Cien preguntas sobre historia de Cuba (Francisca López Civeira)
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100 preguntas sobre historia de Cuba | |
|---|---|
| Autor | Francisca López Civeira |
| Tipo | Libro |
| Escrito en | 2016 |
| Primera publicación | La Habana |
| Editora empleada | Editorial Gente Nueva |
| ISBN | 978-959-08-1846-2 |
| Fuente | http://media.cubadebate.cu/wp-content/uploads/2021/02/Cien-preguntas-sobre-Historia.pdf |
1. ¿Por qué Cuba tiene ese nombre?
Cuba es una palabra de origen taíno, que formaba parte de la gran familia de pueblos arahuacos, o aruacos o arawaks —como indistintamente se les llamó por los conquistadores—, por lo que es una lengua con mucha afinidad con otras que se hablaban en las Antillas Menores, las Guayanas y regiones de Brasil y Venezuela. Juan José Arrom dice que el vocablo tendría el significado de tierra, terreno o territorio en arahuaco, y tierra o provincia en taíno.[1]
La denominación de Cuba pasó por múltiples cambios en las designaciones españolas. Colón bautizó la Isla como Juana, en homenaje al príncipe Juan, aunque fue él quien primero consignó el nombre de Cuba cuando, en la anotación del viernes 26 de octubre de 1492 de su Diario de navegación, se refirió por primera vez a esta isla: “Dijeron los indios que llevaba que había de ellas (se refiere a las islas donde había estado y las había mencionado) á Cuba andadura de día y medio (…)”.[2] En su primer viaje describe esta tierra que, dice, debe ser Cipango por las riquezas que contenía según las descripciones de los “indios”, y consigna que la llaman “Colba” aunque después escribe Cuba. En otras oportunidades, se refiere en su Diario a “Juana”, aclarando en ocasiones “la que ellos llaman Cuba”. La transcripción cartográfica de la descripción hecha por Colón llevó a denominar a esta isla como Isabela, por confusión con el orden en que Colón mencionaba las islas con sus nombres españoles, pero los Reyes decidieron por Real Cédula de 1515 llamarla Fernandina.
Durante los años siguientes se utilizaría Fernandina en los documentos oficiales, muchas veces con la aclaración de que “antes se llamaba Cuba”, hasta que predominó el nombre original. Encontramos que, aún dentro del siglo XVI, quedó solo Cuba como designación de esta isla. Por tanto, el nombre de Cuba se debe a la lengua arahuaca, como la entendieron y escribieron los conquistadores y fue impuesto por el uso a pesar de los cambios que hizo España.
2. ¿Cuándo llegó Cristóbal Colón a Cuba?
El 27 de octubre de 1492 arribó Colón por primera vez a Cuba con sus tres carabelas: la Pinta, la Niña y la Santa María, por la bahía de Bariay, situada en la costa norte oriental, que está en la actual provincia de Holguín. Recorrió esa costa norteña hasta el 5 de diciembre, cuando partió hacia el este. En abril de 1494 volvió a estas tierras, en un segundo viaje, y recorrió la costa sur de la Isla, aunque no vio su condición insular, por el contrario, consignó que formaba parte de la “tierra firme”; es decir, del territorio continental. Solo se confirmó la insularidad luego del bojeo a Cuba realizado por Sebastián de Ocampo en 1508.
3. ¿Por qué los cubanos actuales no somos arahuacos?
Porque los habitantes originarios de Cuba fueron víctimas de los conquistadores españoles, quienes al asentarse paulatinamente en Cuba y desarrollar su colonización de poblamiento, utilizaron a los aborígenes en trabajos rudos para la obtención de oro y en cultivos de subsistencia. Esto provocó la disminución rápida de esa población por la intensidad de trabajo a la que no estaban acostumbrados, además de maltratos y enfermedades para las cuales no estaban biológicamente preparados, hasta casi desaparecer en la mayor parte del territorio. Por tanto, el cubano se formó a partir de las inmigraciones, voluntarias o forzadas, provenientes de España y África, fundamentalmente, y después con presencia en menor medida de chinos y caribeños, entre otros. La herencia arahuaca permaneció en algunas designaciones de lugares, como Baracoa, Guanabacoa, Camagüey, Habana y otros, así como en algunas plantas y frutos (guanábana, guayaba, etc.), formas constructivas tales como el bohío y otras denominaciones como batey.
4. ¿Sabes quién y cuándo comenzó la conquista de Cuba?
En 1510 Diego Velázquez de Cuéllar partió con su expedición de la colonia establecida en lo que llamaron La Española (isla que integran hoy República Dominicana y Haití) y entró por la bahía de Guantánamo. Allí tuvo que enfrentar la resistencia organizada por Hatuey, que había llegado a Cuba procedente de la misma isla, llamada originalmente Quisqueya. Sofocada la rebelión de manera sangrienta, pudieron iniciar la conquista y colonización del territorio.
5. Los españoles que llegaron a Cuba, ¿tenían una cultura común?
España no es un país de una sola cultura. Al producirse el viaje de Colón, en 1492, había culminado la formación del Estado español en lo que se ha llamado “Reconquista”, que significó el triunfo sobre los últimos musulmanes que quedaban al sur de la península ibérica. La unión de los reinos de Castilla y Aragón por el matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, conocidos como los Reyes Católicos, fue un paso importante en esa formación del Estado nacional, que comprende pueblos con sus culturas y hasta lenguas propias, por lo que su población se diferencia entre castellanos, andaluces, catalanes, asturianos, gallegos, vascos y otros, además de los oriundos de otras islas pertenecientes a España, como los canarios, o sea, de Islas Canarias, o los de Islas Baleares, por tanto puede hablarse de un estado multicultural. De ahí que llegaran a Cuba diferentes grupos culturales procedentes de España y aportaran estas diversas características a la formación de la cultura cubana.
6. ¿Cuáles fueron las primeras comunidades fundadas por los españoles?
Los conquistadores, encabezados por Velázquez, exploraron la Isla de Cuba por tierra y por las costas norte y sur, y fueron fundando villas, o lo que es lo mismo, poblaciones con la condición de villa, de acuerdo con la concepción española de la época. Entre 1511 y 1515 se fundaron las siete primeras villas, comenzando por Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, a la que se sumaron: San Salvador del Bayamo, la Santísima Trinidad, San Cristóbal de La Habana, Sancti Spíritus, Santa María del Puerto del Príncipe (hoy Camagüey) y Santiago de Cuba, que fue la última en aquella etapa.
7. ¿Cómo España organizó su poder político colonial en Cuba?
La Monarquía española, a medida que ampliaba el territorio conquistado en esta parte del mundo, fue estructurando formas organizativas de gobierno, lo que llevó a la creación del Real y Supremo Consejo de Indias en 1520. Así, se fueron estableciendo las formas específicas de dominación central. En las nuevas tierras conquistadas también se crearon estructuras y, en el caso de Cuba se nombró un Gobernador, que después fue también Capitán General, quien dependía directamente de la Corona, además de otros funcionarios reales como el veedor, el contador y el tesorero; mientras que en las villas se organizaban los gobiernos locales en la forma de cabildos. Estos últimos estaban en manos de los vecinos del lugar y fueron el germen de las oligarquías locales que se desarrollaron, las cuales expresaron las primeras contradicciones con el gobierno central, pues sus intereses estaban en su localidad y no en la península.
Para controlar el comercio, sobre el que España ejerció un monopolio absoluto hasta el siglo XIX, se instituyó la Casa de Contratación de Sevilla.
8. ¿Qué actividades económicas desarrollaron los colonizadores españoles en sus primeros años de asentamiento?
Las primeras actividades económicas desarrolladas por los conquistadores y colonizadores estuvieron dirigidas a la obtención de oro, labor que se realizaba en los “lavaderos de oro” a orillas de los ríos; es decir, separando la arena del oro; pero este metal no era abundante en Cuba por lo que la actividad decayó a mediados del siglo XVI. La Isla sufrió un proceso de despoblamiento, pues los españoles partían de aquí para la conquista de otras tierras en el continente, por lo que Cuba perdió importancia como fuente de enriquecimiento, pero la ganó por su estratégica posición geográfica, que la convertiría en la “llave del Nuevo Mundo”.
Los que se asentaron en Cuba se dedicaron a explotar la ganadería, además de la agricultura de subsistencia que permitía la alimentación propia y la de los muchos tripulantes de los barcos que componían la flota que arribaba a Cuba como punto de enlace entre España y sus colonias. El sistema de flotas, para proteger el comercio entre la metrópolis y América, fue establecido de manera definitiva en 1566 y tenía como punto de reunión el puerto de La Habana, lo que hizo florecer esta zona en la producción de artículos de consumo, alimentos y establecimientos diversos, a fin de abastecer a quienes debían estar por semanas y a veces meses en este puerto. En esa época, la ganadería se convirtió en la segunda gran actividad productiva. El ganado servía para la obtención de carne, que se vendía salada fundamentalmente, pero de mayor importancia aún era la obtención de cueros que se exportaban. La ganadería no requería de gran cantidad de fuerza de trabajo, por lo que podía sostenerse.
El cultivo del tabaco, practicado por los habitantes originarios, fue desarrollado por los españoles para su venta a Europa. El cultivo de la caña de azúcar y su utilización industrial se inició más tarde, después de la introducción de esta planta; sin embargo su desarrollo fue más lento pues necesitaba abundante mano de obra, que fue esclava, y de inversiones en la tecnología para el procesamiento de la materia prima de la que se obtenían mieles, raspadura y luego azúcares.
9. ¿Quiénes realizaban los trabajos fundamentales?
En los primeros tiempos de la conquista y colonización, se empleó la mano de obra de los aborígenes, repartidos a través de lo que se llamó “encomiendas”; pero rápidamente esta fue insuficiente debido a la disminución de la población originaria, por lo que se fue sustituyendo con esclavos traídos de África. Estos africanos, pertenecientes a distintos grupos étnicos, fueron incorporados a los trabajos agrícolas, así como al servicio doméstico y a labores artesanales. Su presencia fue creciendo hasta alcanzar el mayor número a mediados del siglo XIX. De los sectores productivos en donde se utilizó al esclavo, la industria azucarera fue la de mayor importancia y, durante algún tiempo, en los cafetales. También se les empleó en labores de construcción y otras. Los amos podían alquilar a sus esclavos para otros trabajos y una gran parte de ellos se desempeñaba en el servicio doméstico. La presencia africana, desde sus diversas expresiones culturales, constituye una de las raíces esenciales del cubano. El cruzamiento entre españoles, aborígenes y africanos, no solo biológico sino sobre todo cultural, fue gestando la nueva cultura mestiza que permitió la aparición de lo cubano.
A mediados del siglo XIX entraron también como trabajadores en condiciones de esclavitud no legalizada, sino con contratos de trabajo por ocho años, numerosos grupos de chinos, los llamados “culíes”, que compartieron las labores agrícolas con los esclavos.
10. ¿Qué fue la plantación esclavista en Cuba?
Hubo diversos lugares donde se desarrolló la plantación esclavista con sus rasgos particulares, como el sur de Estados Unidos, Brasil y otros; pero cada uno tiene sus propias características.
En Cuba, la plantación de azúcar y café creció en gran escala desde fines del siglo XVIII hasta la desaparición de la esclavitud en 1886, aunque a mediados del siglo XIX ya el café había perdido importancia. Grandes extensiones de tierra se dedicaban a esos cultivos de manera extensiva, para lo cual empleaban numerosos contingentes de esclavos de origen africano o sus descendientes, sometidos a la más brutal explotación. También eran utilizados en la fase industrial en el caso del azúcar.
Si recuerdas que esta es una época de desarrollo del capitalismo en su etapa mercantil manufacturera, comprenderás que explotar mano de obra esclava no es lo típico del capitalismo, caracterizado por el empleo de mano de obra asalariada; sin embargo, este tipo de plantación se fomenta en medio de ese desarrollo capitalista y su producción tiene como destino fundamental la venta en el mercado mundial capitalista. Por tanto, resulta una relación atípica, pero que contribuyó al desarrollo del capitalismo a escala mundial.
La plantación en Cuba progresó fundamentalmente en el occidente de la Isla y tuvo algunos enclaves aislados en otras regiones.
11. ¿Quiénes eran los criollos?
El vocablo “criollo” significa ‘pollo criado en casa’, por lo que se hizo una extensión del uso del término a los nacidos en estas tierras. El criollo es un producto de la evolución histórica de la colonia. De manera lenta, los hijos de los colonizadores españoles, de los esclavos africanos (aunque en menor cuantía pues la difícil vida del esclavo provocaba un ciclo de vida muy corto y una pobre reproducción) y de los restos de la población aborigen, así como los que nacían como resultado del mestizaje, fueron desarrollando un sentido de pertenencia a la tierra donde nacían y crecían.
Desde el siglo XVI ya se denominó criollos a los nacidos en la Isla, también eran “hombres de la tierra”, como diferenciación del nacido en la península. Todos eran españoles, pero el lugar de nacimiento los convertía en diferentes. De esta forma se inicia la autoidentificación como criollo, pero sería la formación de una cultura diferente la que determinaría el reconocimiento de lo distinto.
El criollo tenía un mundo espiritual diferente del peninsular, su entorno era otro, su clima, la flora y la fauna, sus hábitos de vida, de comer, de vestir, en fin, su vida toda transcurría de manera diferente. Por otra parte, también fue gestando intereses distintos pues sus negocios o su medio de vida estaban aquí y no en la tierra de sus antepasados. De esta forma, los nacidos en esta parte del mundo se fueron identificando como pertenecientes a un espacio geográfico particular donde desarrollaban su vida y gestaban su propia cultura, a la vez que asumían la denominación de criollo con sentido de identidad propia, en los inicios restringida a la localidad, por tanto, se podía sentir bayamés o habanero o de cualquier otro espacio en particular que se consideraba como patria, aunque aún dentro del mundo español.
12. ¿Cómo se manifestaron las primeras contradicciones entre los intereses de los criollos y los del poder metropolitano?
Una de las primeras formas de contradicción estuvo en el monopolio comercial que ejercía España con sus colonias, ya que el único comercio permitido era el que controlaba la Casa de Contratación de Sevilla y, en América, por los puertos autorizados. Esta situación condujo a la proliferación del contrabando, sobre todo fuera de La Habana que era la única villa beneficiada por el sistema de flotas. Así, se recuerda como uno de los primeros enfrentamientos por intereses diferentes, el conflicto narrado en Espejo de Paciencia, considerada la primera obra literaria conocida que refleja la nueva cultura criolla que apenas despuntaba. Los sucesos tuvieron lugar en Bayamo, donde se practicaba el contrabando, como única forma de comerciar sus productos, con los llamados “bucaneros”, y se produjeron después de que el gobernador de la Isla envió tropas para eliminar esa práctica. Las tropas fueron rechazadas por la población y obligadas a retirarse. El hecho que se narra fue el secuestro del obispo, Juan de las Cabezas Altamirano, por el bucanero Gilberto Girón, para cobrarle las deudas que había contraído, lo que provocó que los bayameses fueran al rescate del obispo y que el negro criollo Salvador Golomón diera muerte al bucanero. Si bien se exalta la heroicidad de los criollos de Bayamo en la obra, lo cierto es que los bayameses se habían enfrentado inicialmente a la autoridad que representaba a la Corona en defensa de sus intereses locales, los cuales después se pusieron en peligro con la acción de Girón.
Otro hecho de enfrentamiento, esta vez directo, ocurrió en el siglo XVIII, cuando la Monarquía pretendió monopolizar la comercialización del tabaco por medio del llamado “estanco”. El tabaco había ganado gran mercado en Europa, por eso se estableció un rígido monopolio desde 1717, por el que los vegueros (agricultores dedicados a la siembra y cosecha del tabaco) solo podían vender su producción a la oficina designada para ello, la llamada Factoría, en la cantidad que esta fijase. Ello provocó que parte de la cosecha se perdiera, pues no podían comercializar el producto de otra manera, lo que condujo a la sublevación de los vegueros de las cercanías de La Habana, en tres momentos culminantes entre 1717 y 1723, con verdaderas insurrecciones. Estas fueron aplastadas en el último año con la muerte por ahorcamiento de doce vegueros.
Otra expresión de las primeras luchas fueron los sucesos de la mina del Cobre en Santiago de Cuba o de Santiago del Prado, en 1731, donde los esclavos se sublevaron contra la explotación extrema a que eran sometidos por disposición del Gobernador.
Estas fueron luchas sociales que mostraban contradicciones primarias entre los criollos y los intereses metropolitanos o entre grupos locales y la representación del poder monárquico o la propia Corona. Eran las primeras formas de expresión de las diferencias que irían ahondándose entre los criollos o “gente de la tierra” y el poder colonial.
13. ¿Cuándo se fundó la primera universidad en Cuba y cómo se llamó?
En 1728 se fundó la Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de La Habana. Fue fundada en el Convento de San Juan de Letrán, luego conocido como de Santo Domingo, que estaba situado en La Habana intramuros, en la manzana comprendida entre las calles O’Reilly, Mercaderes, Obispo y San Ignacio. El 5 de enero de ese año se hizo el acto oficial de fundación e inauguración de la Universidad, la cual quedaba bajo la dirección de los frailes dominicos. Los profesores de la Universidad fueron criollos hasta su secularización en 1842, cuando pasó a denominarse Real y Literaria Universidad de La Habana. La ubicación de esta institución se mantuvo en el mismo lugar hasta 1902, en que fue trasladada a su emplazamiento actual, donde entonces existían las construcciones de lo que había sido la Pirotecnia Militar Española, en la colina enclavada en el Vedado, frente a la calle de San Lázaro.
La Universidad de La Habana es parte inseparable de las luchas cubanas por la independencia, la soberanía plena, a la vez que espacio cultural, de generación de ciencia y de conciencia.
14. ¿Cuándo comenzó la historia de Cuba?
Se considera que los primeros habitantes llegaron al archipiélago cubano en oleadas migratorias procedentes de diferentes islas y del territorio continental hace alrededor de diez mil años antes de nuestra era. Todo lo acontecido desde entonces forma parte de la historia de Cuba. La historia escrita comenzaría después de la conquista y la colonización española.
Las primeras noticias escritas sobre Cuba se deben al Diario de Navegación de Cristóbal Colón y a los llamados “cronistas de Indias”, que fueron los participantes en la conquista y primeros tiempos de la colonización. También existen algunas descripciones en relatos de los viajeros que visitaron la Isla; pero la necesidad de hacer una Historia de Cuba no se produjo hasta el siglo XVIII cuando se escribieron las primeras obras que, de manera intencional, comenzaron a historiar el acontecer de Cuba por medio de la escritura. Esto indica la existencia, ya en esa época, de la identificación y necesidad de guardar memoria de lo propio.
Los primeros historiadores fueron Nicolás Joseph de Ribera, de Santiago de Cuba, con Descripción de la Isla de Cuba, escrita entre 1755 y 1756 probablemente; José Martín Félix de Arrate, habanero, con su libro Llave del Nuevo Mundo. Antemural de las Indias Occidentales, terminado de escribir en 1761 aunque publicado en 1830, e Ignacio José de Urrutia, también de La Habana, que escribió Compendio de memorias para la historia de la Isla Fernandina de Cuba y Teatro histórico, jurídico político militar de la Isla Fernandina de Cuba y principalmente de su capital La Habana, consideradas ambas de 1791. El obispo Pedro Agustín Morell de Santa Cruz, nacido en Santo Domingo, escribió Historia de la Isla y Catedral de Cuba que concluyó alrededor de 1761.
Estos primeros historiadores utilizaron las denominaciones dadas por el poder colonial a esta tierra, bien como Indias o como Fernandina, pero también la identificación del nombre Cuba, ya común en aquel siglo, o destacaron a Cuba como “llave del Nuevo Mundo”, por su posición geográfica y lo que representaba entonces para las comunicaciones de España con sus colonias.
Arrate destacaba las buenas cualidades de los criollos, por ello señaló: “No solamente gozan los nacidos en este país de los expresados dotes (se refiere a la buena proporción de rostros y cuerpos, la gentileza y el arte), sí también de ánimos generosos y de agudos ingenios (…)”. Este autor incluye un compendio de “algunos famosos hijos” que “le han dado a nuestra patria” crédito y nombre.
Urrutia, por su parte, explica los motivos que tuvo para escribir esta obra sobre la isla Fernandina de Cuba y principalmente de su capital, La Habana, sobre la que añade: “mi amada patria”. Estas expresiones demuestran que ya ha surgido ese sentimiento de pertenencia, de arraigo e identificación del lugar de nacimiento como patria, aunque esté limitado a lo local y no existiera aún el sentido de cubanía.
A principios del siglo XIX, en 1813, se publicó Historia de la isla de Cuba y en especial de La Habana, de Antonio José Valdés, matancero, quien también expresa el propósito de dar a “la patria” esta historia.
Sin duda, estas primeras escrituras de la historia de Cuba nos ponen ante la existencia de una nueva identidad criolla que está en camino de la construcción de lo cubano.
15. ¿Qué expresa el poema de José María Heredia, “Himno del desterrado”, cuando dice: Aunque viles traidores le sirvan / del tirano es inútil la saña, / que no en vano entre Cuba y España / tiende inmenso sus olas el mar…?
Heredia escribió esos versos en 1825, cuando sufría el destierro. El poeta, nacido en Santiago de Cuba, “donde son más altas las palmas en Cuba”, al decir de Martí, estaba reflejando la existencia del cubano y un sentimiento que ya había nacido en sectores del pueblo: el deseo de la independencia.
Los primeros intentos independentistas en Cuba coinciden con el inicio de la gesta en las colonias españolas del continente. Se conoce de un grupo de conspiradores vinculados a una logia masónica donde estaban Román de la Luz, Luis Francisco Bassave y Joaquín Infante, entre otros. En 1811 se descubrió la conspiración, sin embargo Joaquín de Infante pudo huir y llegar a Venezuela, donde dio a conocer, en 1812, el primer proyecto de Constitución para Cuba. En el mismo año, tenemos la conspiración dirigida por José Antonio Aponte, un negro libre que fue detenido y ahorcado junto a otros de sus compañeros; pero sin duda la década del veinte de la primera mitad del siglo XIX fue la de mayor fuerza en intentos independentistas. Al calor del exitoso ciclo de acciones por la independencia en la hasta entonces América española, se fomentaron conspiraciones como la de Soles y Rayos de Bolívar y la del Águila Negra, las cuales tenían vínculos con Venezuela y México respectivamente.
Precisamente en esa década es que José María Heredia se vincula a estos intentos y sale desterrado de Cuba; mientras, el presbítero Félix Varela se convirtió en la figura más alta por la organicidad ideológica que dio al independentismo de ese momento. Estando en Madrid como Diputado a Cortes, tuvo que huir a Estados Unidos para evitar la represión española después del retorno al absolutismo de Fernando VII. Desde el país norteño, Varela publicó el periódico El Habanero donde volcó el conjunto fundamental de sus ideas independentistas. En este periódico fundamentó la independencia de la Patria y afirmó reiteradamente que “desearía ver a Cuba tan Isla en lo político como lo es en naturaleza”.[3]
Partidario convencido de la abolición de la esclavitud, unió los dos objetivos de independencia y abolición. Por tanto, los versos de Heredia expresan el sentimiento independentista que ya había nacido en grupos de cubanos.
16. ¿Sabes que a lo largo del siglo XIX hubo fuertes movimientos reformistas en Cuba? ¿Conoces a algunas de sus figuras más importantes y qué significación tuvieron?
El reformismo fue una tendencia, encabezada fundamentalmente por los sectores de poder económico, que buscó reformas al sistema colonial dentro del dominio español, para propiciar y consolidar su propio desarrollo clasista y sectorial. Desde fines del siglo XVIII se expresó de manera orgánica esta tendencia reformista. Entonces ya existía un grupo económicamente fuerte que también tenía una sólida formación cultural y participaba de las ideas iluministas,[4] al buscar la modernización de Cuba y la introducción de las nuevas tecnologías. El reformismo estuvo presente a lo largo del siglo XIX, pero tuvo diferentes aspiraciones de acuerdo con la evolución de los contextos en que actuaron sus representantes, así como de las características de las personas y grupos. No es casual que la emergencia del reformismo se produjera cuando la plantación esclavista iniciaba su período de auge en Cuba.
En el primer momento, Francisco de Arango y Parreño fue la figura más sobresaliente, él expresó las demandas de libre entrada de esclavos, ya que el aumento de la producción en aquel momento dependía de la cantidad de esclavos con que se contara; la necesidad de introducir técnicas modernas, lo que se relacionaba con el ineludible desarrollo científico, y la disminución de los impuestos que gravaban el intercambio comercial, tanto en la exportación como en la importación, que era una vía de explotación intensa de España en su colonia.
