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Véase: Portal sobre Argentina
República Argentina | |
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Motto: En unión y libertad | |
Himno: Himno Nacional Argentino | |
Territorio argentino en verde oscuro; territorio reclamado pero no controlado en verde claro. | |
Capital y ciudad más grande | Buenos Aires |
Idiomas oficiales | Español |
Modo de producción dominante | Capitalismo-dependiente (Neocolonial) |
Gobierno | República presidencial federal |
• Presidente | Javier Milei |
• Vicepresidente | Victoria Villarruel |
Población | |
• Estimación | 45,605,826 |
Moneda | Peso argentino |
La República Argentina, también conocida como Argentina o La Argentina, es un país latinoamericano ubicado en la región sur de Suramérica conocido como el cono sur. Debido a la herencia de su pasado colonial devenido neocolonial, actualmente domina en Argentina un modo de producción capitalista-dependiente. Esto le impide al país desarrollarse plenamente a pesar de contar con grandes recursos naturales y humanos.
Atendiendo a sus modos de producción dominantes, la historia del país puede periodizarse en tres grandes etapas: pre-colonial, colonial y neocolonial. A su vez, estas etapas pueden periodizarse atendiendo a criterios políticos o de la política económica dominante.
Durante la etapa pre-colonial, el comunismo primitivo, bajo diversos grados y formas de desarrollo, fue el modo de producción predominante entre los pueblos originarios que habitaban el actual territorio argentino. Algunos de estos, sin embargo, llegaron a alcanzar el modo de producción "asiático" o fueron integrados bajo civilizaciones que alcanzaron dicho grado de desarrollo como la incaica.
La etapa colonial comienza con la conquista del territorio de lo que sería luego Argentina por parte del Imperio Español. Durante esta etapa dominó el modo de producción "capitalista"-mercantil con carácter dependiente subordinado al sistema mercantilista del Imperio Español. Este modo de producción dominante estuvo complementado por modos de producción auxiliares heredados de la época colonial y otros propios de la economía de subsistencia.
El carácter dependiente de la economía colonial argentina fue doble: por un lado, subordinado al Imperio Español y a su sistema mercantilista como una colonia americana más; y por otro, subordinado como complemento de la actividad minera de otra región americana (Potosí). Esta etapa colonial puede a su vez subdividirse en dos períodos: antes y después de las Reformas borbónicas; las cuales culminaron con la creación de un nuevo virreinato, el Virreinato del Río de la Plata, como escisión del Virreinato del Perú. Esta nueva división administrativa del Imperio Español disminuyó en cierta medida la subordinación interna de la economía argentina a la actividad minera en el Potosí dándole mayor protagonismo al puerto de Buenos Aires. No obstante a esto, la región del noroeste argentino seguió orientada hacia Perú-Bolivia hasta bien entrada la independencia.
Luego de la independencia respecto a España y la conformación del Estado nacional, la base de la economía del país sería el modelo agro-exportador (1880-1930). Sobre este modelo económico se iría configurando y reforzando el capitalismo dependiente que caracteriza a la Argentina hasta nuestros días y que subordinaría al país a los intereses británicos en un primer momento y a luego a los estadounidenses.
El agotamiento del modelo agro-exportador daría paso, primero de forma espontánea y luego conscientemente, a un proceso de industrialización parcial (1930-1976) que quedaría incompleto con la implantación del neoliberalismo mediante una dictadura militar apoyada por Estados Unidos (1976-1983).
Durante el período neoliberal (1976-2003) la burguesía industrial desplazaría su capital desde los sectores productivos al sector especulativo financiero o hacia el exterior del país; la vieja oligarquía terrateniente seguiría luego también este camino.
La historia más reciente del país (2003-presente) ha estado signada por la disputa entre modelos populistas, redistribucionistas y nacionalistas (presidencias de Néstor y Cristina Kirchner) y modelos neoliberales (presidencias de Mauricio Macri y de Javier Milei).
Actualmente, Argentina tiene una deuda de $44 mil millones de dólares con el FMI,[1] moneda que el país no puede emitir.[2]
Geografía[editar | editar código]
Historia[editar | editar código]
Etapa precolonial[editar | editar código]
Etapa colonial[editar | editar código]
Conquista y colonización[editar | editar código]
Argentina dentro del Virreinato del Per[editar | editar código]
Virreinato del Río de la Plata[editar | editar código]
Guerra de independencia[editar | editar código]
Etapa neocolonial I: Pos-independencia y surgimiento del orden neocolonial (1810-1880)[editar | editar código]
Autonomías provinciales (1820-1852)[editar | editar código]
Política: del caudillismo provincial a la hegemonía porteña[editar | editar código]
Las primeras décadas post-independencia fueron testigos de intentos fallidos de establecer un Estado nacional rioplatense. La centralización del poder en Buenos Aires, necesaria durante la guerra, generó tensiones con las provincias del interior, que buscaban autonomía. Esta tensión, hace que el período que abarca desde la independencia argentina en 1816 hasta la caída de Juan Manuel de Rosas en 1852, sea una época turbulenta marcada por guerras civiles, la consolidación del poder provincial y el surgimiento de diferentes visiones sobre la organización del país. El debate historiográfico sobre el surgimiento de la nación argentina es complejo:
- Algunos historiadores sostienen que la nación nació en 1810. En este sentido, se cita la "Marcha Patriótica" de Vicente López y Planes, de 1813, que refleja la idea de una "nueva y gloriosa Nación" emergiendo en el Río de la Plata.
- otros, como José Carlos Chiaramonte, argumentan que el concepto de "nacionalidad" era inexistente hasta la difusión del Romanticismo en la década de 1830.
- En este período, la identidad americana (continental) y provincial prevalecían sobre la "argentina" o "rioplatense".
- En todo caso, la formación práctica del Estado nacional argentino se consolidaría después de la batalla de Pavón en 1861.
El período de las autonomías provinciales puede dividirse en dos períodos principales:
- El ascenso de los caudillos y las guerras civiles (1820-1829):
- Tras la caída del gobierno central en 1820 con la Batalla de Cepeda, las provincias adquirieron mayor protagonismo bajo el liderazgo de caudillos como Estanislao López en Santa Fe y Francisco Ramírez en Entre Ríos.
- Buenos Aires, por su parte, experimentó un período de reformas liberales impulsadas durante el gobierno de Bernardino Rivadavia (1820-1827), que buscaban modernizar la economía y la sociedad.
- Las tensiones entre Buenos Aires y las provincias del interior condujeron a una serie de guerras civiles que enfrentaron a unitarios y federales como la Primera guerra entre unitarios y federales en el interior (1826-1827) y la Segunda guerra entre unitarios y federales en el interior (1828-1831), ambas resultando en victorias federales.
- Durante este período acontece también la Guerra del Brasil (1825-1828) que tiene como uno de sus resultados, por mediación inglesa, la separación de la Banda Oriental de las Provincias Unidas del Río de la Plata para constituir el Estado Oriental del Uruguay como Estado tapón entre Argentina y Brasil. Además de pérdidas territoriales, en el marco de esta guerra, tenemos una de las primeras instancias de endeudamiento externo de Argentina: el país había tomado un gran préstamo de los británicos en 1824 y planeó usarlo para construir infraestructura pero gastó la mayoría del mismo en la guerra contra Brasil; los británicos se hicieron con dos fragatas de Argentina después de que no pagaran su préstamo. Argentina finalmente terminó de repagar el préstamo en 1904.[2]
- La hegemonía de Rosas (1829-1852): Juan Manuel de Rosas asumió el poder en Buenos Aires en 1829 en un contexto de crisis y anarquía. Este gobernó con facultades extraordinarias, estableciendo un régimen autoritario que se caracterizó por la represión y el control social. A pesar de las críticas, esto le permitió lograr una relativa estabilidad interna y, a pesar de presentarse como un líder federalista, consolidar el control de Buenos Aires sobre la Confederación Argentina. La época de hegemonía rosista puede dividirse a su vez en dos gobiernos y un interregno:
- Primer gobierno de Rosas (1829-1832):
- Interregno rosista (1832-1835):
- Segundo gobierno de Rosas (1835-1852): Durante este período se produce el bloqueo anglo-francés (1845-1850), que buscaba debilitar su posición en el Río de la Plata. La derrota de Rosas llegaría con la batalla de Caseros en 1852, a manos de Justo José de Urquiza, gobernador de Entre Ríos. Esto abriría un nuevo capítulo en la historia argentina: la Organización Nacional (1852-1880).
Una constante durante la hegemonía de Rosas fue precisamente el veto de este a la organización nacional, manteniéndose las provincias unidas por medio de pactos pero siempre bajo la dirección de Buenos Aires, que continuó su proceso de crecimiento ganadero. La figura de Rosas ha sido objeto de debate historiográfico: algunos autores, como José Ingenieros y José Luis Romero, lo criticaron por su autoritarismo y su intento de "restaurar el orden colonial"; otros, como José María Rosa, lo reivindicaron como un defensor de la nacionalidad argentina frente a las presiones extranjeras.
