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La economía cubana durante la última década: notas para un balance y perspectivas  (José Luis Rodríguez)

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La economía cubana durante la última década: notas para un balance y perspectivas
AutorJosé Luis Rodríguez
TipoArtículo académico
Escrito en2023
Editora empleadaRevista Science & Society (S&S)
TraductorLa Tizza
Fuentehttps://medium.com/la-tiza/la-econom%C3%ADa-cubana-durante-la-%C3%BAltima-d%C3%A9cada-notas-para-un-balance-y-perspectivas-871f3f90bb7f


Introducción

En este trabajo se ofrece una aproximación a un balance de la evolución de la economía cubana que cubre, aproximadamente, entre los años 2012 y 2022, así como los avances y las perspectivas del primer semestre de 2023. Se comienza mencionando los principales elementos de la estrategia de desarrollo implícita en la actualización del modelo económico cubano, iniciada sobre todo a partir de 2012, para entonces presentar algunos de los resultados obtenidos en la última década posterior al comienzo del proceso de actualización. Seguidamente, se analizan los factores externos e internos que han incidido en estos resultados y las decisiones económicas aplicadas. En forma de consideraciones finales, se comparten algunas medidas para rebasar la actual situación.[1]

I. La política económica en la actualización del modelo

La política económica implícita en el proceso de actualización del modelo de desarrollo social y económico cubano busca que la economía cubana pase de la reproducción simple a la creación de condiciones para un desarrollo sostenible en el socialismo. Se destaca en ella la apertura a mercados regulados y guiados — no administrativamente— por la planificación. Se reconoce la propiedad no estatal (privada y cooperativa) y la inversión extranjera directa como elementos complementarios a la empresa estatal socialista. También se propone la descentralización del sistema de gestión estatal y la reducción de los gastos del presupuesto.

Las transformaciones fundamentales previstas han tratado de lograr mejoras en la balanza de pagos (renegociación de la deuda), la productividad del trabajo (necesidad de revertir su bajo crecimiento y disminuir el subempleo en el sector estatal) y la infraestructura (concentración de la IED en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel y mitigar las dificultades en el transporte y las comunicaciones).

El nuevo modelo económico cubano está definido en la Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista (PCC, 2017) aprobado en el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) y la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) en 2016, tras un proceso de deliberación y consulta popular en barrios y centros de trabajo durante varios meses. El mismo fue actualizado en 2021. El nuevo modelo está también plasmado en la Constitución de la República aprobada en 2019, después de un referendo popular que demostró un apoyo del 73% del padrón electoral y el 87% de los votos emitidos.

El proceso de actualización del modelo económico y social cubano para asegurar un crecimiento de la economía que garantice el tránsito a un socialismo próspero y sostenible, conlleva aplicar una estrategia a corto plazo, que se sintetizó en unos Lineamientos aprobados en el 2011 y que fueron actualizados en 2021. En ese documento se destacaba la necesidad de emprender soluciones a corto plazo, encaminadas a eliminar el déficit de la balanza de pagos, que potencien la generación de ingresos externos y la sustitución de importaciones y, a su vez, den respuesta a los problemas de mayor impacto inmediato en la eficiencia económica, la motivación del trabajo y la distribución del ingreso, y creen las necesarias condiciones infraestructurales y productivas que permitan el tránsito a una etapa superior de desarrollo.

En la última década (2012–2022) las autoridades cubanas se han enfrascado en la implementación de estos Lineamientos. En la información disponible sobre esa implementación, se planteaba que solo se había alcanzado — en 2016— un cumplimiento de alrededor del 21% de estos, mientras que un 77% se encontraban en ejecución y solo un 2% aún no se habían comenzado a implementar. En un chequeo posterior realizado por el ministro de Economía y Planificación en 2023, en el seno del VI Pleno del Comité Central del PCC, en relación con los nuevos Lineamientos de 2021–2026, se informaba que de 201 Lineamientos se registraban 67 con avance bajo y 13 sin avance, lo que representaba un 39,8% del total.

