña. Las órdenes para Oriente eran también de ofensiva en todos los frentes, al mismo tiempo se planteaba mantener el mayor orden en las ciudades que se rindieran y apresar, para ser sometidos a juicio sumarísimo, a los culpables de la situación del país. Esto se hacía extensivo a Pinar del Río y se daban las instrucciones a las columnas que debían avanzar sobre Santiago de Cuba. El pueblo se lanzó a las calles a celebrar el triunfo (fig. 5.18), las milicias del MR-26-7 inmediatamente se movilizaron para cuidar el orden y asumir los mandos en las distintas instancias de ciudades y pueblos. Cantillo, ante lo imposible de controlar la situación, mandó a buscar a Ramón Barquín y los otros militares presos en Isla de Pinos por la conspiración de "los puros"; pero los presos del MR-26-7 y militares como Enrique Borbonet y José Ramón Fernández no aceptaron la maniobra. Todos saldrían de la cárcel, Fernández asumió el mando militar en la Isla de Pinos y Hart la Gobernación temporalmente, mientras Barquín tuvo que partir para La Habana con dos combatientes del 26 de Julio. El 2 de enero se inició la huelga general, que fue propiamente una huelga nacional. Camilo Cienfuegos asumía el mando en Columbia y el Che en La Cabaña, mientras Fidel Castro marchaba hacia la capital, aclamado en pueblos y ciudades a lo largo del camino, en lo que se llamó la Caravana de la Libertad. Los personeros del antiguo régimen estaban en desbandada. La rápida acción del Ejército Rebelde a partir de las instrucciones inmediatas de su Comandante en Jefe, la movilización popular plasmada en la huelga general, la presencia inmediata y efectiva de las milicias del MR-26-7 en todas las poblaciones del país, en las condiciones de desmoralización total de las fuerzas de la dictadura, fueron factores determinantes para impedir que se escamoteara el triunfo revolucionario. Las maniobras habían sido derrotadas. Por primera vez en Cuba, la revolución en sus fuerzas más representativas llegaba al poder.
ACTIVIDADES PARA EL ESTUDIO INDEPENDIENTE
1. Elabora una cronología con las acciones revolucionarias realizadas a partir de agosto de 1958. A partir de la cronología elaborada, analiza el grado de maduración de la situación revolucionaria. 2. Establece los momentos en que puede observarse el esfuerzo por lograr la unidad de las fuerzas revolucionarias entre 1953 y 1958. Valora su significación para el proceso revolucionario cubano. 43 Ibídem, p. 294. 3020UP-53 TRIPA CAP 5 11/6/10 15:27 Página 303 Fig. 5.18 Júbilo popular 3. Menciona los combates más importantes desarrollados en la ofensiva final del Ejército Rebelde y explica por qué son los más importantes. 4. Elabora un resumen, en orden cronológico, donde reflejes las maniobras que se realizaron por las distintas fuerzas para impedir el triunfo revolucionario. 3030UP-53 TRIPA CAP 5 11/6/10 15:27 Página 304 5. Analiza qué posibilidades tenían las fuerzas oligárquicas y el gobierno de Estados Unidos de detener el triunfo revolucionario. 6. Explica la importancia de las decisiones de Fidel Castro frente a las maniobras de instaurar una junta cívico-militar en la capital. 7. Lee la "Circular de Organización" del 27 de noviembre de 1958 y valora su importancia para el futuro inmediato de la revolución atendiendo al momento en que se emite, así como explica por qué se dice: "Ahora tenemos que estar más unidos que nunca, frente a los enemigos de todo tipo, descubiertos y solapados." 8. Investiga en tu territorio cuál fue la reacción de la población ante la caída de Batista. 9. Lee el siguiente fragmento del discurso de Fidel Castro el 26 de julio de 1973 en Santiago de Cuba, en ocasión del XX aniversario del asalto al cuartel Moncada: Martí nos enseñó su ardiente patriotismo, su amor apasionado a la libertad, la dignidad y el decoro del hombre, su repudio al despotismo y su fe ilimitada en el pueblo. En su prédica revolucionaria estaba el fundamento moral y la legitimidad histórica de nuestra acción armada. Por eso dijimos que él fue el autor intelectual del 26 de Julio (APLAUSOS). Céspedes nos dio el sublime ejemplo de iniciar con un puñado de hombres, cuando las condiciones estaban maduras, una guerra que duró 10 años. Agramonte, Maceo, Gómez y demás próceres de nuestras luchas por la independencia, nos mostraron el coraje y el espíritu combativo de nuestro pueblo, la guerra irregular y las posibilidades de adaptar las formas de lucha armada popular a la topografía del terreno y a la superioridad numérica y en armas del enemigo. Era necesario formar de nuevo el Ejército Mambí. Pero la Revolución ahora ya no podía tener el mismo contenido que en 1868 y 1895. Había transcurrido más de medio siglo. A la cuestión de la soberanía popular y nacional se añadía con toda su fuerza el problema social. Si la Revolución de 1868 fue iniciada por la clase terrateniente y proseguida en 1895 fundamentalmente por las masas campesinas, en 1953 ya existía una clase obrera; a ella, portadora de una ideología revolucionaria, en estrecha alianza con los campesinos y las capas medias de nuestra población, correspondía el lugar cimero y el carácter de la nueva Revolución. A partir de la lectura del fragmento anterior, analiza en qué medida la lucha revolucionaria que comenzó en 1953 fue continuidad histórica del proceso revolucionario cubano iniciado en 1868 y cuáles eran las tareas específicas de esta nueva etapa de la Revolución.