Otras figuras se incorporaron a esta corriente en aquel momento, y en los años siguientes se puede observar la presencia de un grupo con concepciones no homogéneas, que habrían de descollar también como intelectuales y que tendrían distintas alineaciones en el futuro cercano. Así hay una segunda generación reformista con figuras, no todas provenientes de la denominada burguesía esclavista, como José Antonio Saco, José de la Luz y Caballero, Felipe Poey, Domingo del Monte y también inicialmente Félix Varela, quien derivó hacia el independentismo, como ya sabes. En este grupo ya aparecen contradicciones internas en cuanto a sus aspiraciones, en particular en lo referente a la esclavitud.
Saco, quien protagonizó varias polémicas en las que siempre defendió la nacionalidad cubana desde su concepción de la misma, propugnó la eliminación de la trata de esclavos como vía de extinción de la esclavitud y la sustitución de la mano de obra esclava por la asalariada, es decir, estaba planteando la modernización capitalista, que se acompañaba con los avances tecnológicos. Saco fue en su tiempo uno de los intelectuales cubanos de más valía, que no rebasó los marcos del reformismo, pero que fundamentó la existencia de la nacionalidad cubana aunque entendida en un sentido estrecho de nacionalidad blanca. Saco, reprimido por las autoridades españolas, tuvo que vivir en el destierro hasta su muerte.
Luz y Caballero fue otra figura descollante de ese grupo reformista que pudo desarrollar su labor en Cuba. Desde su condición de educador, fue una de las más hermosas personalidades de la época, intelectual de gran valía, como demuestran sus trabajos filosóficos, defensor de la patria, reconocida como tal, formó conciencia desde la escuela, con la convicción del valor de la educación para la formación de los ciudadanos, de la patria futura. De él dijo Martí que era “inefable”, y lo apreció como “padre amoroso del alma cubana”.[5]
El reformismo que coincide con las guerras independentistas, tendría también aspiraciones de cambios dentro del sistema colonial; pero se enfrentó a la solución revolucionaria, por lo que se proyectaría contrario a la creación del Estado nacional cubano independiente, de ahí que su lugar dentro de la sociedad cubana adquirió nuevos matices. Cuando ya se había constituido el Gobierno de la República en Armas, cuando se había derramado mucha sangre por la independencia, representaba el enfrentamiento ideológico a la Revolución, como señaló Martí del Partido Liberal Autonomista, surgido en el período entre las guerras de independencia, “De represa ha venido sirviendo el partido autonomista a la revolución”.[6]
Por las diferencias entre los distintos momentos y los grupos que se expresan en esta tendencia, muchos hablan de “los reformismos” y no del reformismo, pues tuvo diferencias notables en su interior.
17. ¿Cuándo comenzó el interés de Estados Unidos por Cuba?
Desde antes de la independencia de la Trece Colonias inglesas (el origen de los actuales Estados Unidos), ya se había expresado el interés por Cuba debido a su posición geográfica en relación con esas Trece Colonias. Después de la independencia de lo que es hoy Estados Unidos (1783) se recogen las primeras manifestaciones del interés por adquirir a Cuba.
El presidente Thomas Jefferson (1801-1809) consideraba que Cuba sería la más interesante adquisición que podían hacer. A partir de entonces se mantuvo el mismo criterio; pero no fue hasta 1823 que se diseñó una política para Cuba cuando el secretario de Estado, John Quincy Adams (que sería presidente más tarde), escribió a su representante en España las instrucciones donde explica lo que se conoce como “la política de la fruta madura”, al señalar la importancia de Cuba para los Estados Unidos; sin embargo como estos no estaban en condiciones todavía de adquirirla, sería preferible que se mantuviera en manos de España hasta que, separada de esta cayera, como una fruta desprendida de un árbol cae a la tierra, en las manos de Estados Unidos. Esta política se siguió hasta que la potencia emergente estuvo en condiciones de cumplir su propósito. Por tanto, el interés de Estados Unidos por apoderarse de Cuba data de su nacimiento como nación.
18. ¿Por qué hubo un fuerte movimiento anexionista en Cuba a mediados del siglo XIX?
Varios factores contribuyeron a que en las décadas del cuarenta y del cincuenta del siglo XIX tomaran fuerza los intentos por la anexión de Cuba a Estados Unidos. Por la parte cubana hubo distintas motivaciones, entre ellas las de salir del férreo dominio colonial español que ahogaba a la Isla y la búsqueda de progreso y libertad que algunos vieron posible uniéndose a Estados Unidos; pero la motivación más fuerte fue la de los intereses esclavistas, pues España se mostraba débil ante la presión inglesa para eliminar la trata de esclavos, que era un gran negocio por el que se enriquecían no solo los tratantes (comerciantes) de esclavos, sino también las autoridades coloniales. En esa circunstancia, muchos vieron en la unión con el vecino del Norte la garantía de la permanencia de la esclavitud. Por la parte norteamericana, fueron los esclavistas del Sur los que impulsaron las conspiraciones y acciones para adquirir a Cuba y, convertida en un estado más de los Estados Unidos, fortalecer así su representación en los órganos de poder.
Los intentos anexionistas tuvieron una de sus más importantes expresiones en las expediciones dirigidas por el venezolano Narciso López, quien había vivido en Cuba como oficial del Ejército español y huyó para no ser apresado por su conspiración anexionista llamada La Mina de la Rosa Cubana. López desembarcó dos veces en Cuba con expediciones armadas y financiadas por grupos sureños norteamericanos, la primera, en 1850, por Cárdenas y la segunda, en 1851, por Pinar del Río, donde fue apresado y después ejecutado. Cuando desembarcó por Cárdenas, en la provincia de Matanzas, ondeó por primera vez la bandera que es hoy nuestra enseña nacional. Esa bandera fue después la de la independencia, por eso José Martí expresó en el artículo “10 de abril”, publicado en el periódico Patria, el 10 de abril de 1892, que en la Asamblea de Guáimaro se había adoptado como bandera el “pabellón, saneado por la muerte, de López y de Agüero”.[7] Así, la bandera que nació de un movimiento anexionista, se convirtió en la bandera de la independencia de todos los cubanos, cuyo símbolo más alto es la estrella solitaria.
El anexionismo tuvo también sus opositores. Quien más argumentó en contra de la anexión a Estados Unidos en aquellos años fue José Antonio Saco, quien no era independentista sino reformista, pero entendía que la anexión significaba la “absorción” de Cuba por esa nación y, por tanto, la pérdida de la nacionalidad cubana. Este hombre, que no compartió la idea independentista, fue un gran oponente de la idea anexionista. Su convicción se expresó del modo siguiente: (…) yo quiero que Cuba sea para los cubanos y no para los extranjeros (…) Yo desearía que Cuba no solo fuese rica, ilustrada, moral y poderosa, sino que fuese también cubana y no angloamericana (…)."[8]
19. ¿Quiénes iniciaronlas conspiraciones independentistas en la segunda mitad del siglo XIX?
En la década del sesenta del siglo XIX se inició un proceso conspirativo para llegar a la independencia. El año 1867 marca el momento en que proliferan estos grupos que conspiraban en localidades orientales y de Camagüey —que eran los más fuertes—, otros en Las Villas y, en menor medida, en Occidente. Los grupos conspiradores estaban compuestos por terratenientes fundamentalmente. En Oriente se destacaron los grupos de Bayamo y Manzanillo, donde estaban Francisco Vicente Aguilera, Francisco Maceo Osorio, Pedro Figueredo y Carlos Manuel de Céspedes. En Puerto Príncipe (Camagüey), eran figuras de relevancia Salvador Cisneros Betancourt e Ignacio Agramonte, entre otros. Había grupos y personas que también conspiraban en otras localidades y Departamentos, como Vicente García, en Las Tunas, o Miguel Jerónimo Gutiérrez, en territorio villareño. La generalidad se agrupaba en logias masónicas que les permitían obrar dentro de ellas de manera legal, sin comprometer la causa, o en instituciones culturales.
Esta dispersión de grupos conspiradores no facilitaba una acción común, de ahí que se establecieran contactos y se buscara la manera de articular sus acciones, para lo cual se citaron reuniones conjuntas. La primera fue la de San Miguel de Rompe, en Las Tunas, en el mes de agosto de 1868; a esta siguieron otras, pero no había unidad de criterios acerca de la fecha de inicio del levantamiento. El grupo de Manzanillo, encabezado por Carlos Manuel de Céspedes, insistía en un alzamiento inmediato, mientras otros planteaban posponerlo hasta después de realizada la zafra. Finalmente, fueron los manzanilleros los que realizaron el primer acto de declaración de independencia.
20. ¿Por qué se denominó “Padre de la Patria” a Carlos Manuel de Céspedes?
Es muy conocido el hecho de que Oscar, hijo de Carlos Manuel de Céspedes, fue hecho prisionero de los españoles cuando desembarcó para incorporarse a la guerra, y el Capitán General ofreció al padre respetar su vida si él deponía las armas, ante lo cual Céspedes respondió: “Oscar no es mi único hijo, lo son todos los cubanos que mueren por las libertades patrias”. Oscar fue fusilado el 29 de mayo de 1870. Esta actitud de poner a la patria sobre todo, de pasar por el dolor de tener que escoger entre su deber con la patria y su condición de padre, de sentirse padre de todos los cubanos que morían por la independencia, le confiere a Céspedes esa condición de padre de todos. Pero no es la única razón.
Cuando, el 10 de octubre de 1868, en su ingenio Demajagua, en Manzanillo, se lanzó a fundar un pueblo para la libertad y la independencia, cuando proclamó aquel día a la patria libre y, junto a ese gesto inmortal, declaró libres a sus esclavos, fue el primero, fue el padre de esa independencia. Por eso Martí dijo de aquel momento sublime: “¡La tierra se alza en montañas, y en estos hombres los pueblos!”[9]
21. ¿Qué quiso decir Martí cuando escribió sobre Céspedes e Ignacio Agramonte: “Vendrá la historia, con sus pasiones y justicias; y cuando los haya mordido y recortado a su sabor, aún quedará en el arranque del uno y en la dignidad del otro, asunto para la epopeya”?
Martí publicó su trabajo “Céspedes y Agramonte” en El Avisador Cubano el 10 de octubre de 1888. En la conmemoración de la fecha patria, hizo un paralelo entre estas dos figuras de máxima importancia en la Revolución del 68. Céspedes fue el iniciador, y también el primer Presidente de la República en Armas, electo en Guáimaro, pero sujeto a una Constitución que lo subordinaba a la Asamblea de Representantes. Agramonte, por su parte, había sido uno de los principales redactores de la Constitución que daba el mayor poder a la Asamblea, a la que se subordinaban el Presidente (poder Ejecutivo) y el General en Jefe, pues era la Asamblea la encargada de nombrarlos y también de destituirlos. Esto significó el triunfo de estas ideas frente a las de Céspedes, quien planteaba el mando único. Tales diferencias de criterios acerca de cómo hacer la revolución, de cómo estructurar su gobierno y sus atribuciones, fueron fuente de contradicciones en el campo de la revolución, en lo que Agramonte y Céspedes representaron los dos polos opuestos.
No obstante, Martí valoró la importancia de ambos para la revolución, que era imperfecta en sus concepciones y en los modos de organizar, pero que había proclamado el nacimiento de un pueblo libre. La grandeza de Céspedes al iniciar la lucha y su obediencia cuando sus ideas sobre la organización que debía adoptarse fueron derrotadas en Guáimaro, así como su digna actuación hasta su muerte, combatiendo solo frente a los españoles que lo atacaron en San Lorenzo le otorgaron un sitio de honor en nuestra historia. Lo sublime de Agramonte, con su valor y dignidad, con sus ideas republicanas y su capacidad militar, demostrada en su mando en el Camagüey, así como su disciplina y lealtad cuando no permitió que se hablara mal de Céspedes en su presencia, lo elevaron también a lo más alto de los valores cubanos. Agramonte murió en combate, en Jimaguayú, el 11 de mayo de 1873 y el 27 de octubre de ese año Céspedes fue depuesto de la Presidencia. Murió el 27 de febrero de 1874.
Martí expresaba al referirse a las ideas de dirección de Céspedes:
¡Mañana, mañana sabremos si por sus vías bruscas y originales hubiéramos llegado a la libertad antes que por las de sus émulos; si los medios que sugirió el patriotismo por el miedo de un César, no han sido los que pusieron a la patria, creada por el héroe, a la merced de los generales de Alejandro; (…).
Respecto a Agramonte decía a modo de pregunta:
¿Aquél que, sin más ciencia militar que el genio, organiza la caballería, rehace el Camagüey deshecho, mantiene en los bosques talleres de guerra, combina y dirige ataques victoriosos, y se vale de su renombre para servir con él al prestigio de la ley, cuando era el único que, acaso con beneplácito popular, pudo siempre desafiarla?
El Apóstol consideró que Agramonte, quien había tenido grandes contradicciones con Céspedes, nunca fue más grande que cuando dijo a los que murmuraban contra el presidente: “¡Nunca permitiré que se murmure en mi presencia del Presidente de la República!”. Por eso termina exclamando Martí: “¡Esos son, Cuba, tus verdaderos hijos!”[10]
22. ¿Por qué la Asamblea de Guáimaro tuvo un carácter fundacional para la nación cubana?
La guerra se había iniciado el 10 de octubre de 1868 con el alzamiento de Céspedes, y pronto se extendió a otras zonas del territorio oriental con sus propios jefes. El 4 de noviembre se alzó el grupo de camagüeyanos con su propia organización y el 6 de febrero del año siguiente se insurreccionaba Las Villas, de manera que la mitad de la Isla estaba en guerra, pero con direcciones distintas, con criterios diferentes de cómo organizar y desarrollar la guerra, lo cual era una gran dificultad. Se hacía imprescindible trabajar para lograr la unidad de los luchadores independentistas. El 10 de abril de 1869, se reunieron los representantes de las distintas zonas en guerra en el poblado de Guáimaro, en Camagüey, para discutir las bases de la unidad y de la forma de dirección y organización que se habría de adoptar. En esa reunión se aprobó la primera Constitución que regiría en territorio de Cuba libre.
La Constitución de Guáimaro dio nacimiento al Estado nacional cubano. Su texto proclamó la independencia de la patria y que todos los habitantes de Cuba eran libres, dio forma al Gobierno y sentó las bases de su organización. Esto se logró en medio de una fuerte confrontación de criterios, pues Céspedes tenía la idea de un mando centralizado, mientras otros, especialmente los camagüeyanos, planteaban una forma republicana con el poder civil predominando sobre el mando militar. Finalmente triunfó esta última concepción. La forma adoptada en Guáimaro ha sido muy criticada por su poca correspondencia con las realidades de una guerra, el mismo Martí lo vio así cuando dijo que Céspedes tenía un fin rápido y único: la independencia, mientras la Cámara tenía otro: el país que sería después de la independencia, y sentenció: “Los dos tenían razón; pero, en el momento de la lucha, la Cámara la tenía segundamente”.[11] Sin embargo, a pesar de extravíos o excesos, Guáimaro fue un momento fundamental en la fundación de la nación cubana, el propio Martí destacó que “Era que el Oriente y Las Villas y el Centro, de las almas locales perniciosas componían espontánea el alma nacional, y entraba la revolución en la república”.[12]
23. De los generales de la Guerra de los Diez Años, ¿cuál tuvo mando en todas las regiones donde se desarrolló la contienda bélica?
Máximo Gómez fue jefe en la zona oriental (Cuba, como se le llamaba entonces) y, después de la muerte de Agramonte, pasó a sustituirlo en la jefatura camagüeyana, a la que se unió posteriormente la de Las Villas; además, dirigió las tropas que intentaron la invasión a Occidente en 1875, con las que llegó a los límites de Matanzas. Por tanto, combatió y dirigió en todas las zonas insurrectas de Cuba durante la Guerra de los Diez Años.
Este hombre, dominicano por nacimiento, dedicó su vida a la independencia de Cuba. A su lado aprendieron el arte de las armas futuros insignes combatientes que se incorporaron a las tropas y en ellas, al calor de los combates, se hicieron soldados, como Antonio y José Maceo, Calixto García, Flor Crombet, Guillermo Moncada, Quintín Bandera y muchos otros que brillaron como combatientes y jefes del Ejército Libertador.
24. ¿Por qué al proceso de la Guerra de los Diez Años se le denomina también Guerra Grande o Revolución del 68?
Los contemporáneos la llamaron Guerra Grande, ya que duró 10 años, para diferenciarla de la que le siguió (1879-1880), a la que denominaron Guerra Chiquita; sin embargo algunos, como José Martí, se refirieron a esa contienda como revolución. Muchos estudiosos actuales la denominan “Revolución del 68”, debido a lo que significó en cuanto a proyecto de revolución anticolonial, plasmada en la Constitución de Guáimaro y en el cuerpo de leyes del campo revolucionario, así como en la vida cotidiana en los campos insurrectos. No se trataba solo de una guerra sino de la transformación revolucionaria de la sociedad, de la revolución anticolonial, independentista y antiesclavista.
25. ¿Conoces quiénes fueron los Presidentes de la República en Armas durante la Guerra de los Diez Años?
Ellos fueron:
- Carlos Manuel de Céspedes, entre 1868 y 1873.
- Salvador Cisneros Betancourt, entre 1873 y 1875.
- Juan Bautista Spotorno, entre 1875 y 1876.
- Tomás Estrada Palma, entre 1876 y 1877.
- Francisco Javier de Céspedes, en 1877.
- Vicente García, entre 1877 y 1878.
- Manuel de Jesús (Titá) Calvar, en 1878.
Los tres últimos llegaron a la presidencia teniendo el grado de mayor general y Calvar fue presidente solo unos meses a partir de la Protesta de Baraguá.
26. La Revolución de 1868 tuvo un alto grado de radicalización a lo largo de sus diez años. ¿Sabes cómo esta se manifestó?
La Revolución del 68, como sabes, se inició con el levantamiento de Céspedes el 10 de octubre, cuando este proclamó la independencia de Cuba y dio la libertad a sus esclavos. En 1869 se aprobó la Constitución de Guáimaro que reconocía la igualdad de todos los habitantes de Cuba; sin embargo, no se hizo efectiva la abolición de la esclavitud en el campo independentista hasta que se decretó por el presidente Céspedes la libertad total, en circular del 25 de diciembre de 1870, lo que constituyó un acto de radicalidad revolucionaria.
La aplicación de la “tea incendiaria”, es decir, la quema de los campos de caña que permitían a España sustraer riquezas de la colonia, fue también un acto de radicalidad.
El ascenso a los más altos grados militares de hombres de procedencia humilde, de grupos históricamente marginados, como los negros y mulatos, permitió que estos accedieran a los planos de dirección en el orden militar, con lo que daban un contenido popular a esta dirección y sus proyecciones.
De esta manera, en el transcurso de los diez años, la revolución tuvo un proceso de desarrollo que mostró esa radicalización. La muestra mayor se dio en la Protesta de Baraguá, cuando un mulato de origen popular, Antonio Maceo Grajales, se convirtió en la representación genuina del pueblo cubano independentista, y emergió como un símbolo de intransigencia revolucionaria.
27. ¿Cuáles fueron los dos objetivos esenciales no alcanzados al finalizar la guerra de los Diez Años por los que Antonio Maceo no aceptó el Pacto del Zanjón?
En la entrevista entre Antonio Maceo y el capitán general español, Arsenio Martínez Campos, conocida como Protesta de Baraguá, el Titán de Bronce y sus compañeros plantearon que si no se reconocía la independencia de Cuba ni la abolición de la esclavitud, no se aceptaba la paz. Estos fueron los objetivos fundamentales de la revolución, planteados desde el 10 de octubre de 1868, que no se alcanzaron en esa primera guerra.
28. ¿Sabes si hubo participación femenina en la Guerra de los Diez Años?
En la Guerra Grande o Guerra de los Diez Años, muchas familias completas fueron para la “manigua”, es decir, para las zonas rurales donde se libraba la guerra. Ha quedado memoria de mujeres que acompañaron a sus esposos e hijos y que los impulsaron en las posiciones más firmes. En aquella época, la mujer no era vista como una persona con capacidad para dirigir o tener una vida activa por sí misma, sino que su papel estaba en función de los familiares, especialmente del esposo. De ahí que, por lo general, las mujeres que se incorporaban lo hacían en los llamados “hospitales de sangre” como enfermeras, y en otras labores de apoyo que se consideraban más apropiadas para su sexo. Las concepciones de la época sobre la mujer no permitían concebir a una mujer combatiendo con las armas en la mano. Sin embargo, muchas mujeres tuvieron actitudes heroicas y compartieron con sus esposos penurias y sacrificios en aras de la independencia de la Patria.
Entre las mujeres más destacadas en aquella gesta estuvieron: María Cabrales, la esposa de Antonio Maceo, quien compartió los 10 años de guerra, parió y perdió a sus pequeños en aquellas condiciones de campamento y combate; Ana Betancourt, la esposa de Ignacio Mora que, ante los asambleístas reunidos en Guáimaro, reclamó que se reconocieran los derechos de la mujer y que tuvo que partir a la emigración; Amalia Simoni, la esposa de Ignacio Agramonte, estuvo junto a su esposo en su rancho “El Idilio”. Amalia y su hijo Ernesto Ignacio a quien El Mayor decía “el Mambisito”, también tuvieron que partir a la emigración después de ser capturados por los españoles. Allí mantuvo ella su firmeza patriótica además de contribuir al sostén familiar. Otras muchas pudieran nombrarse, como la madre de Calixto García, Lucía Íñiguez, o Bernarda Toro, la esposa de Máximo Gómez y madre de Panchito; o Dominga Moncada o María Josefa Pina o tantas otras que se asocian siempre, de acuerdo con los cánones de aquella época, a sus parientes masculinos, pero que tuvieron una actitud de franca y firme voluntad independentista.
Dentro de todas, ha recibido el mayor reconocimiento Mariana Grajales, la madre de los Maceo, por su entereza y firmeza a toda prueba, por lo que representó como esposa y madre de una numerosa familia de luchadores por la independencia, a quienes ella misma hizo jurar por la Patria. De ella Martí dijo:
¿Qué había en esa mujer, qué epopeya y misterio había en esa humilde mujer, qué santidad y unción hubo en su seno de madre, qué decoro y grandeza hubo en su sencilla vida, que cuando se escribe de ella es como de la raíz del alma, con suavidad de hijo, y como de entrañable afecto?[13]
29. ¿Por qué Martí, al analizar la Guerra de los Diez Años y su final, dijo que “nuestra espada no nos la quitó nadie de la mano, sino que la dejamos caer nosotros mismos (…)”?
Martí hizo un exhaustivo análisis de la Guerra de los Diez Años para entender las causas de su fracaso en cuanto a alcanzar los objetivos que se habían planteado sus iniciadores. En este análisis buscó los errores cometidos porque entendía que “los errores son una utilísima semilla”, con vistas a la nueva guerra que preparaba.
Al decir que la “espada no nos la quitó nadie”, Martí se estaba refiriendo a los problemas internos dentro del campo revolucionario, los conflictos que se produjeron entre los poderes ejecutivo, legislativo y militar, que eran expresiones de la heterogeneidad socioclasista en el campo revolucionario, y de concepciones acerca de la dirección, la forma en que esta debía estructurarse y ejercerse y la política de guerra a seguir. Como resultado de estos conflictos, se produjeron insubordinaciones de carácter sedicioso e indisciplinas que afectaron el desenvolvimiento de las acciones. Por eso diría tempranamente, en sus análisis de las causas que condujeron a la paz sin independencia:
Consumada la tregua de febrero, por causas más individuales que generales, en no escasa parte ya desaparecidas, y que a engaños y a celos se debieron, más que a cansancio y flojedad de los cubanos (…)[14]
Por otra parte, el desgaste de diez años de guerra también incidía en la situación general. A estos problemas se sumaba el regionalismo, propio de un país que aún no había consolidado su unidad nacional, en lo que la Guerra de los Diez Años fue determinante para lograr la cohesión como nación.
La “década gloriosa”, como también la llamó Martí, fue un gran poema épico, hizo nacer la nación con sus estructuras y consolidación interna, gestó un imaginario a partir de los héroes y sus hazañas, dotó al cubano de una historia heroica que alimentó su propio sentimiento nacional, forjó a toda una generación de combatientes que continuarían el combate independentista desde su experiencia de lucha personal, todo lo cual fue exaltado por Martí; pero también sometió a análisis las conductas y actitudes que obstaculizaron la obtención del propósito inicial.
Por tanto, Martí vio en los problemas internos la causa fundamental del fin de la guerra, que no logró alcanzar la independencia ni la abolición de la esclavitud, lo que examinó profundamente pues su análisis permitía superarlos.
