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Hatuey

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El primer rebelde de América

Hatuey
Nacióc.1478
región de Guahabá, cacicazgo de Jaragua, isla de Quisqueya
(La Española)
Murió2 de febrero de 1513
Yara, Cuba
Causa de muerteQuema en la hoguera
NacionalidadTaíno
Conocido porLíder de rebelión anticolonial
(Rebelión de Hatuey 1511-1513)


Hatuey o Yahatuey (región de Guahabá, cacicazgo de Jaragua, isla de Quisqueya, c.1478 - Yara, Cuba, 2 de febrero de 1513) fue un cacique taíno natural de la isla de Quisqueya (bautizada por Cristóbal Colón como La Española). Es conocido por liderar la primera rebelión anticolonial en suelo cubano oponiéndose a la conquista española de Maisí, región en el extremo oriental de Cuba.

Biografía

Hatuey era cacique de la región de Guahabá, en la isla actualmente conocida como La Española que los caribes llamaban Haití y los lucayos Quisqueya.[1] En 1503 el gobernador de La Española, Nicolás de Ovando, decreta una matanza de caciques en la región de Xaragua, a la cual sobrevive Hatuey.[2]

Eventualmente, ante el avance genocida español en su isla natal, Hatuey escapa en canoa a la vecina isla de Cuba asentándose en la oriental región de Maisí, más concretamente, en la desembocadura del río Toa.[3][4] Según el historiador Rolando Julio Rensoli Medina, no podemos ver ese tránsito como de un país a otro: Quisqueya estaba habitada por taínos, caribes, lucayos y arawakos y Cuba, por taínos, siboneyes y guanahatabeyes, todas esas etnias tenían un tronco étnico aruaco común y, por tanto, tenían rasgos culturales similares; además, Hatuey era taíno y ese era el grupo dominante en la parte oriental de Cuba.[1]

Helos allí, los que creímos venidos del cielo a librarnos de la ponzoña del caribe y de la muerte, más perversos y crueles que el caribe mismo. Abusando de nuestra simplicidad y prevalidos de la fuerza, pretenden tener derecho a nuestra libertad, porque un hombre a quien ellos llaman Papa ha dado la posesión de nuestra tierra a otro hombre muy poderoso que llaman su Rey y Señor. Dícennos estos tiranos que adoran a un Dios de paz y de igualdad, y nos usurpan nuestras haciendas y nos hacen sus esclavos; habíannos del alma inmortal y de premios y castigos eternos, y seducen nuestras mujeres y violan nuestras hijas. Incapaces de probar sus fuerzas con nuestro valor, se cubren, cobardes, con esas armaduras de hierro que no pueden romper nuestras macanas; dudosos aún de su ventaja usan el rayo que nos hiere desde adonde no pueden alcanzar la punta de nuestras flechas, y montados en esas fieras las manejan cual si fuesen guaminiquinajes, más para huir de nuestra saña que para correr a probar la pujanza de nuestro brazo. Pero ellos son pocos y nosotros muchos; ellos combaten en tierra extraña y nosotros en la nuestra; ellos invocan un Dios de sangre y oro y nosotros tenemos de nuestra parte un Dios justo y sabio. Los caciques vecinos vendrán en nuestro auxilio, las breñas cortarán el vuelo a sus caballos, el tronco de la ceiba será escudo contra el rayo escondido y nuestros Cemís harán trizas sus corazas[5]

Y sacando una cestilla de palmas que contenía algunas joyas y granos de oro:

El Dios que adoran ese Papa y ese Rey y todos ellos (prosiguió), no es otro que el oro vil que se esconde en el seno de nuestra tierra: este es su Señor, a éste sirven, tras éste solamente andan. Vedle aquí. Para aplacar su ira y que les mande no nos cause mal alguno, venid y hagámosle areitos.[5]

Después que hubieron bailado y cantado sus coplas hasta quedar rendidos de cansancio, levantóse de nuevo Hatuey y les dijo:

Ahora conviene que arrojemos a lo hondo del río este Dios por quien tanto daño nos hacen los cristianos; porque en ninguna parte que lo guardemos, aunque fuese en nuestras entrañas, no estaríamos seguros de que esos caribes no nos lo sacasen con la vida; así no sabrán donde está y dejarán tranquila nuestra tierra.[5]

Hatuey combatió durante dos años (1511-1513) en los siguientes cacicazgos de la región oriental de Cuba: Macaca (actual provincia de Granma), Mayarí, (partes de las actuales provincias de Holguín y Santiago de Cuba), Cueibá (partes de las actuales provincias de Holguín, Santiago de Cuba y Guantánamo), Baracoa y Maisí (partes de la actual provincia de Guantánamo).[1] El segundo al mando de Hatuey era el cacique Caguax y junto a ellos, las caciquezas Anacaona y Guarina.[1]

De los escritores coetáneos, el que describe más circunstanciadamente el suplicio de Hatuey es el Padre Casas, y su relación tiene tanto más precio a los ojos del historiador cubano, cuanto que debió hallarse en Baracoa o sus inmediaciones, al tiempo de la ejecución.