Economía: el ciclo del cuero (1810-1850)[editar | editar código]
Características principales del ciclo del cuero
Luego de la independencia del país, la principal actividad económica durante la primera mitad del siglo XIX sería la relativa a los productos ganaderos para exportación, especialmente el cuero. El incentivo principal para la expansión de este sector vino dado por el aumento de los precios de dicho renglón, lo cual se debió a dos causas principales:
- Con la eliminación del sistema mercantilista colonial (por el cual la metrópoli forzaba a la colonia a venderle a esta a precios bajos productos que luego pasaba a revender al resto del mundo a precios superiores); Argentina ahora podía vender directamente productos como el cuero a precios superiores a los países compradores finales, accediendo así a mercados internacionales más dinámicos en el Atlántico Norte.[3]
- El rápido aumento de la demanda internacional de cuero ayudó a su vez a incrementar los precios de este producto en el mercado internacional. Este aumento en la demanda se debió a que la Revolución Industrial en Europa y Norteamérica a finales del siglo XVIII y principios del XIX provocó un incremento en la demanda de materias primas, incluyendo el cuero. En particular, este era utilizado como materia prima en la producción manufacturera de diversos bienes como: calzado, vestimenta, accesorios y maquinaria (correas de transmisión, etc.). La demanda de estos productos de consumo final se encontraba a su vez en expansión debido a la urbanización y el crecimiento de la población.[3]
Este aumento en los precios internacionales del cuero, unido a la recién ganada capacidad de exportación directa por parte de Argentina, incentivó la expansión de la ganadería en la región pampeana donde existía el principal factor productivo para ello: grandes extensiones de pastos donde criar el ganado.[3] Además de este factor, la producción de cuero requería de poca inversión de capital, y de poca mano de obra y de baja cualificación.
En esta primera inserción en la división internacional del trabajo de la Argentina independiente se continuaba la profundización del carácter dependiente de su economía por otros medios. Si bien ya no se establecía su dependencia económica por medios políticos como el sistema mercantil colonial, ahora se profundizaba por mecanismos económicos que actuaban de forma autónoma: el cuero se exportaba sin elaborar, en forma de cueros crudos y pesados, para luego importar bienes manufacturados de todo tipo, incluyendo calzado y vestimenta de cuero. La producción ganadera en ese entonces se caracterizaba pues, por un escaso nivel tecnológico, que limitaba la elaboración de productos de mayor valor agregado. En particular, los productos de cuero eran demandados por los mercados del Atlántico Norte, especialmente Estados Unidos; mientras que las importaciones de bienes manufacturados a precios bajos provenían de Europa, especialmente de Reino Unido, lo que transformó los patrones de consumo en Argentina.
Régimen de acceso y propiedad de la tierra
En lo relativo a la propiedad de la tierra, este ciclo se caracterizó por el predominio de grandes estancias ganaderas junto con empresas familiares más pequeñas. Además, se implementaron diversas políticas con respecto al acceso y la propiedad de la tierra, marcando una transición hacia un sistema capitalista. Las élites revolucionarias buscaron establecer un nuevo orden legal y territorial para impulsar el crecimiento económico basado en la propiedad privada destacando las siguientes iniciativas:
- Pensadores revolucionarios como Manuel Belgrano y Juan Pablo Vieytes abogaron por la modernización agraria y la pequeña propiedad rural. En este sentido, la Asamblea del Año XIII (1813) decretó la conversión de las tierras de la corona en tierras públicas, sentando las bases para su posterior distribución. También se eliminaron instituciones coloniales como los mayorazgos, facilitando la subdivisión de la tierra.
- Inicialmente, se implementó un sistema de donaciones de tierras para financiar la guerra de independencia y fomentar el poblamiento. Sin embargo, la enfiteusis surgió como la figura legal predominante para acceder a la tierra. Este sistema, que permitía el arrendamiento a largo plazo con la opción de compra, fue impulsado por Bernardino Rivadavia en la década de 1820.
- Sin embargo, la enfiteusis, aunque teóricamente buscaba la "felicidad" de los labradores, conllevó abusos y desalojos. Durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas (1829-1852), la política de tierras se enfocó en fortalecer la propiedad privada y obtener recursos fiscales, lo que condujo a la liquidación de la enfiteusis. Rosas además otorgó tierras como premios militares y políticos, favoreciendo la concentración de estas en manos de grandes estancieros.
De esta forma la enfiteusis, si bien en un principio fue vista como una herramienta para democratizar el acceso a la tierra, finalmente contribuyó a la concentración de la propiedad en manos de grandes terratenientes. Hay que señalar además, que la implementación de estas políticas estuvo marcada por conflictos con las comunidades indígenas, cuyas tierras fueron objeto de apropiación por parte de los colonizadores.
Impacto regional
El ciclo del cuero tuvo un impacto regional desigual a lo largo del país, siendo Buenos Aires la provincia más beneficiada por el mismo debido a razones geográficas, históricas y a su hegemonía política sobre el resto de las provincias:
- Ventajas geográficas:
- Tierras aptas para la ganadería: las llanuras pampeanas...
- Posición estratégica: por su ubicación en la desembocadura de los ríos Paraná y Uruguay, Buenos Aires contaba con un puerto natural que la convertía en el nexo ideal entre la región pampeana y los mercados del Atlántico Norte. Esta ventaja geográfica se vio reforzada por la tecnología de transporte marítimo de la época, que favorecía a los puertos con fácil acceso al océano.
- Ventajas históricas: La ciudad heredó de la era colonial una poderosa comunidad de mercaderes con experiencia, recursos y conexiones internacionales. Esta elite comercial, junto a la creciente llegada de comerciantes extranjeros, consolidó a Buenos Aires como el principal centro de importación y exportación del país, controlando la mayor parte del tráfico comercial
- Ventajas políticas: Durante la época de hegemonía rosista, el dominio de Buenos Aires sobre las provincias del interior se manifestó en el plano económico de las siguientes maneras que le permitieron obtener un mayor beneficio del ciclo del cuero a expensas de las demás provincias:
- Cierre de los ríos interiores: Rosas mantuvo el cierre de los ríos interiores al comercio exterior, lo que beneficiaba directamente a Buenos Aires al concentrar la actividad comercial en su puerto. Esta política perjudicaba a las provincias del litoral, impidiéndoles exportar sus productos directamente y obligándolas a comerciar a través de Buenos Aires.
- Control de las aduanas: Al ser Buenos Aires el único puerto habilitado para el comercio exterior, controlaba las aduanas y los ingresos generados por los aranceles. Esto le daba una ventaja económica significativa sobre las demás provincias, que dependían de los recursos que Buenos Aires decidía distribuir.
En las provincias del litoral, el impacto del ciclo del cuero y la apertura comercial fue desigual aunque en general positivo:
- Entre Ríos: La provincia experimentó un crecimiento significativo gracias a la ganadería, convirtiéndose en el segundo distrito ganadero del país. Sin embargo, su desarrollo se vio limitado por la dependencia del puerto de Buenos Aires para el comercio exterior. La expansión de la gran propiedad ganadera y la concentración de la riqueza en manos de una élite terrateniente generaron desigualdad social y conflictos por la tierra.
- Corrientes: La apertura comercial tuvo un impacto negativo en la producción de tabaco y yerba mate, que enfrentaron la competencia de la oferta brasileña. La economía correntina, caracterizada por el arcaísmo y la persistencia de estructuras productivas tradicionales, no logró integrarse plenamente al mercado atlántico.
- Santa Fe: La provincia experimentó una transformación económica significativa, impulsada por el crecimiento de Rosario como centro comercial y portuario. La expansión de la agricultura, especialmente del trigo, en las colonias agrícolas del sur de Santa Fe, contribuyó a su rápido desarrollo económico y demográfico.
En las provincias del interior, donde las economías tenían un carácter más tradicional y limitado con altos costes de transporte terrestre, el desarrollo producto del ciclo del cuero y la apertura comercia fue en general limitado y dificultoso:
- Provincias del noroeste: La crisis de la minería en el Alto Perú tras tras independencia afectó negativamente a las provincias de esta región que perdieron su principal mercado. Algunas provincias buscaron alternativas comerciales con Chile y Bolivia, pero la falta de una infraestructura de transporte adecuada limitó su crecimiento.
- Córdoba: Esta provincia logró reorientar su economía hacia el mercado atlántico, impulsada por la ganadería y la producción textil. Sin embargo, su desarrollo fue más modesto que el del litoral.
Organización Nacional (1852-1880)[editar | editar código]
Política[editar | editar código]
El período posterior a la caída de Rosas estuvo marcado por la tensión entre Buenos Aires y la Confederación. En un primer momento Urquiza buscaría la unión nacional bajo una constitución federal; sin embargo, Buenos Aires se opuso a su liderazgo y se separó de la Confederación en 1852. que culminaría en la batalla de Pavón en 1861 y la definitiva unificación del país bajo la hegemonía porteña.
- La Batalla de Caseros y la Caída de Rosas (1852): La derrota de Juan Manuel de Rosas en la batalla de Caseros, a manos del Ejército Grande liderado por Justo José de Urquiza, marcó el fin de su régimen autoritario y abrió el camino hacia la organización constitucional del país.
