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Respuestas a preguntas de un grupo de periodistas del diario The Washington Times, de Estados Unidos (Kim Il Sung)

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Respuestas a preguntas de un grupo de periodistas del diario The Washington Times, de Estados Unidos
AutorKim Il Sung
Escrito en16 de abril de 1994
Fuentehttps://archive.org/details/la-republica-popular-democratica-de-corea-y-la-ospaaal/page/108/mode/2up


Les doy la bienvenida a nuestro país. Les agradezco sus felicitaciones en mi cumpleaños. Responderé sus preguntas.

Cuando hace dos años nos vimos, el mundo tenía mucha esperanza en que la situación de la Península Coreana se resolvería pacificamente y en que de modo pacífico se alcanzaría la reunificación en un futuro cercano. Sin embargo, con posterioridad, la situación se puso peor que nunca y todos hablan abiertamente acerca de la posibilidad de guerra. ¿Quién es el responsable de esto?

Como ustedes han dicho correctamente, la situación en nuestro país es mucho más peliaguda que dos años atrás. Planteando solo sus demandas, en violación de sus acuerdos con nosotros, Estados Unidos nos amenaza con sus fuerzas militares, concentrándolas en el Sur de Corea y los alrededores de la Península. Intensifica su pretensión contra nosotros manipulando, incluso, organizaciones internacionales. Las autoridades del Sur, a tono con Estados Unidos sobre el escándalo nuclear, hicieron que se rompieran los contactos de los funcionarios prácticos para el intercambio de enviados especiales entre el Norte y el Sur, y fomentan el estado de enfrentamiento y la histeria de guerra. Eso ha hecho que rápidamente se agravara la situación en la Península, con el peligro de que se desate una guerra. Es totalmente intolerable que en este tiempo, cuando se ha puesto fin a la guerra fría entre Occidente y Oriente, se amenace con la fuerza a otros. Actualmente, la atención del mundo está centrada en Corea, y la situación de la Península crea gran preocupación en los pueblos amantes de la paz.

Lo mismo que el Sur de Corea, su nación experimentó las desgracias de la guerra de hace casi medio siglo. Uno de sus funcionarios recientemente dijo que “la República Popular Democrática de Corea está lista para el diálogo o para la guerra”. Si cuando el pueblo coreano sufrió muchos estragos e hizo muchos sacrificios en la reconstrucción pacífica, ¿por qué se habla de la opción de la guerra? En ese escenario, ¿quiénes son los “vencedores”?

Nuestro pueblo ama la paz y aprecia mucho lo que ha hecho con sus abnegados esfuerzos. La guerra no beneficia a nadie, ni al Norte ni al Sur.

Si se desencadena, nuestra nación sufrirá una catástrofe. El Gobierno de nuestra República desea invariablemente resolver por vía pacífica el problema nuclear de la Península mediante el diálogo con Estados Unidos y ha hecho todos los esfuerzos posibles para alcanzar, de igual modo, la reunificación de la Patria.

Para nosotros es muy valiosa la paz y no queremos la guerra, pero si alguien viola nuestra soberanía y trata de someternos con fuerzas armadas, tendremos que ejercer el derecho a la autodefensa y responderle de igual forma. No deben amenazarnos ni presionarnos para doblegarnos o estrangularnos. Este es un camino que lleva a la guerra. El Gobierno de nuestra República y nuestro pueblo consideran como su vida la soberanía y están firmemente determinados y preparados para defender la libertad e independencia del país ante cualquier agresión.

¿El rompimiento de los diálogos sobre la reunificación y el problema nuclear, a fin de cuentas, no significa que Corea entrará en el nuevo siglo debilitada militar y económicamente, y permitirá que Japón y China dominen la futura estrategia económica de Asia? ¿Esta no es la más urgente prioridad para que las dos Coreas acercándose tracen un plan futuro conjunto y satisfactorio?

Para forjar exitosamente el futuro, es preciso que el Norte y el Sur se opongan a la dependencia de fuerzas extranjeras y trabajen juntos. Solo la nación coreana es dueña de Corea y la que tiene la potencia para forjar su futuro. Es imposible que otros le traigan reunificación y prosperidad. La dependencia de fuerzas extranjeras es la ruina del país; la soberanía nacional es el único camino. Esta es la verdad que hemos conocido en el largo proceso de la lucha revolucionaria, así como una lección histórica.