30. ¿Cuál fue el hecho social más trascendente entre 1878 y 1892?
En esos años, llamados de interguerras, ocurrieron cambios importantes en la sociedad cubana, entre ellos el proceso de concentración de la producción en la industria azucarera, el cual dio lugar a la aparición de la fábrica de azúcar, que aquí se llamó “central”, con capacidades de producción mucho más grandes, al tiempo que surgía el grupo de los llamados “colonos”, es decir, los que no pudieron incorporarse al ritmo tecnológico de la época y debieron dedicarse solo al cultivo de la caña de azúcar en sus tierras, las que entonces se llevaban a procesar al central. También se produjo la penetración de capital norteamericano en varios sectores productivos, especialmente la industria azucarera, además de consolidarse aquel país como el mercado principal del azúcar producido en Cuba, sobre todo azúcar crudo como materia prima para la industria refinadora norteamericana. Sin embargo, hubo un hecho social de especial trascendencia, que se vincula con los cambios en la industria y su fuerza de trabajo: la abolición de la esclavitud.
Durante la Guerra de los Diez Años, el 25 de diciembre de 1870, el presidente emitió una Circular que declaraba la abolición total de la esclavitud, pero esto solo regía para el territorio que estuviera dominado por los independentistas. España, por su parte, había aprobado el decreto conocido como Ley de Vientres Libres, el 4 de julio de 1870, por el que otorgaba la libertad a los hijos de madres esclavas que nacieran a partir de entonces. El Pacto del Zanjón reconoció la libertad de los esclavos y colonos chinos que habían combatido dentro del Ejército Libertador. Como puede observarse, la Revolución del 68 fue un impulso importante para iniciar el proceso abolicionista. En febrero de 1880, España promulgó la Ley de Abolición de la Esclavitud, aunque se le conoció más como Ley del Patronato porque establecía el sistema de “patrocinados” para los antiguos esclavos, lo que llevaría a un proceso gradual de liberación hasta 1888. En ese tiempo el esclavo seguía trabajando para el “patrono”. En 1886 se suprimió el Patronato, lo que hizo efectiva la abolición de tan oprobiosa e inhumana forma de explotación como fue la esclavitud.
31. ¿Cuál es la razón de que José Martí denominara al período que siguió al Pacto del Zanjón, “tregua fecunda” o “reposo turbulento?
En la “Lectura de Steck Hall”, pronunciada en Nueva York en enero de 1880, ya Martí hizo un análisis de la Guerra de los Diez Años y se refirió al período que le siguió como “tregua fecunda” y explicó las razones. Posteriormente también llamó a este período interguerras como “reposo turbulento”.
En primer lugar, hay que destacar la importancia de esta apreciación de Martí, pues se trata no del fin de la guerra con el Zanjón y, por tanto, el fracaso, sino de una tregua, un período de reposo y preparación, que es fecundo porque permite crear, organizar, fundar para la nueva etapa de la revolución; por otra parte, fue turbulento porque no cesaron las conspiraciones e intentos por reanudar la guerra.
Muestra de esta permanencia del ideal independentista y la decisión de realizarlo son la Guerra Chiquita (1879-1880); la expedición de Carlos Agüero (1884-85); la de Ramón Leocadio Bonachea, en 1884; la de Ángel Maestre en el mismo año, el plan de Máximo Gómez o de San Pedro Sula (conocido como Plan Gómez-Maceo) de 1884; la expedición de Limbano Sánchez, en 1885; la de Manuel García Ponce y el proyecto Fernández Ruz, la llamada “Paz del Manganeso”, de 1890, y el alzamiento de Purnio, en 1893.
Sin embargo, sería la labor organizativa de Martí la que le daría la mayor fecundidad a esta etapa, pues implicaba un cambio en la concepción, preparación y organización de la nueva revolución.
32. ¿Cuáles eran los objetivos del Partido Revolucionario Cubano?
Las Bases del Partido Revolucionario Cubano, aprobadas por representantes de la emigración patriótica en Cayo Hueso, a propuesta de Martí, el 4 de enero de 1892, establecen los objetivos fundamentales de ese partido. En primer lugar, declara que el partido se constituye para hacer la independencia de Cuba y auxiliar y fomentar la de Puerto Rico. Esclarece el tipo de sociedad que se aspira a construir en Cuba, con todos los elementos de buena voluntad, para crear un país libre y de sincera democracia, por ello dice en su Base 3:
(…) a fin de fundar en Cuba por una guerra de espíritu y métodos republicanos, una nación capaz de asegurar la dicha durable de sus hijos y de cumplir, en la vida histórica del continente, los deberes difíciles que su situación geográfica le señala.
Con esto, señalaba no solo la sociedad que habría de fundarse, (“un pueblo nuevo y de sincera democracia”) sino la importancia de la independencia de Cuba en el contexto continental.
En función de esos objetivos, el Partido reuniría los fondos necesarios y dotaría a la revolución de la organización indispensable para realizar una guerra “generosa y breve” que garantizase el triunfo y la consecución de los fines planteados.
33. ¿Cómo era la estructura y funcionamiento democrático del Partido Revolucionario Cubano?
La estructura y funcionamiento del partido se norma en los Estatutos Secretos aprobados conjuntamente con las Bases. Según criterio de Martí, los fines de la revolución debían ser públicos, pero sus métodos secretos, pues no se podía poner en riesgo la preparación y vías de realización.
Los Estatutos establecen la estructura del Partido que tenía en su base a los clubes o asociaciones, el conjunto de estos clubes o asociaciones de una localidad daba lugar a una estructura intermedia: los Cuerpos de Consejo, integrados por los presidentes de las asociaciones de base. En la cúspide estaban el Delegado y el Tesorero, electos anualmente por las asociaciones.
Debe destacarse que todos los clubes que cumplieran con las normas establecidas en los Estatutos, que aceptaran el programa del Partido y tuvieran un mínimo de veinte socios activos, tenían derecho a elegir al Delegado y al Tesorero quienes, a su vez, debían rendir cuenta anual, al menos un mes antes de las elecciones.
Por tanto, había una estructura definida y un funcionamiento democrático interno dentro del Partido Revolucionario Cubano.
34. ¿Qué importancia tiene el Manifiesto de Montecristi?
El 25 de marzo de 1895 se firmó en Montecristi, República Dominicana, el manifiesto titulado “El Partido Revolucionario Cubano a Cuba”, redactado por su Delegado, José Martí y firmado por él y por el General en Jefe Máximo Gómez. Como recordarás, ya el 24 de febrero se había iniciado la guerra, por tanto, cuando ambos dirigentes se preparaban para viajar a Cuba e incorporarse al campo de batalla, la máxima dirección de la revolución dio a conocer este manifiesto que era el programa de la revolución.
Los renglones iniciales planteaban un asunto de gran trascendencia, cuando se decía: “La revolución de independencia, iniciada en Yara después de preparación gloriosa y cruenta, ha entrado en Cuba en un nuevo período de guerra (…)”, se estaba plasmando la idea de la continuidad de la revolución como proceso histórico; es decir, no se trataba de otra guerra más, sino de la misma revolución iniciada el 10 de octubre de 1868, que de nuevo resurgía. Debe destacarse, tanto el sentido de continuidad como el de revolución, que se planteaba desde el principio de este documento.
El Manifiesto declaraba los objetivos programáticos de la revolución, así como la inclusión de todos los componentes de la sociedad cubana en esta lucha, refutando los posibles miedos o criterios discriminatorios ante el negro, en una sociedad que había heredado de la esclavitud reciente los prejuicios raciales, y la exclusión del habitante español en la Isla, que podía formar parte de la nueva sociedad que se construiría en la independencia.
Exponía la diferencia de época de la revolución cubana en comparación con la de las guerras de independencia de los pueblos latinoamericanos y, por tanto, la experiencia acumulada desde entonces, así como la utilidad de lo que habían aportado los diez años de guerra precedentes.
Entre los aspectos de mayor hondura que aborda el Manifiesto, estaba la importancia que tenía la independencia de Cuba en el contexto de la época y en el continente en particular:
La guerra de independencia de Cuba, nudo del haz de islas donde se ha de cruzar, en plazo de pocos años, el comercio de los continentes, es suceso de gran alcance humano, y servicio oportuno que el heroísmo juicioso de las Antillas presta a la firmeza y trato justo de las naciones americanas, y al equilibrio aún vacilante del mundo. Honra y conmueve pensar que cuando cae en tierra de Cuba un guerrero de la independencia, abandonado tal vez por los pueblos incautos o indiferentes a quienes se inmola, cae por el bien mayor del hombre, la confirmación de la república moral en América, y la creación de un archipiélago libre donde las naciones respetuosas derramen las riquezas que a su paso han de caer sobre el crucero del mundo.[15]
35. La nueva guerra comenzó el 24 de febrero de 1895, ¿cuándo llegó la dirección?
El proyecto inicial concebido por Martí, como Delegado del Partido Revolucionario Cubano, y Máximo Gómez, como General en Jefe, era de producir el levantamiento en Cuba lo más amplio posible, coincidiendo con la llegada de la dirección que radicaba en el exterior en tres expediciones; pero en enero de 1895, el gobierno de Estados Unidos detuvo los barcos e incautó parte del cargamento de armas, lo que hizo imposible la recuperación inmediata de fondos para preparar y armar otros buques, por esa razón se decidió dar la orden de alzamiento, ya que la situación de la conspiración dentro de Cuba no podía esperar. Siguiendo esta variante, el 24 de febrero de 1895 se produjeron alzamientos en distintas localidades de Oriente, además de un intento en Matanzas que no fructificó.
Las emigraciones hicieron un esfuerzo extraordinario para reunir los recursos suficientes, con vistas a preparar las expediciones que trasladaran a la dirección a Cuba, donde ya se combatía. El 1º de abril arribó por Duaba, Baracoa, la expedición que traía a Antonio Maceo, quien sería el Lugarteniente General. Con el general Maceo venían combatientes de experiencia y gran autoridad como José Maceo, Flor Crombet, Agustín Cebreco y otros. El 11 de abril de ese año llegó a Playita de Cajobabo, también en la actual provincia de Guantánamo (entonces parte de Oriente), el grupo que encabezaban José Martí y Máximo Gómez, con quienes venían otros combatientes.
Por tanto, en abril se habían incorporado el Delegado, el General en Jefe y el Lugarteniente General.
36. ¿Cómo expresó Máximo Gómez la importancia de la muerte de José Martí?
Máximo Gómez escribió en su Diario de Campaña el día 19 de mayo de 1895:
¡Que guerra ésta! Pensaba yo por la noche; que al lado de un instante de ligero placer, aparece otro de amarguísimo dolor. Ya nos falta el mejor de los compañeros y el alma podemos decir del levantamiento![16]
Esta expresión en un hombre de la talla de Gómez, además tan parco en elogios y sobrio en su escritura, es muestra de la alta valoración que tenía de Martí y del impacto que su muerte causaba en la Revolución. Máximo Gómez fue, por otra parte, quien primero levantó un monumento a Martí cuando, un año después de la muerte del Maestro, hizo un túmulo con piedras del lugar en el sitio donde cayó Martí en Dos Ríos el 19 de mayo de 1895. Así lo anotó en su Diario el 10 de julio de 1896: “Por la tarde visita a Boca de Dos Ríos, al punto donde cayó José Martí. Allí mismo levantamos un mausoleo a piedra viva. El acto fue solemnísimo”.[17]
37. ¿Por qué Martí escribió a Manuel Mercado el 18 de mayo de 1895 que cuanto había hecho y haría sería para “impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América…”?
José Martí vivió casi 15 años en los Estados Unidos y, en ese propio escenario, pudo estudiar la sociedad norteamericana en el período en que transitaba a la etapa monopolista del capitalismo. En ese contexto analizó los problemas sociales de aquel país, el funcionamiento de su sistema político y su proyección en las relaciones internacionales.
El estudio de la sociedad estadounidense resultaba de gran importancia para Martí, pues era necesario conocer las relaciones internacionales y los peligros que estas planteaban a fin de diseñar su proyecto revolucionario para Cuba, de alcance continental y mundial. Como resultado de todo ese análisis comprendió que Estados Unidos proyectaba su expansión por el continente, que tenía aspiraciones de dominio sobre nuestras tierras y que el primer paso podía ser con la adquisición de las últimas colonias que quedaban a una potencia debilitada como España en el Caribe, es decir, Cuba y Puerto Rico. Por eso se propuso una estrategia de contener la expansión norteamericana, para lo cual la independencia de estas islas sería un factor de primera importancia. De esta forma, Cuba cumpliría su deber con nuestra América. Pero esto debía hacerse cuando aún era posible, cuando quedaba tiempo, antes de que en los Estados Unidos maduraran las fuerzas que le permitieran esa expansión. Por eso, había que hacerlo “a tiempo” como dijo a Mercado, y en silencio, para no levantar obstáculos demasiado poderosos.
Martí expuso en diversos trabajos su comprensión del fenómeno imperialista en Estados Unidos y su estrategia antimperialista, de acuerdo con su época. Por tanto, la independencia de Cuba sería suceso imprescindible no solo para la isla sino para preservar la de nuestra América.
38. ¿Cuáles fueron las constituciones que normaron la existencia y funcionamiento de la República en Armas entre 1895 y 1898?
En septiembre de 1895 se aprobó la Constitución de Jimaguayú en Asamblea de Representantes, reunida en ese lugar como homenaje a la memoria de Agramonte. En cumplimiento de lo dispuesto por la Constitución de Jimaguayú, en octubre de 1897 se reunió una nueva Asamblea de Representantes en La Yaya, también perteneciente a Camagüey, donde se aprobó la segunda Constitución, la cual tuvo vigencia en territorio libre durante la Guerra del 95. Esta última establecía en sus Artículos 41 y 42 la posibilidad del fin de la guerra, para lo cual establecía que se convocara a una Asamblea, la que “proveerá interinamente al régimen y Gobierno de la república hasta que se reúna la Asamblea Constituyente definitiva”.[18] Es decir, ya contemplaba la posibilidad del término de la guerra antes de cumplirse los dos años previstos para la vigencia de esta Constitución.
39. ¿Quiénes fueron presidentes de la República en Armas entre 1895 y 1898?
A diferencia de lo normado en la Constitución de Guáimaro, la de Jimaguayú estableció un aparato de Gobierno más sencillo, sin la Asamblea de Representantes como órgano permanente, sino con un Consejo de Gobierno que tendría los poderes ejecutivo y legislativo durante dos años, hasta que se reuniera otra Asamblea de Representantes para dictaminar sobre cambios o redacción de una nueva Constitución. Esto determinó la estructura del poder civil durante la Guerra del 95.
Salvador Cisneros Betancourt fue el presidente del Consejo de Gobierno entre 1895 y 1897 y Bartolomé Masó su Vicepresidente.
Bartolomé Masó Márquez ocupó el cargo de presidente del Consejo entre 1897 y 1898, con Domingo Méndez Capote como vicepresidente.
40. ¿Quiénes fueron los principales jefes militares de la Guerra del 95?
En 1892, después de constituido el Partido Revolucionario Cubano y realizadas las elecciones, el Delegado, José Martí, consultó a los oficiales de la guerra anterior para la designación del General en Jefe, cuyo resultado fue la elección de Máximo Gómez Báez. Por tanto, Gómez fue el General en Jefe durante toda la guerra y Antonio Maceo el Lugarteniente General.
Después de la muerte en combate de Maceo, el 7 de diciembre de 1896, Calixto García asumió esa función hasta el final de la guerra. Cuando el mayor general Serafín Sánchez arribó a Cuba, se le nombró Inspector General del Ejército Libertador, cargo de nueva creación.
41. ¿Cuál fue el hecho bélico más importante de la Revolución de 1895?
La invasión de Oriente a Occidente no solo fue el hecho bélico más importante en la guerra que comenzó en 1895, sino que fue reconocida por sus contemporáneos entre las hazañas militares más notables. Concebida por el General en Jefe del Ejército Libertador, Máximo Gómez Báez, se inició en Mangos de Baraguá el 22 de octubre de 1895, con la salida de la columna invasora al mando del mayor general Antonio Maceo Grajales, Lugar teniente General del Ejército Libertador. El 22 de enero de 1896 llegó a Mantua, en Pinar del Río, completando así tres meses de largas y agotadoras jornadas, combates y dificultades para llegar al extremo occidental.
La invasión permitía llevar la guerra a todo el país, con lo que se superaba uno de los problemas de la Guerra Grande, ahora era realmente nacional, además de destruir, por orden expresa dentro de la política de guerra diseñada, las riquezas que permitían a España obtener recursos de la colonia.
Por tanto, esta campaña tendría enorme importancia político-militar.
42. ¿Por qué fue tan importante para el desarrollo de la guerra la muerte de Antonio y José Maceo, Serafín Sánchez, Flor Crombet y otros jefes notables de la Guerra Grande?
En el primer año de la guerra cayeron en combate los mayores generales Flor Crombet y Francisco Borrero, además de la muerte de Guillermo Moncada quien se incorporó al alzamiento ya muy enfermo; en 1896 murieron también combatiendo los mayores generales José Maceo, José María Aguirre, Serafín Sánchez, Antonio Maceo y el general de brigada Ángel Guerra. Estas muertes, que no fueron las únicas, muestran la pérdida de oficiales con experiencia, de gran trayectoria dentro de la revolución y que, además, tenían altas responsabilidades como Antonio Maceo que era el Lugarteniente General y Serafín Sánchez quien era el Inspector General del Ejército Libertador. A esto habría que unir la muerte de José Martí en 1895.
El General en Jefe del Ejército Libertador lamentaba estas muertes, por los compañeros que perdía y por el vacío que dejaban en las filas de la revolución. El 14 de junio de 1895 anota en su Diario la muerte de Borrero y dice que su muerte es, además de sensible, “perjudicial para nuestra moral revolucionaria”[19] y señala que no tiene con quien reemplazarlo. A esta muerte seguirían otras de gran impacto, como la de su hijo Panchito, junto al Lugarteniente General, el 7 de diciembre de 1896. No es casual que el Generalísimo dijera ante estas muertes: “¡Me he quedado solo!”. Tales pérdidas obligaban a sustituir a los experimentados oficiales por una nueva oficialidad formada en menos tiempo, sin la experiencia y el fogueo de la que se perdía y, en no pocos casos, con grandes diferencias en cuanto a la proyección ideológica más allá del objetivo de la independencia.
43. Estados Unidos intervino en la guerra cubano-española en 1898, ¿cuál fue el objetivo de esa intervención?
El 11 abril de 1898, cuando era evidente que España no podía derrotar al Ejército Libertador cubano, el presidente de Estados Unidos, William McKinley solicitó al Congreso autorización para intervenir en la guerra cubano-española. Este fue el punto de partida para que el Congreso aprobara lo que se conoce como “Resolución Conjunta”, que autorizaba esa intervención, bajo el pretexto de que “el pueblo de Cuba es y de derecho debe ser, libre e independiente”. Se trataba entonces de una potencia que emergía y debía buscar un espacio entre las potencias ya establecidas a nivel mundial, por lo que no podía presentarse como país agresor.
El resultado de esa intervención fue la terminación rápida de la guerra con la derrota de España, la firma de un armisticio en agosto de ese año y la firma definitiva del Tratado de Paz en París, el 20 de diciembre. Los términos del tratado demuestran los objetivos de Estados Unidos con la intervención en la guerra: España renunció y cedió a Estados Unidos la soberanía sobre Puerto Rico, Islas Guam y el archipiélago de las Filipinas. En el caso cubano, España renunció a su soberanía sobre la Isla, la que no fue traspasada sino que Cuba quedaría ocupada militarmente por la potencia vencedora para su pacificación.
Por tanto, la intervención norteamericana en la guerra le permitió hacerse de posesiones coloniales y de zonas de dominio en espacios estratégicos, como fueron el mar Caribe y el océano Pacífico.
44. ¿Cuándo se inició la ocupación militar norteamericana de Cuba y cuánto tiempo duró?
Después de la evacuación de las tropas españolas, de acuerdo con lo acordado en París, se hizo el traspaso de poderes a Estados Unidos el 1º de enero de 1899. El primer gobernador militar norteamericano fue el general John R. Brooke, quien fue sustituido por el también general Leonard Wood en diciembre de ese año. Dado el carácter de ocupación militar, se legisló por medio de Órdenes Militares.
Durante el tiempo que duró, los ocupantes buscaron crear las condiciones para el dominio sobre Cuba. Esta ocupación terminó oficialmente el 20 de mayo de 1902, cuando se realizó el traspaso de poderes al gobierno cubano electo, presidido por Tomás Estrada Palma. La salida de Wood ponía fin a la ocupación militar, aunque quedaron tropas norteamericanas en algunas instalaciones militares cubanas por unos dos años más.
45. ¿Conoces algunas expresiones de rechazo en Cuba a la ocupación militar norteamericana de 1899 a 1902?
Los órganos de dirección de la Revolución desaparecieron en 1899. Ya el Partido Revolucionario Cubano había sido disuelto por su Delegado, Tomás Estrada Palma; en diciembre de 1898, el Ejército Libertador fue licenciado y la Asamblea de Representantes se autodisolvió ante el rechazo popular frente a su actitud de deponer a Máximo Gómez de su condición de General en Jefe del Ejército Libertador. Esto significa que la Revolución quedó sin estructura organizada, que no había representación ordenada en aquellas circunstancias.
Pudiera pensarse que la falta de órganos de dirección en el independentismo impidió que este se expresara frente a la ocupación militar; sin embargo, no fue así. El pueblo cubano, mayoritariamente independentista, manifestó de muy diversas formas su voluntad de alcanzar la independencia, de que cesara la ocupación militar extranjera. Para muchos, entre ellos el Generalísimo, el objetivo inmediato era terminar la ocupación norteamericana.
Los actos de exhumación de los cuerpos de los caídos en la guerra se convirtieron en actos patrióticos de manera espontánea. Los cambios de nombres de las calles, que perdieron la denominación española para rebautizarse con los nombres de los patriotas o de las aspiraciones populares, como Independencia, República o Libertad, fueron evidencia palpable de esa voluntad de la mayoría.
La poesía popular y la de los poetas editados muestra el estado anímico de entonces, ya que algunos planteaban la gratitud a los vecinos norteños, otros la desconfianza acerca de sus propósitos o el rechazo, pero el sentimiento más constante era el de defender el derecho de Cuba a su independencia.
Veamos algunos ejemplos de esas distintas posiciones:
La libertad de Cuba
(Décimas que canta Ramitos)
(…) La tierra del siboney, / Que da el tabaco y la caña, / De la cruel garra de España / La libertó Mac Kinley. Darle gracias es de ley / Por sus proyectos humanos / ¡Vivan los americanos! / Sin cesar repetiremos; / Pero unidos les diremos: / Cuba para los cubanos.[20]
(Vicente el Manicero)
La aspiración del pueblo cubano / Luchó la revolución / Solo por la independencia, / Por ella dio su existencia / El héroe de la invasión. / No llenará la anexión / Del buen cubano el deseo, / Y es imposible, no creo, / Que haya tan solo un cubano / Que así menosprecie ufano / La memoria de Maceo. (…)[21]
El Bolero de Marianao (canción patriótica)
Yo soy cubana, yo soy patriota, / Yo no transijo con la opresión; / Yo quiero libre ver a mi patria / De toda extraña dominación. / Y viva Cuba, viva el machete, / Viva el valiente que lo empuñó: / ¡Hurra! A los campos hijos de Cuba, / Si nos engaña la intervención. (…)[22]
46. En 1900 se convocó a elecciones para delegados a una Asamblea Constituyente, ¿por qué?
En Estados Unidos se debatía acerca de la forma en que debía quedar Cuba ligada a ese país. Había grupos que querían la anexión, otros planteaban nuevas formas de dominación, para lo cual la relación de Inglaterra con algunas de sus colonias se tomaba como modelo. Es verdad que hubo voces que defendieron el derecho de Cuba a la independencia, pero estas estaban dentro de grupos obreros y otros que no tenían poder de decisión en la política norteña.
La anexión podía verse como la forma más simple y segura; sin embargo se pudo comprobar que el pueblo cubano mayoritariamente no aceptaba esa solución. Las visitas de congresistas norteamericanos y de funcionarios del Gobierno a la Isla les permitieron comprobar esta actitud; por tanto la anexión tendría que ser por la fuerza, cosa que los Estados Unidos de entonces no podían hacer sin oposición de las potencias de la época más establecidas y fuertes. Esto obligó a buscar una variante de dominación más sutil y también más en consonancia con los tiempos, es decir, con las formas variadas de dominación en la época del imperialismo.