II. El desempeño de la economía cubana (2013- 2022)

En la última década, con posterioridad al inicio de las reformas económicas comenzadas bajo el presidente Raúl Castro (2008–2018) y que a partir de 2012 se denominó como la actualización del modelo económico y social de la Revolución cubana, la economía aún no alcanzó a obtener los resultados esperados. Al respecto, ya en el 2011 se estimó que Cuba necesitaba alcanzar tasas de crecimiento de 5 a 7% anuales, pero la tasa de mayor crecimiento alcanzada fue de 4,4% en el año 2015. El sector externo, aunque se benefició inicialmente de superávit debido a la exportación de servicios, muestra una balanza comercial que se ha mantenido en déficit en los últimos tres años, debido a la alta dependencia de la importación de bienes y producto de la caída de ingresos por la exportación de servicios médicos.

También es necesario lograr tasas de inversión anuales del 20 al 25% del PIB, y volúmenes mínimos de inversión extranjera directa de 2000 MMUSD, pero se obtuvo un 27% de esa cifra en 2014–21. La tasa anual de crecimiento de la productividad del trabajo ha estado por los 2,3% (2009–2016), y es necesario que alcance más de 5%.

Como se puede ver en la siguiente tabla, las tasas de crecimiento del PIB resultaron muy discretas hasta el 2018, pero mostraron un decrecimiento entre 2019 y 2020 producto del incremento del bloqueo de los Estados Unidos contra Cuba y por el impacto de la Covid-19. La posterior recuperación en los dos últimos años ha estado por debajo de las expectativas, que eran de 6% en 2021 y 4% en 2022. Los resultados del 2023 apuntan a un crecimiento inferior al 3% planificado, al agudizarse la crisis económica internacional producto de la guerra en Ucrania, entre otros factores negativos que se acumulan.

Tabla №1: Tasas de crecimiento del PIB (2013–2022)[2]
Año Real (en %)
2013 2.7
2014 1.0
2015 4.4
2016 0.5
2017 1.8
2018 2.2
2019 -0.2
2020 -10.9
2021 1.3
2022 1.8

Tomando en cuenta solo los mejores años de esta década, transcurridos entre 2009 y 2016, se obtuvo un crecimiento de 2,3% de un 4,4% planificado. Sin embargo, si se considera lo ocurrido entre el 2017 y el año pasado, el PIB cayó -4,6%, producto fundamentalmente de los factores negativos acumulados por el bloqueo de los Estados Unidos y el enorme impacto de la Covid-19 en el 2020.

En efecto, en un análisis de los años más recientes, la evolución macroeconómica en Cuba, que en 2021 preveía un crecimiento del 6%, alcanzó un 1,3%; en 2022 se alcanzó un crecimiento del 1,8%, frente a un 4% planificado, como ya se comentó, dando lugar a un ritmo lento de recuperación, lo que se estima llevará hasta el 2026 para alcanzar de nuevo el nivel del PIB de 2019. En general, según estimados internacionales,[3] para 2023 se pronosticaba un crecimiento en el PIB del 2,8%, en la producción agrícola del 2,2%, en la producción industrial del 2% y en los servicios del 3,1%.[4] Además de un bajo crecimiento del PIB en esta década, el mismo no se ha concentrado en las actividades más necesarias, ya que el crecimiento del nuevo valor creado en el 2022 se mantuvo en actividades de servicios y se enfrentaron serias afectaciones en las actividades productivas. De este modo, en el pasado año solo crecieron los sectores de transporte y comunicaciones un 25,8%, el turismo 23,8%, educación 52,7% y cultura y deportes un 12,5%. En relación con el 2019, se mantuvo una brecha del 8,2% en el PIB, ya que el sector primario se ubicó un 32,8% por debajo de ese año, el sector secundario un 17,9% y los servicios sociales un 6,8%.

En relación con el sector externo cubano, el comportamiento de las exportaciones e importaciones ha sido insuficiente en la última década. Si bien el saldo de los servicios ha sido positivo, el de los bienes ha sido negativo en la mayoría de los años. Resumidamente, entre 2019 y 2022 se redujeron los ingresos externos en unos 4000 millones de dólares, manteniéndose un déficit financiero externo, que obliga a trabajar en medio de un sostenido esfuerzo y en condiciones de emergencia. La brecha financiera externa puede estimarse que se mantendrá el presente año, aunque la misma podría disminuirse en algo si crecen más los servicios en el segundo semestre.