Nuestro afán por la reunificación del país, que fue dividido en Norte y Sur por fuerzas extranjeras, es solo para lograr su prosperidad con esfuerzos mancomunados. Cuando nos reunifiquemos y la inteligencia y vigor de toda la nación se unan, nuestro país será más rico, poderoso y civilizado, y hará una mayor contribución a la obra común de los pueblos de Asia y el resto del mundo para la paz y el desarrollo.

La reciente declaración de uno de sus negociadores de que la República Popular Democrática de Corea convertirá a Seúl en un "mar de llamas”, ha inducido a muchos en Estados Unidos a creer que ustedes podrían desatar la guerra contra el Sur. ¿Es esta una interpretación errónea de esa declaración?

Esta es una observación personal de un funcionario hecha para calmar a los maníacos de guerra. Yo creo que no hay que ponerse nervioso por ella.

¿Qué sería necesario, según su perspectiva, para que las relaciones entre la República Popular Democrática de Corea y Estados Unidos se encarrilaran de nuevo a favor de la solución pacífica de todos los problemas?

En la declaración conjunta, publicada por acuerdo de la República Popular Democrática de Corea y Estados Unidos, se señalan como principios el no uso de fuerzas, incluyendo las armas nucleares, ni la amenaza con ellas; respecto a la soberanía de la otra parte, no intervenir en sus asuntos internos; y el apoyo a la reunificación pacífica de Corea. Las dos partes, coreana y norteamericana, tienen que observar y cumplir con honestidad esos principios. Así, todos los problemas entre ambos países se resolverían satisfactoriamente.

Una información de Radio Pyongyang del mes pasado dijo que su país podría “reconsiderar su política oficial de desnuclearización”, porque “Japón promueve la política de armamento nuclear”. ¿Está usted reconsiderando esa política?

El armamento nuclear de Japón, en estos momentos, está llegando a un límite peligroso. Por lo tanto, si Japón continúa impulsando su carrera armamentista nuclear, podrían resultar inútiles nuestros esfuerzos por la desnuclearización de la Península.

Nosotros estamos muy preocupados por esto.

Recientemente, un experto norteamericano en política afirmó que a raíz del problema nuclear está cambiando la política de Estados Unidos que ha ignorado a la República Popular Democrática de Corea casi medio siglo. ¿Cree usted que el problema nuclear es un importante elemento para que atraiga la atención de Estados Unidos hacia Corea?

Todos conocen que Estados Unidos ha ignorado a nuestra República por casi medio siglo y aplicado una política contra el socialismo y la República Popular Democrática de Corea. Es bueno que, después de terminar la guerra fría, algunas figuras de amplia visión en Estados Unidos insistan en el establecimiento de relaciones pacíficas entre este y la República Popular Democrática de Corea.

Nosotros no empleamos, como piensan algunas personas, el “problema nuclear” como un medio para mejorar las relaciones con Estados Unidos. Las relaciones entre países mejoran solo cuando hay entendimiento y opiniones comunes; nunca por el empleo de un artificio.

¿A qué se debe que su país diga “recibimos-no recibimos” la inspección internacional que había aceptado voluntariamente en 1992?

Desde el primer día en que Estados Unidos introdujo armas nucleares en el Sur de Corea, nosotros hemos realizado esfuerzos por la desnuclearización de la Península. Ingresamos en el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares para hacer que Norteamérica retire esas armas y hacer efectiva la desnuclearización de la Península. Sin embargo, estos sinceros empeños nuestros fueron ignorados y, encima, tratan de violar nuestra soberanía utilizando como palanca las inspecciones, en contra de los principios estipulados en el Tratado. En estas circunstancias nos vimos obligados a declarar el retiro del Tratado como una medida autodefensiva. A pesar de esto, como gesto de honestidad, en manifestación de nuestra pureza en las actividades nucleares, seguimos recibiendo las inspecciones necesarias de la Organización Internacional de Energía Atómica.

Ciertamente, dicen que se presentan algunos problemas en el curso de las inspecciones, pero surgen en la especial circunstancia en que hemos suspendido temporalmente el efecto de nuestro retiro del Tratado. En esencia, esas son cuestiones transitorias y pueden desaparecer por sí solas cuando se desarrollen satisfactoriamente los diálogos para la solución del problema nuclear.