- El Acuerdo de San Nicolás y la Secesión de Buenos Aires (1852): El Acuerdo de San Nicolás, firmado por los gobernadores de las provincias, nombró a Urquiza Director Provisorio de la Confederación Argentina y le otorgó amplios poderes para llevar adelante la organización del país. Este acuerdo fue un paso crucial en la construcción de un gobierno nacional, dotando a Urquiza de una autoridad centralizada para negociar con el exterior y resolver conflictos internos. Sin embargo, Buenos Aires, desconfiando de la hegemonía de las provincias del interior, se separó de la Confederación, dando inicio a un periodo de tensión y enfrentamientos. La negativa de Buenos Aires a someterse a la autoridad de Urquiza puso de manifiesto las profundas divisiones regionales y la resistencia de la elite porteña a ceder su poder económico y político.
- La Sanción de la Constitución Nacional (1853): A pesar de la secesión de Buenos Aires, Urquiza convocó a un Congreso Constituyente en Santa Fe, donde se sancionó la Constitución Nacional en 1853, inspirada en modelos constitucionales extranjeros como el de Estados Unidos, así como en ideas de pensadores argentinos como Juan Bautista Alberdi. La Constitución estableció un sistema federal, con división de poderes y garantías individuales, sentando las bases para la organización institucional del país.
- La Presidencia de Urquiza (1854-1860): Urquiza, elegido como primer presidente constitucional de la Confederación Argentina, enfrentó la oposición de Buenos Aires y los levantamientos de caudillos federales en el interior. Durante su gobierno, Urquiza buscó consolidar la autoridad del gobierno nacional y promover el desarrollo económico, pero la persistente resistencia de Buenos Aires limitó su capacidad de acción. La tensión con Buenos Aires se agudizó cuando Urquiza nacionalizó las aduanas, arrebatándole a la provincia su principal fuente de ingresos.
- La Batalla de Cepeda y el Pacto de San José de Flores (1859-1860): Las fuerzas de la Confederación, lideradas por Urquiza, vencieron al ejército porteño en la batalla de Cepeda en 1859. Sin embargo, la victoria militar no se tradujo en una solución definitiva al conflicto. El Pacto de San José de Flores, firmado en 1860, estableció la reincorporación de Buenos Aires a la Confederación, aunque con ciertas concesiones, como el control temporal de sus aduanas. Este pacto representó un paso hacia la unificación nacional, pero dejó pendiente la cuestión del liderazgo y la distribución del poder entre Buenos Aires y las demás provincias.
- La Presidencia de Derqui y la Reforma Constitucional (1860-1861): Durante la breve presidencia de Santiago Derqui, se realizaron reformas a la Constitución Nacional, aceptando algunas de las demandas de Buenos Aires. Sin embargo, la tensión entre Buenos Aires y la Confederación persistió, llevando a un nuevo enfrentamiento armado.
- La Batalla de Pavón y el Triunfo de Buenos Aires (1861): La batalla de Pavón, donde las fuerzas porteñas lideradas por Bartolomé Mitre derrotaron al ejército de la Confederación, marcó un punto de inflexión en la historia argentina. La victoria de Mitre consolidó la hegemonía de Buenos Aires y sentó las bases para la construcción de un estado nacional unificado bajo su liderazgo. A partir de Pavón, Buenos Aires impuso su modelo político y económico, iniciando un periodo de modernización y expansión del país.
- Las Presidencias de Mitre y Sarmiento (1862-1874):
- Bartolomé Mitre, como primer presidente del estado nacional unificado, impulsó la modernización del país a través de la expansión del ferrocarril, la educación y la inmigración.
- Su sucesor, Domingo Faustino Sarmiento, continuó este proceso, consolidando el poder del estado nacional y promoviendo la integración de la Argentina a la economía mundial.
- La Guerra de la Triple Alianza (1865-1870): La Guerra de la Triple Alianza, que enfrentó a Argentina, Brasil y Uruguay contra Paraguay, tuvo un impacto profundo en la política y la economía del país. Si bien Argentina salió victoriosa, la guerra significó un gran costo en vidas humanas y recursos, generando tensiones internas y debilitando la figura de Mitre.
- La Presidencia de Avellaneda y la Federalización de Buenos Aires (1874-1880):
- La presidencia de Nicolás Avellaneda estuvo marcada por la lucha entre el autonomismo porteño y el nacionalismo.
- La federalización de Buenos Aires (1880): significó la culminación del proceso de organización nacional, estableciendo la ciudad como capital del país y poniendo fin al largo conflicto entre la provincia y la nación. La federalización de Buenos Aires representó un triunfo del proyecto centralizador impulsado por las elites porteñas, consolidando su control sobre el estado nacional.
La Organización Nacional fue un periodo clave en la historia argentina, donde se sentaron las bases del estado nacional y se definió la hegemonía de Buenos Aires. Este proceso estuvo marcado por conflictos y tensiones entre las provincias, así como por la influencia de ideas liberales y el modelo de desarrollo económico basado en la exportación de productos agropecuarios.
Economía: El ciclo de la lana (1850-1880)[editar | editar código]
El ciclo del cuero del período anterior empezó a ceder lugar a un nuevo ciclo centrado en la lana, que se extendió desde mediados del siglo XIX hasta la década de 1880. Este nuevo ciclo, que estuvo impulsado por una creciente demanda internacional de lana, transformó la estructura productiva del país, consolidando a Buenos Aires como centro económico y sentando las bases para la modernización del campo argentino y el avance de la gran propiedad privada de la tierra sobre este.
Características principales del ciclo lanar
Las causas internacionales del aumento de la demanda de lana yacen en la expansión de la industria textil en Europa y Estados Unidos a mediados del siglo XIX. La mecanización de la producción de textiles, el crecimiento de la población urbana y la disminución de los aranceles a la importación de lana crearon un mercado global para esta materia prima. Gran Bretaña, pionera en la revolución industrial, lideró este proceso, abriendo su mercado a la lana extranjera y estimulando la búsqueda de nuevas fuentes de suministro.
Argentina, con su vasta extensión de tierra fértil y un clima favorable para la cría de ovinos, se posicionó como un proveedor clave de lana para el mercado internacional. La apertura al comercio exterior tras la caída de Rosas en 1852 y la consolidación del Estado nacional crearon un marco institucional propicio para la inversión en la producción lanar.
Las primeras inversiones en la producción lanar en Argentina fueron impulsadas por capitales extranjeros, principalmente británicos y alemanes, quienes veían en el país una oportunidad para diversificar sus negocios. Entre las primeras inversiones destacan la introducción de razas ovinas refinadas, como la Merino y la Lincoln, para mejorar el rodeo criollo y aumentar la calidad de la lana. La experiencia de los empresarios extranjeros, sus conexiones con el mercado internacional y su conocimiento de técnicas de producción más avanzadas fueron cruciales para el despegue del ciclo lanar. A medida que la producción lanar se expandía y se consolidaba, las elites locales, en particular los grandes estancieros de la provincia de Buenos Aires, comenzaron a invertir también en la mejora de sus rodeos ovinos. La Sociedad Rural Argentina, fundada en 1866, desempeñó un papel clave en la difusión de nuevas tecnologías y la promoción de la ganadería ovina entre los productores locales.
Dentro de las inversiones surgidas al calor del ciclo lanar destaca la construcción de ferrocarriles para conectar las zonas de producción con los puertos de exportación. El ferrocarril facilitó el transporte de la lana, redujo los costos y aceleró la integración del mercado nacional. Durante esta época también se creó un sistema bancario nacional.
El ciclo lanar modificó el patrón del comercio exterior argentino: Gran Bretaña y Francia se consolidaron como los principales destinos de la lana argentina. Las casas comerciales extranjeras especializadas en la comercialización de lana adquirieron mayor importancia, desplazando a los comerciantes locales. A su vez, el aumento del ingreso generado por la producción lanar estimuló el crecimiento del mercado interno aumentando la demanda de bienes de consumo. Esto benefició a otros sectores de la economía, como la agricultura, la industria y el comercio.......
Evolución del régimen propiedad de la tierra hacia la propiedad privada rural y la concentración de esta
Tras la caída de Rosas en 1852, se inicia un proceso de liquidación del régimen de enfiteusis, que permitía el uso de la tierra pública a largo plazo a cambio del pago de un canon y que había sido impulsado por Rivadavia en la década de 1820. La enfiteusis se consideraba un obstáculo para la consolidación de la propiedad privada y el desarrollo de un mercado de tierras capitalista. De esta forma, el nuevo orden legal promovió la propiedad privada como el principal mecanismo de acceso a la tierra. Se implementaron leyes de venta de tierras públicas, se otorgaron premios en tierras a militares y se impulsaron políticas de colonización con inmigrantes europeos. En todo este proceso el Estado desempeñó un papel activo: a través de leyes, decretos y políticas públicas, el Estado buscó promover la colonización, regularizar la propiedad, recaudar recursos fiscales y controlar las fronteras.
La creciente demanda internacional de lana que impulsó la expansión de la ganadería ovina en la región pampeana, favoreció la concentración de la tierra en manos de grandes estancieros, quienes invirtieron en la mejora de pasturas y la introducción de razas ovinas refinadas. Esta transición hacia la propiedad privada y la expansión de la economía lanar generaron numerosos conflictos por la tierra. Pequeños y medianos productores, comunidades indígenas y ocupantes sin títulos se vieron afectados por la especulación con la tierra, los desalojos y la dificultad para acceder a la propiedad.
