Biblioteca:Documentos de la Revolución Cubana 1959/Por una nueva cultura
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El sistema de dominación existente en Cuba hasta el 1ro. de enero de 1959, mantenía al pueblo no solo en la miseria sino también en la ignorancia.
Durante los años del batistato, desde el punto de vista educativo, prevalecían el analfabetismo y la falta de oportunidades para superarse de la mayoría de la población, que no podía sufragar la matrícula en centros privados.
La Tiranía carecía de una política cultural, y, por supuesto, dado su alto grado de dependencia de los Estados Unidos, fue dócil a los intereses que privilegiaban la propaganda del «modo de vida» de esa sociedad. Los medios de comunicación masiva, fundamentalmente la radio y la televisión, a pesar de notorios esfuerzos por parte de realizadores específicos, se caracterizaba por la cursilería y el mal gusto. Las manifestaciones de la cultura mayor, languidecían o simplemente no existían, por falta de apoyo estatal. Las que se mantenían, casi en su totalidad lo hacían gracias a patronatos o esfuerzos privados que las sustentaban.
Como parte de ese lamentable contexto, durante la dictadura fueron suprimidos los subsidios oficiales a determinadas instituciones culturales, en particular, al Patronato del Teatro, a la Sociedad Espeleológica de Cuba y al Ballet Alicia Alonso. Esto último provocó una airada y pública protesta del estudiantado universitario habanero, que convirtió la medida en un verdadero escándalo de lesa cultura para el régimen.
Los libros eran artículos de lujo, y la mayor parte de los escritores cubanos, salvo autores de libros de textos, tenían que financiar la edición de sus obras. Notable fue el caso del título Geografía de Cuba de Antonio Núñez Jiménez, destruido por presentar desde una posición progresista un estudio científico de la sociedad cubana.
A partir del triunfo de la Revolución, cambió este oscuro panorama, y comenzó el resurgimiento de las actividades culturales, dando inicio por las educativas. Muchos intelectuales cubanos de gran valía dedicaron sus conocimientos y aptitudes, al servicio de los nuevos tiempos.
Durante 1959, fueron aprobadas un conjunto de acciones para promover el desarrollo cultural del país, y una de las de mayor significación lo constituyó la creación de la Imprenta Nacional de Cuba, apenas a tres meses del triunfo revolucionario.
El primer libro publicado por la Imprenta Nacional fue El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha, de Miguel de Cervantes, con una tirada de miles de ejemplares a precio popular; le siguieron numerosas obras de la literatura universal y otras de carácter político y social, a precios muy asequibles.
El 24 de marzo fue creado el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), y el 28 de abril fue fundada la Casa de las Américas.
Las instituciones dedicadas a fines culturales comenzaron a divulgar lo mejor de nuestra cultura y de la cultura universal, para el disfrute y crecimiento espiritual de todo el pueblo.