El mes pasado su Ministerio del Exterior advirtió que su país podría retirarse definitivamente del Tratado a causa de las injustas inspecciones de la Organización Internacional de Energía Atómica. ¿Cuál es la perspectiva de la República Popular Democrática de Corea para solucionar el problema nuclear?

Que el problema se resuelva satisfactoriamente o no, depende enteramente de la actitud de los países involucrados. Si una de las partes trata de aprovecharlo para sus fines egoístas o el organismo internacional, que tiene como principio la imparcialidad, obedece a la injusta exigencia de alguien, jamás podrá resolverse. Como los mismos diálogos tienen por premisa el entendimiento recíproco de ambas partes, es intolerable que una absolutice las demandas.

El primer principio para la solución del asunto es la imparcialidad. Puede resolverse con facilidad si se logran la imparcialidad y la comprensión mutuas. Nuestra posición invariable es que la salida es a través de diálogos y negociaciones.

Si Estados Unidos asume una sincera actitud, el problema no sería tan complicado como se valora ahora, al contrario, podría allanarse con mucha más facilidad de lo que se cree.

Además de entrar en el Tratado de No Proliferación, su país firmó un acuerdo con el Sur de Corea en 1991 que prohíbe la producción, prueba y ubicación de armamento nuclear y el reprocesamiento de combustible. Sus críticos sostienen que con las instalaciones de reprocesamiento de Nyongbyon ustedes están violando ese acuerdo.

¿Cómo valora usted esa opinión?

La adopción de una declaración conjunta sobre la desnuclearización de la Península Coreana entre el Norte y el Sur es un avance trascendental en la prevención de un holocausto nuclear en Corea y en el aseguramiento de una genuina paz y seguridad. Este es el resultado de nuestros largos y perseverantes esfuerzos. Haremos todo para que sea efectiva esa declaración. En cuanto a nuestro laboratorio radioquímico, del cual algunos hacen bulla diciendo que es una instalación de retratamiento de combustible, no tiene nada que ver con la *producción de armamento nuclear” y sí un elemento indispensable para el desarrollo de nuestra industria de energía nuclear pacífica.

Si se hace realidad la propuesta para la solución integral del problema nuclear planteada en los diálogos República Popular Democrática de Corea-Estados Unidos, y el reactor se convierte en uno de agua ligera, entonces nadie dudará del carácter pacífico de nuestra actividad nuclear.

Oficiales de la inteligencia norteamericana dicen que su país tiene un alto desarrollo tecnológico para el armamento y que la República Popular Democrática de Corea ha producido uno o dos artefactos nucleares. ¿Su país ha producido exitosamente armas nucleares?

Nosotros hemos declarado más de una vez que no tenemos ni necesidad, ni intención, ni capacidad de producirlas. Sin embargo, las agencias de inteligencia norteamericana han inventado informaciones carentes de autenticidad y confiabilidad, armando el “escándalo nuclear” de que nosotros promovemos la “explotación nuclear”, que nosotros hemos producido uno o dos artefactos de este tipo. No podemos menos que considerar que con esto persiguen otro propósito político.

Antes de nosotros partir hacia la República Popular Democrática de Corea, en Estados Unidos aparecieron grandes noticias diciendo que el satélite de inteligencia norteamericano detectó que la República Popular Democrática de Corea está duplicando su capacidad de retratamiento. ¿Son ciertos esos reportes?

En Occidente son muchas las especulaciones y exageradas informaciones sobre nuestro “problema nuclear”.

Los países occidentales conectan irracionalmente nuestra actividad pacífica nuclear con el ficticio “desarrollo de armamentos nucleares”, y forman algarabía como si sucediera algo grave. Están coadyuvando al acrecentamiento de la “sospecha nuclear”.

No dudamos que usted ha analizado profundamente las intenciones de Estados Unidos con respecto a la República Popular Democrática de Corea. ¿Cómo valora usted la posición de Estados Unidos hacia su país? ¿Qué persigue Estados Unidos?

Parece que en Norteamérica hay muchos que no se han despejado de la concepción de confrontación del período de la guerra fría y que no desecharon la psicología guerrerista de los años cincuenta. Ellos enfatizan en las relaciones de “alianza” con el Sur de Corea, amenazándonos y presionándonos militarmente y rehuyendo hablar con nosotros. Todo esto es consecuencia de caducas concepciones.