En el año 2022, según la información brindada por el entonces ministro de Economía y Planificación en la ANPP, crecieron las exportaciones de bienes en 816 millones de dólares y el total de exportaciones de bienes y servicios fue 8717 millones, cifra inferior en 3912 millones al 2019, con un gasto superior a lo previsto en las importaciones debido a los incrementos de los precios. Con los datos recientemente publicados por la ONEI en 2022, se observa que las exportaciones de bienes y servicios — medidas en pesos cubanos y a precios constantes— cayeron un 2,4% entre 2021 y 2022, mientras que las importaciones se redujeron un 9,2%, disminuyendo el saldo negativo de la balanza comercial de 680 millones de pesos a 106 millones en ese período, pero por caída en las compras externas indispensables.

En relación con el empleo, en la última década la tasa de desempleo se ha mantenido con un promedio inferior al 3%, y en el 2022 el nivel de la tasa se mantuvo en 1,8%; el salario medio en el sector estatal aumentó y llegó a 4219 pesos mensuales.[5] Por su parte, el empleo no estatal representó el 35,7% del total.[6] Entre las empresas estatales se aplican salarios flexibles para el 37% de los trabajadores, los que mejoraron sus ingresos en el año. En el primer semestre de este año el salario medio estatal se elevó a 4856 pesos, creciendo, un 18,6% hasta mayo.

Relacionado con lo anterior, aunque la política prevé que todas las empresas estatales sean rentables, no se han cerrado muchas de aquellas que están en pérdidas para proteger el empleo y bienes y servicios vitales para la población. De este modo, al cierre del 2022 se mantenían 480 empresas estatales con pérdidas y la productividad del trabajo solo alcanzaba 11 251 pesos por trabajador. Al finalizar el primer semestre de 2023, la situación mejoró y las empresas con pérdidas fueron 285, una reducción del 40,6% en relación con el 2022.[7] Otros indicadores de eficiencia muestran que en 2022 la utilidad sobre las ventas netas en las empresas estatales alcanzó un 17,2%.

Un elemento de gran importancia por sus efectos negativos sobre la economía y la población, fue el incremento de la tasa de inflación, sobre todo en los últimos años, como se refleja en el índice de los precios del consumidor. Así, en 2022 la inflación aumentó durante el año, aunque a ritmos inferiores al 2021, cuando fue superior al 77% y la misma alcanzó un acumulado hasta diciembre de 39,07%.[8] No obstante, la percepción de la población es que el aumento de precios resultó superior.[9] Según datos de la ONEI,[10] entre enero y junio del 2023 hubo un crecimiento de la inflación de 44,98%, cifra superior en relación con igual período del año precedente y según diversos estimados, esta cifra se mantendrá por encima del 40% en este año. Este nivel de inflación se revela en la depreciación del peso cubano frente al dólar, cuya cotización en el mercado informal pasó de 170 pesos por USD en 2022, a más de 200 pesos al cierre del primer semestre de 2023, llegando a 250 pesos en septiembre.[11]

III. El peso de los factores externos

La compleja situación internacional que se ha creado en los últimos años impuso la reducción de ingresos y costos adicionales a la economía cubana, retrasando la recuperación económica. La suma de impactos negativos se observa por el efecto del bloqueo y las dinámicas de la economía internacional por las disrupciones causadas por la pandemia y la guerra en Ucrania que han elevado los precios de las materias primas y el combustible, la disminución de las remesas, la inversión extranjera y el turismo. Entre los costos adicionales se destacan la menor disponibilidad de combustibles de Venezuela, el servicio de la deuda vencida y no pagada y los costos incurridos para enfrentar la pandemia.

Sin lugar a dudas, el bloqueo de EE.UU. continúa siendo el obstáculo externo fundamental para la recuperación, el que se mantiene sin cambios, con un efecto negativo acumulado, hasta febrero de 2023, de 159 084 millones de dólares. Si bien durante la Administración de Obama se flexibilizaron los viajes, ventas de alimentos y medicinas, remesas, e inversiones de empresas estadounidenses en Cuba, el bloqueo continuó y en ese período se aplicaron multas a bancos internacionales que se relacionaban con Cuba por miles de millones de USD.