5.5 Panorama de la cultura, la ciencia y la educación en el período (1935-1958)
La producción intelectual posterior a 1935 reflejó la nueva situación del país. Una buena parte de la ensayística, de la narrativa y del testimonio tuvo 3040UP-53 TRIPA CAP 5 11/6/10 15:27 Página 305 como centro de atención el proceso revolucionario de los años treinta. Raúl Roa es un ejemplo mayor de esto, con Bufa subversiva (1935) o Escaramuza en las vísperas (1947); El acoso (1955) de Alejo Carpentier y La Trampa, (1956) de Enrique Serpa (1900-1968), independientemente de sus diferentes calidades, son novelas que abordan aristas de aquel proceso después de haberse cerrado, a partir de la presencia de los "grupos de acción" o gansteriles que proliferaron en los años posteriores como remanentes de una revolución trunca. Aquel proceso convulso y su desenlace dejaron honda huella en la producción literaria cubana. En estos años se introdujo la televisión en Cuba (1950) lo que incidió en la vida cotidiana, tanto de quienes podían comprar un televisor como de quienes no podían tenerlo, pero aspiraban a él, como un nuevo medio de difusión; mientras el cine siguió ampliando el número de salas donde se exhibían películas estadounidenses fundamentalmente, a la vez que se producían algunas películas en Cuba con sentido comercial de escasa calidad artística. La empresa Cuba Sono Film, fundada en 1938 por el partido marxista de entonces, trabajó por una creación cinematográfica de valores artísticos y sociales en los que laboraron como guionistas y musicalizadores figuras de la cultura cubana como Guillén, Carpentier y Marinello, entre otros. Los Cine-Clubs, de muy limitado alcance y sometidos a la hostilidad de empresas y policías, buscaban crear un gusto estético y una mirada crítica de la producción cinematográfica. Entre las producciones cubanas se destaca el documental El Mégano (1954), de Julio García Espinosa, por su compromiso social y su lenguaje cinematográfico experimental y de honda raíz nacional, tomando como escenario y tema fundamental la vida de los carboneros en la Ciénaga de Zapata. La película fue secuestrada y sus autores detenidos. La radio seguía teniendo adeptos, en especial el género de las radionovelas que en 1948 tuvo en El derecho de nacer, de Félix B. Caignet, su gran momento de despegue, lo que dio fama continental a su autor. No fue la primera radionovela, pero marcó un hito nacional y continental. La encuesta realizada entonces, arrojó que el 81 % de los radios estaban encendidos para oír aquella novela, lo que significaba más de un millón de radioescuchas. A partir de entonces este se convirtió en un género de gran gusto popular. El desarrollo científico no fue una prioridad de los gobiernos del período, por lo que las instituciones que surgieron entonces contaron con muy escaso o ningún respaldo oficial para convertirse en verdaderos centros de investigación. La medicina siguió siendo el campo de mayor impacto, aunque la concepción de la práctica médica se basaba en el criterio curativo y no preventivo. A pesar de ello, médicos cubanos realizaron esfuerzos importantes por desarrollar las investigaciones en esta ciencia, entre los que se destaca Pedro Kourí Esmeja, quien junto a sus colaboradores José G. Basnuevo Artiles y Federico Sotolongo Guerra, fundó el Instituto de Medicina Tropical dentro de la Universidad de La 3050UP-53 TRIPA CAP 5 11/6/10 15:27 Página 306 Habana en 1937. Esta fue la institución de investigación científica de mayores resultados y reconocimientos internacionales. El Instituto tuvo su propia publicación, la Revista Kuba de Medicina Tropical y Parasitología y Kourí presentó sus resultados en congresos internacionales, como el descubrimiento de un nuevo parásito: el inermicapsifer cubensis; además de publicar los nuevos métodos para diagnosticar y tratar las enfermedades parasitarias. En estos años surgieron numerosas instituciones profesionales, sobre todo en el campo médico, con sus publicaciones, pero sin un impacto apreciable en el desarrollo científico. Entre las instituciones de mayor mérito hay que mencionar la Sociedad Espeleológica de Cuba, fundada en 1940 por Antonio