Lo anterior demuestra que si cesó la ocupación militar de Cuba y no se consumó la anexión fue gracias a la resistencia del pueblo cubano, por lo que Estados Unidos se vio en la necesidad de articular una forma de dominación que incluyera la instauración de la República de Cuba. De ahí que se convocara a elecciones para delegados a una Asamblea Constituyente.
47. ¿Cómo Estados Unidos determinó en 1901 la garantía de dominio sobre Cuba, antes de desocuparla?
Ante la resistencia del pueblo cubano, Estados Unidos decidió preparar la variante de dominio a través de instrumentos que le permitieran controlar la Isla, para ello convocó a elecciones para delegados a una Asamblea Constituyente. La Asamblea tenía la obligación de redactar y aprobar la Constitución de la República de Cuba y, como parte de ella, determinar sobre las relaciones que habrían de existir entre Cuba y Estados Unidos.
Como la mayoría de los delegados era independentista y defendía la plena soberanía de Cuba, una vez aprobada la Constitución en 1901, el Congreso de Estados Unidos aprobó una enmienda a la ley de presupuestos que se discutía en aquel momento conocida como Enmienda Platt por el apellido del senador que la propuso, la cual no tenía relación con lo que se debatía, pero la legislatura estaba finalizando y había que resolver el asunto cubano. La Enmienda Platt tenía ocho artículos y todos eran lesivos a la soberanía cubana, pero los más rechazados eran el Artículo 7, que establecía la obligatoriedad del gobierno cubano de vender o arrendar terrenos a Estados Unidos para bases navales o carboneras; el Artículo 3, que establecía el derecho de Estados Unidos a intervenir en Cuba para la “conservación de su independencia” y garantizar un “gobierno adecuado” y el Artículo 6, que omitía a Isla de Pinos de los límites de Cuba.[23]
En la discusión de esta Enmienda dentro de la Asamblea Constituyente, hubo un grupo que se destacó por la defensa de la soberanía de Cuba, en el que brillaron Juan Gualberto Gómez y Salvador Cisneros Betancourt. El pueblo y una parte de los delegados a la Constituyente resistieron a esta imposición. Las manifestaciones populares rechazaban la Enmienda, pero el gobierno interventor fue inflexible: o esta se aceptaba o continuaría la ocupación militar. Así se aprobó la Enmienda el 12 de junio de 1901 por dieciséis votos contra once. El texto fue incorporado como un apéndice de la Constitución y, una vez instaurado el gobierno cubano, firmado como Tratado Permanente de Relaciones entre Cuba y Estados Unidos, en cumplimiento de su Artículo 8, que establecía esa obligación.
De esta forma, Estados Unidos tuvo un instrumento jurídico que mermaba la soberanía de Cuba y le permitía controlar el país.
El Artículo 7 de la Enmienda Platt establecía que el gobierno de Cuba “venderá o arrendará” a Estados Unidos terrenos para estaciones navales o carboneras. En aquel momento el Gobierno del Norte aspiraba a establecer un grupo de bases en Cuba en distintas bahías de la Isla, algo de gran importancia para sus propósitos de expansión, para lo cual tenía que garantizar las bases de escala y aprovisionamiento de sus buques, así como enclaves militares estratégicos.
El Artículo 8 de la Enmienda establecía la obligatoriedad de llevar todo el articulado a un tratado permanente de relaciones entre los dos países. El 22 de mayo de 1903 se firmó ese Tratado entre el gobierno presidido por Tomás Estrada Palma y el gobierno de Estados Unidos y el 2 de julio el Convenio de Arrendamiento para estaciones navales. Debe subrayarse que los estadounidenses aspiraban a cuatro bases: Bahía Honda, Cienfuegos, Guantánamo y Nipe y que las negociaciones previas dejaron en dos las bases: Guantánamo y Bahía Honda, aunque esta última nunca se abrió pues la posición perdió importancia, no así la de Guantánamo que sí tenía una posición relevante para sus intereses en la zona y en la apertura del canal interoceánico por Panamá, trabajos que comenzaron poco después de este Convenio.
Hay que tener en cuenta que el Convenio fue de arrendamiento, es decir, que las negociaciones permitieron que se arrendaran las tierras, no se vendieron, por lo que ese territorio es cubano, pertenece a Cuba. El 29 de mayo de 1934 se firmó un nuevo Tratado de Relaciones que eliminó algunos de los artículos del anterior. Era una conquista de la lucha popular en un contexto en el cual Estados Unidos tenía que hacer cambios en su imagen y métodos de relación con el continente, pero mantuvo el artículo referido a la Base Naval de Guantánamo sin fecha de término, de manera que se impuso la permanencia de esta base que, de acuerdo con el texto de este Tratado, solo se retirará cuando ambas partes así lo entiendan. El fruto de una imposición, como fue la Enmienda Platt, en tiempos en que Cuba era un país ocupado militarmente, ha perdurado ya más de un siglo.
49. ¿Por qué se dice que Cuba era una neocolonia entre 1902 y 1958?
Como has visto, el fin de la ocupación militar norteamericana no significó el goce de la plena soberanía. Se habían creado los instrumentos para el dominio de Cuba, pero en una nueva forma, no en la relación metrópoli-colonia conocida, sino incorporando los métodos del imperialismo ascendente en el mundo, que establecía formas variadas de dependencia y zonas de influencia. De ahí que se estableciera una República con soberanía limitada a través de la Enmienda Platt.
Una vez instituida la República se reforzaron otros mecanismos de dominación, como los comerciales, con la firma del Tratado de Reciprocidad Comercial de 1903, que otorgaba grandes ventajas a los productos norteamericanos para entrar en el mercado cubano, lo que obstaculizaba la posibilidad de desarrollar una industria doméstica más allá de la azucarera, la más beneficiada con la rebaja arancelaria hecha a los productos cubanos. Así, las mercancías estadounidenses que entraban en Cuba tenían las mismas ventajas que las cubanas al entrar en el mercado norteño, pero se les añadían ventajas adicionales de hasta un 40% de disminución en los aranceles cubanos.
Esta situación de dominio del mercado cubano se mantendría con el Tratado de Reciprocidad Comercial de 1934 y con las negociaciones posteriores en las décadas del cuarenta y cincuenta. La dependencia del mercado norteamericano para realizar la producción azucarera cubana generó una actitud dependiente en todos los campos dentro de los grupos de poder, pues subordinaban los intereses de la nación a la preservación de ese mercado.
Las inversiones también fueron instrumentos de dominación pues el capital norteamericano se apoderó de los sectores principales de la producción y los servicios, lo que se acompañaba del dominio tecnológico. A partir de la dependencia económica, se generaba una dependencia política por la articulación de intereses entre los grupos de poder económico subordinados, en general, a Estados Unidos y su representación política. Todo esto ampliaba los marcos de la dominación que se expresó también en el ámbito cultural, pues se imponían formas de vida, gustos, patrones culturales que provenían de los Estados Unidos.
Esta dependencia múltiple formaba parte del dominio de nuevo tipo implantado y experimentado en Cuba por Estados Unidos.
50. ¿Sabes qué partidos dominaron la política cubana entre 1902 y 1925?
Desde 1899 comenzó la creación de partidos políticos, cuando el gobierno de ocupación convocó a elecciones municipales; por tanto, surgieron numerosos partidos locales, a pesar de que algunos independentistas, como Máximo Gómez, planteaban la necesidad de mantener al independentismo unido y hasta se recordó el ejemplo de lo que había sido el Partido Revolucionario Cubano para la unidad en la lucha.
Por otra parte, los intentos por crear partidos obreros, encabezados por el poeta y revolucionario Diego Vicente Tejera, durante los años de la ocupación militar no tuvieron éxito. La clase obrera de entonces era pequeña numéricamente y muy débil para sostener un partido independiente.
Los múltiples partidos organizados con propósitos electorales concurrieron a las elecciones municipales de 1900, a las de delegados a la Asamblea Constituyente en ese año y a los comicios municipales y nacionales en 1901, aunque ya para esa fecha se fueron asociando en coaliciones nacionales.
Durante el primer gobierno republicano, presidido por Tomás Estrada Palma se fundó el Partido Liberal (1903, reestructurado en 1905) y el Partido Moderado (1905) el cual, después de la reelección fraudulenta de Estrada Palma, con el alzamiento liberal que esto provocó y la segunda intervención norteamericana (1906-1909), desapareció para dar paso al Partido Conservador (1907). Estos partidos, nucleados alrededor de figuras salidas fundamentalmente del independentismo, monopolizaron las luchas por el poder político en esos años.
La gestión de gobierno de estos partidos, con el liberal José Miguel Gómez (1909-1913), conocido como “Tiburón”, y el conservador Mario García Menocal (1913-1921), conocido como “El Mayoral”—ambos mayores genera les del Ejército Libertador—, provocó el rechazo de la población, debido a la corrupción político administrativa, por la cual se enriquecieron los gobernantes y sus allegados, la dependencia respecto a Estados Unidos y la falta de gestión para atender las necesidades de la nación y, en especial, de los sectores populares.
Estos fueron los partidos, representantes de los grupos de poder, que dominaron la política cubana en el primer cuarto de siglo, tiempo en que se desgastaron.
51. Cuando se dice que Cuba tenía una economía deforme ¿a qué se hace referencia?
Desde el período colonial, la economía cubana se fue estructurando como una economía particularmente abierta, es decir, dependiente del sector externo, del comercio exterior. Quiere decir que Cuba producía unos pocos productos (ganadería, tabaco, azúcar y café, con distinta importancia en diferentes etapas) para vender en el mercado externo y comprar todo lo que necesitaba para la vida del país. A fines del siglo XIX esta producción fue centrándose en el azúcar, de modo que Cuba se fue convirtiendo en un país monoproductor y monoexportador y, paulatinamente, dependiente del mercado norteamericano.
La articulación de la producción azucarera cubana con el mercado norteño condujo, además, a otro problema: Estados Unidos había desarrollado su industria refinadora por lo que compraba azúcar crudo, o sea, materia prima para sus refinerías. Esto provocó que hubiera un retroceso en el proceso industrial, pues disminuyó o no se incrementó la producción de azúcar refino como producto final para la exportación sino que quedamos como abastecedores de un producto semielaborado.
La situación descrita se consolidó después de la conversión de Cuba en una neocolonia de los Estados Unidos, pues se reforzaron esas relaciones de dependencia también en el plano comercial, de manera que la economía dependía en un 80% de las exportaciones de azúcar, básicamente crudo, cuyo destino esencial era el mercado estadounidense. Esto se expresó, a su vez, en un sentido de subordinación por parte de los grupos oligárquicos de cualquier negociación en el orden económico, y también político, a la defensa del mercado norteamericano para el azúcar cubano, en detrimento de los intereses generales de la nación.
Esa condición de monoproductora, monoexportadora y plurimportadora de la economía cubana, reforzaba los rasgos de país subdesarrollado, es lo que determina que se hable de su deformación, pues no tenía un crecimiento armónico.
52. ¿Por qué en el pueblo cubano había un sentimiento de frustración en los primeros veinte años de República, expresado en frases como: “Martí no debió de morir” o “esto no fue lo que soñó Martí”?
La República constituida en 1902 no se correspondió con las expectativas populares, no se logró realizar la revolución. Los poderes establecidos actuaron dentro de los marcos de la dependencia, por lo que no articulaban políticas nacionales de solución a los problemas cubanos; la política se convirtió en una forma de ascenso social, de enriquecimiento a partir de la corrupción y los negocios sucios hechos desde las posiciones de gobierno. Los problemas sociales acumulados no tenían solución real en las políticas gubernamentales y no se planteaban políticas económicas de desarrollo para el país, por el contrario, se profundizaba la dependencia. Todo esto fue gestando un sentimiento de frustración que se expresó en la narrativa, la poesía, la caricatura y otras formas de producción que reflejaban la mentalidad colectiva.
En esas condiciones, cuando la República y su funcionamiento no respondían a las expectativas del pueblo, Martí emergió como símbolo de lo mejor de lo cubano, de sus aspiraciones de República “con todos, y para el bien de todos”. Entonces ese sentido de frustración tuvo muchas maneras de expresarse, pero una de las más frecuentes fue la apelación a Martí. La expresión “esto no fue lo que soñó Martí” refleja ese sentimiento colectivo. La Clave a Martí, canción de la segunda década del siglo XX, que fue muy conocida y cantada durante años, expresaba el sentir colectivo, al decir:
Martí no debió de morir, ay! / De morir. / Si hoy fuera el Maestro y el guía / otro gallo cantaría / la Patria se salvaría / y Cuba sería feliz.
En la caricatura, el personaje de Liborio, creado hacia 1906 por el caricaturista Ricardo de la Torriente, fue identificado como la imagen del pueblo en aquella circunstancia. Liborio representa ese sentimiento de frustración al observar los problemas de Cuba, sufrirlos, pero no actuar, solo padecer de modo pasivo. La presencia de Martí junto a Liborio en la caricatura de Torriente, que no es muy frecuente, está en la misma actitud de Liborio, como un cuadro en la pared que observa el desastre de su pueblo.
La narrativa, la poesía, la caricatura forman parte de las múltiples maneras en que se expresó el sentir colectivo de frustración de aquellos años.
53. ¿Cuál era la situación entre 1920 y 1925 que impulsó el inicio de acciones colectivas para promover cambios en la sociedad cubana?
Fueron varios los acontecimientos y factores que, a comienzos de la década del veinte del siglo XX, impulsaron acciones en busca de cambios en el país.
Entre los más importante hay que señalar el inicio de la crisis estructural de la economía cubana; el deterioro del sistema político, sobre todo por el rechazo a la corrupción político administrativa y la injerencia norteamericana, además de los problemas sociales que se derivaban del propio sistema.
La economía cubana, que había crecido sobre la base del modelo monoproductor y monoexportador, dependiente del mercado norteamericano, agotó sus posibilidades de mantener el crecimiento en la década del veinte. La crisis de 1920-21, después de finalizada la Primera Guerra Mundial, había puesto al descubierto la debilidad de la economía cubana, puesto que la caída del precio del azúcar provocó el pánico, las quiebras y el desastre que le siguió; pero esa crisis entró en fase de recuperación hacia 1923. Sin embargo, en la medida en que el mercado estadounidense no mantuvo el crecimiento en su demanda de azúcar cubano, entre otras razones, por la política proteccionista que empezó a aplicarse para su producción doméstica, la condición de país monoproductor y monoexportador y la dependencia de aquel mercado determinó que la producción azucarera cubana se estancara, es decir, no creciera, con lo que se empezó a expresar la crisis de esa estructura y, por tanto, la necesidad de transformarla; pero ¿cómo hacerlo dentro de los marcos de la dominación neocolonial? Ese era el gran reto que los grupos de poder oligárquico no podían resolver.
La corrupción de los grupos políticos que llegaban al poder fue desgastando a los partidos y provocando el rechazo de los sectores populares y otras capas y grupos sociales, mientras la permanente injerencia de Estados Unidos, bien con desembarcos parciales de fuerzas militares, como en 1912 o 1917, o bien a través de su representante diplomático en Cuba, lo que se agravó con el envío de Enoch Crowder en 1921 como Enviado Personal del Presidente norteamericano para tomar decisiones que competían al gobierno cubano, fue generando un sentimiento de rechazo. Aun cuando no todos comprendieran qué es el imperialismo y sus mecanismos de dominación, se iba extendiendo el malestar, la irritación ante los problemas que enfrentaban cotidianamente.
En este marco, en los años veinte del siglo XX surgieron fuerzas dentro del movimiento estudiantil, el movimiento obrero, la joven intelectualidad, las mujeres y otros grupos que expresaron ese descontento y plantearon la necesidad de cambios, aunque no hubiera un programa común y sí distintas tendencias; pero lo que estaba claro era la necesidad de promover cambios dentro de la sociedad cubana. Estos tomaron forma en movimientos, organizaciones y acciones de gran importancia entre 1920 y 1925.
54. Se dice que en la década del veinte se inició la crisis estructural de la economía cubana, ¿sabes por qué?
Como ya sabes, al finalizar la Primera Guerra Mundial, se produjo una crisis de posguerra entre 1920 y 1921, que hizo tomar conciencia de la debilidad de la economía cubana; pero esa crisis tuvo su etapa de recuperación hacia 1923. Sin embargo, la economía cubana entraría en una crisis que no podría resolver sin transformar su estructura monoproductora y monoexportadora, veamos por qué.
La economía había crecido durante los primeros años del siglo XX articulada con el crecimiento del mercado norteamericano; es decir, la industria azucarera cubana crecía en correspondencia con la compra del producto por Estados Unidos. Esto permitió un crecimiento de la producción del dulce en Cuba, gracias a la expansión de la industria que vendía su producción en el país del Norte, lo cual iba profundizando la dependencia cada vez más.
Pero esta correspondencia se rompió en la década del veinte. Estados Unidos también desarrolló su propia producción de azúcar en territorio continental y recibía abastecimiento de sus colonias insulares, lo que llevó a promover una política de protección arancelaria para la producción doméstica. Así, en 1921, se aprobó un arancel de emergencia en Estados Unidos que aumentaba el impuesto de aduana al azúcar que entrabaa ese mercado y al año siguiente se aprobó la tarifa Fordney McCumber que subía ese arancel a 2,20 centavos por libra —para Cuba quedaba en 1,7648, en virtud de la rebaja del Tratado de Reciprocidad Comercial—, lo que indicaba la tendencia a la protección en aquel país. Los aumentos de arancel aún no eliminaron el azúcar cubano del mercado norteño, pues todavía necesitaba de este abastecimiento, pero anunciaba que ya ese mercado empezaba a estancarse. Por otra parte, los productores de azúcar en Estados Unidos empezaron a exigir la restricción de la producción cubana. Esta situación se fue agravando, de manera que a partir de 1926 se limitó la producción del dulce en Cuba por disposición del gobierno de Gerardo Machado, de esta forma se inició una política que se retomaría en otros períodos.
Lo explicado demuestra que, una vez que se decide producir menos de la capacidad industrial existente, estamos ante una industria que no puede seguir creciendo. Si recuerdas que Cuba era un país monoproductor, monoexportador y dependiente del mercado estadounidense, la situación de estancamiento de la industria azucarera provoca la inmovilización de la economía en su conjunto. De manera que esa estructura económica es la que hace crisis a partir de la década del veinte. Justamente entre 1925 y 1926 se construyó el último central azucarero en Cuba.
La situación descrita planteaba la necesidad de cambios, de transformaciones; pero los grupos de poder actuaban dentro de los marcos de la dependencia, lo que limitaba sus posibilidades de implementar cambios. Este problema condicionó la situación cubana en las décadas siguientes.
55. ¿Por qué tuvieron tanta fuerza las expresiones cívicas dentro de la sociedad ante los problemas cubanos?
Para la población en general, lo más visible de los problemas cubanos era la corrupción político-administrativa. El enriquecimiento a partir de los puestos del Estado, el uso de los cargos públicos para beneficio personal, complacer a la clientela política y comprar enemigos políticos eran aspectos del sistema político muy rechazados.
Los negocios fraudulentos se representaban en la caricatura y en obras populares con la imagen de un chivo, de modo que se calificaba como “chivo” a las trampas que se realizaban desde el Estado, así se llamó “chivo de la Ciénaga” a la concesión para la desecación de la Ciénaga de Zapata, por ejemplo, o “chivo del Convento de Santa Clara” a la compra fraudulenta de ese edificio por el Gobierno. La “botella”, es decir, el cobro de un salario en un empleo en oficinas del Estado sin desempeñar ninguna labor, constituyó una práctica heredada de la época colonial y entronizada en la República para enriquecimiento propio, de familiares y amigos, para pagar favores políticos y para ganar a opositores. La legalización del juego, especialmente la Renta de la Lotería, fue otra fuente oficial de enriquecimiento. De esta manera, la ciudadanía percibía con mucha claridad estos problemas, así como los fraudes electorales y otras formas de corrupción.
La poesía popular expresó con mucha frecuencia la percepción de la realidad política cubana. Veamos un ejemplo entre muchos:
A los Legisladores Es muy difícil hallar / Alegría en un penitente, / Nadar contra la corriente / Y la gloria conquistar. / Difícil es encontrar / Apacible a un condenado, / Es difícil que un malvado / Se quiera regenerar / Y aun más difícil hallar / A un legislador honrado (…)[24]
Como este era el aspecto que se percibía con mayor claridad, fue una idea bastante generalizada que el adecentamiento era la solución a los problemas cubanos. La raíz de estos, derivados de la no realización de la revolución anticolonial y de la implantación del dominio neocolonial, era más difícil de percibir, pues sus mecanismos de funcionamiento y dominación resultaban menos visibles, por lo que apenas una vanguardia reducida pudo entonces comprender la naturaleza de los males de Cuba y proyectarse en una dirección antimperialista. Por ello, las primeras acciones que marcaron un cambio de actitud, es decir, dejar el lamento para plantearse la lucha por cambiar las cosas, se dirigieron a la denuncia de la corrupción, a la defensa de valores de decencia y honradez, con lo que se movilizó la conciencia cívica de la sociedad. Este fue un primer momento importante para la movilización, para desplegar acciones de amplia repercusión nacional.
56. ¿Conoces algunas acciones que sean representativas del movimiento cívico entre 1920 y 1925?
En esos años hubo distintas formas de expresar esa búsqueda de adecentamiento y de realizar acciones en pro de la honradez dentro de la política y los políticos, desde manifiestos, programas de movimientos y organizaciones, hasta actos de protesta y denuncia. El hecho más conocido de entonces fue la llamada “Protesta de los Trece”, del 18 de marzo de 1923. En aquella ocasión, un grupo de jóvenes intelectuales, encabezados por Rubén Martínez Villena, realizó un acto de protesta cuando el secretario de Justicia, Erasmo Regüeiferos, iba a hablar en un homenaje organizado por el Club Femenino de Cuba a la escritora uruguaya Paulina Luisi. Se trataba de denunciar a este señor por haber firmado la compra fraudulenta del Convento de Santa Clara por el Estado —a un precio muy superior al real—, en lo que era un “chivo” escandaloso. Rubén escribió en versos lo acontecido. Se trata del “Mensaje Lírico civil” donde dice:
Hace falta una carga para matar bribones, para acabar la obra de las revoluciones; (…) para que la República se mantenga de sí, para cumplir el sueño de mármol de Martí; (…) Yo tiro de mi alma, cual si fuera una espada, Y juro, de rodillas, ante la madre América (…)[25]
En 1923 surgió también un movimiento gestado por los veteranos de la independencia, pero que se amplió a otros grupos y sectores, fue el Movimiento de Veteranos y Patriotas, el cual tenía su objetivo principal en el adecentamiento, la denuncia de la corrupción, de los negocios sucios del Gobierno, además de otros planteamientos grupales, como el pago de sus pensiones atrasadas. Los veteranos y patriotas lograron una amplia movilización de la ciudadanía, pero en su seno había distintas tendencias y terminó en 1924, cuando un grupo se alzó y abandonó la lucha sin combatir, de manera que cerró sus posibilidades.
Las mujeres también desarrollaban sus propias organizaciones y expresaban sus demandas. En abril de 1923 se celebró el Primer Congreso Nacional de Mujeres, que tenía como objetivos esenciales los problemas de la mujer y la infancia, pero que se pronunció contra la corrupción político administrativa existente.
Otros intelectuales y grupos emitieron manifiestos y publicaron trabajos que planteaban la frustración republicana. La honestidad, el adecentamiento en la política eran los remedios que parecían más eficaces en aquellas circunstancias.
57. ¿Por qué se representa en Julio Antonio Mella la posición más revolucionaria dentro de los distintos movimientos entre 1920 y 1925?
Los movimientos que se desarrollaron en aquellos años tuvieron distintas tendencias, entre ellos el estudiantil. El movimiento por la reforma universitaria, que pronto destacó a Julio Antonio Mella (1903-1929) como su dirigente más importante, comenzó con el propósito de impulsar reformas dentro de la Universidad de La Habana, única entonces del país, tales como depuración de los profesores corruptos y modernización de la enseñanza para ponerla al nivel de la ciencia de la época, entre otros. En este proceso nació la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) el 20 de diciembre de 1922, con una presidencia rotativa entre los presidentes de las facultades y una secretaria general fija: Felio Marinello fue el primer Presidente y Mella el Secretario General.
Pronto Mella profundizó en su análisis de la realidad cubana y comprendió que se necesitaba una revolución universitaria, para lo cual era imprescindible una revolución social. El problema no era solo de la Universidad sino de la sociedad. En el proceso de rápida radicalización del pensamiento del joven estudiante tuvo un lugar destacado su relación con líderes obreros como Alfredo López, a quien después llamó “maestro”, y comunistas como Carlos Baliño. La vinculación con los problemas obreros y los contactos con el pensamiento marxista ampliaron notablemente su comprensión de los problemas de Cuba y el mundo.