Atado al palo, decíale un religioso de San Francisco, santo varón que allí estaba, algunas cosas de Dios y de nuestra fé, el cual nunca las había oído jamás, lo que podía bastar aquel poquito tiempo que los verdugos le daban; y que si quería creer aquello que le decía que iría al cielo, donde había gloria y eterno descanso, y si no, que había de ir al infierno a padecer perpetuos tormentos y penas. Él, pensando un poco, preguntó al religioso si iban cristianos al cielo. El religioso le respondió que sí; pero que iban los que eran buenos. Dijo luego al cacique sin más pensar, que no quería ir allá, sino al infierno, por no estar donde estuviesen y por no ver tan cruel gente.[6]

Caguax, continuaría la lucha durante varios años más, atacando dos veces la naciente villa de San Salvador de Bayamo, hasta que cayó combatiendo. Anacaona y Guarina, fueron apresadas y asesinadas.[1]

Legado

"Primer rebelde de América"

En Cuba, Hatuey recibe el título honorífico de "Primer Rebelde de América",[3] lo cual no es históricamente correcto puesto que, como mínimo, este epíteto ignora la resistencia indígena a la colonización española de Haití/Quisqueya. Restringiéndose al ámbito cubano, sin embargo, la figura de Hatuey como el primer héroe, primer mártir y primer organizador de la resistencia al colonialismo en Cuba está firmemente establecido. Quizá solo el cacique Guayucayex pueda disputarle estos méritos ya que en 1509 parece haber protagonizado en Guanímar la primera acción de resistencia contra los españoles, específicamente ante la expedición de bojeo a la isla dirigida por Sebastián de Ocampo. De este hecho supuestamente emana el nombre que los españoles dieran a la bahía de Matanzas por los tripulantes muertos a manos de los aborígenes, de los que sobrevivieron dos mujeres y el expedicionario Pérez Mejía, que fueron apresados y encontrados vivos después de conquistada la isla.[1] No obstante, la veracidad histórica de estos hechos ha sido cuestionada.[7]

Organizaciones nombradas en su honor

Durante la Guerra Necesaria un regimiento de la Primera División Guantánamo, del Primer Cuerpo de Ejército del Ejército Libertador Cubano llevó el nombre de Hatuey. Esta unidad tenía como núcleo a los indígenas de Caridad de los Indios, siendo muestra de la incorporación de los descendientes de los pueblos originarios cubanos a las luchas por la independencia; aunque inicialmente fueran manipulados y combatieron los primeros meses de aquella contienda en formación de guerrilla al servicio del colonialismo español, hasta que tomaron conciencia del rol que deberían jugar.[4]

Un proyecto de solidaridad con Cuba enfocado en hacer llegar medicamentos al país lleva su nombre: The Hatuey Proyect (Health Advocates in Truth, Unity and Empaty).[8]

Referencias

  1. 1,0 1,1 1,2 1,3 1,4 1,5 Rolando Julio Rensoli Medina (2 de febrero de 2023). "Hatuey. Aniversario 510" Cubarte.
  2. https://dbe.rah.es/biografias/11592/hatuey
  3. 3,0 3,1 https://www.ecured.cu/Hatuey
  4. 4,0 4,1 Rolando Julio Rensoli Medina (27 de octubre de 2016). "1492-1898: Supervivencia y resistencia indígena a la opresión colonial española en Cuba" Cubarte.
  5. 5,0 5,1 5,2 Herrera, Década I, libro VIII, cap. 4; libro IX, caps. 3, 4 y 16; y Década II, libro III, cap. 2.; tomado de Historia de la isla de Cuba, Tomo I, de Pedro José Guiteras, La Habana, 1927, pp. 254 - 255.
  6. Oviedo, libro XXIV, cap. 2. Casas, Brevis. Relac. cap. "De la isla de Cuba"; tomado de Historia de la isla de Cuba, Tomo I, de Pedro José Guiteras, La Habana, 1927, pp. 260 - 261.
  7. Johanset Orihuela León y Ricardo A. Viera Muñoz (2020). Matanza de Yucayo: Historia y Mito. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Aspha. ISBN 978-987-3851-27-8
  8. https://www.hatueyproject.org/