Núñez Jiménez, que, gracias a la tenacidad de su fundador en la exploración de las grutas o cavernas cubanas, contribuyó al conocimiento espeleológico, arqueológico y de nuestra geografía. En este período alcanzaron la madurez los que iniciaron su vida intelectual en el campo de la historia en la década del veinte. En la historiografía se consolidaban los clásicos Fernando Ortiz, Ramiro Guerra y Emilio Roig, pero este último alcanzaría una connotación especial como promotor de los estudios históricos al organizar los Congresos Nacionales de Historia desde 1942. Otros historiadores, algunos de filiación marxista, aparecían para dejar una obra de gran solidez, como Julio Le Riverend cuyos capítulos de historia económica en la obra en 10 volúmenes Historia de la Nación Cubana, (1952), organizada por un colectivo encabezado por Guerra, constituyen aportes fundamentales a nuestra historiografía en aquellos años. La Historia de Cuba mantenía su acento en la indagación del pasado colonial, especialmente en las luchas independentistas, pero ya se incursionaba en aspectos de la historia republicana más reciente y, sobre todo, en la historia de las relaciones de Estados Unidos con Cuba, en lo que Roig aportó la obra más cuantiosa y comprometida con el antiimperialismo. En la literatura, además de los que se habían consagrado, aparecen nuevos nombres que darían obras trascendentes como Onelio Jorge Cardoso en la cuentística, José Lezama Lima en la poesía, la narrativa y la ensayística y Virgilio Piñera en el teatro aunque también cultivó otros géneros. Muchos de los nuevos nombres integraban el grupo Nuestro Tiempo o el grupo Orígenes. La ensayística tenía significativos exponentes como Juan Marinello, Mirta Aguirre, José Antonio Portuondo, el propio Lezama Lima, Cintio Vitier y otros cuya obra fue amplia en los géneros que cultivaron, entre ellos la poesía. Como se ha señalado, estos años dieron lugar a una importante y permanente polémica en torno a los problemas económicos de Cuba, en la que intervenían representantes del pensamiento económico burgués como Gustavo Gutiérrez y Raúl Lorenzo, y del pensamiento marxista como Carlos Rafael Rodríguez y Jacinto Torras. La plástica tendría también nuevos exponentes junto a los que habían emergido en la etapa anterior, entre los que se destacan, entre otros, René 3060UP-53 TRIPA CAP 5 11/6/10 15:27 Página 307 Portocarrero, Wifredo Lam y Mariano Rodríguez. Escultores como Jilma Madera, Rita Longa y Juan José Sicre, aportaron una obra de primer orden, enclavada en espacios públicos (fig. 5.19). Fig. 5.19 Grupo escultórico Forma, espacio y luz de Rita Longa En la caricatura se mantiene el desarrollo con la mirada que satirizaba el acontecer o llamaba a la reflexión, se hacía caricatura personal desde la perspectiva psicológica. Juan David y René de la Nuez, este con su personaje de El Loquito (fig. 5.20), estarían entre los más destacados. Fig. 5.20 Caricatura del Loquito de Nuez alusiva a la Sierra Maestra donde se combatía entonces 3070UP-53 TRIPA CAP 5 11/6/10 15:27 Página 308 La música siguió siendo un factor de primera importancia en la imbricación de los componentes de la cultura cubana y de afirmación de lo propio frente a la invasión de lo externo, en cubana asimilación de los aportes que llegaban para enriquecer nuestro mundo musical. La permanencia del son, la creación del mambo de Dámaso Pérez Prado quien grabó su ¡Mambo, qué rico el mambo! en 1949, y del cha-cha-chá de Enrique Jorrín con La engañadora (1953) serían muestras de la vitalidad de la música cubana, mientras El Bárbaro del Ritmo, Benny Moré, mostraba la gran cubanía de su hacer bajo el formato del jazz band, con su Banda Gigante. José Antonio Méndez con sus Novia mía (1946) y La gloria eres tú (1947) y César Portillo de la Luz y sus creaciones como Contigo en la distancia (1946) y Tú, mi delirio (1954) serían pilares fundamentales de la nueva forma de la canción cubana denominada feeling. En la danza, la fundación del ballet Alicia Alonso en 1948 fue un hecho cultural de singular trascendencia. Alicia, Fernando y Alberto Alonso creaban entonces una compañía que alcanzó fama mundial y permanecería