Con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca la persecución contra Cuba llegó a niveles inéditos. Entre las medidas de mayor impacto para la economía se encuentran la inclusión de Cuba en el Listado de Países Patrocinadores del Terrorismo, la activación del Carril III de la Ley Helms-Burton, el ataque a las misiones médicas de Cuba y a las importaciones del país.

La administración de Biden se tomó hasta el 16 de mayo de 2022 para anunciar unas pocas medidas relacionadas con Cuba, incluyendo la eliminación del límite de 1000 dólares trimestrales a las remesas; la ampliación de vuelos de las líneas aéreas al país; el restablecimiento del programa de reunificación familiar y el aliento al crecimiento del sector privado en Cuba. Se trató de un paso en la dirección correcta, pero que dejó intactas las 243 medidas implementadas por Trump, incluyendo muchas de las más dañinas para la economía, ya mencionadas.[12] Es así que la transportación de carga internacional requiere de un pago adicional por Cuba de alrededor de un 30% en las tarifas dadas las sanciones que deben enfrentar las navieras que burlan el bloqueo.

En paralelo, la dinámica de la economía mundial ha impactado negativamente a la economía cubana sobre todo a partir del año 2020. Después del decrecimiento causado por la pandemia, se registró un crecimiento global de 3,1% en 2022 y un pronóstico de solo 2,1% en 2023 y 2,4% en 2024, según datos del Banco Mundial,[13] con un incremento del PIB en la América Latina y el Caribe de 3,7%, 1,5%[14] y 2% respectivamente, cifras todas que son mayormente desfavorables para el sector externo cubano, incluyendo el negativo impacto de la crisis económica internacional, acelerado por la guerra en Ucrania desde febrero de 2022 por los aumentos en los precios.

Adicionalmente, el cierre de las remesas por la administración Trump provocó que las remesas que ingresaron al país bajaran un 26% entre 2019 y 2020, según fuentes no oficiales. Este flujo se redujo aún más en el 2021, para una caída del 53,8%. Cabe recordar que las remesas juegan un papel determinante como capital de trabajo del sector no estatal y sustentan un nivel de consumo de la parte de la población que accede al mercado minorista que funciona en MLC. Un estudio de 2021 concluía que un 26% de los hogares cubanos reciben remesas — computando alrededor del 2% del PIB—, un 83,72% provienen de EE.UU. y más del 60% llegan por vía informal.

Desde el punto de vista de las finanzas externas, continuó en la economía mundial la disminución y el estancamiento en la inversión extranjera directa en 2022. En Cuba, entre el 2020 y el 2021 se aprobaron 47 nuevos negocios y en 2022 se habían firmado 35 acuerdos de inversión valorados en alrededor de US$ 400 millones. En el primer semestre de este año se firmaron unos 15 nuevos negocios, por un valor de $437 MMUSD, cifra inferior a las expectativas.[15] En síntesis, entre 2014 y 2021 se habían aprobado 285 negocios por unos $680 millones de USD anualmente, lo que resulta inferior a las necesidades del país para crecimientos del 5%. La disminución en el incremento de la IED en Cuba refleja la incertidumbre en los mercados internacionales de capital, pero también en gran medida los impactos del bloqueo de EE.UU. También muestra las dificultades internas que siguen entorpeciendo su desarrollo, considerando los adeudos con los inversionistas y limitaciones de la economía nacional para el desarrollo de nuevos negocios.

La economía cubana se ha visto afectada también por la menor oferta de petróleo por Venezuela, debido a las dificultades de ese país con su producción resultado de las sanciones impuestas por EE.UU. De unos 115 mil barriles diarios que Cuba obtenía de Venezuela en el 2015, durante en el primer semestre del año actual se recibieron unos 57 720 barriles diarios, lo que ha obligado a la compra a otros suministradores como PEMEX y Rusia.

Por otro lado, en la segunda mitad de esta década, producto del triunfo de gobiernos de derecha y la persecución de las misiones médicas de Cuba en otros países por las administraciones de Trump y Biden, también se han visto seriamente reducidos los ingresos por la exportación de servicios. En el caso de los servicios exportados a Venezuela, estos descendieron un estimado del 57% entre 2013 y 2020.