En octubre de 1923, se desarrolló el Primer Congreso Nacional de Estudiantes bajo la organización y dirección de Mella. Este Congreso, que aprobó incluirle en el nombre la categoría de “Revolucionario”, tomó acuerdos referidos a los problemas estudiantiles, el país, Latinoamérica y el mundo. Es decir, el Congreso rebasó los límites de lo sectorial para abarcar asuntos más amplios y profundos. Entre los acuerdos referidos a los temas estudiantiles destaca la aprobación de la “Declaración de Deberes y Derechos del Estudiante” en la que, como dice su título, junto a los derechos iban los deberes para con la patria y la humanidad. El Congreso rechazó la Enmienda Platt y al imperialismo y envió un saludo a la Rusia soviética. Estos acuerdos fueron expresión del nivel de profundidad alcanzado bajo la dirección de Mella. Se llegaba al antimperialismo y se vinculaba al movimiento estudiantil con los problemas nacionales y, en específico, con la clase obrera. Su fruto inmediato más importante fue la fundación de la Universidad Popular “José Martí”.
Mella continuaría su veloz desarrollo: en 1924 ingresó en la Agrupación Comunista de La Habana y en 1925 sería uno de los fundadores del Partido Comunista de Cuba. Su actividad revolucionaria y su liderazgo en amplios grupos y movimientos de la sociedad, lo convirtieron en una figura peligrosa para los grupos de poder, de ahí que fuera reprimido por el gobierno de Gerardo Machado desde el primer año de su mandato. En 1925 fue detenido, lo que provocó que se declarara en huelga de hambre y Machado se viera obligado a aprobar su libertad bajo fianza, debido al amplio movimiento popular en Cuba y también en países de América Latina. Pero el joven, de apenas 22 años, tuvo que salir clandestinamente de Cuba pues corría peligro su vida.
Desde el exilio, Mella continuó su lucha, participando del movimiento revolucionario en México, donde radicó y alcanzó altura continental en la lucha antimperialista, aunque mantuvo el vínculo con Cuba. Fundó la Asociación de Nuevos Emigrados Revolucionarios Cubanos, a través de la cual preparaba un movimiento insurreccional en Cuba. Mella fue asesinado en México el 10 de enero de 1929 por asesinos a sueldo del gobierno de Machado. Se trataba de impedir así el proyecto revolucionario más importante y de mayores posibilidades de desarrollo de aquel momento.
58. ¿Conoces cuál fue la trayectoria política de Rubén Martínez Villena?
Rubén Martínez Villena (1899-1934) es una de las figuras más hermosas de nuestra historia patria. Hijo de un destacado profesional, estudió Derecho en la Universidad de La Habana, fue secretario de Fernando Ortiz, animó el grupo de jóvenes intelectuales llamado “Minorista” que buscaba la renovación en la cultura y asumió también la participación en los problemas políticos del país, fue el centro de la “Protesta de los Trece” y de la organización que se derivó de aquella acción: Falange de Acción Cubana. Desde esa organización se vinculó al Movimiento de Veteranos y Patriotas en el que defendió la tesis insurreccionalista. Consecuente con su idea, marchó a Estados Unidos, junto a otros dos compañeros, para hacerse piloto de bombardeo, pero con el alzamiento de 1924 fueron detenidos, con lo que terminó esta etapa.
Villena se incorporó como profesor en la Universidad Popular “José Martí” que dirigía Mella, con quien sostuvo una hermosa amistad aun después del exilio del joven estudiante. Vinculado a las luchas populares, en 1927 fue perseguido por el gobierno de Machado durante el llamado “proceso comunista” de ese año. Justo en ese momento, decidió su ingreso en el Partido Comunista. Su condición de asesor legal de la Confederación Nacional Obrera de Cuba (CNOC) —nacida en 1925—, lo relacionó muy estrechamente con el movimiento obrero, y su militancia comunista posibilitó que fuera un factor importante de enlace entre aquel y el Partido.
La labor de Rubén fue clave en la reorganización del movimiento obrero, golpeado por la represión machadista, y en la huelga general de 24 horas que se produjo el 20 de marzo de 1930, cuando por primera vez los obreros desafiaron al gobierno represor con una huelga de contenido político. Al dar por terminada la huelga, Rubén destacó: “Esta es la respuesta que debía la clase obrera a Machado por el asesinato de Mella”.[26]
Después de esta acción, Rubén tuvo que salir clandestino de Cuba aunque, ya muy enfermo de tuberculosis, regresó a la patria en mayo de 1933. Sabía que su salud no tenía posibilidades de recuperación y quería dedicar las fuerzas que le quedaban a la revolución. De esta manera, clandestino y enfermo, todavía pudo estar en la dirección de la huelga general de julio-agosto de 1933 y en los preparativos del IV Congreso de Unidad Sindical de la CNOC. Precisamente durante el desarrollo del Congreso murió Rubén, el 16 de enero de 1934. Fue velado en el Salón de Torcedores de Cuba y fue sepultado con los trabajadores cantando su propio himno: La Internacional.
El joven que había proclamado que los dos males básicos de Cuba eran “Ignorancia e impunidad” y que llamaba a la “Revolución de la Honradez”,[27] transitó hacia una comprensión más profunda de los problemas de Cuba y sus soluciones, por lo que trabajó para adelantar el camino de la Revolución Social.
59. ¿Qué expresiones del arte y la literatura conoces que ejemplifiquen los cambios que se produjeron en la década del veinte del siglo XX?
El primer cuarto del siglo XX y los primeros veinte años de República fueron ocasión para el recuento de la vida cubana de entonces. Muchos de los intelectuales presentaron sus apreciaciones acerca de lo que había significado ese tiempo en la vida de la nación, con un balance muy desalentador; pero en esa década ocurrió algo muy importante para la cultura cubana: irrumpió un grupo de jóvenes creadores que buscaban nuevas formas estéticas de expresión, “estar en la vanguardia”, al tiempo que se involucraron en las luchas políticas, aunque desde distintas tendencias. Sus obras muestran la nueva mirada sobre los problemas cubanos de ese momento.
Frente al sentimiento colectivo de frustración, se produjo una nueva actitud de lucha, de realizar acciones para el cambio. Ya no era el sentido de “Liborio” que sufría pasivamente, ahora surgió “El Bobo”, nuevo personaje de la caricatura creado por el artista plástico Eduardo Abela en 1926, quien “haciéndose el bobo” asumió la acción en lo que decía y en los símbolos que enarbolaba.[28] Se dejaba atrás el tiempo de “Martí no debió de morir” para decir, como Rubén Martínez Villena, que hacía falta una carga para acabar la obra de las revoluciones, “para cumplir el sueño de mármol de Martí”.[29]
Los escritores y artistas se planteaban incorporarse a la vanguardia con las nuevas formas de expresión dentro del arte, al tiempo que buscaban las raíces de la cultura nacional y se incorporaban a las luchas políticas de ese momento. En general, la pintura de “los nuevos” dejó atrás el academicismo para incorporar temas y color cubanos dentro de las tendencias de vanguardia. La narrativa también expresaba la nueva mentalidad. La poesía fue una de las manifestaciones más representativas de los cambios de aquel momento.
La producción historiográfica presentó igualmente los cambios en temas y profundidad que expresaban la renovación de esta disciplina en Cuba. Ramiro Guerra, Fernando Ortiz, Emilio Roig de Leuchsenring, quienes venían de una generación anterior, entregaron obras en las cuales abordaban los aportes de la raíz africana a la cultura cubana y la relación conflictiva entre Estados Unidos y nuestra nación. Obras como La Enmienda Platt. Su interpretación primitiva y sus aplicaciones posteriores hasta 1921 y La injerencia norteamericana en los asuntos internos de Cuba (1921), de Emilio Roig de Leuchsenring; Un catauro de cubanismos (1923), de Fernando Ortiz; Azúcar y población en las Antillas (1927), de Ramiro Guerra; Cuba: un pueblo que jamás ha sido libre (1925), de Julio Antonio Mella y Cuba: factoría yanqui (1927), de Rubén Martínez Villena, muestran la renovación de los estudios históricos en los temas y la perspectiva de análisis.
Se produjeron entonces acontecimientos como el Primer Salón de Humoristas (1921); la antología preparada por Fernández de Castro, La poesía moderna en Cuba (1926); el Primer Concierto de Música Nueva, organizado por Alejo Carpentier y Amadeo Roldán (1926) y la Primera Exposición de Arte Nuevo (1927) que presentaron al público las nuevas producciones. En el grupo de la “Protesta de los Trece” estaban, junto a Rubén, nombres que serían imprescindibles en la cultura cubana, como José Z. Tallet, Juan Marinello, Jorge Mañach, Luis Gómez Wanguemert, José A. Fernández de Castro y otros, muchos de ellos incorporados dentro del Grupo Minorista. A estos nombres hay que añadir los de Regino Pedroso, Manuel Navarro Luna, Víctor Manuel, Eduardo Abela, Marcelo Pogolotti, Carlos Enríquez y Amelia Peláez.
Obras como La Zafra (1926), de Agustín Acosta; Salutación fraterna al taller mecánico (1927), de Regino Pedroso; La Rumba (1928), de José Z. Tallet; Pulso y Onda (1929), de Manuel Navarro Luna o Motivos de son (1930), de Nicolás Guillén, revelan la entrada de los obreros, los campesinos, la raíz africana en la poesía cubana.
Alejo Carpentier, quien comenzó a escribir en 1927, en la prisión, su novela Écue-Yamba-Ó, reportó la expansión de la música cubana por el mundo, del son, del pregón, de Mamá Inés y El Manisero y concluía: “¡Bendita sea la estirpe de Papá Montero y María la O!”.[30]
Agustín Acosta incluyó un postscenio en su poemario La Zafra, donde xpresaba:
Musa Patria: pongo en ti los rescoldos de mi fe… Musa Patria: esto no fue lo que predicó Martí! (…)
Pero en ese mismo postscenio decía:
(…) Basta ya de sin razón que fuerza el acatamiento: la venganza está en el viento y la chispa en el tizón.[31]
Julio Antonio Mella, en sus “Glosas al pensamiento de José Martí” (1926) hablaba de la necesidad de hacer el libro sobre Martí que la revolución necesitaba, el libro “que diga el valor de su obra revolucionaria,considerándola en el momento histórico en que actuó.” Y explicaba sus razones para plantear esta necesidad:
(…) Él, orgánicamente revolucionario, fue el intérprete de una necesidad social de transformación en un momento dado. Hoy, igualmente revolucionario habría sido quizás el intérprete de la necesidad social del momento. ¿Cuál es esta necesidad social?[32]
El arte y la literatura estaban expresando en sus obras, los cambios en la mentalidad colectiva de los cubanos en la década del veinte.
60. ¿Cómo se puede definir al gobierno de Gerardo Machado?
Gerardo Machado triunfó en las elecciones de 1924 por el Partido Liberal, con un programa electoral que tomaba en cuenta los graves problemas de aquel momento y las aspiraciones de distintas clases y grupos sociales. El 20 de mayo de 1925 tomó posesión de la presidencia. Su período de gobierno ha quedado en la memoria como una de las etapas más difíciles para el pueblo cubano, tanto por las condiciones económicas como por la cruenta represión.
El gobierno de Machado fue, en lo esencial, el primer intento de los gruposoligárquicos por implementar reformas dentro del sistema ante los inicios de su crisis. Se trataba de hacer algunos cambios que permitieran sostener el sistema neocolonial, por tanto, las reformas estaban dentro de este marco.
Así, encontramos una política económica que buscaba sostener los precios del azúcar, limitando la producción —Ley Vedeja o de restricción azucarera— en 1926, con una Ley de Obras Públicas aprobada previamente, en 1925, que buscaba mantener los niveles de empleo y salario que se verían afectados por la disminución de la producción del dulce. Su arma fundamental sería la reforma arancelaria, aprobada en 1927, que protegía algunas producciones nacionales sin afectar los intereses fundamentales del imperialismo norteamericano.
Pero las soluciones económicas tenían que acompañarse de las políticas, en lo que se combinó la atracción de fuerzas, sobre todo de los partidos políticos burgueses en el llamado “cooperativismo”, y la represión a quienes se opusieran al Gobierno. En la medida en que el programa machadista no pudo resolver los problemas del país, se incrementaron los movimientos oposicionistas, a lo cual se sumó la crisis económica mundial de 1929. En esa circunstancia la represión alcanzó niveles extraordinarios: las deportaciones de los llamados “extranjeros indeseables”, que eran generalmente luchadores del movimiento obrero, los encarcelamientos, los asesinatos se hicieron cotidianos y fueron alcanzando a todos los grupos sociales.
Las consecuencias de la crisis económica y la represión masiva fueron los aspectos que marcaron con mayor fuerza la imagen del gobierno encabezado por Gerardo Machado. Frente a la política machadista, se alzó un movimiento de rechazo que dio lugar a un nuevo proceso revolucionario.
61. ¿Qué fuerzas fueron las más destacadas en la lucha contra Machado?
La lucha contra Machado incorporó a casi todas las clases, grupos y sectores de la sociedad; pero algunos de ellos marcaron la dinámica del proceso revolucionario de los años treinta. En ese sentido se destacaron de manera especial el movimiento obrero y el movimiento estudiantil.
En 1930 la lucha contra Machado se generalizó a toda la sociedad y en ello tuvieron particular relevancia las llamadas “Jornadas revolucionarias” de ese año. Estas comenzaron por la huelga general de veinticuatro horas organizada por la CNOC y el Partido Comunista, a la que siguieron las demostraciones del Primero de mayo de ese año. Las acciones del movimiento obrero abrieron el camino de la incorporación popular a la lucha.
El 30 de septiembre de 1930 se produjo una gran demostración de los estudiantes de la Universidad de La Habana, conocida como “tángana” estudiantil, que fue brutalmente reprimida. En ese enfrentamiento con la Policía, murió el joven estudiante de Derecho, Rafael Trejo, quien se convirtió en bandera de lucha. De esta forma, los obreros y los estudiantes marcharon a la vanguardia del combate popular, al que se unieron otros grupos y movimientos.
Los políticos tradicionales que estaban en oposición a Machado trataron de mantener sus posibilidades, por lo que organizaron un movimiento insurreccional en 1931, que terminó en un gran fiasco con la rendición de sus cabecillas, Mario García Menocal y Carlos Mendieta, en Pinar del Río, sin entablar combate. En ese movimiento se vincularon otros grupos y figuras que sí estaban convencidos de la línea insurreccional, como es el caso de Antonio Guiteras. A partir de 1930 se puede observar la existencia de numerosas organizaciones, con diversas tendencias, en la lucha contra Machado. Entre ellas podemos ver a las integradas por políticos tradicionales, como Unión Nacionalista, el grupo menocalista, el marianista (de Miguel Mariano Gómez) o nuevas organizaciones como el ABC, de táctica terrorista y programa reformista de derecha, o el Directorio Estudiantil Universitario, del que se desprendieron los estudiantes antimperialistas para formar el Ala Izquierda Estudiantil, y otros grupos más pequeños. El Partido Comunista amplió su capacidad de acción e influencia en aquellos años y los obreros organizados se agrupaban en la CNOC. Estas numerosas organizaciones y grupos involucraban, de hecho, a amplios sectores y grupos sociales, pero el movimiento obrero y el estudiantil siguieron marcando la pauta de aquel proceso.
62. ¿Era suficiente eliminar a Machado del poder para resolver los problemas de Cuba?
La mayor parte de los que combatían a Machado veían en este el principal objetivo a derrotar: ese era el punto de unión más común; pero había grupos y organizaciones que tenían otros programas, bien de corte reformista o de corte revolucionario.
La pregunta solo puede responderse teniendo en cuenta el conjunto de los problemas fundamentales del país y entendiendo el lugar de Machado dentro de ellos. Si ese gobierno era parte del sistema y buscaba hacer algunas reformas que permitieran sostener el sistema, entonces, ¿era suficiente con eliminarlo para solucionar los problemas del país? Por supuesto que no.
Los problemas de Cuba tenían más honda raíz. El dominio neocolonial era el gran problema nacional, de él se derivaban otros de carácter social que afectaban a los obreros, los campesinos, los negros, las mujeres, en fin, clases y grupos explotados y marginados dentro de la sociedad que requerían de cambios profundos. La crisis estructural de la economía cubana solo podía resolverse cambiando esa estructura, para lo cual había que enfrentar a los grupos de poder, su principal garante y defensor; o sea, que la caída de Machado tenía que acompañarse de una transformación profunda de la sociedad cubana.
La eliminación de Machado y el mantenimiento del sistema no eran la solución, pues aunque se introdujeran algunas modificaciones para hacerlo subsistir, el sistema reproducía sus características y problemas. Por eso, hubo luchadores como Mella, Villena, Guiteras y otros que plantearon la lucha contra Machado y el imperialismo, y la necesidad de la transformación revolucionaria para Cuba.
63. En la lucha contra Machado participaron distintos grupos y organizaciones, ¿tenían un programa común o establecieron algunos principios de unidad?
Como has podido ver, existían muchos grupos y organizaciones en la lucha contra Machado que representaban distintas tendencias. Podemos ver algunos ejemplos…
- Unión Nacionalista, estructurada hacia 1927, agrupaba a políticos tradicionales conservadores y liberales que aspiraban a un retorno a la situación anterior a Machado; es decir, no planteaban cambios en el sistema, sino eliminar a Machado del gobierno para recuperar los mecanismos de la democracia burguesa y tener la oportunidad de alcanzar el poder;
- mientras el ABC, nacido a fines de 1931, presentaba un programa que proponía reformas dentro del sistema. Esta agrupación, de táctica terrorista, presentaba la solución a partir de que una nueva generación con hombres e ideas nuevos tomara el poder, sin ver las causas profundas de los problemas cubanos. Por el contrario, el ABC veía el futuro de Cuba siempre ligado al de Estados Unidos y sujeto a los cambios que pudieran darse en esa nación.
- El movimiento estudiantil estaba dividido entre el Directorio Estudiantil Universitario, surgido en el año 1930, y el Ala Izquierda Estudiantil, creada a inicios de 1931. La posición antimperialista era el principal punto de diferencia, junto a la táctica y el lugar del movimiento estudiantil y el obrero dentro de la lucha. El DEU aplicaba métodos de atentados y petardos, mientras el AIE era partidario de la movilización de masas; el primero planteaba la lucha contra Machado, en primer término, y veía en el movimiento estudiantil la fuerza principal, mientras el segundo proyectaba la lucha contra el imperialismo en primer lugar y reconocía al movimiento obrero como fuerza fundamental.
- Por otra parte, estaba el Partido Comunista y las organizaciones sobre las que tenía influencia ideológica como el AIE, la CNOC y otras que sostenían como objetivo fundamental el combate contra el dominio imperialista.
- Existían otras fuerzas: Antonio Guiteras tenía una proyección antimperialista y sostenía la línea de la insurrección y la lucha armada,
- mientras otros grupos se movían dentro del reformismo.
Como puedes apreciar, aunque todos los grupos y organizaciones contribuyeron en la lucha de aquellos años, no había un programa común, ni concepciones de lucha ni objetivos programáticos que permitieran alcanzar unidad en la lucha revolucionaria.
64. ¿Qué importancia tuvo el 12 de agosto de 1933?
En el proceso revolucionario de los años treinta, el año 1933 marcó un momento de máxima profundidad y alcance de la movilización de los distintos grupos sociales. En medio de la generalización del enfrentamiento a Machado, estalló una huelga por demandas económicas en una empresa de transporte: Ómnibus Cuba. Esa fue la chispa que provocó el incendio en el país. Surgieron huelgas de apoyo que se extendieron y desembocaron en una huelga general. La acción obrera creció de tal manera que se convirtió en huelga nacional de carácter político, pues la demanda de todos era contra Machado.
La huelga se produjo en un contexto de lucha generalizada que había permeado a toda la sociedad, incluyendo al Ejército en diversos estratos, donde se producían conspiraciones que se emparentaban con el ambiente de rebeldía nacional. Esto dio lugar a que una parte del Ejército retirara su apoyo a Machado el 11 de agosto. Sin el apoyo del Ejército solo quedaba al gobierno la posibilidad del respaldo norteamericano, pero su representante ya había comprendido que la solución tenía que buscarse sin Machado, y le planteó la necesidad de presentar su renuncia.
Las condiciones descritas determinaron que el 12 de agosto Machado renunciara ante los pocos congresistas que se reunieron, pues la mayoría estaba huyendo o escondida para evitar la furia popular, y más tarde huyó a Nassau.
De modo que la fuerza de la acción popular provocó la caída de Machado, pero faltaba alcanzar el triunfo de las fuerzas populares. El 12 de agosto, por tanto, fue una gran demostración de la fuerza de las masas, que determinó la salida del poder de Machado y su equipo.
65. ¿Qué importancia tuvo el 4 de septiembre de 1933?
Ya vimos cómo la fuerza de la lucha popular empujó la salida de Machado del poder; sin embargo no fueron estas fuerzas las que tomaron el poder. La conjunción de los grupos que actuaban en contacto con la embajada norteamericana y la acción del embajador norteño impusieron un gobierno designado por ellos. El presidente provisional fue Carlos Manuel de Céspedes y Quesada, hijo del Padre de la Patria, pero muy vinculado a los intereses estadounidenses. El gobierno encabezado por Céspedes realmente no pudo dominar la situación, no pudo gobernar en medio de la insurgencia popular. Las distintas organizaciones populares rechazaron ese gobierno y mantuvieron la lucha, que se hizo aún más fuerte.
En este contexto, en el campamento de Columbia en la madrugada del 4 de septiembre, se efectuó un pronunciamiento militar de las clases y soldados (sargentos, cabos y soldados), agrupados en lo que se llamó “Junta de los Ocho”, por demandas propias del sector. El sargento mayor taquígrafo, Fulgencio Batista, quien era miembro de la Junta, supo erigirse en la cabeza visible de la acción muy hábilmente. Este grupo estaba influido por la situación nacional y por algunas organizaciones o individuos con los que tenían contacto. Esa madrugada se presentaron en Columbia representantes del DEU y de Pro Ley y Justicia, lo que imprimió carácter político al pronunciamiento que se convirtió así en golpe de Estado con el que se depuso al gobierno de Céspedes. En su lugar se nombró un gobierno colegiado de cinco miembros, que se conoció como Pentarquía.
La Pentarquía existió pocos días, pues el 10 de septiembre se disolvió y fue nombrado presidente Ramón Grau San Martín, un médico fisiólogo, profesor de la Universidad de La Habana, quien había estado en la oposición a Machado, por lo que guardó unos meses de prisión, y después había estado en el exilio. El apoyo fundamental de la Pentarquía y del gobierno de Grau después fue el Directorio Estudiantil Universitario.
Por primera vez en Cuba había un gobierno que se contraponía a los designios de la embajada norteamericana y que no respondía a los intereses oligárquicos. El 4 de septiembre, por tanto, se produjo una ruptura del poder oligárquico y otras fuerzas llegaron al poder político.
66. ¿Cuál fue la actitud de Estados Unidos ante el proceso revolucionario de los años treinta?
Grupos determinantes de la oligarquía norteamericana habían apoyado la candidatura de Machado con financiamiento para su campaña, después los embajadores mantuvieron ese apoyo. El cambio de embajador, en 1929, no cambió esta política; pero el crecimiento de la lucha popular planteó la necesidad de buscar acercamientos entre el Gobierno y los opositores políticos tradicionales, para lo cual el embajador Harry Guggenheim servía como elemento intermedio de entendimiento.
En 1933, como ya has podido ver, la generalización de la lucha en el país era evidente y esto coincidió con un cambio de gobierno y de métodos en Estados Unidos: en marzo asumió la presidencia el Partido Demócrata con Franklin Delano Roosevelt, quien tendría que hacer frente a las consecuencias de la crisis económica mundial desatada en 1929. Esta administración diseñó un conjunto de reformas, tanto al interior de Estados Unidos como en su política exterior. Para América Latina planteó lo que llamó la política del “Buen Vecino”.
La nueva política tendría una prueba de fuego en Cuba, ya que el derecho a la intervención recogido en la Enmienda Platt no podía aplicarse si se quería tener credibilidad en el continente, en cuanto al cambio que estaban anunciando; por tanto, había que resolver el asunto sin una intervención directa. Entonces apareció la fórmula: la Mediación. Para desarrollar esta mediación se designó un nuevo embajador, Benjamin Sumner Welles, nada menos que el Secretario Asistente de Estado para América Latina. Este hombre de experiencia y de alto nivel en los asuntos continentales dejaba su cargo, temporalmente, para atender la crisis cubana, lo que demuestra la importancia que le otorgó el nuevo Gobierno.