Hay que señalar además, que el ciclo lanar no solo benefició a las grandes estancias. La creciente demanda de mano de obra creó oportunidades para medianos productores y aparceros. La aparcería, un sistema de contrato en el que el trabajador recibía una parte de la producción a cambio de su labor, se convirtió en un mecanismo de ascenso social para muchos trabajadores rurales. El auge lanar permitió a algunos aparceros acceder a la propiedad de la tierra o del ganado, contribuyendo a la formación de una clase media rural.
Impacto regional desigual del ciclo lanar
El ciclo económico de la lana (1850-1880) tuvo un impacto dispar en las diferentes regiones de Argentina. Mientras algunas áreas, especialmente Buenos Aires, experimentaron un auge económico significativo, otras, como Entre Ríos, quedaron rezagadas. El acceso a mercados, la disponibilidad de recursos y la capacidad de adaptarse al nuevo modelo productivo fueron factores clave en esta disparidad.
- Buenos Aires: El Centro Dinámico:
- Se consolidó como el epicentro de la economía lanar. La provincia contaba con las mejores tierras para la cría de ovinos refinados y su proximidad al puerto le otorgaba una ventaja comercial considerable.
- La inversión en la mejora de pasturas y la introducción de razas ovinas refinadas, como la Lincoln, aumentaron la productividad y rentabilidad.
- La expansión económica se tradujo en un aumento significativo del ingreso y el consumo en Buenos Aires, impulsando el crecimiento de la ciudad y la expansión del mercado interno.
- Litoral: Beneficios y Desafíos:
- Si bien Buenos Aires lideró el ciclo lanar, otras provincias del litoral también se beneficiaron. Destaca Santa Fe, que experimentó un rápido crecimiento gracias a la expansión del cultivo de granos impulsada por la demanda del mercado interno y la llegada del ferrocarril.
- Sin embargo, el impacto en las provincias mesopotámicas fue más desigual: Entre Ríos, en particular, enfrentó dificultades para adaptarse al nuevo modelo productivo y quedó rezagada en comparación con Buenos Aires y Santa Fe. La persistencia de una ganadería extensiva y poco dinámica, la falta de inversión en infraestructura y la creciente concentración de la tierra en manos de grandes estancieros limitaron las oportunidades de desarrollo.
- Interior: Integración Limitada:
- La lejanía de los puertos, la falta de infraestructura y la persistencia de economías regionales basadas en la producción de subsistencia dificultaron su participación en el auge exportador. Las provincias del Noroeste argentino, particularmente Salta y Jujuy, y la región de Cuyo, especialmente Mendoza, mantuvieron una fuerte orientación hacia los mercados chilenos y bolivianos.
- La expansión del ferrocarril a partir de la década de 1870, sin embargo, abrió nuevas oportunidades para la integración a la economía atlántica a algunas provincias del interior. Tucumán, por ejemplo, comenzó a especializarse en la producción de azúcar para el mercado litoral, mientras que Mendoza experimentó un crecimiento en la producción de vino. A pesar de estos avances, la brecha económica entre el interior y el litoral se acentuó durante el ciclo lanar.
La concentración de la producción lanar en Buenos Aires, la expansión de la economía capitalista en el campo y la limitada integración del interior generaron una dinámica de desarrollo desigual que se prolongaría a lo largo del siglo XIX.
Etapa neocolonial II: Modelo Agroexportador (1880-1930)[editar | editar código]
República Oligárquica o Conservadora (1880-1916)[editar | editar código]
Política:[editar | editar código]
La República Oligárquica o Conservadora, que se extendió desde 1880 hasta 1916, se caracterizó por el dominio político de una élite terrateniente, la expansión económica impulsada por la inversión extranjera y la inmigración masiva, y la creciente exclusión política de amplios sectores de la sociedad. A continuación, se detallan los principales acontecimientos políticos de esta etapa:
- Consolidación del PAN y el Fraude Electoral: Tras la federalización de Buenos Aires en 1880, el Partido Autonomista Nacional (PAN) se convirtió en la principal fuerza política, gobernando el país de manera hegemónica hasta 1916. El PAN, representando los intereses de la élite terrateniente, se valió del fraude electoral y la manipulación política para mantenerse en el poder. A través del control de los mecanismos electorales, como el padrón electoral y la designación de funcionarios, el PAN garantizó su continuidad en el gobierno, limitando la participación política de otros sectores.
- Presidencias de Roca, Juárez Celman y Pellegrini:
- Julio Argentino Roca, figura central del PAN, ocupó la presidencia en dos ocasiones (1880-1886 y 1898-1904). Su gobierno se caracterizó por la expansión territorial a través de la "Conquista del Desierto", la promoción de la inmigración europea y la inversión extranjera, y la consolidación del Estado nacional. La "Conquista del Desierto", una campaña militar que desplazó y sometió a las poblaciones indígenas de la Patagonia, permitió la incorporación de vastos territorios a la economía nacional y la expansión de la frontera agropecuaria.
- Sin embargo, la presidencia de Miguel Juárez Celman (1886-1890) se vio marcada por la crisis económica y financiera, la corrupción y la creciente oposición política. La crisis económica, provocada por la especulación financiera y la caída de las inversiones, desestabilizó al gobierno de Juárez Celman y llevó a su renuncia en 1890.
- Carlos Pellegrini, quien asumió la presidencia tras la renuncia de Juárez Celman, logró estabilizar la situación económica a través de medidas austeras y la renegociación de la deuda externa.
- La Revolución del 90 y el Surgimiento de la Unión Cívica: La crisis económica y la corrupción del gobierno de Juárez Celman generaron un fuerte descontento social que culminó con la Revolución del 90. Liderada por la Unión Cívica, un movimiento opositor que agrupaba a sectores de la élite porteña y la clase media, la Revolución del 90 buscó derrocar al gobierno y establecer un sistema político más transparente y democrático. Aunque la revolución fracasó en su intento de tomar el poder, sentó las bases para la formación de la Unión Cívica Radical (UCR), el primer partido político moderno de Argentina. La UCR, fundada por Leandro N. Alem y luego liderada por Hipólito Yrigoyen, se convirtió en la principal fuerza opositora al régimen oligárquico, denunciando el fraude electoral, la corrupción y la exclusión política. La Revolución del 90 marcó un punto de inflexión en la política argentina, evidenciando la fragilidad del régimen oligárquico y la creciente demanda por una mayor participación política.
- Presidencias de Roca, Sáenz Peña y Victorino de la Plaza:
- Julio A. Roca volvió a ocupar la presidencia en 1898, en un contexto de relativa estabilidad económica y política. Durante su segundo mandato, Roca enfrentó el conflicto limítrofe con Chile, que se resolvió a través del arbitraje de la Corona Británica.
- La elección de Roque Sáenz Peña (1910-1914) como presidente marcó un intento de reforma política dentro del régimen oligárquico. Sáenz Peña, consciente de la creciente presión social por la democratización, impulsó la Ley Sáenz Peña (1912) que estableció el voto secreto y obligatorio para los varones, buscando incorporar a la vida política a los sectores excluidos. Esta ley, aunque limitada a los varones, significó un avance importante hacia la democratización del sistema electoral y permitió la llegada al poder de la UCR en 1916.
- Tras la muerte de Sáenz Peña, asumió la presidencia Victorino de la Plaza (1914-1916), quien continuó con la política reformista de su predecesor.
- Oposición Radical y Levantamientos Armados: La UCR, a pesar de la Ley Sáenz Peña, mantuvo una postura crítica al régimen oligárquico, denunciando la persistencia del fraude electoral y la manipulación política. La UCR llevó a cabo una serie de levantamientos armados en 1893, 1905 y 1910, buscando derrocar al gobierno y establecer un sistema democrático real. Aunque estas revoluciones fueron reprimidas por el gobierno, demostraron la creciente fuerza del radicalismo y la inestabilidad del régimen.
- Ascenso del Movimiento Obrero: La expansión económica de la República Oligárquica atrajo una gran cantidad de inmigrantes europeos, muchos de los cuales se integraron a la clase trabajadora urbana. El crecimiento del proletariado industrial y la influencia de ideas anarquistas y socialistas provenientes de Europa dieron lugar a la formación de sindicatos y organizaciones obreras. El movimiento obrero, a través de huelgas y protestas, comenzó a reclamar por mejores condiciones laborales, salarios más justos y el reconocimiento de sus derechos. El gobierno oligárquico, temiendo el auge del movimiento obrero y la influencia de ideas radicales, respondió con represión y persecución, criminalizando la protesta social.
La República Oligárquica, a pesar de su crecimiento económico, se caracterizó por la exclusión política y la represión social. El fraude electoral, la corrupción y el dominio de una élite terrateniente generaron un creciente descontento que sentó las bases para el ascenso del radicalismo y el movimiento obrero. La Ley Sáenz Peña, aunque un avance hacia la democratización, no logró frenar el descontento social, que culminaría con el fin del régimen oligárquico y la llegada al poder de la UCR en 1916.
Economía: Boom Exportador (1880-1914)[editar | editar código]
- Contexto Internacional: La aceleración de la industrialización y la urbanización en Europa occidental incrementaron la demanda de alimentos y materias primas, creando un mercado global dinámico.
- Características del Sector Exportador: Se produjo una profunda transformación de las empresas agrarias y los sistemas de transporte. La carne refinada y los cereales desplazaron al cuero y la lana como principales productos de exportación.