En cuanto al servicio de la deuda, uno de los primeros logros del proceso de actualización fue lograr renegociar la deuda externa por un valor de unos 54 000 millones de dólares, con un 82% de cancelación entre 2013 y 2016. Cuba pudo cumplir con los pagos hasta 2019, cuando producto del deterioro de la economía sobre todo por el recrudecimiento del bloqueo, se comenzó a incumplir el servicio de la deuda. Esta situación empeoró a partir del 2020 con la irrupción de la pandemia y aún se mantiene en 2023. Esta coyuntura obligó a Cuba a solicitar una nueva renegociación de pagos. De tal modo, entre 2020 y 2022 se logró posponer pagos hasta 2027 en los casos del Club de París y Rusia, entre los principales acreedores, pero no nuevos ingresos.

Como ya se mencionó, a los factores externos mencionados se sumó la irrupción de la Covid-19 desde el 2020 y aunque se reportó un gradual descenso de los enfermos y la mortalidad, un monitoreo constante de la enfermedad se mantiene en el presente año. Hasta el cierre del 25 de septiembre de 2023 los enfermos de Covid-19 totalizaron el 10% de la población, con una recuperación del 99,2%, lográndose una tasa de letalidad de 0,77%, frente a la tasa mundial de 1% y de 1,53% en las Américas. Gracias a la vacunación masiva de las personas — que ya alcanza alrededor del 90% de la población— y que incluye varias dosis de refuerzo, ha sido posible frenar la enfermedad y retornar a la normalidad y todo ello se logra gracias a vacunas producidas por Cuba.[16]

En relación con el turismo, una de las principales fuentes de divisas del país, en 2022 se recibieron 1 millón 14 087 visitantes, con un crecimiento de casi tres veces en relación al 2021, pero con una recuperación muy lenta, una tasa de ocupación del 15,6% y con un incumplimiento de la meta prevista de 2.5 millones de visitantes.[17] Hasta junio de 2023, los visitantes fueron 1 millón 298 mil, cifra inferior en un 20% a lo previsto para lograr los 3,5 millones de turistas planificados en este año,[18] lo que llevó a modificar el plan hasta 2,6 millones de visitantes. El cierre de fronteras más extenso, los precios relativos, y la denominación por EE.UU. de Cuba como país patrocinador del terrorismo ha incidido en los bajos niveles de turistas, particularmente desde Europa. No obstante, entre 2018 y 2022 el turismo ruso promedió 117 994 visitantes,[19] ubicando a Rusia entre los cinco socios más importantes, crecimiento que ha sido afectado por la guerra en Ucrania.

IV. La incidencia de factores internos

La situación de la economía en 2022, como en la década anterior, es también el resultado de una desfavorable materialización de un grupo de medidas de política económica interna que no dieron los resultados previstos, tales como el proceso de reunificación monetaria y cambiaria[20] — denominado Tarea Ordenamiento— llevado a cabo en 2021, la imposibilidad de frenar altas tasas de inflación, la baja eficiencia del proceso inversionista y la caída de la producción agropecuaria, entre los principales impactos negativos.

Las inversiones en el pasado año — en términos de formación bruta de capital— se redujeron un 19% y de ellas el 37,4% continuó concentrado en el turismo, mientras que la agricultura recibió solo el 2,6%, situación que demanda un incremento en este último sector para apoyar la producción de alimentos y asegurar también los recursos necesarios para garantizar la estabilidad de la generación eléctrica en el país. De hecho, dos de las actividades productivas que inciden directamente sobre el nivel de vida de la población son la agricultura y la generación de energía eléctrica.

En la actualidad, casi ningún renglón agrícola cumple el plan, si bien las producciones crecen con respecto al año anterior. Cuba debe importar alrededor del 80% de los alimentos que requiere, de los cuales una parte se distribuye de forma subsidiada mediante un sistema de canasta familiar normada para asegurar que todos los cubanos y cubanas reciban un mínimo de los alimentos necesarios, con un costo de $1600 millones en 2022.