Welles preparó su mediación para buscar un arreglo político entre Machado y la oposición, por lo que trabajó con los políticos tradicionales, que aceptaron participar en las negociaciones, y atrajo al ABC, que había logrado un apreciable impacto por sus acciones. La mayoría de las organizaciones rechazaron esta presencia y su fórmula, tal como lo hicieron el Partido Comunista, el AIE, la Liga Antimperialista de las Américas, Defensa Obrera Internacional, el DEU, Antonio Guiteras y otros que mantuvieron el combate.
La Mediación estaba en marcha desde julio, cuando estalló la huelga general y se produjo la caída de Machado, entonces fue que Welles maniobró para imponer a Céspedes como presidente provisional, pero no pudo sostenerlo. El 4 de septiembre destruyó el plan imperialista.
Sumner Welles fue el centro de la conspiración contra la Pentarquía primero, y contra el gobierno presidido por Grau, después. Estados Unidos no reconoció al nuevo gobierno que quedó aislado diplomáticamente —solo fue reconocido por cuatro países—, rodeó a la Isla con veintinueve buques de guerra, presionó para que los grupos de poder actuaran contra el gobierno y organizó la conspiración contrarrevolucionaria, para ello buscó aliados dentro del propio gobierno, y fue Batista quien desde el principio se vinculó a estos planes. En diciembre, Welles pudo regresar a su posición en el Departamento de Estado pues ya dejaba todo preparado.
Jefferson Caffery, el nuevo embajador, sería el encargado de dar remate a todo el proyecto. El 15 de enero de 1934 se produjo el golpe cuando, en reunión planeada por Batista, se conminó a Grau a renunciar. Al final, se nombró un nuevo presidente de manera definitiva el 18 de enero, este fue Carlos Mendieta Montefur. Comenzó así el gobierno provisional que se llamó de Concentración Nacional, pero fue denominado de Caffery-Batista-Mendieta por la importancia que cada una de esas figuras tenía en las decisiones. La contrarrevolución retomaba el poder para los grupos oligárquicos con la participación directa de la embajada norteamericana.
67. ¿Cómo puede definirse el Gobierno provisional que existió entre septiembre de 1933 y enero de 1934?
El gobierno que se formó después del 4 de septiembre, como ya vimos, quebró por primera vez el dominio político oligárquico, pero la Pentarquía era muy heterogénea y no pudo sostenerse. Entonces le sucedió la presidencia de Grau. Comenzaba un nuevo momento dentro de la historia de Cuba, cuando grupos y sectores no oligárquicos estaban en el poder político y podían iniciar transformaciones en el conjunto de la sociedad.
Habitualmente, los estudiosos de este período han planteado que había tres tendencias dentro de ese gobierno provisional —conocido también como “Gobierno de los Cien Días”—: derecha, centro e izquierda; es decir, una tendencia reaccionaria, representada por Batista; otra reformista, representada por Grau, y una revolucionaria, representada por Antonio Guiteras. Es cierto que había diferentes tendencias al interior del equipo de gobierno y que no había un programa común, sino que oscilaba entre la reforma y la revolución. Batista no era propiamente del equipo de gobierno, pero había asumido la jefatura del Ejército, además de estar dentro de lo que se llamó a partir del 4 de septiembre “Junta Revolucionaria de Columbia”, por lo que adquirió un peso político importante.
Este Gobierno, sin unidad interna, al que faltaba cohesión en propósitos y métodos, aprobó medidas importantes que significaron cambios de diverso calado. Lo primero fue iniciar la sustitución del aparato de poder político anterior por nuevas instituciones político-militares, se aprobaron decretos que respondían a los anhelos de justicia social y se ganó en nivel de soberanía. Veamos algunas de estas medidas:
- El 18 de septiembre se convocó a una Asamblea Constituyente cuyas elecciones serían el 1º de abril de 1934.
- El 19 de septiembre se disolvieron los partidos políticos existentes y se dejó a la futura Asamblea Constituyente la organización política y los aspectos electorales. Ese día se aprobó la jornada laboral de ocho horas para todas las ocupaciones.
- El 29 de septiembre se constituyeron los Tribunales de Sanciones para juzgar los delitos de los machadistas, tanto dentro del poder civil como de los cuerpos armados.
- El 18 de octubre se autorizó a los jefes del Estado Mayor y de la Marina de Guerra para reorganizar las fuerzas bajo su mando.
- El 5 de noviembre terminaron los servicios de los miembros de la Policía de La Habana y todos sus funcionarios y empleados.
- El 8 de noviembre se estableció la obligatoriedad de que al menos el 50% de la empleomanía fuera nativa de Cuba en todos los centros laborales. Esto se conoció como “nacionalización del trabajo”.
- El 6 de diciembre se rebajaron las tarifas de electricidad y gas, lo que afectaba intereses fundamentales de las empresas norteamericanas que monopolizaban esos servicios.
- La delegación cubana a la VII Conferencia Panamericana de Montevideo, de diciembre de 1933, tuvo una actitud digna e impulsó la aprobación de la no intervención en los asuntos internos de las naciones.
- El 2 de enero se libró la convocatoria oficial para la Asamblea Constituyente y el procedimiento electoral que, por primera vez, otorgaba a la mujer el derecho a votar y ser elegida.
- El 12 de enero se suspendió el pago de la deuda contraída por Machado con el Chase National Bank.
- El 14 de enero se intervino la Compañía Cubana de Electricidad, que pertenecía a la Electric Bond & Share.
Por los ejemplos expuestos, puedes comprender que este gobierno inició, en el poco tiempo que tuvo el poder, una enorme tarea de transformación; pero esto se realizó en medio de múltiples contradicciones dentro de su propio equipo, además de enfrentar la oposición de las fuerzas agrupadas alrededor del embajador norteamericano y también de fuerzas de izquierda.
Aunque parezca contradictorio, la mayoría de los sectores y grupos populares se alinearon contra el gobierno, lo que tiene su explicación. Las contradicciones internas hacían que la política gubernamental fuera oscilante, sin un rumbo claro; por otra parte, Batista reorganizó las fuerzas armadas y las utilizó en actos represivos de carácter masivo, como las masacres a los obreros de los centrales Jaronú y Senado o la realizada contra la manifestación que asistía al sepelio de las cenizas de Mella, donde murió el pionero Paquito González Cueto.
Por tanto, fue un gobierno que planteó cambios que pueden verse como el inicio de transformaciones revolucionarias, pero que no logró actuar de manera unida y coherente, lo que debilitó sus posibilidades de subsistencia.
68. ¿Qué papel jugó Antonio Guiteras entre 1933 y 1935?
Antonio Guiteras estudiaba en la Universidad de La Habana cuando los estudiantes iniciaron las luchas contra Machado. En 1927, año en que tomó forma el proyecto de prorrogar el mandato a Machado, se fundó el Directorio Estudiantil Universitario contra la Prórroga de Poderes, del cual Guiteras formó parte. Ese año se graduó de Farmacia. Cuando se organizó el movimiento insurreccional, encabezado por los viejos caudillos Mendieta y Menocal, Guiteras era viajante (vendedor) de productos farmacéuticos en las provincias de Santa Clara y Oriente. En la última provincia, Guiteras se vinculó a la conspiración y se alzó en agosto de 1931 en La Gallinita, por lo que fue a prisión. Cuando se produjo la Mediación, Guiteras tenía su propia organización, Unión Revolucionaria, después transformada en Revolucionarios de Cuba, y mantuvo el rechazo a esa injerencia.
Como has visto, el 10 de septiembre se nombró presidente provisional a Ramón Grau San Martín, entonces Guiteras fue llamado a asumir la Secretaría de Gobernación, a la que después se añadió la de Guerra y Marina. Desde esa posición, el joven Guiteras impulsó las medidas más revolucionarias del Gobierno; como él mismo dijo, había llevado a la firma del presidente los decretos más revolucionarios.
Después de la caída del Gobierno presidido por Grau, Guiteras hizo un análisis profundo de aquella experiencia, el cual expuso con particular claridad en su artículo “Septembrismo”. Allí señalaba que el poder tenía sentido para él solo como medio de realizar la revolución antimperialista, además de exponer los problemas y contradicciones dentro del gobierno; pero la nueva situación no lo apartó de la lucha. “Tony” Guiteras creó una nueva organización que llamó TNT, pero muy pronto la convirtió en Joven Cuba. Esta nueva organización tenía una mejor estructura y un programa definidamente antimperialista. En su introducción decía:
Se suscribe como esencial el credo antimperialista, a cuya luz se desenvolverá una política exterior e interior genuinamente cubana. Y puesto que la libertad de Cuba debe significar la independencia integral de su economía, la estructura nacional vendrá determinada por las fuerzas de la producción en cuyas manos se concentre la soberanía, de manera que el poder político sea reflejo fiel del poder económico.[33]
A través de Joven Cuba, Guiteras estaba organizando un proyecto insurreccional, con una expedición que se preparaba en México por algunos de sus compañeros exiliados allí. El 8 de mayo de 1935, Guiteras y el venezolano Carlos Aponte se disponían a salir de Cuba rumbo al país azteca para unirse al grupo de revolucionarios que trabajaba allí, cuando fueron emboscados en El Morrillo, provincia de Matanzas, donde fueron asesinados.
De él, dijo Pablo de la Torriente Brau que era “un hombre de la revolución”, que “sufrió como pocos la angustia caliente de la revolución.” Según Pablo, Guiteras “tenía el secreto de la fe en la victoria final”.[34]
69. ¿Por qué se dice que en 1935 terminó el ciclo revolucionario?
Las masas populares trataron de retomar la iniciativa después del golpe de Estado de enero de 1934, de ahí que se produjeran numerosas acciones; entre estas, un fuerte movimiento huelguístico en todo el país y otras manifestaciones. El proyecto insurreccional de Guiteras era parte de esa resistencia y de la lucha por abrir el camino a la solución revolucionaria de los problemas cubanos. En estas circunstancias se fue abriendo paso la idea de una huelga general.
En 1934 surgieron numerosas organizaciones de diverso alcance, algunas pequeñas y otras de mayor influencia. Entonces surgió el Partido Revolucionario Cubano (Auténtico), PRC (A), gestado fundamentalmente por hombres que habían pertenecido al DEU y que tenía como máxima figura a Grau San Martín. Con un programa reformista, el PRC (A) apoyó la idea de la huelga cuando las acciones de huelgas parciales podían desembocar en una general. También el ABC, que había roto con el gobierno presidido por Mendieta al no alcanzar la meta de lograr todo el poder, estimuló esta idea, no así Guiteras y el Partido Comunista, los cuales consideraban que no había condiciones para una huelga triunfante, que era necesario articularla con una insurrección.
La acción se inició con una huelga de la Federación Médica y los estudiantes de Medicina por la cesantía de estudiantes que laboraban en los servicios sanitarios en el Hospital Municipal de La Habana, la que fue extendiéndose a estudiantes que se agruparon en el Comité de Huelga Estudiantil Universitario (CHEU). Otros sectores, como el de los maestros, también se declararon en huelga por reivindicaciones propias. La ampliación del movimiento huelguístico acercó a estudiantes y obreros. El 23 de febrero de 1935, el CHEU llamaba a unirse a lo que se perfilaba como huelga general. Sin embargo, aunque el Partido Comunista y Guiteras consideraban que no era posible en ese momento el triunfo político, cuando el 6 de marzo el CHEU llamó a la huelga general, esas dos fuerzas se unieron ante lo indetenible de la acción. La huelga fue reprimida brutalmente y no pudo sostenerse, lo que llevó a su fracaso.
El resultado de esta huelga, más el asesinato de Guiteras en mayo, cerraron las posibilidades del movimiento revolucionario en aquel momento. Pablo de la Torriente Brau evaluó la situación de la siguiente manera:
La situación de Cuba es abrumadora. La muerte de Guiteras ha sido el golpe más rudo que se le pudiera haber asestado a la revolución (…). Desde el punto de vista político, el desastre retarda la revolución hasta fecha indefinida.[35]
El ciclo revolucionario había concluido.
70. En 1940 se aprobó una nueva Constitución. ¿conoces por qué se hizo y cuál fue su importancia?
El proceso revolucionario de los años treinta no logró sostenerse y producir la transformación que Cuba necesitaba, pero dejó cambios que no podían desconocerse.
- En primer lugar, importantes grupos y sectores populares se insertaron en la lucha política desde proyectos de cambio, lo cual era una realidad irreversible;
- por otra parte, la quiebra temporal de la hegemonía política oligárquica imponía reformulaciones para mantener esa hegemonía.
Estos factores son fundamentales para entender el compromiso que se expresó en la Constitución de 1940.
También hay que tener en cuenta la crisis estructural no superada, el desgaste de los partidos políticos tradicionales y la emergencia de nuevas agrupaciones y figuras salidas del proceso revolucionario; al mismo tiempo, debe atenderse el contexto internacional: ascenso del fascismo y la lucha antifascista impulsada por las fuerzas democráticas, además del inicio de la Segunda Guerra Mundial.
Estos factores y otros de menor importancia crearon el clima propicio para acceder a la demanda, muy generalizada, de convocar a una Asamblea Constituyente. Se hacía indispensable plasmar las conquistas parciales de la revolución, modernizar el Estado y alcanzar un pacto social en esas circunstancias.
A las elecciones a delegados para la Constituyente asistieron los múltiples partidos entonces existentes, agrupados en dos coaliciones: la Coalición Socialista Democrática y el Bloque Oposicionista. Estas alianzas llevaban candidatos de las más variadas tendencias, desde los comunistas y los reformistas, hasta los más conservadores. La composición tan heterogénea significó grandes debates en el cónclave.
Cuando se desarrollaban las discusiones de la Constituyente, que se transmitían por radio, se estaba en plena campaña electoral para los comicios generales de julio de 1940, por lo que aquellos delegados que eran candidatos a los distintos cargos electivos tenían que tomar en cuenta a los posibles electores a la hora de hacer sus intervenciones, cuestión que también pesó en las decisiones.
El resultado de aquella coyuntura tan especial fue una Constitución muy avanzada para su momento. Por supuesto que era una Constitución burguesa, pues se realizaba en una república burguesa; pero modernizaba el Estado y recogía un conjunto de logros sociales de gran valor. Veamos algunos de los contenidos esenciales:
- Se establecía un régimen semiparlamentario al crear el cargo de Primer Ministro, designado por el Presidente, y mantenía la división de poderes en: Ejecutivo, Legislativo (con los dos cuerpos colegisladores: Senado y Cámara de Representantes) y Judicial.
- Modificaba el sistema electoral al establecer el voto directo para todos los cargos electivos —la Constitución de 1901 establecía el derecho al sufragio de los hombres a partir de los 21 años y el voto era indirecto para senadores, presidente y vicepresidente, es decir, por compromisarios senatoriales y presidenciales— y, en este caso, se reconocía el sufragio realmente universal de todos los ciudadanos, al incluir a los dos sexos, mayores de veinte años, aunque establecía su carácter obligatorio.
- Se prohibía la reelección presidencial, solo se podía volver a aspirar al cargo después de transcurridos ocho años de haberlo ocupado.
- Se mantenía la libertad de cultos, pero aclaraba que “sin otra limitación que el respeto a la moral cristiana y al orden público”.
- Reconocía el derecho a la expresión y a la libre asociación, aunque se calificaba de ilícita “la formación y existencia de organizaciones políticas contrarias al régimen de gobierno representativo democrático de la República”.
- Mantenía la gratuidad de la enseñanza primaria a cargo del Estado y el cobro de matrícula para la enseñanza preuniversiaria y universitaria, también se reconocía el ejercicio privado de la enseñanza, así como el derecho a la creación de universidades privadas. En el caso de la enseñanza oficial se establecía su carácter laico.
- La Constitución establecía la creación del Tribunal de Cuentas y del Tribunal de Garantías Constitucionales y Sociales, lo que era una vieja demanda en la lucha por crear organismos de control contra la corrupción político administrativa.
- Entre los aspectos sociales prohibía los despidos de trabajadores sin previo expediente sobre las causas del despido, se establecía el salario mínimo, la jornada laboral máxima de ocho horas, el descanso retribuido y otros.
- Reconocía la función social de la propiedad privada, que se respetaba y protegía, y proscribía el latifundio.[36]
Gran parte de los postulados constitucionales requerían de legislación complementaria para normar su aplicación o determinar los límites de su contenido y funcionamiento, de ahí que fuera una demanda popular a partir de entonces la aprobación de esas leyes complementarias. Por ejemplo, lo referido al latifundio decía “la Ley señalará el máximo de extensión de la propiedad” o en muchos otros casos se acotaba “la Ley establecerá” o “según establezca la Ley”. De modo que se logró una Constitución avanzada cuyo cumplimiento se convertía en una meta a alcanzar.
71. ¿Sabes cuál fue la evolución de las organizaciones obreras en Cuba durante el siglo XX?
Desde la ocupación militar norteamericana, se hicieron esfuerzos por crear una organización obrera nacional, así se fundó la Liga General de los Trabajadores Cubanos en 1899. Esta Liga trató de representar a todos los trabajadores de Cuba y los que aún permanecían en la emigración, al vincular los objetivos de independencia y justicia social. Las contradicciones de la sociedad cubana y la debilidad del movimiento obrero en aquellos años, hicieron que, a inicios de la República, desapareciera la Liga, después de la llamada huelga de los aprendices, desatada en noviembre de 1902.
En 1920 se celebró el Primer Congreso Nacional Obrero que planteó el objetivo de crear una central que agrupara a todos los organismos obreros, lo que inició la modernización del movimiento organizado, para superar la estructura gremial. En los Congresos de Cienfuegos, primero, y en Camagüey, después, celebrados en 1925, se fundó la Confederación Nacional Obrera de Cuba (CNOC). La figura más importante en aquel proceso fue el obrero tipógrafo Alfredo López. La CNOC nació con una fuerte influencia del anarquismo, aunque en su seno había distintas tendencias.
En los años de enfrentamiento a Machado, esta organización fue objeto especial de la represión, con la expulsión de obreros extranjeros vinculados a sus luchas, la encarcelación y el asesinato, como el de Alfredo López en 1926. A partir de entonces, los vacíos dejados en la dirección fueron llenados en gran medida por dirigentes comunistas que imprimieron un contenido más profundo al movimiento obrero, con lo que este pudo incorporar las demandas políticas en sus acciones. Ello se puso de manifiesto, por primera vez, con la huelga general de marzo de 1930.
En los días del golpe contrarrevolucionario de enero de 1934, se estaba celebrando el IV Congreso Obrero de Unidad Sindical, que analizó críticamente la actuación de la CNOC y planteó lineamientos futuros, pero el aplastamiento de la huelga general de 1935 afectó profundamente a la organización y la debilitó.
En el contexto de la lucha antifascista y los inicios de la Segunda Guerra Mundial, el movimiento obrero cubano celebró, en 1939, su Congreso Nacional que dio vida a la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC), con el dirigente comunista, obrero tabacalero, Lázaro Peña como Secretario General. La CTC libraría batallas extraordinarias, como su labor de solidaridad con la República española, junto a otras organizaciones y el Partido marxista, durante la Guerra Civil de 1936-1939, el enfrentamiento al fascismo y el apoyo a la Unión Soviética durante la conflagración mundial y por las conquistas obreras.
En el último aspecto, se destaca el logro del diferencial azucarero, en lo cual el dirigente azucarero, comunista, Jesús Menéndez, fue figura clave. El diferencial establecía que los trabajadores recibieran a fin de año parte de las ganancias por el aumento de los precios del azúcar.
La CTC padeció la división impuesta por el gobierno de Grau desde 1947. A pesar de ello, la dirigencia unitaria mantuvo la combatividad en defensa de los derechos de los trabajadores.
72. Entre 1940 y 1952 hubo gobiernos constitucionales, ¿conoces quiénes fueron los presidentes y a qué partidos políticos representaban?
Las elecciones de 1940 dieron el triunfo a la Coalición Socialista Democrática con Fulgencio Batista-Gustavo Cuervo Rubio. Entre 1944 y 1952 gobernaron los candidatos de la Alianza Auténtico Republicana, es decir del Partido Revolucionario Cubano (Auténtico) y el Partido Republicano. En el primer período, 1944-1948, fueron Ramón Grau San Martín-Raúl de Cárdenas y en 1948-1952, Carlos Prío Socarrás-Guillermo Alonso Pujol.
Se había retornado a la estabilidad constitucional, aunque las elecciones de 1940 se hicieron por las normas electorales establecidas en la Constitución de 1901 y en 1944 ya se aplicó el sufragio universal, con el voto directo establecido en la Constitución de 1940.
73. ¿Por qué se afirma que los gobiernos auténticos fueron una gran frustración para el pueblo cubano?
El Partido Revolucionario Cubano (Auténtico) había surgido en 1934, con un programa reformista, pero que planteaba alcanzar un mayor nivel de soberanía y recogía la demandas sociales de mayor impacto. Asimismo planteaba reformas para combatir la corrupción político administrativa. Su lema era “Cuba para los cubanos” y también “Socialismo, nacionalismo y antimperialismo”, lo que creaba grandes expectativas en el electorado.
La campaña electoral auténtica tomaba como punto de partida la labor del gobierno provisional presidido por Grau en 1933, lo que también ganaba electores, por tanto su ascenso al poder en 1944 constituyó una gran esperanza. El senador auténtico Eduardo Chibás llamó al día del triunfo “la jornada gloriosa del 1º de junio”. Pero los auténticos no iban a gobernar solos, habían formado la Alianza con el Partido Republicano que agrupaba a políticos tradicionales de posiciones muy conservadoras.
La Alianza gobernó por dos períodos, como ya sabes. En esos años se produjo un creciente descrédito del autenticismo por su gestión contradictoria, corrupta y de represión al movimiento obrero y comunista, fundamentalmente. La proliferación del pandillerismo, con atentados y luchas entre grupos rivales que se libraban en las calles, creó una gran inseguridad ciudadana. Los sucesos conocidos como “matanza de Orfila”, en Marianao, el 15 de septiembre de 1947, y otras acciones de ese tipo, conmocionaron a la población.
La represión al movimiento obrero, en especial a la dirección de la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC), encabezada por Lázaro Peña, condujo a su división, por decreto oficial que ilegalizó el V Congreso Obrero y convocó otro Congreso, dominado por dirigentes del Comité Obrero Nacional auténtico. A partir de entonces hubo otra dirección paralela conocida popularmente como CTK, aludiendo al Inciso K de la Ley de Ampliación Tributaria de 1943, que destinaba fondos especiales para educación, aunque en realidad se utilizaron para pagar a los pandilleros y para el soborno y el enriquecimiento ilícito.
La represión se expresó también con los asesinatos de los dirigentes obreros Jesús Menéndez, líder de la Federación Nacional de Trabajadores Azucareros (FNTA), el 22 de enero de 1948; Aracelio Iglesias, dirigente de los obreros portuarios, el 18 de octubre de ese año; Miguel Fernández Roig, el 2 de abril de 1948; el líder campesino Sabino Pupo, el 20 de octubre de 1948, y Amancio Rodríguez y José Oviedo, en 1949.
A pesar de algunas medidas iniciales, encaminadas a fomentar nuevas industrias y a la cooperación con la CTC en las demandas obreras, los problemas señalados, la demora en presentar la prometida legislación complementaria de la Constitución, más el incremento vertiginoso de la corrupción, que tuvo escándalos como el enriquecimiento del Ministro de Educación de Grau, José Manuel Alemán, quien amasó una fortuna de más de doscientos millones, desacreditaron al autenticismo. Lo que había sido una gran esperanza se convirtió entonces en una gran decepción.
74. ¿Cuáles eran los postulados principales del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxos) y su líder fundamental?
Eduardo Chibás Ribas fue el fundador y máximo líder del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxos). Miembro del Directorio Estudiantil Universitario contra la Prórroga de Poderes de 1927, fue uno de los expulsados de la Universidad de La Habana por su posición antimachadista militante, sufrió cárcel en varias oportunidades y exilio.
Ingresó al PRC(A) en 1938 y pronto se convirtió en una de sus principales figuras. Delegado a la Asamblea Constituyente de 1940, fue electo Representante en ese año y Senador de la República, en 1944, por el Partido Auténtico. Apoyó al gobierno presidido por Grau hasta que los problemas de corrupción, de incumplimiento del programa auténtico y, en general, la frustración que aquel gobierno representó, lo llevaron a ser parte del grupo crítico que se empezó a llamar “ortodoxo”. Este distanciamiento culminó con la ruptura y la fundación del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxos) en 1947.
El programa ortodoxo comenzaba declarando:
El Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxos), al iniciar sus tareas, declara su aspiración a integrar una moderna organización política, que sirva de instrumento al pueblo cubano para lograr sus objetivos históricos de independencia económica, libertad política y justicia social.