- Inversión Extranjera Masiva: La llegada de capitales, principalmente de Gran Bretaña, financió la expansión del ferrocarril, la modernización de los puertos y la inversión en el sector agropecuario.
- Inmigración Masiva: El influjo de inmigrantes europeos proporcionó la mano de obra necesaria para la expansión económica.
- Rol del Estado: El estado se consolidó bajo el régimen oligárquico, promoviendo el orden y la estabilidad. Se expandió la infraestructura, la educación y la burocracia estatal, pero se desarrolló un estancamiento institucional en la regulación de la economía.
- Impacto Regional:
- Buenos Aires se convirtió en una gran metrópoli, consolidando su posición como centro económico y financiero.
- La región pampeana experimentó un crecimiento sin precedentes gracias a la expansión de la agricultura y la ganadería.
- El interior se integró a la economía nacional a través del ferrocarril, pero su desarrollo fue desigual.
- Se produjo un incremento del bienestar general, pero también una creciente desigualdad social.
Primeras presidencias radicales (1916-1930)[editar | editar código]
Política:[editar | editar código]
Las primeras presidencias radicales en Argentina, que abarcaron el período de 1916 a 1930, marcaron un cambio significativo en la política del país tras décadas de dominio oligárquico.
- Triunfo electoral de Yrigoyen (1916): La Unión Cívica Radical (UCR), liderada por Hipólito Yrigoyen, logró una victoria histórica en las elecciones de 1916, gracias a la implementación de la Ley Sáenz Peña, que estableció el voto secreto y obligatorio para los varones. El programa del partido se mantuvo deliberadamente ambiguo durante la campaña, posiblemente para atraer un electorado más amplio. Esta estrategia, sin embargo, condujo a divisiones internas dentro del radicalismo una vez en el gobierno.
- Primer gobierno de Yrigoyen (1916-1922): El primer gobierno de Yrigoyen se caracterizó por una política exterior independiente, manteniendo la neutralidad de Argentina durante la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, en el ámbito económico, el país no pudo escapar de la dependencia europea y los efectos negativos de la guerra. A pesar de los ciclos económicos fluctuantes, se observó una recuperación gradual después de una depresión inicial.
- Presidencia de Alvear (1922-1928): Marcelo T. de Alvear, también de la UCR, sucedió a Yrigoyen en la presidencia. Alvear, un aristócrata afrancesado, tenía una personalidad contrastante con la de Yrigoyen. Su gobierno se caracterizó por una mezcla de continuidad y diferencias con respecto al de Yrigoyen. Se expandió la empresa petrolera estatal YPF y se construyó la refinería de La Plata, junto con la creación de la Fábrica Militar de Aviones en 1927 y la implementación de algunas leyes laborales. Alvear también implementó medidas para combatir la corrupción administrativa y ordenar los gastos del Estado. Las opiniones sobre su gestión económica varían, algunos historiadores destacan su éxito en superar la crisis de posguerra, mientras que otros atribuyen su éxito a la prosperidad económica del período.
- Segundo gobierno de Yrigoyen (1928-1930): Yrigoyen regresó a la presidencia en 1928. Su segundo mandato se vio afectado por la crisis económica mundial de 1929 y la creciente oposición de sectores conservadores y nacionalistas. El golpe militar de 1930 puso fin abruptamente a su gobierno y marcó el comienzo de la Década Infame. Algunos radicales, frustrados con la situación política, habían intentado persuadir a militares para que dieran un golpe, buscando un cambio que no podían lograr por sí mismos. Sin embargo, el golpe fue orquestado por el GOU, un grupo de oficiales con ideología nacionalista, anticomunista y ultracatólica.
Las primeras presidencias radicales representaron un período de democratización parcial en Argentina, con la inclusión de sectores sociales previamente excluidos de la participación política. Sin embargo, la persistencia de prácticas oligárquicas, la crisis económica y la creciente polarización política culminaron en el golpe de 1930, que truncó el proceso democrático y sumió al país en una nueva etapa de inestabilidad.
Economía: Crisis del modelo agroexportador (1916-1930)[editar | editar código]
Etapa neocolonial III: Industrialización incompleta (1930-1976)[editar | editar código]
Década Infame (1930-1943)[editar | editar código]
La Década Infame, un período turbulento en la historia argentina que se extendió desde 1930 hasta 1943, fue un período de retroceso democrático marcado por golpes militares, fraude electoral, corrupción y una creciente influencia de ideologías autoritarias como el fascismo. Tras el golpe de Estado de 1930 que derrocó al presidente radical Hipólito Yrigoyen, la Argentina entró en una era de inestabilidad política y social.
Golpe de Estado y la restauración conservadora. El 6 de septiembre de 1930, el general José Félix Uriburu lideró un golpe militar que puso fin al segundo gobierno de Yrigoyen, marcando el inicio de la Década Infame. Este golpe, apoyado por sectores de la élite conservadora, la Iglesia Católica y algunos grupos radicales antipersonalistas, buscaba restaurar el orden oligárquico que había sido desafiado por el ascenso del radicalismo. El golpe de 1930 abrió una brecha profunda en la sociedad argentina, polarizando aún más la política y socavando la confianza en la democracia.
Gobiernos fraudulentos y la Concordancia. El gobierno de Uriburu anuló las elecciones de 1931, en las que el radicalismo había triunfado, y proscribió al partido, impidiendo la participación de Marcelo T. de Alvear en la contienda presidencial. La Concordancia, una alianza política conformada por el Partido Demócrata Nacional, la Unión Cívica Radical Antipersonalista y el Partido Socialista Independiente, gobernó el país a través de elecciones fraudulentas y manipulación política. Los gobiernos de la Concordancia (Agustín P. Justo, 1932-1938; Roberto M. Ortiz, 1938-1940; Ramón Castillo, 1940-1943) se caracterizaron por la corrupción, el clientelismo político y la represión a la oposición.
Represión y la Legión Cívica. La Década Infame fue testigo de un resurgimiento de prácticas políticas que se creían superadas, lo que llevó a la desilusión y la frustración de amplios sectores de la sociedad. En particular, los gobiernos de La Concordancia recurrieron a la represión mediante una fuerza parapolicial creada en 1931: la Legión Cívica. Esta fue utilizada para intimidar a los opositores al régimen recurriendo para ello a la persecución política, la censura y la violencia. La Legión Cívica, compuesta por civiles armados y financiada por el gobierno, actuó con impunidad, cometiendo actos de violencia y amedrentamiento contra sindicalistas, estudiantes y otros grupos que se oponían al gobierno. Esta organización paramilitar simbolizó la degradación de la vida política y la creciente intolerancia hacia la disidencia.
Crisis económica y el Pacto Roca-Runciman: La crisis económica mundial de 1929 afectó profundamente a la Argentina, dependiente de las exportaciones agrícolas. El Pacto Roca-Runciman, firmado con Gran Bretaña en 1933, fue un acuerdo comercial que aseguraba la venta de carne argentina a cambio de concesiones en el transporte y otros sectores clave de la economía. Este pacto, criticado por su carácter entreguista y por favorecer los intereses británicos en detrimento de los argentinos, profundizó la dependencia económica y limitó la capacidad de desarrollo del país. El Pacto Roca-Runciman fue un ejemplo de la política neocolonial que caracterizó la Década Infame, donde los intereses extranjeros se imponían sobre los nacionales.
Surgimiento del nacionalismo autoritario: La Década Infame fue testigo del surgimiento de un nacionalismo autoritario, influenciado por el fascismo europeo. Este nacionalismo, crítico del liberalismo, la democracia y el capitalismo, propugnaba un Estado fuerte, la defensa de la tradición y la unidad nacional. Algunos intelectuales nacionalistas, reivindicaron la figura de Juan Manuel de Rosas, caudillo federal del siglo XIX, como símbolo de la lucha contra la influencia extranjera y la defensa de la soberanía nacional. El nacionalismo de la Década Infame sentó las bases para el surgimiento de movimientos autoritarios y antidemocráticos en las décadas siguientes.
La Década Infame fue un período oscuro en la historia argentina, marcado por la ruptura del orden constitucional, la corrupción, la represión y la dependencia económica. Este período, caracterizado por la frustración de las expectativas democráticas y el surgimiento de ideologías autoritarias, sentó las bases para las convulsiones políticas y sociales que marcarían la historia argentina en la segunda mitad del siglo XX.
Revolución del 43 (1943-1946)[editar | editar código]
La Revolución del 43, un golpe de estado que derrocó al gobierno de Ramón Castillo en junio de 1943, marcó el inicio de una etapa de profundas transformaciones políticas en Argentina. Este golpe militar, gestado en un contexto de crisis política y económica agudizada por la Segunda Guerra Mundial, abrió paso al ascenso de Juan Domingo Perón y al surgimiento del peronismo.
El golpe de estado y el gobierno militar. El 4 de junio de 1943, un grupo de militares, liderados por los generales Arturo Rawson y Pedro Ramírez, derrocó al presidente Ramón Castillo, poniendo fin a la Década Infame. Este golpe, que contó con el apoyo de sectores nacionalistas y anticomunistas, buscaba romper con la hegemonía de la oligarquía y establecer un gobierno autoritario. El gobierno militar, integrado por diferentes facciones con visiones divergentes sobre el futuro del país, se caracterizó por su inestabilidad y sus luchas internas por el poder.