En relación con la generación eléctrica aún la matriz energética depende de importaciones de petróleo en alrededor de un 60% del total, lo que representa gastos considerables. Se han trazado estrategias para la diversificación de la matriz energética hacia fuentes renovables, pero se han obtenido resultados insuficientes. No obstante, para el 2030 se espera llegar a un 37% de electricidad generada por fuentes renovables de energía. Las insuficiencias en la generación eléctrica han causado no solo inestabilidad social sino también ha obligado a paralizar actividades productivas para priorizar el consumo de los hogares. Una coyuntura especialmente complicada se enfrentó desde finales del primer semestre del 2022 en relación con la disponibilidad de combustible y con la generación de electricidad.[21] Así, según se informó en la ANPP, en el año se generó solo el 88% de la electricidad planificada.[22] Esta situación mejoró a finales del 2022, pero en el primer semestre del 2023 se mantuvo una tensa cobertura y a finales de septiembre fue preciso tomar medidas excepcionales ante el déficit de generación por falta de combustible diésel. En general, la situación del combustible alcanzó un punto crítico en el primer semestre del 2023.[23] Esta situación se extendió durante todo el tercer trimestre del año, causando importantes afectaciones a la economía y la población.

Por otra parte, la información disponible de diversos sectores de la economía en 2022 mostró que hubo caídas significativas en relación con lo previsto. Esta situación se mantuvo durante el primer semestre del 2023.[24] Se destacan lo referido a la construcción de viviendas y a la disponibilidad de medicamentos, lo cual tiene un alto impacto sobre las condiciones de vida de la población. En el primer caso ha ocurrido una ralentización en los últimos dos años. En el 2022 se concluyó un 54,9% del plan, y en el primer semestre de 2023 se cumplió un 34,8% del plan anual, por la falta de materiales de construcción. En el caso de los medicamentos, según el Minsap, el faltante se agravó en el primer semestre del este año, reportándose 251 medicamentos en falta, lo que representa alrededor del 40% del total.[25] Como indicadores básicos de salud se registró en 2022 una tasa de mortalidad infantil por mil nacidos vivos de 7,5; una cifra superior a la registrada en 2019.[26]

Entre las actividades deficitarias registradas en 2022 se encuentra también la producción de azúcar, que de 911 mil TM planificadas alcanzó unas 480 mil TM, lo cual lleva a la necesaria recapitalización del sector para superar la situación actual. El plan del 2023 de 455 mil TM se incumplió, al no contarse con los aseguramientos necesarios, alcanzándose unas 370 mil TM solamente.

Un elemento determinante en el aumento de la tasa de inflación en los últimos años fue el incremento de la liquidez en manos de la población, que en 2022 alcanzó unos 287 319 millones de pesos, un 50% más que en el año precedente.

V. Las políticas económicas aplicadas en los últimos años

Aunque diversas medidas adoptadas como parte de la política económica durante la última década no brindaron los resultados previstos a corto y mediano plazos, el gobierno cubano ha implementado medidas adicionales o que han sido anticipadas para enfrentar la difícil situación actual.

De este modo, durante el presente año la elevada tasa de inflación acumulada en el primer semestre produjo una fuerte escasez de efectivo en circulación, lo cual obligó en los primeros días de agosto a dictar un conjunto de medidas administrativas para acelerar la bancarización de las operaciones monetarias en el país,[27] medida que modernizaría el sistema de cobros y pagos en la economía. Si esta medida tiene éxito, la misma permitirá una mayor agilidad en los cobros y pagos, así como un mayor control sobre la evasión fiscal y el lavado de dinero.[28] No obstante, existen preocupaciones en los medios académicos en torno a que esta decisión eleve la presión sobre la infraestructura del sistema bancario y las pasarelas de pago existentes, se estima que puede provocar una caída de la oferta del sector no estatal, lo que potencialmente elevaría la inflación y también que puede desatarse una mayor presión sobre los depósitos de ahorro, entre otros impactos.