Estos sectores continúan recurriendo a la política de aislamiento y estrangulamiento a nuestra República. Tal política, que está en contra de la corriente de la época, no puede tener efecto.

Estados Unidos ha anunciado su intención de desplegar en el Sur de Corea sus misiles Patriot. Altos oficiales del Departamento de Defensa me han dicho confidencialmente que sus militares conocen con exactitud que esos son de un solo propósito, defensivos, no ofensivos. ¿Qué opina usted sobre su despliegue?

Estados Unidos ahora informa sobre la introducción en el Sur de Corea de los misiles Patriot, y ha advertido en muchas ocasiones que esas armas son defensivas, no ofensivas. Independientemente de su propósito, son artefactos de guerra. Su introducción en el Sur de Corea incrementa la ya tirante situación en la Península. Por eso, los surcoreanos luchan contra su desplazamiento. La introducción de los misiles Patriot en ese territorio no tiene ninguna justificación.

Su país ha declarado que la imposición de posibles sanciones económicas por parte de Naciones Unidas la consideraría una acción de guerra. ¿Cómo respondería la República Popular Democrática de Corea a tales sanciones? ¿Cómo lesionarían esas sanciones a su economía?

Si Estados Unidos fuerza, mediante el Consejo de Seguridad de la ONU, a presiones injustas como “sanciones económicas” contra nuestra República, constituiría un grave desafío a ella.

Nosotros nunca permitiremos ninguna forma de acto hostil que viole la soberanía de nuestro país. Ninguna provocación militar ni sanción económica nos podrá someter o estrangular.

Una gran pregunta entre los expertos en Washington es ¿qué espera, en esencia, de Estados Unidos el presidente Kim Il Sung? ¿En la esfera de las relaciones diplomáticas? ¿Relaciones económicas? ¿Usted percibe alguna vía para esas relaciones?

El desarrollo de relaciones entre países no es una cuestión de conceder beneficio uno a otro.

Nosotros no queremos establecer relaciones con Estados Unidos buscando beneficios de él. Queremos que desaparezcan las relaciones hostiles entre Corea y Estados Unidos y se establezcan relaciones normales y ambos pueblos vivan en paz, con lo cual se contribuirá a la paz en Asia y el resto del mundo. Ya es hora de que Estados Unidos descarte su política hostil y practique una política de buena voluntad hacia Corea.

Consideramos beneficioso que las relaciones entre ambos países se normalicen lo antes posible.

Usted ha venido dirigiendo a su país durante las sucesivas presidencias norteamericanas desde Truman. Pero este es, tal vez, el período más significativo para el desarrollo de las relaciones con Estados Unidos desde la guerra de Corea. ¿Cuál es su impresión sobre el presidente Clinton y su política hacia la República Popular Democrática de Corea?

Considero que es significativo que en el período de la Administración de Clinton comenzaran los diálogos entre la República Popular Democrática de Corea y Estados Unidos y se llegara a acuerdos en importantes principios. Lo más importante consiste en continuar invariable los esfuerzos sinceros para obtener buenos frutos.

El Departamento de Estado de Estados Unidos ha clasificado a la República Popular Democrática de Corea como un “Estado terrorista”.

¿Qué puede decir usted de esta acusación?

Esta es parte de la política hostil contra la República Popular Democrática de Corea. El Gobierno de nuestra República rechaza cualquier forma de terrorismo y se niega a fomentarlo y apoyarlo.

En la República Popular Democrática de Corea la sucesión del liderazgo se hizo bajo un plan por algunos años y el secretario Kim Jong Il asumió el rol paso a paso. Según ese plan, ¿cuándo lo relevará? ¿Cuándo el dirigente Kim Jong Il asumirá todo el liderazgo del Partido y el Estado?

Desde hace tiempo el camarada Kim Jong Il asumió, en conjunto, el trabajo del Partido, el Estado y el ejército. Todos sus pensamientos y acciones están encaminados, de modo consecuente, a materializar mis ideas y propósitos. Sus ideas y orientaciones son precisamente las mías.

Nuestro pueblo, desde largo tiempo, llama al camarada Kim Jong Il “querido dirigente”, en expresión de su respeto y absoluta confianza.