Ascenso de Perón y la Secretaría de Trabajo y Previsión. Juan Domingo Perón, un coronel del ejército que había participado en el golpe de estado, fue nombrado Secretario de Trabajo y Previsión en octubre de 1943. Desde esta posición, Perón impulsó una serie de medidas a favor de los trabajadores, buscando mejorar las condiciones laborales, fortalecer los sindicatos y promover la justicia social. Estas acciones, que le granjearon el apoyo de la clase trabajadora, sentaron las bases para el surgimiento del peronismo.
Creciente oposición, "Marcha de la Constitución y la Libertad" y detención y liberación de Perón. Las políticas de Perón generaron la oposición de sectores conservadores, liberales y de la izquierda, que lo acusaban de fascista y autoritario. En septiembre de 1945, la oposición organizó una multitudinaria manifestación, conocida como la "Marcha de la Constitución y la Libertad", para protestar contra el gobierno militar y exigir la restauración de la democracia. Esta marcha, que reunió a una amplia gama de fuerzas políticas, desde conservadores hasta comunistas, reflejaba la creciente polarización política en Argentina. Ante la creciente oposición, el gobierno militar detuvo a Perón el 12 de octubre de 1945. Esta acción desencadenó una masiva movilización popular el 17 de octubre, donde miles de trabajadores se congregaron en Plaza de Mayo para exigir la liberación de Perón. Esta movilización, que marcó el nacimiento del peronismo como movimiento político de masas, obligó al gobierno militar a liberar a Perón y convocar a elecciones.
Formación de la Unión Democrática y las elecciones de 1946. Ante la inminente convocatoria a elecciones, los partidos políticos tradicionales, incluyendo a radicales, socialistas y comunistas, formaron la Unión Democrática para enfrentar a Perón. Sin embargo, Perón, con el apoyo del Partido Laborista y la Confederación General del Trabajo (CGT), logró una contundente victoria en las elecciones de febrero de 1946, marcando el inicio de la era peronista en Argentina.
La Revolución del 43 fue un punto de inflexión en la historia política de Argentina, abriendo paso al surgimiento del peronismo y a una profunda transformación del panorama político y social del país. Este período sentó las bases para las décadas siguientes, caracterizadas por el auge y la caída del peronismo, la polarización política y la inestabilidad institucional.
Primer Peronismo (1946-1955)[editar | editar código]
El Primer Peronismo, que abarcó desde 1946 hasta 1955, fue un período de profundas transformaciones políticas, sociales y económicas en Argentina. El gobierno de Juan Domingo Perón, que llegó al poder tras una contundente victoria electoral en 1946, implementó una serie de políticas que reconfiguraron el mapa político del país, fortaleciendo el rol del Estado, promoviendo la justicia social y consolidando un nuevo movimiento político: el peronismo.
Consolidación del poder y reforma constitucional. Tras asumir la presidencia en 1946, Perón se abocó a consolidar su poder, buscando un mayor control sobre las instituciones del Estado. En 1949, impulsó una reforma constitucional que introdujo importantes cambios, entre ellos la posibilidad de reelección presidencial, la inclusión de derechos sociales y la nacionalización de recursos estratégicos. La reforma constitucional de 1949 afianzó el proyecto político de Perón, permitiéndole un segundo mandato y ampliando los derechos sociales.
Política social y apoyo popular: El gobierno de Perón implementó una ambiciosa política social, orientada a mejorar las condiciones de vida de la clase trabajadora. Se impulsaron medidas como aumentos salariales, la creación de hospitales y escuelas públicas, la construcción de viviendas populares y el fomento del turismo social. Estas políticas, que le valieron el apoyo incondicional de la clase trabajadora, fueron claves para la construcción de una base social sólida para el peronismo. El gobierno de Perón buscó ampliar la participación política de los sectores populares, integrándolos al sistema político y garantizando sus derechos. Eva Perón, esposa del presidente, desempeñó un papel fundamental en el peronismo. A través de la Fundación Eva Perón, impulsó una amplia red de asistencia social, brindando ayuda a los sectores más necesitados. Su carisma, su compromiso social y su defensa de los derechos de los trabajadores la convirtieron en una figura icónica del peronismo, con una enorme influencia política y popular.
Nacionalismo económico y control estatal: El peronismo impulsó una política económica nacionalista, caracterizada por la intervención estatal en la economía, la nacionalización de empresas extranjeras y el fomento de la industria nacional. Se buscaba romper con la dependencia económica del país, promoviendo un modelo de desarrollo autónomo. Esta política económica, que generó tensiones con los sectores empresariales tradicionales y con potencias extranjeras como Estados Unidos, fue clave para la transformación del modelo económico argentino.
Cooptación de los sindicatos y control político: El gobierno de Perón estableció una estrecha relación con los sindicatos, otorgándoles un rol central en la política nacional. La Confederación General del Trabajo (CGT), la principal central sindical del país, se convirtió en un pilar fundamental del peronismo, respaldando las políticas del gobierno y movilizando a la clase trabajadora en apoyo a Perón. Sin embargo, el gobierno también buscó ejercer un control político sobre los sindicatos, limitando su autonomía y sometiéndolos a la disciplina del partido.
Creciente oposición y polarización política: Las políticas del peronismo generaron una creciente oposición de sectores conservadores, liberales y de la izquierda, que lo acusaban de autoritario, demagógico y populista. Esta oposición, que se manifestó en el Congreso, en los medios de comunicación y en las calles, fue reprimida por el gobierno, que recurrió a la censura, la persecución política y la violencia. La polarización política en Argentina se intensificó durante el peronismo, dividiendo a la sociedad entre peronistas y antiperonistas.
Golpe de Estado de 1955: En septiembre de 1955, un golpe de Estado, autodenominado "Revolución Libertadora", derrocó al gobierno de Perón, poniendo fin al Primer Peronismo. Este golpe, liderado por sectores militares y civiles opositores al peronismo, proscribió al partido y al propio Perón, inaugurando un nuevo período de inestabilidad política en Argentina.
El Primer Peronismo fue una etapa de profundas transformaciones en Argentina, marcada por la implementación de políticas sociales y económicas que reconfiguraron el mapa político del país. El gobierno de Perón dejó una huella imborrable en la historia argentina, dando origen a un movimiento político que, a pesar de sus contradicciones, sigue vigente hasta nuestros días.
Juan Domingo Perón, siguió un programa nacionalista progresista y mejoró la industria a través de dos planes quinquenales.[2] Además, compró los ferrocarriles de propiedad británica.[4]
"Revolución Libertadora" (1955-1958)[editar | editar código]
El segundo gobierno de Perón fue interrumpido abruptamente por la autodenominada "Revolución Libertadora", un golpe de Estado que derrocó al gobierno constitucional y que se caracterizó por un complejo entramado de eventos políticos. El nombre mismo, "Libertadora", buscaba justificar la intervención militar argumentando la necesidad de liberar al pueblo de la opresión de un dictador. Sin embargo, este "dictador" había sido elegido democráticamente con el 62.5% de los votos.
El gobierno militar comenzó en un primer momento bajo el General Eduardo Lonardi, jefe de la Revolución Libertadora, quien asumió el poder el 23 de septiembre de 1955. Su postura, más conciliadora, se reflejó en la consigna "Ni vencedores ni vencidos" y en su promesa de respetar la Constitución de 1949. Lonardi buscaba eliminar los aspectos negativos del gobierno peronista, como el personalismo y la corrupción, pero no pretendía desmantelar su obra social. Sin embargo, las tensiones internas dentro del movimiento antiperonista llevaron a la destitución de Lonardi en noviembre de 1955 y a la asunción del General Pedro Eugenio Aramburu.
El gobierno de Aramburu (1955-1958) se caracterizó por una postura más dura hacia el peronismo, prohibiendo el partido y sus símbolos, interviniendo la CGT y reprimiendo las protestas. También durante el gobierno de este, Argentina se unión al FMI.[2] Hasta entonces, el país había rehusado unirse a dicha institución neocolonial fundada en 1945.
Dentro del Ejército "libertador" surgieron tres líneas de pensamiento:
- la jacobina, buscando erradicar por completo al peronismo;
- la continuista de Aramburu, que buscaba elecciones con un candidato afín; y
- la legalista, que abogaba por elecciones limpias. (La proscripción del peronismo evidenció el triunfo de las dos primeras líneas).
La proscripción del peronismo y la represión contra sus simpatizantes generaron un clima de inestabilidad y resistencia. Surgieron diferentes estrategias dentro del peronismo para enfrentar la situación:
- el golpismo, buscando retomar el poder por la fuerza;
- la negociación con sectores legalistas del gobierno; y
- la resistencia organizada, con Perón dirigiendo desde el exilio.
El intento de golpe de Estado liderado por el General Valle en junio de 1956 fue brutalmente reprimido por el Contralmirante Isaac Rojas, quien implementó la ley marcial y juicios sumarísimos. Los fusilamientos de militares y civiles que siguieron a este levantamiento fueron documentados por autores como Rodolfo Walsh.
