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Desde su inicio hasta la toma de Bayamo
En la segunda mitad del Siglo 17 y primera mitad del 19 ocurrieron en el mundo, concatenadamente, una serie de acontecimientos que ejercieron profunda influencia en la nación cubana y que dieron lugar al surgimiento de nuevas ideas y tendencias políticas. Estos acontecimientos fueron:
- En 1783 la independencia de las 13 colonias inglesas de Norteamérica que pocos años más tarde dieron origen a los Estados Unidos.
- En 1789, la revolución democrático-burguesa de Francia que derrumbó el feudalismo y cuya consigna ""Libertad, Igualdad, Fraternidad, -aunque después la burguesía la traicionara- desprendió con fuerza un poderoso aliento revolucionario sobre los pueblos del mundo.
- En 1791, la revolución de los esclavos de la colonia francesa de Haití, quienes aprovechando las convulsiones que se producían en su metrópoli, acabaron con el dominio de los esclavista e implantaron la primera República de América Latina.
- De 1810 a 1824 la independencia de las colonias españolas de América del Sur, conseguida ésta tras la heroica lucha de los pueblos sudamericanos y a la que se lanzaron aprovechando las condiciones objetivas internas y la situación que se creó en España al ser invadida por las tropas de la Francia de Napoleón.
- A partir de 1760 se desata la Revolución Industrial en Europa, iniciándose en Inglaterra. Esta consiste en la aplicación de la máquina a la producción sustituyendo así la confección a mano de los productos. Inglaterra, que desde el Siglo 17 había realizado su revolución burguesa y tomado el camino del desarrollo capitalista, fue sede de este acontecimiento que influyó notablemente en América y, por supuesto, en Cuba.
Estos acontecimientos aceleraron el proceso de formación de la "conciencia nacional" y dieron lugar al surgimiento de nuevas ideas y tendencias políticas de cuya realización las diferentes clases explotadas o marginadas de la nación buscaban un ulterior desarrollo y mejoramiento sobre la situación de sojuzgamiento y limitación en que las tenía sumidas el régimen colonial español.
Las ideas que se movieron en la Cuba colonial de fines del Siglo 18 y primera mitad del 199 fueron: el Reformismo, el Anexionismo, el Abolicionismo y el Independentismo.
El Reformismo, como su nombre lo indica, encarnaba la lucha por la consecución de reformas económicas y políticas para la clase terrateniente, integrada mayoritariamente por los criollos adinerados. La lucha por el Reformismo, que nunca fue violenta, consistía fundamentalmente en la solicitud de:
- Rebaja de impuestos.
- Libre comercio con el resto del mundo.
- Autonomía política.
Las ideas reformistas tomaron auge en tres diferentes etapas desde fines del Siglo 18 hasta comienzo de la guerra de los Diez Años. Fueron estas de 1790 a 1820, de 1830 a 1837 y de 1855 a 1868.
El Anexionismo preconizaba la unión de Cuba con la poderosa nación norteña que se desarrollaba vertiginosamente. Sin embargo, el objetivo de la anexión difería en uno u otro grupo de anexionistas criollos. Antes de 1861 en los estados del Norte de los E.U. prevalecía el régimen capitalista y en el su dominaba el sistema esclavista.
Algunos criollos querían la anexión porque veían los beneficios del desarrollo industrial capitalista sobre las viejas y estancadas formas de producción esclavista prevaleciente en la Cuba colonial.
Los más retrógrados buscaban que Cuba pasase a formar parte de la Unión pero como un Estado Esclavista más.
El Anexionismo descolló entre los años de 1843 a 1855. En ese período surgieron conspiraciones y hasta invasiones armadas alentadas por los estados del Sur de Estados Unidos.
El Abolicionismo como corriente política se destacó de 1837 a 1844. Anteriormente, al influjo de la victoriosa insurrección de los esclavos de Haití, ocurrieron en Cuba, en 112, sublevaciones similares, pero fueron ahogadas en sangre.
Mientras, en Inglaterra se desarrollaba notablemente el capitalismo para el cual constituía un valladar la esclavitud, por las limitaciones que ésta imponía ala creación de nuevos mercados. Por esa fundamental razón económica, los capitalistas ingleses se convirtieron en los "abanderados" de la abolición de la esclavitud, presionando fuertemente sobre España para que ésta suspendiera el comercio de esclavos.
