Tales de Mileto

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Tales de Mileto

Θαλῆς ὁ Μιλήσιος
Retrato de Tales de Mileto por Wilhelm Meyer, basado en un busto del siglo IV
Campo de estudioFilosofía


Tales de Mileto (Mileto, c. 624 a.n.e. - ibid., c. 546 a.n.e.)​ fue un filósofo, geómetra, astrónomo y político griego. Uno de los "siete sabios de Grecia", habitualmente considerado el inaugurador de la filosofía occidental. Pertenece al período de la filosofía griega conocido como presocrático y dentro de este a la escuela de Mileto, de la cual es su fundador.

Biografía

Nacimiento y ascendencia

Según las Cronologías de Apolodoro, nació en el primer año de la 35ª Olimpíada (640 a.n.e.). La Suda, por su parte afirma que nació antes de Creso, durante la 34ª Olimpíada (640 - 637 a.n.e.); y que es hijo de Examio y Cleobulina. Heródoto, de forma muy escueta, le atribuye origen fenicio.

Formación

Platón cuenta en La República que fue educado en Egipto por sacerdotes.[1] En esto coincide con el historiador judeo-romano Flavio Josefo que en su Contra Apión hace hincapié en la influencia "oriental" (Egipcio-Mesopotámico) sobre los primeros filósofos griegos:

Todos coinciden en que los primeros que entre los griegos filosofaron sobre las cosas celestes y divinas, como Ferécides de Sirio[2], Pitágoras y Tales, fueron discípulos de los egipcios y caldeos.[3]

El neopitagórico Jámblico en De vita pythagorica nos ofrece más detalles sobre esta conexión entre las primeras filosofías griegas y Egipto. Según este autor, un anciano Tales le recomienda al joven Pitágoras nutrirse (al igual que él ya había hecho antes) de la sabiduría egipcia:

Después de excusarse por su vejez, [Tales] le exhortó [a Pitágoras] a navegar hacia Egipto y a frecuentar lo más posible, en Memfis y en Dióspolis, a los sacerdotes de esos lugares. En efecto, al lado de ellos él mismo había sido provisto de aquellas cosas gracias a las cuales era tenido por sabio por muchos.[4]

Participación en la política jónica

Heródoto en sus Historias cuenta de cómo Tales intentó unir a las ciudades-estados jónicas en una confederación para la mejor defensa frente a los persas:

Antes de que Jonia fuera destruida surgió del milesio Tales, de ascendencia fenicia, esta propuesta eficaz: exhortó a los jonios a establecer una sede única para el Consejo de Teos (pues Teos se encuentra en medio de Jonia), y que los otros Estados sin disminuir su población, fueran considerados como distritos.[5]

(...)

Parece que también en los asuntos políticos ha aconsejado lo mejor, pues cuando Creso lo envió a los milesios para forjar una alianza, lo impidió, y esto salvó al Estado cuando Ciro ejerció su dominio.[6]

"Después de los asuntos políticos se dedicó a la ciencia natural".[7]

Anécdotas y fama de sabio

se dice que Tales, mientras estudiaba los astros... y miraba hacia arriba, cayó en un pozo, y que una bonita y graciosa criada tracia se burló de que quisiera conocer las cosas del cielo y no advirtiera las que tenía junto a sus pies.[8]

Pues todas estas cosas son útiles para los que aprecian el arte de las ganancia, como por ejemplo la maniobra financiera de Tales de Mileto, que atribuyeron a su sabiduría, pero que tiene carácter universal. En efecto, como lo injuriaban por su pobreza y por la inutilidad de la filosofía, se dice que, gracias a sus conocimientos astronómicos, pudo saber cómo sería la cosecha de aceitunas. Así, cuando era aún invierno y tenía un poco de dinero, tomó mediante fianza todas las presas de aceite de Mileto y de Quíos, arrendándolas por muy poco, pues no había competencia. Cuando llegó la oportunidad y todos a la vez buscaban presas, las alquiló como quería, juntando mucho dinero, para demostrar qué fácil resulta a los filósofos enriquecerse cuando quieren hacerlo.[9]

Muerte

Apolodoro afirma en sus Cronologías que Tales murió en durante la 58ª Olimpíada (548 - 545 a.n.e.). Según Flegonte (apud. Suda) murió viejo, mientras presenciaba un certamen gimnástico, aplastado por la multitud y agobiado por el calor.