como parte del patrimonio nacional, convertida posteriormente en Ballet de Cuba y, después de 1959, Ballet Nacional de Cuba. La compañía ofrecía espectáculos populares, además de sus funciones en los teatros, entre las que sobresalen sus presentaciones en el estadio universitario en coordinación con la FEU de la Universidad de La Habana. La primera agrupación profesional de ballet de Cuba recibía una escasa ayuda oficial, pero esta fue cancelada en 1956. La medida oficial, que intentaba presionar a la compañía para su utilización política, fue respondida con toda dignidad por sus directores y provocó una reacción solidaria, patentizada en el homenaje que ofreció la FEU al Ballet de Cuba y a su primera figura, Alicia Alonso (fig. 5.21). En esta compañía se formaron otras grandes figuras del ballet cubano como Josefina Méndez, Loipa Araújo, Mirta Pla y Aurora Bosch que ocuparon lugares de honor en los años posteriores. La educación superior oficial contó para esta época con tres universidades pues, además de las de La Habana y Oriente, en 1948 se fundó la Marta Abreu de Santa Clara; pero por la Ley de Universidades Privadas aprobada en 1950, se fueron creando otros centros superiores de ese carácter, especialmente alentados por el gobierno a partir de 1957, que intentaban sustraer a los estudiantes del ambiente de rebeldía que había caracterizado a la universidad cubana. En general, se aspiraba a la modernización de la enseñanza oficial, en un ambiente de profundización de la influencia norteamericana. La Oficina de colaboración intelectual de la Unión Panamericana, la Asociación de Colegios y Universidades Americanas, el Instituto de Asuntos Interamericanos y otras instituciones de proyección cultural y educativa, ejercían una fuerte influencia en la concepción pedagógica oficial en Cuba. También se amplió la presencia de escuelas de origen y formación norteamericana como la Havana Bussiness Academy, fundada en 1936 con director estadounidense, que fue extendiendo sus filiales por la capital rápidamente. En 1942 se estableció el primer Junior College con la Havana Bussiness University. Después de la Ley de universidades 3080UP-53 TRIPA CAP 5 11/6/10 15:27 Página 309 privadas, entre otras, se legalizó en 1953 la Santo Tomás de Villanueva que existía desde 1946 regida por los padres agustinos estadounidenses de Villanueva, en Pennsylvania. Fig. 5.21 Alicia Alonso Frente a la pretendida norteamericanización, el magisterio cubano defendió su tradición patriótica y nacionalista lo que se vinculaba con la aspiración a una enseñanza más científica y moderna, desde los presupuestos nacionales. Una conquista de gran importancia fue la incorporación de la enseñanza de la Historia de Cuba en todo el sistema educacional oficial entre 1939 y 1940, aunque en sus objetivos se planteaba: "[...] cultivar el conocimiento y el amor hacia las naciones hermanas de América, [...] a fin de que cristalicen en hermosa realidad los ideales panamericanos inspirados en las fecundas doctrinas de Washington, Bolívar y Martí [...] 44 Esta orientación se correspondía con los acuerdos emanados de la VII Conferencia Panamericana de Montevideo de 1933, en la que se aprobó la creación de un Instituto encargado de revisar los programas y planes de enseñanza de la historia de manera de reforzar, mediante un modelo interamericano común, el sentido panamericano —falsamente atribuido a Bolívar y Martí— y la defensa del sistema imperante. La educación también era un campo de batalla de defensa de la nación, como lo evidenció el movimiento "Por la Escuela Cubana en Cuba Libre" en el que se agrupaban figuras como Emilio Roig de Leuchsenring, José Antonio Portuondo, Elías Entralgo y Fernando Ortiz. Agradezco a José Antonio Rodríguez Ben la información brindada en el material: La enseñanza oficial de la Historia de Cuba (1842-1958). 44 3090UP-53 TRIPA CAP 5 11/6/10 15:27 Página 310 Con más de un millón de analfabetos totales, bajos índices de escolarización y la indiferencia oficial, Cuba seguía construyendo su identidad y la cultura cubana fortalecía su presencia frente a la dominación. Este fue también un campo de resistencia y combate.