La Revolución Libertadora también trajo consigo cambios en el panorama político, con la aparición de nuevos partidos y la reorganización de los existentes. A pesar de su objetivo declarado de "liberar" al pueblo, la Revolución Libertadora instauró un período de inestabilidad política y represión que marcaría profundamente la historia argentina. La proscripción del peronismo, lejos de "desperonizar" al país, generó un movimiento de resistencia que seguiría luchando por su regreso al poder.
Gobierno de Frondizi (1958-1962)[editar | editar código]
Arturo Frondizi, candidato de la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI), ganó las elecciones de 1958 gracias a un pacto secreto con Perón, quien instruyó a sus seguidores a votar por él a cambio del levantamiento de la proscripción del peronismo. Este pacto, sin embargo, le valió la desconfianza de las Fuerzas Armadas, que veían con recelo cualquier acercamiento al peronismo. El gobierno de Arturo Frondizi (1958-1962), sucesor de la Revolución Libertadora, se caracterizó por una serie de complejos acontecimientos políticos que lo llevaron a un final abrupto a través de un golpe militar. A lo largo de su mandato, Frondizi se enfrentó a una constante presión militar: las Fuerzas Armadas, a pesar de no estar en el gobierno, actuaron como un "poder detrás del trono", forzando a Frondizi a tomar medidas antidemocráticas como la implantación del estado de sitio y la declaración del estado de Conmoción Interna.
En el plano económico, Frondizi implementó una política desarrollista con el objetivo de impulsar la industrialización del país. Esto implicó la firma de contratos petroleros con empresas multinacionales, lo que generó fuertes críticas por parte de sectores nacionalistas. La política económica también tuvo consecuencias sociales negativas, como el descenso del nivel de vida y el aumento del desempleo, lo que provocó huelgas y protestas obreras. Además, Frondizi reglamentó el artículo 28 de la Constitución, permitiendo la creación de universidades privadas, lo que generó controversia y oposición por parte de algunos sectores. En cuanto a política exterior, Frondizi intentó llevar a cabo una política exterior independiente, apoyando la Alianza para el Progreso de Kennedy, pero cedió a presiones norteamericanas y del Ejército.
Durante el gobierno de Frondizi surgieron grupos guerrilleros inspirados en la Revolución Cubana. La respuesta del gobierno fue la represión a través del Plan CONINTES.
En 1962, llegando al fin de su mandato, Frondizi, buscando cumplir con su promesa a Perón, levantó las proscripciones, permitiendo la participación del peronismo en las elecciones. Sin embargo, el peronismo, presentándose bajo el nombre de "Unión Popular", obtuvo un triunfo contundente en varias provincias. Ante el triunfo peronista, Frondizi, presionado por las Fuerzas Armadas, intervino las provincias donde había ganado la Unión Popular. Esta decisión, sin embargo, no fue suficiente para apaciguar a los militares, quienes finalmente lo derrocaron el 29 de marzo de 1962.
Gobiernos de Guido (1962-1963) e Illia (1963-1966)[editar | editar código]
Tras el derrocamiento de Frondizi, asumió la presidencia José María Guido, presidente del Senado, quien disolvió el Congreso y convocó a nuevas elecciones con el peronismo proscripto. Este gobierno estuvo marcado por la inestabilidad y la confrontación entre diferentes facciones dentro de las Fuerzas Armadas, las cuales buscaban imponer su propio proyecto político. En las elecciones de 1963, con el peronismo proscripto, resultó electo Arturo Illia, candidato de la Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP). Illia, conocido por su honestidad y su estilo conciliador, intentó llevar adelante un gobierno democrático y reformista.
A pesar de su legitimidad electoral, el gobierno de Illia enfrentó desde el inicio la oposición de las Fuerzas Armadas, sectores empresariales y grupos sindicales peronistas, quienes lo consideraban débil e ineficaz. Illia, sin embargo, impulsó algunas medidas importantes como la anulación de los contratos petroleros firmados por Frondizi, el aumento del presupuesto para educación y la mejora de las condiciones laborales.
A pesar de sus logros, Illia no pudo consolidar su gobierno. La creciente agitación social, la oposición de las Fuerzas Armadas y la falta de apoyo de sectores claves del poder económico llevaron a su derrocamiento por un nuevo golpe de estado en junio de 1966, liderado por el General Juan Carlos Onganía, quien dio inicio a la "Revolución Argentina".
Revolución Argentina (1966-1973)[editar | editar código]
La "Revolución Argentina" consistió en un período de gobiernos militares autoritarios caracterizado por una profunda inestabilidad política y social, con la persistente presencia del peronismo como factor desestabilizador para los gobiernos militares que a pesar de su proscripción y represión, seguía siendo una fuerza política significativa en el país.
El General Juan Carlos Onganía, quien encabezó el golpe de estado que derrocó a Illia, prometía un gobierno de "orden" y "progreso". Entre sus políticas estuvo la disolución del Congreso, la intervención de las universidades y la represión de protestas sociales. En el plano económico, implementó un plan liberal que favoreció a las empresas extranjeras. Esto condujo a una mayor dependencia económica de Argentina, especialmente de Estados Unidos.
El autoritarismo del gobierno de Onganía generó una creciente resistencia por parte de estudiantes, trabajadores y sectores populares. En mayo de 1969, la ciudad de Córdoba fue escenario de un levantamiento popular conocido como el "Cordobazo". Esta fue una manifestación masiva que combinó protestas estudiantiles y obreras, expresando el rechazo a las políticas del gobierno militar que marcó un punto de inflexión en la "Revolución Argentina". Muchos jóvenes, influenciados por las ideas revolucionarias de la época, se radicalizaron y se unieron a grupos guerrilleros como la Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y Montoneros. En 1970, Montoneros secuestró y asesinó al General Pedro Eugenio Aramburu, uno de los líderes de la "Revolución Libertadora". Este acto conmocionó al país y aumentó la tensión política.
El Cordobazo y la creciente actividad guerrillera debilitaron el gobierno de Onganía, quien fue reemplazado por el General Roberto Marcelo Levingston en 1970. Levingston, sin embargo, tampoco logró controlar la situación y fue derrocado un año después por el General Alejandro Agustín Lanusse.
Lanusse, consciente de la inviabilidad de un gobierno militar a largo plazo, buscó una salida negociada a la crisis política. Propuso el Gran Acuerdo Nacional (GAN), un pacto entre las fuerzas políticas para restaurar la democracia. Sin embargo, el GAN fracasó y Lanusse se vio obligado a convocar a elecciones libres en 1973. Con estas elecciones llegó a su fin la "Revolución Argentina" a la vez que regresaba el peronismo al poder. Sin embargo, el período de gobiernos militares dejó una profunda huella en la sociedad argentina, marcada por la violencia política, la polarización ideológica y la crisis económica.
Segundo Peronismo (1973-1976)[editar | editar código]
El Segundo Peronismo, que abarcó de 1973 a 1976, fue un período tumultuoso en la historia argentina, marcado por el regreso de Juan Domingo Perón al poder después de 18 años de exilio, una creciente polarización política y violencia, y finalmente, un golpe militar que inauguró una dictadura brutal. Este período estuvo marcado por la lucha entre diferentes facciones dentro del movimiento peronista, así como por la creciente influencia de las organizaciones guerrilleras.
Elección de Cámpora, breve gobierno de este, regreso de Perón, masacre de Ezeiza y nuevas elecciones (1973). El peronismo ya había sido legalizado en 1972 por el régimen militar gobernante. Sin embargo, el general Lanusse, buscando una salida "honrosa" para el ejército, intentó evitar que Perón fuera candidato presidencial mediante una cláusula proscriptiva. A pesar de esto, Perón logró formar un amplio frente electoral y obtuvo una contundente victoria en las elecciones de marzo de 1973, con Héctor Cámpora como candidato presidencial. La consigna de la época fue "Cámpora al gobierno, Perón al poder". Cámpora asumió la presidencia el 25 de mayo de 1973, pero su gobierno duró solo 49 días. Renunció para dar lugar a nuevas elecciones en las que Perón pudiera ser candidato. El regreso definitivo de Perón a Argentina el 20 de junio de 1973 fue recibido por una multitud masiva en Ezeiza, en lo que se suponía sería una fiesta. Sin embargo, la ocasión se vio empañada por un tiroteo entre la derecha y la izquierda peronista, que dejó un saldo de más de cien muertos y heridos. Este evento, conocido como la masacre de Ezeiza, puso de manifiesto la profunda división dentro del movimiento peronista.Perón ganó las elecciones del 23 de septiembre de 1973 con el 62% de los votos, asumiendo la presidencia el 12 de octubre junto a su esposa, Isabel, como vicepresidenta.
Segundo gobierno de Perón. El "socialismo nacional", la Triple A y muerte de Perón (1973-1974). Durante este período, la izquierda peronista, que había contribuido a la desestabilización del régimen militar con sus acciones guerrilleras y movilizaciones populares, ganó influencia. En 1972, el Congreso del Partido Justicialista había adoptado el lema "socialismo nacional". Sin embargo, Perón no se alineó completamente con la izquierda y destituyó a Rodolfo Galimberti, líder de la Juventud Peronista, cuando este propuso la formación de milicias populares para la lucha revolucionaria. A José López Rega, ministro de Bienestar Social y hombre de confianza de Perón, se le otorgó un poder considerable durante este período organizando la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A), un grupo parapolicial responsable de la violencia y el terror contra opositores políticos, incluyendo a la izquierda peronista. La Triple A asesinó a unas doscientas personas antes de la muerte de Perón en julio de 1974.