El camarada Kim Jong Il, que posee todas las características y cualidades como un líder de pueblo, sigue de manera impecable nuestras ideas y dirección, razón por la cual en nuestro país todo marcha bien y en el futuro continuará igual.

Servir fielmente y hasta el fin a la Patria y al pueblo es un sagrado deber de los revolucionarios. Aunque tengo una avanzada edad, me siento bien y continúo trabajando. Lo haré hasta que las fuerzas me lo permitan para aliviar la carga del camarada Kim Jong Il.

Como usted conoce, las relaciones entre China y Estados Unidos están dominadas por el tema de los derechos humanos. China ha arguído que Estados Unidos no puede imponer pautas en su país. Si Estados Unidos y la República Popular Democrática de Corea establecen abiertas relaciones, puede surgir un problema igual. ¿Cuál es su posición acerca de esto?

Los derechos humanos son derechos de los entes sociales a la independencia, y la sociedad que los asegura plenamente es una sociedad desarrollada.

Nuestro país es socialista, centrado en las masas populares. En él se protegen y respetan efectivamente la individualidad, el derecho a la independencia de los hombres. El gobierno de nuestra República asegura plenamente todos los derechos que corresponden a los seres sociales, a todos los miembros de la sociedad sin diferenciación, entre otros, libertad y derechos políticos, derecho al trabajo y descanso, a la educación y atención médica. A través de sus experiencias de vida, el pueblo se ha convencido de que nuestro sistema socialista es genuinamente popular, que les garantiza a todos los hombres una vida digna y plena. Las justas pautas de los derechos humanos son las que aceptan los pueblos.

El concepto de derechos humanos basado en los valores norteamericanos no puede aplicarse en nuestro país; es más, no podemos considerar justo que sea aprovechado para propósitos políticos o como premisa para las relaciones entre países.

¿Qué piensa usted de la ampliación de relaciones económicas con el mundo y de la apertura de zonas económicas libres como en China? ¿Mantienen el plan de apertura, en los próximos meses, de la zona económica libre en el puerto de Rajin?

Construimos y desarrollamos una economía nacional independiente, pero eso de ninguna manera excluye la cooperación económica con otros países.

Promover el intercambio y la cooperación económica y tecnológica sobre los principios de completa igualdad y beneficio mutuo, es una invariable política de nuestro Gobierno. Con el desarrollo de nuestra economía, nuestras relaciones económicas con el exterior se amplían y fortalecen más.

Según la demanda del desarrollo económico de nuestro país y la tendencia internacional a la cooperación económica, estamos promoviendo el comercio exterior y ampliando las relaciones económicas con el extranjero, empleando diversas formas y métodos, como son empresas conjuntas y la colaboración.

Ahora está en construcción el área Ranjin-Sonbong como una zona de economía y comercio libres; estamos creando allí condiciones y atmósfera favorables para las inversiones extranjeras. Y en 1992 hemos promulgado leyes para que los inversionistas extranjeros inviertan en esa zona y establezcan y administren sus empresas. Recientemente en la Séptima Sesión del Noveno Período de la Asamblea Popular Suprema se adoptaron resoluciones según las cuales se seguirán concentrando fuerzas en la preparación de esta zona y asegurando condiciones satisfactorias para las inversiones del exterior.

Muchos inversionistas están interesados en la zona de economía y comercio libres Ranjin-Sonbong y han expresado su deseo de invertir. Esto contribuiría a la ampliación y fomento de los intercambios económicos, tecnológicos y de cooperación no solo con nosotros, sino también con otros países, incluyendo China y Rusia.

¿En qué situación se encuentra el diálogo con el Sur de Corea para la reunificación? ¿La fecha para la reunificación es hasta 1995, distando justamente un año?

Nuestra indeclinable posición es lograr la reunificación pacífica mediante diálogos y negociaciones.

El Norte y el Sur, hasta ahora, con el diálogo, adoptaron tres principios fundamentales: independencia, reunificación pacífica y gran unidad nacional, y suscribieron el Acuerdo de Reconciliación, No Agresión y Cooperación e Intercambio y la Declaración Conjunta sobre la Desnuclearización de la Península Coreana. Sobre la base de estos resultados, en mayo del pasado año presentamos un proyecto constructivo que prevé la realización de intercambios de enviados especiales de las máximas autoridades del Norte y del Sur para resolver el “problema nuclear” de la Península y buscar vías para la reunificación.