ACTIVIDADES PARA EL ESTUDIO INDEPENDIENTE
1. Relaciona las expresiones de la cultura cubana del período con el acontecer histórico de esos años.
2. Lee el siguiente fragmento de "Escaramuza en las vísperas" de Raúl Roa y analízalo a partir del estudio de los capítulos 4 y 5 y las proyecciones para el período 1935-1958:
[...] La revolución de que se trata tiene lugar en nuestro planeta; pero su escenario no está en Francia, ni en la Unión Soviética, ni en España, ni en México. Se origina y desenvuelve en la isla de Cuba, en una coyuntura universal de mutaciones más profundas, complejas y vastas que las que caracterizaron el tramonto del imperio romano y el alba de la modernidad. No es ajena a las ilusiones, agonías y conflictos de la época y forma parte de la pugna descomunal entre un mundo que nace y un mundo que muere. Más [...] el carácter, el contenido, el alcance, el estilo y la trayectoria de la revolución cubana están dados por las peculiaridades inherentes a nuestro ser y devenir en el proceso general de la historia. [...] se trata, pura y exclusivamente, de una revolución anticolonial de amplias implicaciones políticas, económicas y sociales. De ser una revolución de este tipo le viene su tono nacionalista, su carácter antiimperialista, su preocupación por los desposeídos, [...] de ahí su replanteo de los objetivos frustrados de la revolución de 1895.
3. Lee el siguiente fragmento del poema "Un largo lagarto verde" correspondiente al poemario La paloma de vuelo popular (1958) de Nicolás Guillén y analiza su contenido en relación con los problemas cubanos:
Alta corona de azúcar le tejen agudas cañas; no por coronada libre, sí de su corona esclava: reina del manto hacia afuera, del manto adentro, vasalla, triste como la más triste navega Cuba en su mapa: un largo lagarto verde, con ojos de piedra y agua.
- ↑ Dirección Política de las FAR: Moncada, antecedentes y preparativos, p. 130.
- ↑ Información ofrecida por Asela de los Santos.
- ↑ Ver el relato de Fidel Castro en sus respuestas al Fiscal en el juicio por los sucesos del Moncada en Marta Rojas: La Generación del Centenario en el juicio del Moncada, Ed. de Ciencias Sociales, La Habana, 1973, pp. 33-34.
- ↑ Raúl Castro: "En el VIII Aniversario del 26 de Julio", en Veintiséis, Ed. de Ciencias Sociales, La Habana, 1970, p. 33.
- ↑ Mario Mencía: El grito del Moncada, Ed. Política, La Habana, Vol. 2, 1986, p. 585.
- ↑ Lázaro Barredo Medina: Mi prisionero Fidel. Recuerdos del teniente Sarría, Ed. Pablo de la Torriente Brau, La Habana, 1986, pp. 13 y 33.
- ↑ Fidel Castro: La historia me absolverá, Ed. Política, La Habana, 1964, pp. 74-75, 79, 81, 189 y 191.
- ↑ Datos tomados de República de Cuba. Tribunal Superior Electoral. Oficina Nacional de los Censos Demográfico y Electoral. Censos de población, viviendas y electoral. Informe general, enero 28 de 1953, P. Fernández y Cía., La Habana, [s.a.]
- ↑ Datos tomados de Oscar Pino Santos: Cuba. Historia y economía, Ed. de Ciencias Sociales, La Habana, 1983, pp. 471-472.
- ↑ Según datos del Censo de 1953 citado.