Pensamiento

Posible obra escrita y su transmisión oral

Es muy probable que Tales de Mileto no haya dejado obra escrita. Simplicio de Cilicia (s. VI n.e.), neoplatónico comentarista de Aristóteles, nos advierte:

se dice que [Tales] no dejó nada por escrito, excepto la llamada Astronomía Náutica.[10]

Diógenes Laercio (ss. II-III n.e.), por su parte, cuestiona la autoría de Tales de Astronomía Náutica y añade a la lista de probables obras de este filósofo dos títulos más:

Y según algunos no dejó ningún escrito, y se dice que la Astronomía Náutica que se le atribuye es de Foco de Samos... pero según otros, escribió solamente dos obras: Sobre el solsticio y Sobre el equinoccio.[11]

La autoría de Tales de Sobre el solsticio y Sobre el equinoccio es problemática por cuanto el retórico Temistio de Paflagonia (s. IV n.e.) asevera que fue el discípulo de Tales, Anaximandro, quien primero escribió sobre estos temas:

[Anaximandro] fue el primero de los griegos que conocemos que se atrevió a publicar un discurso escrito sobre la naturaleza.[12]

Aún en caso de que Tales hubiese escrito algo, es casi seguro que dichos escritos ya no existieran en tiempos de Aristóteles. Lo anterior se infiere del modo en que el estagirita lo cita en sus textos, basándose en lo que parece ser tradición oral.

Filosofía

Aristóteles

La mayoría de los que filosofaron por primera vez consideraron que los únicos principios de todas las cosas son de especie material. Aquello a partir de lo cual existen todas las cosas, lo primero a partir de lo cual se generan y el término en que se corrompen, permaneciendo la sustancia mientras cambian los accidentes, dicen que es el elemento y principio de las cosas que existen; por esto consideran que nada se genera ni se corrompe, pues tal naturaleza se conserva siempre... Debe de haber, pues, alguna naturaleza única o múltiple a partir de la cual se generan las demás cosas, conservándose en ella. No todos dicen lo mismo sobre el número y la especie de tal principio, sino que Tales, quien inició semejante filosofía, sostiene que es el agua (y por ello también manifestó que la tierra está sobre agua).[13] Tal vez llegó a esta concepción tras observar que todas las cosas tienen un alimento húmedo y que el calor se produce y se mantiene en la humedad (ya que aquello a partir de lo cual se generan las cosas es el principio de todas ellas). Por eso llegó a esta concepción y también porque todas las simientes son de naturaleza húmeda y el agua es el principio natural de las cosas húmedas. Pero hay quienes consideran que los más antiguos, muy anteriores a la generación actual y primeros en reflexionar sobre los dioses, pensaron así sobre la naturaleza e hicieron a Océano y Tetis padres de la generación.[13]

(...)

Y algunos dicen que el alma está mezclada en el todo, de ahí también quizá que Tales haya pensado que todo está lleno de dioses.[14] Parece que Tales, según comentan, concibió al alma como algo que mueve, si realmente dijo que el imán tiene alma porque mueve el hierro.[15]

Platón

También dice que en, en cierto modo, las cosas inanimadas tienen alma, a partir de la observación del imán y el ámbar... y que el cosmos está animado y lleno de divinidades.[16]

Aecio:

Tales fue el primero en manifestar que el alma es una naturaleza siempre en movimiento o que se mueve a sí misma.[17] Tales sostuvo que la inteligencia del cosmos es dios, que el todo está animado y lleno de divinidades y que a través de la humedad elemental se difunde una fuerza divina que la mueve.[18]

Astronomía

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Geometría

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Valoración desde el marxismo

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Véase también

Artículos y portales de ProleWiki:

Escuela de Mileto, Monismo, Materialismo, Hilozoísmo, Filosofía presocrática, Portal: Filósofos presocráticos

Fuentes externas u obras de nuestra biblioteca:

  1. Platón, República. 600a.
  2. Aunque Ferécides de Sirio ha escrito una teogonía empleando un lenguaje mítico que ha engañado ya en el siglo IV a.n.e. sobre su antigüedad, hoy sabemos que es posterior a Tales y a Anaximandro, y debe situarse en la segunda mitad del s. VI a.n.e. (Cf. Jaeger, Teología, cap. IV, págs. 71-76; cf. texto núm. 139.)
  3. Josefo, Flavio. Contra Apión, I 2.
  4. Jámblico, De vita pythagorica, II 12.
  5. Heródoto I 170.
  6. Diógenes Laercio, I 25.
  7. Diógenes Laercio, I 23
  8. Platón, Teeteto, 174a.
  9. Aristóteles, Política, I 11, 1259a.
  10. Simplicio de Cilicia, In Aristotelis Physica comm. 23, 32-33.
  11. Diógenes Laercio, Vida de los filósofos ilustres, I 23.
  12. Temistio de Paflagonia, Discursos 36 p. 317.
  13. 13,0 13,1 Aristóteles, Metafísica, I 3, 983b.
  14. Aristóteles, Del Alma, I 5, 411a.
  15. Aristóteles, Del Alma, I 2, 405a.
  16. Escolio a Platón, República, 600a.
  17. Aecio, IV 2, 1.
  18. Aecio, I 7, 11.