Presidencia de Isabel Perón y la intensificación de la violencia. Tras la muerte de Perón, Isabel asumió la presidencia. Su gobierno se caracterizó por la inestabilidad política, la crisis económica y la intensificación de la violencia política. La Triple A continuó sus ataques, y las organizaciones guerrilleras, incluyendo a Montoneros, respondieron con secuestros, asesinatos y atentados. La situación se deterioró rápidamente, con un clima de violencia y terror que se apoderó del país.
Golpe de Estado de 1976: En un contexto de caos e ingobernabilidad, las Fuerzas Armadas, lideradas por el general Jorge Rafael Videla, dieron un golpe de Estado el 24 de marzo de 1976, derrocando a Isabel Perón y estableciendo una dictadura militar. Este golpe marcó el fin del Segundo Peronismo y el inicio de la dictadura más sangrienta de la historia argentina, un período conocido como el "Proceso de Reorganización Nacional".
El Segundo Peronismo fue un período de intensa lucha política y social en Argentina. El regreso de Perón no logró apaciguar las divisiones dentro del movimiento peronista, y la violencia política se intensificó. Este período culminó con un golpe militar que sumió al país en un reinado de terror y represión.
Etapa neocolonial IV: Hegemonía neoliberal (1976-2003)[editar | editar código]
Dictadura Militar o "Proceso de Reorganización Nacional" (1976-1983)[editar | editar código]
Política
Luego del golpe de estado proponado por las Fuerzas Armadas, lideradas por el general Jorge Rafael Videla, a la presidenta constitucional María Estela Martínez de Perón, la Junta Militar pararía a disolver el Congreso, intervenir las provincias y suspender las garantías constitucionales.
El gobierno militar adoptó la Doctrina de la Seguridad Nacional, una ideología que justificaba la represión y la violación de los derechos humanos en nombre de la lucha contra el comunismo. Esta doctrina, impulsada por Estados Unidos en el contexto de la Guerra Fría, consideraba a cualquier forma de disidencia política o social como una amenaza a la seguridad nacional. El "Proceso" se caracterizó por la implementación de un sistemático plan de represión ilegal, conocido como terrorismo de Estado. Miles de personas fueron secuestradas, torturadas y asesinadas por las fuerzas de seguridad y grupos paramilitares. La dictadura operó centros clandestinos de detención, donde se cometían las más aberrantes violaciones a los derechos humanos. Llegó a asesinar y/o desaparecer alrededor de 30 mil personas mediante la implementación de la doctrina de seguridad naciona.
En abril de 1982, la dictadura argentina, en un intento de fortalecer su posición interna y distraer a la población de la crisis económica y social, invadió las Islas Malvinas, territorio argentino ocupado por el Reino Unido. La Guerra de las Malvinas, que duró 74 días, terminó con la derrota de Argentina y la muerte de 649 soldados argentinos. Esta derrota en Malvinas aceleró el proceso de debilitamiento de la dictadura. La crisis económica se agravó, la oposición política se fortaleció y la sociedad argentina comenzó a exigir el retorno a la democracia.
El general Reynaldo Bignone, último presidente de facto, convocó a elecciones para el 30 de octubre de 1983. En las elecciones, triunfó el candidato de la Unión Cívica Radical, Raúl Alfonsín, quien asumió la presidencia el 10 de diciembre de 1983, marcando el fin del "Proceso" y el inicio de un nuevo período de democracia burguesa en Argentina.
Economía
El ministro de Economía, José Alfredo Martínez de Hoz, implementó un plan económico neoliberal que benefició a los grandes grupos económicos y a las empresas transnacionales, aumentando la deuda externa y la desigualdad social. Bajo la junta, Friedmanitas de los EE.UU controlaron el Banco central argentino.[2]
La dictadura reprimió duramente a los sindicatos y a los trabajadores, prohibiendo las huelgas y la actividad gremial.
Gobierno de Alfonsín[editar | editar código]
Gobierno de Alfonsín (1983-1989)[editar | editar código]
Raúl Alfonsín fue electo en 1983 después del fin de la junta. Su presidencia terminó con una crisis de hiperinflación en 1989. Fue sucedido por el conservador Carlos Menem.
Gobiernos de Menem (1989-1999)[editar | editar código]
Menem dio perdones a miembros de la junta previa y redujo los impuestos y las regulaciones empresariales. Ya en 1990, la inflación era del 20,000%. Vinculó el peso argentino al dólar estadounidense, supervisó las privatizaciones masivas, y destruyó el extensivo sistema de ferrocarriles del país.[2]
Gobierno de De la Rúa (1999-2001)[editar | editar código]
Entre 1999 y 2001, el presidente liberal Fernando de la Rúa continuó implementando las políticas de austeridad del FMI. En noviembre del 2001, comenzó una corrida bancaria, y de la Rúa limitó los retiros de dinero a $250 por persona a la semana.[2]
Crisis del 2001[editar | editar código]
Protestas y un paro general siguieron, llevando a que de la Rúa volara del país el 20 de diciembre.[2] Al final del 2001, cuatro presidentes resignaron en un plazo de dos semanas.[5]
Gobierno de Duhalde (2002-2003)[editar | editar código]
Etapa neocolonial IV: Entre el kirchenirsmo y el neoliberalismo[editar | editar código]
Gobierno de Néstor Krichner (2003-2007)[editar | editar código]
Néstor Kirchner fue electo presidente en 2003. Entre 2003 y 2015, Argentina redujo la pobreza en un 71% y la pobreza extrema en un 81% e incrementó el PIB per cápita por en un 42%.
Gobiernos de Cristina Krichner (2007-2015)[editar | editar código]
Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019)[editar | editar código]
Mauricio Macri, quién subió al poder con el apoyo de EE.UU en 2015 y mandó hasta 2019, tomó un préstamo de $57 mil millones de dólares del FMI que llevó a una inflación del 140% y un incremento en la pobreza del 40%.[5]
Gobierno de Alberto Fernández (2019-2023)[editar | editar código]
En febrero del 2022, Argentina se unió al programa de infraestructura de China, la iniciativa de la Franja y la Ruta.[6] Las áreas de cooperación incluyen las energías renovables, tecnología, educación agricultura, comunicación, y energía nuclear.[7]
Gobierno de Javier Milei (2023-presente)[editar | editar código]
En octubre del 2023, el libertario de extrema derecha Javier Milei fue electo como presidente de Argentina. Él busca abolir el Banco central de Argentina y reemplazar el peso con el dólar estadounidense.[5]
En diciembre del 2023, Milei anunció en forma de Decreto de Necesidad y Urgencia la Ley Ómnibus, permitiéndole pasar decretos sin requerir de la aprobación del Congreso. Sus decretos han promovido la inversión extranjera y privatizan la economía. Cortó relaciones diplomáticas con Cuba y Venezuela, se rehusó a unirse a los BRICS, y continuó pláticas con el FMI.[8]
El 24 de enero, un millón y medio de trabajadores formaron parte del paro general. Mientras Milei visitaba a "Israel", el jurado dictaminó suspender la Ley Ómnibus.[8]
Política[editar | editar código]
Estado nacional[editar | editar código]
Partidos y movimientos políticos[editar | editar código]
Economía[editar | editar código]
Sociedad[editar | editar código]
Cultura[editar | editar código]
Artes[editar | editar código]
Religión[editar | editar código]
Deporte[editar | editar código]
Ciencias[editar | editar código]
Referencias[editar | editar código]
- ↑ Ben Norton (2022-12-08). "Judicial coup in Argentina: Corrupt judges conspire with media oligarchs to ban Cristina Kirchner from office" Multipolarista. Archivado desde el original en 2022-12-09. Consultado en 2022-12-10.
- ↑ 2,0 2,1 2,2 2,3 2,4 2,5 2,6 2,7 Esteban Almiron (2022-12-18). "How Argentina has been trapped in neocolonial debt for 200 years: An economic history" Multipolarista. Archivado desde el original en 2022-12-19. Consultado en 2022-12-20.
- ↑ 3,0 3,1 3,2 Roy Hora (2010). '2. La apertura al comercio atlántico y la expansión ganadera' en Historia económica de la Argentina en el siglo XIX. Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores. ISBN 978-987-629-128-6 [LG]
- ↑ Vijay Prashad (2008). 'Buenos Aires' en The Darker Nations: A People's History of the Third World (pp. 62–63). [PDF] The New Press. ISBN 9781595583420 [LG]
- ↑ 5,0 5,1 5,2 "Trapped in IMF debt, Argentina turns to Russia and joins China's Belt & Road" (2022-02-12). Multipolarista.
- ↑ Argentina officially joins BRI in major boost for China-Latin America cooperation (2022-02-06). Global Times. Consultado en 2022-02-08.
- ↑ "Trapped in IMF debt, Argentina turns to Russia and joins China's Belt & Road" (2022-02-12). Multipolarista.
- ↑ 8,0 8,1 Eduardo Rodriguez (2024-02-15). "Argentina is NOT for sale! Argentinians rise up against Milei’s neoliberal plunder" Liberation News. Archivado desde el original en 2024-02-24.