A continuación señalaba la necesidad de que “los vicios y corrupciones de la política cubana” fueran superados. Con el criterio de que todo partido tiene un programa máximo como aspiración, pero debe adecuarse a las realidades y posibilidades de realización que imponen uno mínimo, ese es el que se exponía como anhelo más inmediato. A partir de este criterio, se planteaba un programa económico que partía de la idea de que Cuba gozaba de libertad política, pero era dependiente económicamente, lo cual no era exacto; sin embargo, el propósito de alcanzar la independencia económica por medio de la recuperación de las riquezas nacionales en manos extranjeras, en especial la tierra; la diversificación de la producción, la industrialización y, en específico, una política agraria que eliminara el monocultivo y el latifundio, así como la explotación efectiva de las tierras, una reforma agraria y el impulso a cooperativas de producción bajo la dirección del Estado, nacionalización de los servicios públicos que tendieran al monopolio, entre otras medidas, resultaban atractivas y recogían viejos anhelos populares.
El programa ortodoxo incorporaba medidas de solución a los problemas sociales más acuciantes, al problema de la educación, en especial la eliminación del analfabetismo y el impulso a la enseñanza técnica, igualmente dedicaba particular atención a los problemas de política interna, sobre lo cual se pronunciaba contra el gansterismo político y la corrupción.
Si bien estos eran puntos fundamentales dentro del programa del partido, las campañas que movilizaron a amplios sectores de la población fueron las planteadas por Chibás bajo el lema de “Vergüenza contra dinero” y su símbolo: la escoba, para barrer a los ladrones del tesoro público. También libró grandes campañas contra la explotación de lo que llamó “pulpos” eléctrico y telefónico.
Chibás fue el alma de un partido de composición muy heterogénea, con diversas tendencias en su seno que provocaron momentos de crisis interna, pero que logró calar en la población a partir de su carismático líder. Su suicidio, en 1951, dejó un gran vacío; pero el partido mantuvo la fuerza popular. Fue la nueva esperanza después de la frustración auténtica, con un arraigo popular que lo convirtió rápidamente en el partido de mayor potencialidad electoral.
75. ¿Qué pasó el 10 de marzo de 1952?
En junio de 1952 se celebrarían elecciones generales. Las candidaturas que se fueron conformando presentaban las mayores posibilidades para el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxos), de acuerdo con las encuestas. El partido de gobierno, el Partido Revolucionario Cubano (Auténtico), formó una séxtuple alianza, donde entraron desprendimientos de ese mismo partido, como la Alianza de la Cubanidad y el Partido Nacional Cubano, además de los partidos Republicano, Demócrata y Liberal. Las encuestas le daban el segundo lugar.
Fulgencio Batista, quien había fundado un partido propio, el Partido Acción Unitaria (PAU), aparecía sin posibilidades de triunfo en las elecciones; sin embargo, el 10 de marzo de 1952 encabezó un golpe de Estado. En una conspiración con antiguos oficiales pasados a retiro y con algunos militares en activo y otros políticos, se fraguó el golpe militar que impidió la celebración de elecciones y llevó a Batista de nuevo al poder. Comenzaba así una cruenta dictadura.
76. ¿Sabes cómo reaccionaron los partidos políticos de entonces frente al golpe de Estado?
El golpe de Estado, encabezado por Batista, impidió la celebración de las elecciones para las que se preparaban los partidos políticos, por lo que era de esperar que estos rechazaran esa acción; sin embargo las reacciones no fueron de enfrentamiento en sentido general.
El reconocimiento de Estados Unidos al gobierno de facto, el 27 de marzo, fue un paso importante para la actitud de los partidos políticos burgueses. El 15 de marzo, la dirigencia del Partido Republicano declaró estar en conversaciones con Batista; días después anunció su apoyo al régimen de facto y dejó de existir como partido. En la dirección del Partido Liberal hubo división, pero finalmente pactaron con Batista el 3 de mayo de 1953. El Demócrata fue el último en incorporarse al pacto, lo que hizo en agosto. Por tanto, los partidos tradicionales, aunque con algunas contradicciones internas, se aliaron al régimen golpista.
Los auténticos eran los desplazados del poder por el golpe, mientras los ortodoxos habían perdido la oportunidad de un triunfo electoral que se daba por seguro. Estos partidos se dividieron frente al golpe. En la oposición, junto a figuras disidentes de los partidos tradicionales, unos planteaban la demanda de elecciones apelando a organismos internacionales, como la Organización de Estados Americanos (OEA), otros planteaban el retraimiento, algunos promovían la línea insurreccional, pero no articularon ninguna acción efectiva.
La FEU en las universidades de La Habana, Las Villas y Oriente intentó enfrentar el golpe; sin embargo el presidente depuesto no entregó las armas prometidas a los estudiantes de la capital y no se logró realizar la huelga a la que se convocó.
El Partido Socialista Popular hizo declaraciones contra el golpe sin tener fuerzas entonces para una movilización popular, mientras la CTK también se pronunció en rechazo al gobierno de facto, pero pronto su Secretario General, Eusebio Mujal, pactó con Batista.
Un grupo de mujeres, agrupadas en el Frente Cívico de Mujeres del Centenario de Martí, fundado en noviembre de 1952, se pronunciaron contra el golpe. Hubo también actitudes individuales, como las denuncias hechas por jóvenes, como Boris Luís Santa Coloma y Abel Santamaría.
Como puede apreciarse, hubo diferentes reacciones frente al golpe de Estado, pero ninguna pudo revertir la situación creada el 10 de marzo de manera inmediata.
77. ¿Conoces qué hizo el joven abogado Fidel Castro cuando se produjo el golpe de Estado?
El 10 de marzo de 1952 se rompió el orden constitucional y, ante esa situación, el joven abogado Fidel Castro presentó una denuncia el 24 de marzo ante el Tribunal de Urgencia, por la que reclamaba sanción de cien años de cárcel para Batista, atenido a lo estipulado por el Código de Defensa Social. No se trataba de defender a un gobierno corrupto como el de Prío, sino que defendía el orden constitucional y el derecho del pueblo a pronunciarse en las elecciones programadas para junio.
Este abogado no se limitó a esa denuncia, que no fue atendida, sino que emitió manifiestos donde mostraba la naturaleza del golpe dado. Uno de ellos es el que se conoce por la frase “¡Revolución no, Zarpazo!”, en el que establecía que se trataba de “usurpadores, retrógrados, aventureros sedientos de oro y poder. Y aclaraba: “No fue un cuartelazo contra el Presidente Prío, abúlico, indolente, fue un cuartelazo contra el pueblo (...)”.[37]
Fidel Castro denunciaba que se trataba del fuero militar dominando desde Columbia con la fuerza bruta, del retorno de Batista con lo que esto significaba. Llamaba entonces a luchar, pues habría otra vez, Mellas, Trejos y Guiteras, como símbolos de la lucha revolucionaria reciente para la nueva etapa que se abría en el país.
El 16 de agosto de ese año, volvía a la denuncia al publicar “Yo acuso” en el periódico clandestino El Acusador, donde culpaba al tirano de las desdichas que iba a sufrir Cuba y planteaba un solo camino: el del sacrificio.
Por tanto, se destacaba este joven que enfrentaba con entereza y valor la situación provocada por el golpe y llamaba a la lucha revolucionaria.
78. ¿Qué ocurrió el 26 de julio de 1953 y cuál fue su importancia?
El golpe de Estado de 1952 catalizó la situación de descontento en el país. La inoperancia de los partidos políticos para enfrentar el golpe abrió el camino a nuevas fuerzas que emergieron en esas circunstancias, con proyectos de solución revolucionaria.
Algunos grupos se fueron organizando, como el que centró Rafael García Bárcena en el Movimiento Nacional Revolucionario o la Acción Revolucionaria Oriental, dirigida por Frank País. Paralelamente se fue nucleando un grupo alrededor de Fidel Castro, mayormente salido de la Juventud Ortodoxa, en un movimiento que se dio a conocer con las acciones del 26 de julio de 1953.
El día señalado, el movimiento encabezado por Fidel Castro atacó los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo. Se trataba de tomar la segunda fortaleza militar de Cuba —el cuartel Moncada— y llamar al pueblo a la insurrección. Tenían un programa que se informaría a la población una vez tomado el cuartel. Como señaló Raúl Castro:
(…) el motor pequeño sería la toma de la Fortaleza del Moncada, la más alejada de la capital, la que, una vez en nuestras manos, echaría a andar el motor grande, que sería el pueblo combatiendo con las armas que capturaríamos, por las leyes y medidas, o sea, el programa que proclamaríamos. (…).[38]
La estructura del Movimiento contaba con Abel Santamaría como segundo jefe, tenía un Comité civil con Fidel, Abel, Oscar Alcalde, Boris Luís Santa Coloma, Mario Muñoz y Jesús Montané y un Comité militar con Fidel, Abel, Pedro Miret, José Luís Tasende y Renato Guitart. Se tomarían el cuartel Moncada y los edificios cercanos: el Hospital “Saturnino Lora” y el Palacio de Justicia, en Santiago de Cuba, más el cuartel de Bayamo.
La acción no tuvo éxito en el plano militar. La represión, ordenada desde el Palacio Presidencial, se aplicó con atroces torturas y asesinatos de los prisioneros; lo que fue denunciado a pesar de que el régimen intentó silenciarlo. Sin embargo, el juicio seguido a los sobrevivientes, entre ellos Fidel Castro, constituyó un triunfo para las fuerzas revolucionarias. El alegato de autodefensa del líder máximo del movimiento, conocido por su frase final “La Historia me absolverá”, recogía el relato de lo sucedido en el Moncada y presentaba el programa de los “moncadistas”, lo cual fue difundido a través de su publicación y circulación clandestina. De manera que los sucesos del 26 de julio dieron a la revolución una dirección, una vanguardia y un programa que movilizó a amplios grupos de la población para la lucha contra Batista y la realización de su programa revolucionario.
79. ¿A quién se conoce como “El Poeta del Moncada” y quiénes fueron las mujeres que participaron en aquella acción?
Dentro del grupo de moncadistas estaba el joven Raúl Gómez García quien murió en esa acción. Cuando se disponían a la acción del Moncada, Gómez García compuso “Ya estamos en combate”, poema en el que presentaba las raíces históricas de la acción y sus propósitos.
Ya estamos en combate / Por defender la idea de todos los que han muerto. / Para arrojar a los malos del histórico Templo / Por el heroico gesto de Maceo, / Por la dulce memoria de Martí. (…) De nuestra lucha heroica depende la Cuba verdadera / La furia loca de Gómez y Agramonte... / La lucha pura de Mella y de Guiteras... / Adelante, Cubanos... ¡Adelante! / Por nuestro honor de hombres ya estamos en combate / Pongamos en ridículo la actitud egoísta del Tirano / Luchemos hoy o nunca por una Cuba sin esclavos / Sintamos en lo hondo la sed enfurecida de la patria / Pongamos en la cima del Turquino la Estrella Soli-taria.[39]
Este poema, escrito cuando se preparaban para entrar en combate, es decir, cuando se enfrentaban a la posibilidad de la muerte o el triunfo, muestra el pensamiento de aquellos jóvenes, el sentido de continuidad histórica de los procesos revolucionarios anteriores representados en sus figuras emblemáticas, y los hermosos sentimientos del joven poeta que murió en aquel empeño.
En el grupo que participó en las acciones de Santiago de Cuba había dos mujeres: Haydée Santamaría y Melba Hernández, quienes junto al médico Mario Muñoz formaban parte de los que ocuparon el Hospital Civil bajo las órdenes de Abel Santamaría. El médico fue asesinado por la espalda y las dos mujeres apresadas y condenadas a siete meses de cárcel.
80. A partir del discurso de autodefensa de Fidel Castro, conocido como “La Historia me absolverá", ¿podría definirse cuál era el programa de los moncadistas?
Fidel Castro asumió su autodefensa en el juicio que se siguió a los prisioneros sobrevivientes de los sucesos del 26 de julio de 1953 y, en el juicio oral celebrado el 16 de octubre de aquel año, pronunció su discurso que, después reproducido en la cárcel de Isla de Pinos, sacado clandestinamente e impreso de igual forma, circuló bajo el título: “La Historia me absolverá ”. Este documento, de hermosa forma y profundo contenido, narra los hechos acaecidos aquel 26 de julio, su preparación y sus propósitos, denuncia los crímenes de la tiranía y expone el programa revolucionario que aspiraban a cumplir.
Fidel Castro tuvo que reconstruir su informe de autodefensa y Melba Hernández y Haydée Santamaría, cuando salieron de la prisión, junto a Lidia Castro (hermana de Fidel y Raúl) se encargaban de recibir las cartas y papeles donde Fidel escribía clandestinamente su trabajo y ocultarlos hasta su completamiento. Una vez concluida esta etapa, se imprimieron veinte mil ejemplares para repartir por todo el país. La distribución corrió a cargo de los hermanos Gustavo y Ángel (Machaco) Ameijeiras. Se contaba entonces con un material fundamental para la preparación político ideológica del movimiento revolucionario.
El discurso de Fidel Castro ponía la acción y concepción de la revolución bajo la advocación de José Martí, justo en el año del centenario de su nacimiento:
Pero hay una razón que nos asiste más poderosa que todas las demás: somos cubanos, y ser cubano implica un deber, no cumplirlo es crimen y es traición. Vivimos orgullosos de la historia de nuestra patria (…) Parecía que el Apóstol iba a morir en el año de su centenario, que su memoria se extinguiría para siempre, ¡tanta era la afrenta! Pero vive, no ha muerto, su pueblo es rebelde, su pueblo es digno, su pueblo es fiel a su recuerdo; hay cubanos que han caído defendiendo sus doctrinas, hay jóvenes que en magnífico desagravio vinieron a morir junto a su tumba, a darle su sangre y su vida para que él siga viviendo en el alma de la patria. (…)[40]
En su alegato, Fidel Castro explicó las cinco leyes que se pondrían en vigor de inmediato:
- Devolver al pueblo la soberanía y proclamar la Constitución de 1940, sustituida por los Estatutos Constitucionales que impuso Batista,
- conceder la propiedad inembargable e intransferible a todos los colonos, subcolonos, arrendatarios, aparceros y precaristas que cultivaban tierras con extensión de hasta 5 caballerías,
- otorgar a los obreros y empleados el derecho a participar del treinta por ciento de las utilidades de todas las grandes empresas,
- concesión a los colonos del derecho a participar del cincuenta y cinco por ciento del rendimiento de la caña y cuota mínima de cuarenta mil arrobas a todos los pequeños colonos,
- confiscación de los bienes mal habidos a todos los malversadores de todos los gobiernos.
Además de la exposición de estas cinco leyes, Fidel señaló que la revolución se proponía resolver los grandes problemas del país: El problema de la tierra, el problema de la industrialización, el problema de la vivienda, el problema del desempleo, el problema de la educación y el problema de la salud del pueblo (…), junto con la conquista de las libertades públicas y la democracia política.[41]
Como puede apreciarse, más allá de la denuncia del régimen golpista y sus atropellos, se planteaba un programa de transformaciones para la sociedad.
81. ¿Cuándo se fundó el Movimiento Revolucionario 26 de Julio?
Desde su estancia en la prisión, los moncadistas comenzaron la labor organizativa y de preparación ideológica bajo la dirección de Fidel Castro. Una de las movilizaciones de mayor fuerza que se logró en aquellos veintidós meses de cárcel fue la lucha por la amnistía de los presos políticos y, en especial, de los moncadistas que no habían aceptado chantajes de la tiranía a cambio de su libertad. La salida de aquellos combatientes de la cárcel de Isla de Pinos, el 15 de mayo de 1955, fue una gran victoria popular. En ese tiempo se habían dado pasos esenciales en la concepción y estructuración de la nueva organización que llevaría por nombre Movimiento Revolucionario 26 de Julio (MR-26-7), en homenaje a los caídos aquel día de 1953.
Un vez en libertad, Fidel y sus compañeros incrementaron su actividad, tanto pública, es decir de denuncia de la tiranía, como organizativa para, de manera más silenciosa, crear el instrumento para continuar la lucha insurreccional.
Se considera el 12 de junio de 1955 como la fecha de concreción de aquel proceso de estructuración del MR-26-7 de manera formal. En una reunión en La Habana, en una casa de la calle Factoría no. 62, se constituyó la dirección del Movimiento, su estructura y su línea de funcionamiento y acciones. Se establecía un Frente Interno y otro Externo y se distribuyeron las funciones y tareas. Los presentes en aquella reunión fueron: Fidel Castro, Haydée Santamaría, Melba Hernández, Antonio (Ñico) López, Pedro Miret, José Antonio (Pepe) Suárez, Pedro Celestino Aguilera, Jesús Montané Oropesa, Faustino Pérez, Armando Hart, Luís Bonito y Juan Manuel Márquez. Los últimos cuatro no eran moncadistas; pero Faustino y Hart procedían del Movimiento Nacional Revolucionario de Rafael García Bárcena, mientras Bonito era dirigente sindical azucarero y Juan Manuel Márquez era un periodista, ex concejal de Marianao, luchador contra Machado y Batista. Ambos eran de la dirección nacional ortodoxa.[42]
El 7 de julio, Fidel salió al exilio para preparar la expedición que debía reiniciar la lucha insurreccional en Cuba; pero quedaba organizado el MR-26-7 como organización revolucionaria de vanguardia, en capacidad de librar los nuevos y decisivos combates.
82. ¿Qué sabes de la Carta de México de 1956?
La Carta de México constituye un documento fundamental en el camino de la unidad de las fuerzas revolucionarias. Fue firmada en México por Fidel Castro, a nombre del MR-26-7, y José Antonio Echeverría, por la Federación Estudiantil Universitaria. Veamos por qué fue tan importante.
Fidel Castro era reconocido ampliamente como dirigente revolucionario a partir de los sucesos del Moncada y los acontecimientos posteriores. Ya se había organizado el MR-26-7 y estaba en México en los preparativos insurreccionales. El 8 de agosto de 1955 dio a conocer el Manifiesto No. 1 del 26 de Julio al pueblo de Cuba, en el que denunciaba, una vez más, el carácter de la tiranía batistiana y presentaba el programa de la organización en quince puntos que recogían la proscripción del latifundio, la industrialización, la reivindicación de las conquistas obreras, rebaja de los alquileres, nacionalización de los servicios públicos, confiscación de bienes a los malversadores y otras medidas de beneficio social y de honestidad administrativa.
José Antonio Echeverría, por su parte, era estudiante de arquitectura de la Universidad de La Habana y, desde 1954, el Presidente de la FEU. Su combatividad se dejó sentir rápidamente en el movimiento estudiantil. A fines de 1955 se fundaría el Directorio Revolucionario que sería como el brazo armado, dirigido también por José Antonio, quien lo anunció de manera pública el 24 de febrero de 1956. Los estudiantes habían protagonizado a fines del año 1955 acciones de gran impacto, como la realizada en el Estadio del Cerro (hoy Latinoamericano) durante un juego de pelota que era transmitido por la televisión, el 4 de diciembre, cuando un grupo de estudiantes se lanzó al terreno con una tela de denuncia al régimen, lo cual era colofón de una serie de acciones que se realizaban desde el 27 de noviembre, comenzando por Santiago de Cuba.
José Antonio Echeverría, que había hecho declaraciones públicas acerca de que el camino para Cuba era el de la revolución, viajó para participar en dos Congresos estudiantiles en Chile y en Ceilán (actual Sri Lanka). El 28 de agosto llegó a México donde se reunió ese mismo día con Fidel Castro. Ya antes se habían visto a la salida de los moncadistas de prisión y habían sostenido diferentes encuentros, por tanto, no era la primera vez que se reunían para analizar los problemas de Cuba. El 29 de agosto se firmó la Carta de México, según muestran las notas de René Anillo, quien viajó a México junto a José Antonio y participó en esa reunión.
Este documento planteaba en su primer punto: “Que ambas organizaciones han decidido unir sólidamente su esfuerzo en el propósito de derrocar la tiranía y llevar a cabo la Revolución Cubana”. No se trataba de fundirse en una sola organización, sino de plantear la unidad de la juventud cubana en el propósito revolucionario que se desarrollaría por la vía insurreccional, secundada por una huelga general en todo el país, para lo cual hacían un llamado a todas las fuerzas revolucionarias.[43]
Se había producido un encuentro y un documento de trascendencia histórica que abonaba el camino de la unidad.
83. ¿Qué acciones revolucionarias fundamentales ocurrieron entre noviembre y diciembre de 1956?
Fidel Castro había anunciado que: “En 1956 seremos libres o seremos mártires”. Frente a la politiquería de la época, a los anuncios de insurrecciones que no se producían, al escepticismo reinante, el joven líder planteaba una política de principios, ética, que debía cumplirse. Por tanto, los preparativos de la expedición se alistaron para conducir a los expedicionarios a Cuba.
En la Isla se producían acciones estudiantiles de impacto en la ciudadanía, como la manifestación del 27 de noviembre, última que se realizó entonces pues la Universidad de La Habana fue cerrada indefinidamente. Al mismo tiempo se preparaban las condiciones para realizar acciones de manera simultánea con el desembarco para distraer las fuerzas enemigas.
En la noche del 24 de noviembre, del puerto de Tuxpan, en el estado de Veracruz, México, zarpó el yate Granma con ochenta y dos expedicionarios a bordo, bajo la jefatura de Fidel Castro. En Cuba debían producirse los alzamientos a partir del arribo de la expedición.[44]
El 30 de noviembre se produjeron levantamientos y otras acciones en diferentes ciudades cubanas, con mayor fuerza en la entonces provincia de Oriente, como las llevadas a cabo en la actual provincia de Guantánamo. En Santiago de Cuba tuvo lugar el de mayor impacto y masividad, bajo las órdenes de Frank País García, jefe nacional de acción y sabotaje del 26 de Julio, quien había coordinado con Fidel Castro, en México, las acciones a desarrollar. Ese día, por primera vez, salieron a las calles los combatientes con el uniforme verde olivo y el brazalete rojo y negro del 26 de Julio. Santiago de Cuba fue paralizada y los milicianos del 26 tomaron la Policía Marítima y prendieron fuego a la Jefatura de la Policía. En los combates de la ciudad murieron Otto Parellada, Tony Alomá y José (Pepito) Tey.
Después de una travesía muy compleja, el Granma arribó a costas cubanas finalmente el 2 de diciembre, por Los Cayuelos, a dos kilómetros de playa Las Coloradas, en la costa suroccidental de Oriente.[45] Pero no en la zona por donde se esperaba el desembarco, en la cual se había preparado un grupo de revolucionarios para auxiliar a los expedicionarios y conducirlos a la Sierra Maestra, organizado por Celia Sánchez Manduley. La llegada por un punto diferente no permitió realizar el plan como estaba previsto. Los expedicionarios tuvieron que atravesar manglares y, con muchas dificultades, se adentraron en tierra.
El 5 de diciembre fueron sorprendidos en Alegría de Pío, lo que provocó la dispersión del grupo. Fue el primer combate del naciente Ejército Rebelde. El año 1956 concluía con el cumplimiento de la palabra empeñada y se iniciaba la lucha insurreccional con los que pudieron adentrarse en la Sierra Maestra y reorganizarse. En Cinco Palmas, Purial de Vicana, el 18 de diciembre, se reunieron Fidel con dos hombres (Universo Sánchez y Faustino Pérez) y Raúl Castro con cuatro (Ciro Redondo, René Rodríguez Cruz, Efigenio Ameijeiras y Armando Rodríguez Moya) quienes fueron los que quedaron con ellos en esos días posteriores a Alegría de Pío. Eran ocho hombres con siete fusiles y Fidel exclamó: “¡Ahora sí ganamos la guerra!” Después se sumarían otros expedicionarios que lograron llegar a la Sierra, y campesinos de la zona. Inicialmente fueron quince, pero lo importante es que había sobrevivido el grupo guerrillero y se iniciaba la lucha armada como paso fundamental en la estrategia revolucionaria.
84. El Ejército Rebelde que se formó y desarrolló en la Sierra Maestra tuvo combates de especial significado en 1957, ¿conoces algunos de ellos?
Entre los combates más significativos se cuentan el de La Plata y el de El Uvero, aunque no fueron los únicos. Veamos por qué estos combates son de especial significación.