- ↑ Agrupación Católica Universitaria: "¿Por qué Reforma Agraria?", La Habana, [s.a.]
- ↑ Datos tomados de las tablas VIII y XI de Jorge Ibarra Cuesta: Cuba: 1898-1958. Estructura y procesos sociales, Ed. de Ciencias Sociales, La Habana, 1995.
- ↑ Ver información detallada en Guillermo Jiménez Soler: Los propietarios de la República, 1958, Ed. de Ciencias Sociales, La Habana, 2007, pp. 64-74.
- ↑ Manuel Moreno Fraginals: El ingenio, Ed. de Ciencias Sociales, La Habana, 1978, t. III, p. 40.
- ↑ Veterano de la independencia que había tenido posiciones políticas relevantes en algunas coyunturas, como cuando fue secretario de Estado con el gobierno presidido por Mendieta.
- ↑ Cartaya, combatiente del Moncada, compuso la marcha a solicitud de Fidel durante la etapa de preparación y la adaptó después del Moncada tomando en cuenta aquellos sucesos.
- ↑ Mario Mencía: La prisión fecunda, Ed. Política, La Habana, 1980, pp. 103-116.
- ↑ Ibídem, p. 126.
- ↑ Ibídem, pp. 130-131.
- ↑ Mario Mencía: "El Movimiento Revolucionario 26 de Julio: génesis y significado", Cinco Palmas, Revista de las Oficinas de Historia del Consejo de Estado, La Habana, mayo de 2009, A. 2, No. 1, pp. 200-201.
- ↑ Jorge Ibarra Guitart: Sociedad de Amigos de la República, historia de una mediación 1952-1958, Ed. de Ciencias Sociales, La Habana, 2003, p. 71.
- ↑ Juan Nuiry Sánchez: ¡Presente!, Ed. de Ciencias Sociales, La Habana, 1988, p. 193.
- ↑ En Viaje a los frutos (selección de Ana Cairo), Ediciones Bachiller, La Habana, 2006, p. 36.
- ↑ Ver José Ramón Fernández Álvarez: "El movimiento militar del 4 de abril de 1956", Memorias de la Revolución, Imagen Contemporánea, La Habana, 2008, t. I, pp. 156 y siguientes para un relato detallado de esta conspiración.
- ↑ Fecha aclarada, a partir de las notas de René Anillo, por Juan Nuiry en Tradición y combate. Una década en la memoria, Imagen Contemporánea, Ed. Félix Varela, La Habana, 2007, p. 101.
- ↑ Juan Nuiry Sánchez: ¡Presente!, pp. 206-209.
- ↑ Pedro Álvarez Tabío: "El desembarco del Granma", Memorias de la Revolución, p. 217.
- ↑ Ernesto Che Guevara: "El combate del Uvero", en Obras 1957-1967, Casa de las Américas, 1970, p. 270.
- ↑ Armando Hart Dávalos: Aldabonazo, Ed. de Ciencias Sociales, La Habana, 2006, p. 121.
- ↑ Juan Nuiry: ¡Presente!, pp. 217-218.
- ↑ Reproducido por Judas M. Pacheco Águila, Ernesto Ramos Latour y Belarmino Castilla Mas: Daniel. Comandante del llano y de la sierra, Ed. Política, La Habana, 2008, pp. 444-445.
- ↑ Ernesto Che Guevara: "Se gesta una traición", Obras 1957-1967, p. 289.
- ↑ Reproducida por Ernesto Che Guevara: "Un año de lucha armada", Obras 1957-1967, pp. 361-372.
- ↑ Foreign Relations of the United States, 1955-1957, Vol. VI, American Republics: Multilateral, Mexico, Caribbean, United States Government Printing Office, Washington, 1987, pp. 870-876.
- ↑ Ernesto Che Guevara: "Una reunión decisiva", Obras 1957-1967, pp. 392-398.
- ↑ José Bell Lara: Fase insurreccional de la Revolución Cubana, Ed. de Ciencias Sociales, La Habana, 2007, pp. 180-187.
- ↑ Instrucciones de la Comandancia General de junio de 1958 citadas por Fidel Castro en sus palabras por Radio Rebelde después de fracasada la ofensiva de la tiranía, José Bell Lara, ob. cit., pp. 231-232.
- ↑ Ibídem, p. 230.
- ↑ Dos pertenecían a la FEU de la Universidad de La Habana y uno a la de Oriente.