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Carta a José Dolores Poyo  (Antonio Maceo)

De ProleWiki, la enciclopedia proletaria

A José Dolores Poyo, director del periódico independentista El Yara, de Cayo Hueso
AutorAntonio Maceo
TipoCorrespondencia
Escrito en13 de junio de 1884
Fuentehttp://www.sld.cu/sitios/histologia/temas.php?idv=15549

San Pedro, junio 13 de 1884.

Sr. Director de El Yara

Cayo Hueso.

Distinguido compatriota:

Conseguido el objeto de mis pretensiones políticas, de que me doy enhorabuena, puedo decir con franqueza que estamos de plácemes. No hay uno solo de nuestros antiguos compañeros de armas que no piense en los días de gloria que darán a la Patria, desenvainando su espada con el Vencedor de las Guásimas y Naranjo.

Acá en mi retiro, y cuando preparaba unir mis pequeños esfuerzos a los de Uds., llega a mi noticia la nueva trama que pretenden pegarnos los españoles fingiendo arreglos importantes para los cubanos, en que aparece la intervención de extrañas naciones. ¿Habrá ilusos como los del Zanjón que les crean? No es posible, aquel golpe enseñó a los ignorantes y no creo que de buena fe se entreguen a sus enemigos. El ejemplo más vehemente que tienen los crédulos es el procedimiento infame que sufren en las prisiones españolas, los que acreditaron sus promesas, quedándose en el país. Cuba será libre cuando la espada redentora arroje al mar sus contrarios. La dominación española fue mengua y baldón para el mundo que la sufrió; pero para nosotros es vergüenza que nos deshonra. Pero quien intente apropiarse de Cuba recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la lucha. Cuba tiene muchos hijos que han renunciado a la familia y al bienestar, por conservar el honor y la Patria. Con ella pereceremos antes que ser dominados nuevamente; queremos independencia y libertad.

Conviene no apurar la protección americana, antes bien tenerla de nuestra parte.

Me parece que con alguna discreción se conservaría neutral en nuestros asuntos, si no indiferente como hasta ahora, pues creo verla salvando las apariencias españolas. Las naciones tienen entre sí principios internacionales que respetar, y que les obligan a ser indiferentes contra su propia voluntad; pero hay algo más entre ellos.

Con la esperanza de verles se ofrece a V. su affmo. Amigo.

J. A. Maceo