El Independentismo surge como tendencia en los años de 1820 a 1830, al influjo de la lucha victoriosa de los países de América Latina por su independencia. Posteriormente, en 18677, resurge nuevamente como una de las alternativas que quedaban a los terratenientes cubanos ante los abusivos impuestos de la metrópoli. A esta alternativa se acoge el grupo más progresista de éstos que, además de otras razones económicas y políticas para lanzarse a la lucha, tenían una motivación moral que era para ellos la más importante: el amor a la Patria y el alto sentido de la dignidad y el honor.
El fracaso de los Reformistas en la Junta de Información ocurrido en 1867 ocasionó un gran malestar en la población cubana.
El descontento general ante la intransigencia de España fue mayor entre los terratenientes criollos al ponerse en vigor ese mismo año el abusivo impuesto del 10% sobre la renta.
Las nuevas circunstancias surgidas en el país llevaron a un agravamiento tal de las relaciones metrópoli-colonia, que puede afirmarse que ésta pasó a ser la contradicción fundamental de la sociedad cubana de la época.
La situación imperante en el país revestía un carácter de gravedad para la clase terrateniente criolla, amenazada desde años atrás por la ruina inminente y para ella se abrían dos perspectivas: continuar al lado de España, lo que significaba la ruina lenta pero segura, o lanzarse a un movimiento separatista que si de inmediato significaba la pérdida de sus bienes por medio de la confiscación, también abría las perspectivas de una victoria salvadora.
Las condiciones objetivas para el inicio de un movimiento independentista estaban dadas sin lugar a dudas, en todo caso faltaba la unidad de la clase terrateniente encargada de promover y dirigir la lucha que se avecinaba.
La clase terrateniente no era homogénea; en su seno existían muchas diferencias que abarcaban desde el punto de vista ideológico hasta el puramente geográfico.
El sector más influyente de la clase terrateniente residía en la región occidental del país, era el más rico, el más ligado al trabajo esclavo, el más relacionado con las autoridades coloniales y el que tradicionalmente había representado a toda su clase en los períodos anteriores. Este sector, aún cuando manifestaba una gran irritación contra la metrópoli colonial era el más vacilante e indeciso en adoptar una determinación independentista.
El sector menos influyente dentro de la clase terrateniente residía en los provincias orientales. Históricamente su desarrollo había sido distinto, y, sobre todo en la provincia de Oriente -excepto en las zonas de Santiago de Cuba y Guantánamo- la esclavitud no tenía esa influencia determinante como en las provincias occidentales.
Las relaciones con las autoridades españolas no eran tan estrechas y el sentimiento nacional había calado más profundamente que en otras regiones. La sociedad oriental era más liberal y en ella el mestizaje racial se había extendido notablemente a diferencia del exclusivismo blanco y la discriminación racial que imperaba en el resto del país.
Todas estas condiciones determinaron que este sector de la clase terrateniente, adoptara una posición más radical con respecto a la independencia y que, finalmente, organizara y dirigiera la guerra contra la dominación colonial española.
La conspiración inicial en Oriente
A mediados del año 1867 comenzó a conspirarse en Oriente; formaban el grupo inicial de conspiradores Francisco Vicente Aguilera, Francisco Maceo Osorio, Pedro Figueredo, Carlos Manuel de Céspedes y otros. La conspiración inicial surgida en Bayamo bajo la dirección de Francisco Vicente Aguilera se extendió rápidamente a Manzanillo, Tunas, Holguín y otros lugares de Oriente. Los conjurados pertenecían en su mayoría a logias masónicas y por medio de éstas proliferó la propaganda revolucionaria en la provincia.
También en Camagüey y La Habana se respiraba un ambiente francamente conspirativo. Las figuras más destacadas en Camagüey eran: Salvador Cisneros Betancourt, Napoleón y Augusto Arango e Ignacio Agramonte.
En La Habana participaban en actividades conspirativas los antiguos reformistas José Morales Lemus, Miguel Aldama y otros.
Desde los primeros momentos Aguilera trató de darle a la conspiración un carácter nacional estableciendo contactos con los camagüeyanos y habaneros. Perucho Figueredo fue comisionado para entrevistarse con los reformistas habaneros, quienes después de algunas vacilaciones, decidieron no secundar el movimiento y seguir actuando por cuenta propia.
A principios del mes de agosto de 1868 celebraron los conspiradores de Oriente y Camagüey una reunión en la hacienda San Miguel, situada en el Rompe, jurisdicción de Tunas.