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Materialismo histórico |
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El capitalismo es un modo de producción y un sistema social caracterizado por la propiedad privada de los medios de producción y la explotación del trabajo asalariado. En este sistema, la mayor parte de los materiales y equipos necesarios para la actividad económica son propiedad y están bajo el control de empresas privadas y personas adineradas, mientras que la mayoría de las personas apenas poseen dichos medios de producción, por lo que deben vender su mano de obra para los propietarios con el fin de ganarse la vida.
El auge del capitalismo a partir del siglo XVI se asocia con un descenso de los salarios por debajo de la subsistencia, un deterioro de la estatura humana y un repunte de la mortalidad prematura. Antes del capitalismo, la pobreza extrema era muy infrecuente en la historia mundial, salvo quizá en casos de catástrofes naturales. Allí donde se desarrolló el capitalismo, ya fuera a través del colonialismo o de la expropiación forzosa de tierras, creó una pobreza masiva y un deterioro general de los medios de subsistencia de los trabajadores.[1]
Aspectos principales[editar | editar código]
A continuación se enumeran los principales aspectos del capitalismo:
- La mayoría de los medios de producción son propiedad de una minoría de la población, llamados capitalistas (o burgueses).
- La mayoría de las personas son legalmente libres, pero están obligadas a trabajar por un sueldo o salario para poder comprar productos básicos con los que cubrir sus necesidades.
- Hegemonía del mercado: La mayoría de los productos del trabajo de las personas se venden, y la mayoría de las cosas que se consumen se obtienen comprándolas. Esto contrasta con las formas anteriores de economía, en las que la mayoría de los productos del individuo o de la familia se consumían dentro de la misma familia; o en las que el producto se distribuía según las normas de la costumbre, por ejemplo, las cuotas feudales, o el diezmo. En el capitalismo, además del hecho básico de que ahora los productos se intercambian con tanta frecuencia, también se da la característica de que el intercambio suele ser por dinero: el trueque es ahora poco frecuente.
- Ventaja de los capitalistas: Debido a su mayor riqueza y posición social, los capitalistas tienen un grado de poder sobre los trabajadores que les permite:
- controlar el proceso de producción, incluido qué se produce y cómo se produce;
- obtener una parte del producto aunque no necesariamente trabajen (se apropian de la plusvalía).
- La omnipresencia de la competencia: Los capitalistas individuales operan en un entorno de competencia con otros capitalistas que producen la misma mercancía o un sustituto, y luchan por mercados o préstamos. Esto obliga a los capitalistas, entre otras cosas, a adoptar nuevas técnicas y prácticas que reduzcan los costes, y a intentar aumentar su tamaño para poder dominar a sus competidores y lograr economías de escala.[2]
Referencias[editar | editar código]
- ↑ Dylan Sullivan y Jason Hickel (2023). Capitalism and extreme poverty: A global analysis of real wages, human height, and mortality since the long 16th century. doi:10.1016/j.worlddev.2022.106026 [HUB]
- ↑ David Schweickart, Capitalism or Worker Control?, pp 4-5:
`But first a word about the key term. What is this "capitalism" about which our discussion will pivot? I shall understand capitalism to be a socioeconomic system characterized by three sets of institutions. First, the means of production are for the most part privately owned – by individuals directly or through the mediation of corporations. Secondly, the bulk of the economic activity is directed toward the production of goods and services for sale on a free market. Prices are determined largely without governmental interference by producer-consumer interaction. Third, labor-power is a commodity. That is, a large percentage of the workforce sell their capacity to labour to those who can provide them with tools, raw materials, and a place to work. `To be capitalist, a society must feature all three sets of institutions: private property,* a market, and wage-labor. Many societies have existed, and do exist, which exhibit one or two of these characteristics, but not all three. For example, a feudal society consisting of self-sufficient estates worked by serfs has private property, but neither a market nor wage-labor. A society of small farmers and artisans – Colonial New England, say – is not capitalist, for despite private property and a market, there is little wage-labor. On the other hand, all noncommunist industrial nations today are capitalist. The presence of an elaborate welfare apparatus, a number of nationalized industries, and/or a ruling party self-labelled socialist does not render a society noncapitalist. So long as the bulk of the enterprises are privately owned, worked by hired labor, and produce goods for sale on the market, a society is capitalist.' ( * `I shall adopt the Marxian terminology, which distinguishes between private property – factories, farmland, productive machinery – and personal property – consumer goods purchased for their own sake, not for the sake of making money.')