Hemos propuesto entablar diálogos gubernamentales y no gubernamentales para crear una atmósfera de conciliación y unidad de toda la nación. Pero las autoridades surcoreanas, poniendo en primer plano el “problema nuclear”, bloquean todo tipo de diálogo.

Dada esta situación, en la reunión conjunta del Gobierno de la República, de los partidos y las organizaciones sociales, realizada hace poco, se propuso un nuevo proyecto para realizar un congreso de la nación el día 15 de agosto de este año, en Pyongyang o Seúl, donde participen las autoridades, representantes de los partidos políticos y organizaciones de ambas partes, así como personas a título individual y representantes de los compatriotas en ultramar. Esto es una demostración más de nuestra voluntad y sinceridad de realizar diálogos de amplia cabida para toda la nación, incluyendo las autoridades.

Continuaremos haciendo sinceros esfuerzos para pacíficamente solventar, a través de diálogos y negociaciones, los problemas pendientes entre el Norte y el Sur y la reunificación.

Como se conoce ampliamente en el mundo, 1995 es la fecha acordada por los 70 millones de coreanos para la reunificación. Hasta ahora, nuestros compatriotas tanto del Norte y del Sur como en ultramar, con plena confianza, han hecho ingentes esfuerzos para lograrla.

Dista solo un año para 1995, que nuestro pueblo considera como meta para la reunificación del país, pero no nos desanimamos. La cuestión depende de cómo todos los coreanos, tanto del Norte y del Sur como en ultramar, luchen con fuerzas mancomunadas. Los coreanos, vivan en el Norte, Sur o fuera, son miembros de una nación homogénea que formó Tangun, razón por la cual creemos que por encima de todo pueden unirse sin dificultad. Nosotros hemos presentado el “Programa de Diez Puntos de la Gran Unidad Pannacional para la Reunificación de la Patria”, con vistas a lograr la unidad de la nación y la histórica obra de la reunificación de la Patria. Si toda la nación se une bajo la bandera de la gran unidad nacional y lucha, pienso que se alcanzará infaliblemente la obra, venciendo todo tipo de dificultad y obstáculo.

Al hacer una retrospectiva de su larga vida política, ¿cree que ha alcanzado todo lo que se propuso? ¿Le queda algo por lograr?

Toda mi vida la he entregado en aras de la soberanía de nuestra nación y su causa por la independencia. A través de una larga y ardua lucha alcanzamos la independencia nacional y levantamos sobre esta tierra el más avanzado régimen socialista, a nuestro modo, centrado en las masas populares. Al establecer esta sociedad genuinamente popular, con la encarnación de la idea Juche, nuestro pueblo vio realizado su anhelo de siglos de librarse de la explotación y opresión y vivir como forjador de su propio destino, y así disfruta de la dignidad y honor de un pueblo independiente.

La causa revolucionaria para la independencia de las masas populares es larga y no puede concluirse en la etapa de una generación, sino se continúa y completa en varias generaciones. Hemos realizado muchas tareas, pero aún quedan otras más que debemos cumplir. Tenemos que completar la obra socialista en nuestra República y reunificar la Patria. Poner fin a la división de la nación impuesta por fuerzas foráneas, y que sea una sola, es anhelo de nuestro pueblo al igual que mío. Reunificaremos la Patria de manera independiente y pacífica con la fuerza mancomunada de toda la nación y llevaremos hasta la culminación, de generación en generación, la causa revolucionaria que hemos iniciado con el Juche como estandarte.

Esta es la oportunidad para que usted diga al mundo lo que desee. ¿Cuál es su mensaje? En específico, ¿cuál es el mensaje para los líderes de Estados Unidos?

Nuestra época es la de la independencia. Muchos países aspiran a ella y están luchando contra toda forma de dominación y subyugación. Que los pueblos la exijan y muchos países vayan por este camino es la principal tendencia de nuestra era, indetenible por ninguna fuerza. Todos los países del mundo, acorde con esta corriente, tienen que empeñarse unidos y sobre la base de los principios de justicia internacional e igualdad, y respetándose recíprocamente y colaborando, por la prosperidad común de la humanidad. Nosotros queremos que también Estados Unidos, librándose de la caduca concepción de la guerra fría, marche al unísono con la corriente de la época de independencia. Entonces, creemos, haría una notable contribución a la paz y progreso del mundo.