En La Plata, situada en la desembocadura del río del mismo nombre en la Sierra Maestra, existía un pequeño cuartel que fue atacado por la bisoña tropa rebelde en la madrugada del 17 de enero de 1957. Con veintidós armas y escasas balas, se inició el ataque, según Ernesto Che Guevara, de la siguiente manera:
(…) El compañero teniente Julito Díaz, caído gloriosamente en El Uvero, con Camilo Cienfuegos, Benítez y Calixto Morales, con fusiles semiautomáticos, cercarían la casa de guano por la extrema derecha. Fidel, Universo Sánchez, Luís Crespo, Calixto García, Fajardo —hoy comandante del mismo apellido que nuestro médico, Piti Fajardo, caído en Escambray— y yo, atacaríamos por el centro. Raúl con su escuadra y Almeida con la suya, el cuartel, por la izquierda. (…)[46]
Se había alcanzado el primer combate victorioso en la Sierra Maestra, con el cual se demostraba la existencia de esta fuerza y se desmentía la información de que Fidel Castro había muerto y que no existían rebeldes en esa zona. Por tanto, fue un combate de especial significado.
Después de La Plata se libraron otros combates, como Arroyo del Infierno, pero fue El Uvero el que marcó otro momento importante. Este fue un ataque frontal a un puesto bien defendido, de día, y con la participación del refuerzo de cincuenta hombres, preparado por Frank País y Celia Sánchez, recién incorporado al grupo guerrillero. Este combate, librado el 28 de mayo, según criterio del Che, “marcó la mayoría de edad de nuestra guerrilla”.[47] A partir de ese momento se acrecentó la moral combativa y el Ejército Rebelde se hizo dueño de la zona costera de la Sierra Maestra.
En julio se creó una segunda columna bajo la dirección del Che Guevara. La nueva columna, a la que se le dio el número cuatro, contaba con tres pelotones y unos setenta y cinco hombres. A raíz de esa decisión, el Che fue ascendido a comandante por Fidel, es decir, fue el segundo en tener los grados de comandante dentro del Ejército Rebelde. Así, habría una columna al este y otra al oeste del Turquino que desarrollaban acciones combativas.
El territorio rebelde se consolidó en el resto del año, ampliando cada vez más su zona de operaciones. Este proceso de consolidación, crecimiento y ampliación de capacidad combativa del Ejército Rebelde permitió que de la columna madre, la número 1, al mando de Fidel, se organizaran otras dos columnas: la número 6 “Frank País”, al mando de Raúl Castro, y la 3 “Santiago de Cuba”, que dirigió Juan Almeida.
Por tanto, al comenzar el año 1958, el Ejército Rebelde se había consolidado como fuerza de vanguardia en la lucha revolucionaria, y los combates señalados abrieron el camino.
85. ¿Conoces tres acciones importantes de la lucha revolucionaria en las ciudades en 1957?
La lucha insurreccional creció rápidamente. El Ejército Rebelde se consolidaba en la Sierra Maestra, había librado combates victoriosos e iba ampliando su radio de acción y el dominio del territorio. En ese contexto, crecieron las acciones en zonas urbanas, especialmente en las ciudades importantes, a pesar de la intensa represión desatada.
Una acción que estremeció a la población en general fue el asalto al Palacio Presidencial el 13 de marzo de 1957. El asalto fue llevado a cabo por el Directorio Revolucionario. Su principal dirigente, el presidente de la FEU y secretario general del Directorio Revolucionario, José Antonio Echeverría, tomó con un pequeño grupo la emisora Radio Reloj para hacer una alocución al pueblo llamándolo a la lucha. Al regresar hacia la Universidad de La Habana se enfrentó a un carro patrullero y murió en esa acción. Ese día no se pudo ajusticiar al tirano ni descabezar al régimen, pero aquel gesto estremeció al país.
El 30 de julio de ese año fue asesinado Frank País en las calles de Santiago de Cuba, lo que provocó una gran conmoción. Se produjeron huelgas espontáneas en Santiago y en otras ciudades, sobre todo de Oriente y Camagüey. Este hecho demostró la fuerza que iba ganando la lucha revolucionaria en la población.
Un tercer momento de incorporación masiva fue el alzamiento de Cienfuegos el 5 de septiembre. Organizado por el Movimiento 26 de Julio y fuerzas de la Marina, se logró tomar la base naval de Cayo Loco, lo que inició un levantamiento en la ciudad con la participación de las milicias del MR-26-7 y el apoyo de la población, hasta controlar la ciudad durante ese día.
Las acciones señaladas tuvieron gran repercusión nacional, pero junto a ellas se desarrollaban otras de impacto más reducido las cuales también demostraban que en 1957 se consolidaba la lucha insurreccional en las zonas urbanas.
86. En 1958 se fundó un segundo frente en la entonces provincia de Oriente, ¿cómo se llamó ese frente,cómo se organizó y quién fue su jefe?
El 11 de marzo de 1958 la columna No. 6, dirigida por el comandante Raúl Castro, arribó a la zona del norte de la provincia de Oriente donde se constituiría el II Frente Oriental “Frank País”. Fue una decisión del comandante Fidel Castro la apertura de este frente que ampliaba notablemente la zona de operaciones del Ejército Rebelde. Simultáneamente, se creaba el III Frente “Mario Muñoz” bajo la jefatura del comandante Juan Almeida Bosque. Las dos columnas que formarían esos frentes fueron despedidas por Fidel Castro el 1º de marzo desde Pata de la Mesa, en la Sierra Maestra.
El II Frente Oriental “Frank País” organizó el territorio bajo su control no solo en el orden militar, sino que creó una estructura de gobierno civil con departamentos que atendían los diferentes asuntos, como Justicia, Educación, Sanidad y otros que permitieron asumir funciones de orden y gobierno en todo el territorio. También se formó allí la Fuerza Aérea Rebelde que realizó operaciones durante el resto de la guerra. En ese Frente se realizaron, además, dos eventos de primera importancia: en septiembre se celebró el Congreso Campesino en Armas y en diciembre, un Congreso Obrero Unitario. Por tanto, el II Frente no solo amplió considerablemente el territorio dominado por los rebeldes, sino que aportó experiencias valiosas para la organización revolucionaria.
87. El Che llamó “una reunión decisiva” a la celebrada el 3 de mayo de 1958, ¿sabes por qué?
El 9 de abril se había intentado una huelga general que no tuvo el éxito esperado, aunque sí hubo huelga en algunos lugares del país, pero el fracaso determinó que Fidel Castro convocara a una reunión de la dirección del MR-26-7 en Altos de Mompié, en la Sierra Maestra, que se celebró el 3 de mayo. Allí se analizaron las causas del fracaso y sus consecuencias, y se reorganizó el Movimiento, así como se definieron lineamientos esenciales.
De esta reunión salió el acuerdo de centralizar la dirección en Fidel como Comandante en Jefe del Ejército Rebelde y de las milicias del llano, además de ser secretario general del Movimiento, se decidió una política unitaria que se materializó con la creación del Frente Obrero Nacional Unido (FONU); pero lo más importante fue la definición de la concepción que ubicaba en la Sierra la dirección política y militar y reconocía en el Ejército Rebelde el factor fundamental.[48]
88. ¿En qué territorios de la isla de Cuba se combatía en el segundo semestre de 1958?
El desarrollo del Ejército Rebelde permitió su crecimiento y la ampliación de los frentes de combate, al mismo tiempo que otras organizaciones se sumaban a este tipo de lucha. Así, en el año 1958, la guerra revolucionaria se fue extendiendo prácticamente a todo el país.
El Ejército batistiano había lanzado una ofensiva de verano contra la Sierra Maestra o Plan FF (Fase Final o Fin de Fidel) con cerca de diez mil efectivos. Frente a este plan, el Comandante en Jefe, Fidel Castro, planteó la defensa del territorio como primera fase para pasar posteriormente a la ofensiva, y así se realizó. La batalla de El Jigüe, que duró del 11 al 21 de julio, marcó la derrota de la ofensiva batistiana y el comienzo de la contraofensiva rebelde. Este fue un momento de viraje fundamental, pues el Ejército Rebelde tendría la iniciativa a partir de entonces y pasaba a la ofensiva final.
Ya desde fines de 1957 había grupos guerrilleros en la provincia de Las Villas. Un grupo, originalmente del Directorio Revolucionario, operaba allí; además, el 8 de febrero había arribado la expedición del Directorio, comandada por Faure Chomón, que se adentró en el Escambray. También accionaba un grupo guerrillero del Partido Socialista Popular (nombre del partido marxista desde 1944), al mando de Félix Torres, y un grupo del MR-26-7 bajo la jefatura de Víctor Bordón.
En Oriente, se ampliaba la zona controlada por los tres frentes y nuevas columnas operaban en otras zonas, de manera que toda la provincia estaba bajo las condiciones de la guerra. Se enviaron columnas a abrir un frente en Camagüey, además salieron las columnas invasoras No. 8 “Ciro Redondo”, al mando de Che Guevara hacia Las Villas y la No. 2 “Antonio Maceo”, comandada por Camilo Cienfuegos, con destino a Pinar del Río, aunque quedó en Las Villas. También se abrían frentes guerrilleros en La Habana-Matanzas y en Pinar del Río con diverso grado de organización y desarrollo en los meses finales del año.
Es decir, que en toda la Isla se combatía con frentes organizados o con grupos guerrilleros en el segundo semestre de 1958, lo cual era divulgado por Radio Rebelde, la emisora radial fundada en la Sierra Maestra el 24 de febrero de 1958, y que había logrado establecer lo que se llamó “Cadena de la Libertad”, por la cual la señal llegaba a toda Cuba y a parte del continente. En diciembre se librarían los combates decisivos en Oriente y Las Villas.
89. A lo largo de los más de dos años de guerra revolucionaria, se realizaron varios esfuerzos por lograr la unidad de las distintas organizaciones, ¿conoces esos esfuerzos y cuáles fueron sus bases?
Como ya sabes, la Carta de México, firmada en 1956, fue un primer esfuerzo para abrir el camino de la unidad; pero después de iniciada la guerra de liberación hubo otros momentos en que se realizaron nuevos empeños en ese sentido, aunque no todos tuvieron las mismas motivaciones y resultados.
El 12 de julio de 1957 Fidel Castro celebró una reunión en la Sierra Maestra con Raúl Chibás, ahora dirigente del partido ortodoxo (hermano de Eduardo, el líder de ese partido muerto), y Felipe Pazos, economista que había sido presidente del Banco Nacional de Cuba. El Manifiesto de la Sierra Maestra firmado por los tres fue un documento de unidad que recogía aspectos mínimos en lo que podían confluir estas figuras, entre ellos la formación de un frente cívico revolucionario que tuviera una estrategia común, la organización de un gobierno provisional cuyo presidente sería designado por las instituciones cívicas previa renuncia de Batista; el rechazo a cualquier intento de junta militar y de intervención extranjera en los asuntos cubanos y un programa para el gobierno provisional que recogía algunos de los puntos del programa del Moncada. Como señaló el Che, era un programa mínimo, con el que no estaban satisfechos, pero era necesario en aquel momento.[49]
Un hecho significativo, por las definiciones que planteó, fue el Pacto de Miami de octubre de 1957, firmado por grupos oposicionistas y grupos revolucionarios. Fidel Castro rechazó la firma de aquel pacto por razones de principio: no se recogía siquiera el programa mínimo del Manifiesto de la Sierra Maestra, no se rechazaba la intervención extranjera, no se rechazaba la instauración de una junta militar, además de otros puntos inadmisibles como la disposición de que “las fuerzas revolucionarias se incorporarán a los institutos armados regulares de la República, con sus armas”. Después de un análisis pormenorizado, Fidel afirmaba:
Si no hay fe en el pueblo, si no se confía en sus grandes reservas de energías y de lucha no hay derecho a poner las manos sobre sus destinos (…) en los instantes más heroicos y prometedores de su vida republicana.
Después de rechazar que se pretendiera poner condiciones o dirigir a los combatientes de la Sierra Maestra desde el exterior, terminaba su carta con una frase lapidaria: “Que para caer con dignidad no hace falta compañía”.[50]
A partir de esos principios se trabajó en la búsqueda de la unidad.
El 20 de julio de 1958, cuando el Ejército Rebelde pasaba a la ofensiva, se firmó el llamado Pacto de Caracas por organizaciones revolucionarias como el MR-26-7, el DR 13 de Marzo, el Movimiento de Resistencia Cívica, la FEU y otros grupos que habían sostenido posiciones insurgentes con diverso grado de realización. Este pacto reconocía que la insurrección armada era la estrategia fundamental y acordaba formar un gobierno provisional a la caída de Batista con un programa mínimo. Se criticaba el apoyo norteamericano al tirano y se comprometían a enviar un representante a la Sierra Maestra. Se había dado un paso importante en el camino de la unidad.
El último de los pactos suscritos durante la guerra fue el Pacto del Pedrero firmado el 1º de diciembre en Las Villas entre el MR-26-7, representado por el Che, y el Directorio Revolucionario 13 de Marzo. Este documento recogía la voluntad de cooperación entre ambas organizaciones, coordinando acciones militares conjuntas, y llamaba a todas las fuerzas revolucionarias a unirse.
Se estaba trabajando para lograr la unidad revolucionaria.
90. Estados Unidos apoyó a Batista desde su golpe de Estado, ¿sabes cuándo le retiró ese apoyo y por qué?
Estados Unidos apoyó a Batista de manera pública desde marzo de 1952. Las estrechas relaciones de su embajador con el tirano eran una demostración ostensible de ese apoyo; sin embargo, la situación revolucionaria que se estaba desarrollando en Cuba obligaba a tomar medidas. En 1957 se envió un nuevo embajador, Earl. E. T. Smith, quien debía impulsar acuerdos entre el gobierno y la oposición. El 19 de diciembre de 1957, el Departamento de Estado emitió un memorándum titulado “Recomendación de política para la restauración de la normalidad en Cuba” en el cual se planteaba persuadir a Batista para crear un mejor clima político a fin de celebrar elecciones en 1958 y presionar a la oposición para aceptar los pasos que diera el Gobierno.[51]
El agravamiento de la situación interna y las denuncias del armamento que Estados Unidos enviaba a Batista, así como la permanencia de las misiones militares de aquel país en el entrenamiento de las fuerzas armadas gubernamentales y el uso de la Base Naval de Guantánamo para la Fuerza Aérea del Ejército que bombardeaba indiscriminadamente a la población campesina, crearon una situación complicada, por lo que el gobierno norteamericano tuvo que anunciar públicamente la suspensión del abastecimiento de armas adscrito al Programa para la Asistencia Mutua el 14 de marzo, pero se mantenían otros suministros militares.
Estados Unidos siguió apoyando a Batista hasta que ya fue evidente que este no podía controlar la situación en diciembre de 1958. El 9 de diciembre, un emisario no oficial, William Pawley, se entrevistó con Batista para proponerle la salida del país junto a su familia, con rumbo a su residencia en Daytona Beach, la garantía de respeto a los batistianos y dar paso a una junta de gobierno, sin embargo este no aceptó. Por tanto, el 17 de diciembre, el embajador tuvo que comunicarle que su gobierno le retiraba el apoyo, al tiempo que le planteaba que posibilitara la creación de un gobierno “anticastrista”.[52]
El gobierno estadounidense apoyó a Batista mientras fue útil a sus intereses, pero prescindió de él cuando ya fue un estorbo para solucionar la crisis política cubana. Entonces, apelaron a otros individuos para impedir el triunfo revolucionario.
91. El 1º de enero de 1959 Batista huyó y Fidel Castro dijo: “Golpe militar de espaldas al pueblo NO, porque solo serviría para prolongar la guerra”, ¿por qué enjuició así aquel momento?
La situación de la guerra en todo el país y, especialmente, el cerco elástico tendido a la ciudad de Santiago de Cuba, y el anuncio del inicio de la batalla en aquella ciudad, la toma de Yaguajay en Las Villas y la inminente toma de Santa Clara, más la presión norteamericana, fueron decisivos en las maniobras de la madrugada del 1º de enero de 1959.
Batista huyó esa madrugada junto a sus más cercanos colaboradores, dejando a su Jefe de Operaciones en Oriente, Eulogio Cantillo, al frente de la creación de una junta cívico militar. Se estaba cumpliendo el plan de la embajada norteamericana y de la oposición tradicional. Pero, al saberse la huida del tirano, Fidel Castro fue preciso: sus instrucciones a todos los comandantes del Ejército Rebelde y al pueblo planteaban que no se aceptaba un golpe militar en la capital, pues era escamotear al pueblo la victoria revolucionaria, llamó a prepararse para una huelga general si fuera necesario y a continuar las hostilidades.
Por orden de Fidel, Camilo Cienfuegos se dirigió con su tropa a la capital para tomar Columbia, y el Che marchó a ocupar La Cabaña. Mientras, Fidel entraba con sus tropas en Santiago de Cuba. Esa noche hablaba al pueblo desde la capital oriental para denunciar el golpe encabezado por Cantillo, decir, además, que la Revolución no sería tarea fácil, que lo más difícil empezaba en ese momento.
El día 2 de enero comenzó la huelga general revolucionaria y Fidel con sus tropas se dirigió a la capital en recorrido por tierra en la llamada “Caravana de la Libertad”. Estos hechos desbarataron las maniobras para sustituir a Batista por una junta que mantuviera el mismo sistema y consolidaron el triunfo revolucionario.
El significado de ese día 1º de enero lo recogió el poeta Jesús Orta Ruiz, el “Indio Naborí”, en sus versos que volaron de boca en boca y se recitaban en todas las plazas del país, pues recogían el sentimiento colectivo:
Marcha triunfal del Ejército Rebelde ¡Primero de Enero! Luminosamente surge la mañana. / ¡Las sombras se han ido! Fulgura el lucero de la redimida bandera cubana. (…) / Fidel fidelísimo, retoño martiano, / asombro de América, titán de la hazaña / que desde las cumbres quemó las espinas del llano / y ahora riega orquídeas, ¡flores de montaña! (…) Y esto que la bestia fuera derrotada por el bien del hombre, / esto que la sombra se volviera luz, / esto tiene un nombre, solo tiene un nombre: Fidel Castro Ruz.
92. ¿Cuál fue la primera ley de la Revolución que realizó cambios estructurales?
(...)
93. ¿Qué importancia tuvo la declaración del carácter socialista de la Revolución el 16 de abril de 1961?
(...)
94. ¿Puedes determinar cómo se desarrolló el proceso de unidad de las fuerzas revolucionarias a partir de 1959?
(...)
95. ¿Conoces cuándo se aprobó la Constitución elaborada por la Revolución y cuál fue el procedimiento para esa aprobación?
(...)
96. ¿Sabes cuándo Fidel Castro fue electo Presidente de Cuba?
(...)
97. Los congresos del Partido Comunista de Cuba han sido espacios de balance, análisis y proyección de políticas, ¿conoces algunos de sus documentos y acuerdos fundamentales?
(...)
98. Al inicio de la década de los noventa del siglo XX se declaró al país en “período especial en tiempo de paz”, ¿sabes por qué y cuál fue su significado?
(...)
99. ¿Desde cuándo el gobierno de Estados Unidos comenzó su hostilidad a la Revolución Cubana y cuáles han sido sus expresiones más importantes?
(...)
100. (...)
Notas
- ↑ Juan José Arrom: Estudios de lexicología antillana. Colección Casa de las Américas, La Habana, 1980, p. 23. (Todas las notas son de la Autora.)
- ↑ Cristóbal Colón: Diario de Navegación. Publicación de la Comisión Cubana de la UNESCO, La Habana, 1961, p. 71. (Se ha respetado la escritura original del castellano antiguo.)
- ↑ Félix Varela: Escritos políticos. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1977, p. 205
- ↑ Corriente filosófica originada en el siglo XVIII, fundamentalmente en Francia, que tomaba como base la razón del hombre y el sentido del progreso de manera continua, por ello se enfrentaba al poder de la Iglesia y la nobleza.
- ↑ José Martí: Obras Completas, Editora Nacional de Cuba, La Habana, 1963, T. 4, p. 418.
- ↑ Ibíd., T. 1, p. 333.
- ↑ Ibíd., T. 4, p. 383.
- ↑ José Antonio Saco: “Origen del movimiento anexionista en Cuba. Ideas de Saco acerca de la anexión. Motivos de su oposición a ella” en Papeles sobre Cuba. Editorial del Consejo Nacional de Cultura, La Habana, 1963, p. 339
- ↑ José Martí: “Céspedes y Agramonte”. En Ob. Cit., T. 4, p. 359.
- ↑ Ibíd., pp. 358-362.
- ↑ Ibíd., T. 22, p. 235.
- ↑ Ibíd., T. 4, p. 383.
- ↑ J. Martí: “La madre de los Maceo”. Ob.cit., T. 5, p. 26
- ↑ J. Martí: “Lectura en Steck Hall”, 24 de enero de 1880, Ob. Cit., T. 4, p. 197.
- ↑ J. Martí: Ob. Cit., T. 4, pp. 93-101.
- ↑ Máximo Gómez: Diario de Campaña. Instituto del Libro, La Habana, 1968, p. 285.
- ↑ Ibíd., p. 309
- ↑ Hortensia Pichardo: Documentos para la Historia de Cuba. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1971, p. 506.
- ↑ M. Gómez: Ob. Cit., p. 289.
- ↑ La nueva lira criolla. Guarachas, canciones, décimas y canciones de la guerra por un Vueltarribero. 5ª ed. aumentada, La Moderna Poesía, Habana, 1903, p. 120.
- ↑ Ibíd., p. 175.
- ↑ Ibíd., p. 195
- ↑ H. Pichardo: Ob. Cit., T. II, pp. 119-120.
- ↑ J. M. Díaz: El cantor cubano. Décimas. Décimas amorosas, patrióticas, chistosas y satíricas. Imprenta La Conquistadora, La Habana, s/f, p. 79
- ↑ Rubén Martínez Villena. Colección Órbita. Instituto Cubano del Libro, La Habana, 1972, pp. 99-100.
- ↑ Raúl Roa: El fuego de la semilla en el surco. Ed. Letras Cubanas, Ciudad de La Habana, 1982, p. 408.
- ↑ Ana Núñez Machín: Rubén Martínez Villena. UNEAC, La Habana, 1971, pp. 369-373.
- ↑ Adelaida de Juan: Caricatura de la República. Ediciones Unión, La Habana, 1999.
- ↑ A. Núñez Machín: Ob. cit., p. 99.
- ↑ Alejo Carpentier: Crónicas. Editorial Arte y Literatura, La Habana, 1976, T. II, p. 91.
- ↑ Agustín Acosta: La Zafra. Poema de combate. Sociedad Económica de Amigos del País, La Habana, 2004, p. 110.
- ↑ Siete enfoques marxistas sobre José Martí. Editora Política, La Habana, 1978, pp. 12-13.
- ↑ H. Pichardo: Ob. Cit., T. IV, Primera Parte, p. 514.
- ↑ Pablo. Páginas escogidas. (Comp. Diana Abad). Impresora universitaria Andre Voisin, 1973, pp. 331 y 332
- ↑ Pablo de la Torriente Brau: Cartas cruzadas. Ed. Pueblo y Educación, La Habana, 1990, 2ª ed., p. 23.
- ↑ H. Pichardo. Ob. cit. T. IV, 2ª parte, pp. 329-418.
- ↑ Moncada: antecedentes y preparativos. Dirección Política de las FAR,1972, p. 65.
- ↑ Raúl Castro: “En el VIII Aniversario del 26 de Julio” en Veintiséis. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1970, p. 33.
- ↑ Raúl Gómez García. (Compilación y notas Basilia Papastamatíu). Editorial José Martí, La Habana, 2009, pp. 90-91.
- ↑ “La Historia me absolverá” en 7 documentos de nuestra Historia. Centenario 1868. Instituto del Libro, La Habana, 1968, pp. 113 y 114.
- ↑ Ibíd., p. 66.
- ↑ Mario Mencía: “El Movimiento Revolucionario 26 de Julio: génesis y significado” en Cinco Palmas. Revista de las Oficinas de Historia del Consejo de Estado, La Habana, mayo de 2009, A. 2, No. 1.
- ↑ Juan Nuiry: Tradición y combate. Una década en la memoria. Imagen Contemporánea, La Habana, 2007.
- ↑ Pedro Álvarez Tabío: “El desembarco del Granma” en Memorias de la Revolución. Imagen Contemporánea, La Habana, 2008, T. I., pp. 210-218.
- ↑ Ibíd., p. 217.
- ↑ Ernesto Che Guevara: “Combate de La Plata” en Obras 1957-1967. Casa de las Américas, 1970, p. 211.
- ↑ Ibíd., p. 270.
- ↑ Ibíd., pp. 392-398.
- ↑ Ibíd., p. 289.
- ↑ Ibíd., pp. 361-372.
- ↑ Foreign Relations of the United States, 1955-1957. Vol. VI, American Republics: Multilateral; México, Caribbean. United States Government Printing Office, Washington, 1987, pp. 870-876.
- ↑ Foreign Relations of the United States, 1958-1960, Vol. VI, Cuba, United States Government Printing Of f ice, Washing ton, 1991, pp. 298-299.