El control de la inflación demanda la aplicación urgente de un programa antiinflacionario integral[29] que permita enfrentar gradualmente el problema en toda su complejidad y que forme parte de la primera prioridad a mediano plazo del Programa de Estabilización Macroeconómica ya anunciado. En tal sentido, debe tomarse en cuenta que un fenómeno tan complejo no se revierte a corto plazo y supone asumir costos que deben ser asimilados socialmente, para lo cual debe forjarse el consenso indispensable con la población, que debe comprender su carácter y apoyar su implementación.

Entre las medidas que deben formar parte del enfrentamiento a la inflación se encuentra la reducción del déficit fiscal, que en 2022 alcanzó alrededor de un 11,1% del PIB, aunque fue inferior a lo aprobado. Para el presente año el déficit previsto es entre un 5,3 y un 8,1% en relación al PIB[30]. También será preciso aplicar medidas de mitigación ante los impactos que produce en los precios la necesidad de reducir la liquidez excesiva ante una oferta insuficiente, especialmente en aquellos sectores vulnerables y de menores ingresos en la sociedad. La experiencia exitosa del saneamiento financiero interno que se aplicó en los años noventa debe servir de experiencia en este sentido.

Ante la compleja situación que enfrentaba la economía, ya en la sesión de la ANPP de julio de 2022 se anunció la adopción de 75 medidas «…dirigidas, entre otras cosas, a incrementar los ingresos en divisas y aumentar y diversificar las exportaciones». Estas medidas debían dar continuidad a la solución de parte de los aspectos no resueltos de la Tarea Ordenamiento, especialmente en lo referido al incremento de los flujos financieros externos y a la inflación que persistía en el primer semestre del 2022.

Estas medidas debían contribuir a posibles soluciones para lograr un equilibrio macroeconómico estable en el más breve tiempo posible.

En este sentido destacaba un primer bloque de medidas de la mayor importancia, en el que se planteó implementar un nuevo mercado cambiario[31] «…para la compraventa de divisas a la población con un tipo de cambio "económicamente fundamentado" y donde podamos trabajar con todas las divisas, incluyendo los dólares en efectivo», aspecto no abordado por la Tarea Ordenamiento y que constituiría un eslabón fundamental para el equilibrio monetario-financiero del país. De este modo, el 3 de agosto de 2022 se reabrió la compra-venta de divisas y pesos cubanos en el mercado cambiario — denominado popularmente como CADECA— para las personas naturales, como una vía para la obtención de moneda convertible que circulaba a través de la economía informal y que no impactaba en la solución de problemas esenciales para la población del país.

Para lograr el objetivo de la primera etapa se estableció una tasa de cambio de 120 pesos por USD, para crear un fuerte estímulo para la venta de divisas por parte de los participantes en ese mercado, al recibir una cifra superior de pesos sobre la tasa oficial de 24 pesos. A su vez, esta tasa debía ser mayor que la de la economía informal, lo que elevaría el poder de compra en moneda nacional.

Sin embargo, hasta el presente el volumen de operaciones realizado no ha permitido competir y regular la tasa de cambio del mercado informal de divisas, que se alimenta a partir de que existe una fuerte demanda no satisfecha de divisas por la población para comprar en el mercado que opera en esa moneda y para viajar al exterior.[32]

También vinculadas con el sector externo se informaron medidas de carácter complementario dirigidas al aumento del financiamiento externo mediante el desarrollo de las MIPYMES[33] dirigidas a la exportación,[34] desarrollar la inversión extranjera directa con el sector no estatal, impulsar la sustitución de las importaciones del turismo, desarrollar la venta en consignación de productos importados, implementar un nuevo esquema de asignación de divisas para las entidades estatales y mixtas y la flexibilización de las importaciones no comerciales por personas naturales.

Las medidas anunciadas tuvieron que ver con cambios en las relaciones entre las distintas formas de propiedad, incluyendo la creación de empresas mixtas estatales y privadas y el desarrollo de la inversión extranjera directa en el sector no estatal, todo ello en un contexto en el que se produce una expansión del sector privado y, aunque en mucha menor medida, del cooperativo no agropecuario. Este aumento del papel de los denominados «nuevos actores» de la economía cubana requiere incentivos mediante nuevas consideraciones en cuanto a la política de créditos y la política fiscal, para que los mismos jueguen el papel complementario que se ha definido para ellos en la Conceptualización del modelo económico cubano ya aprobada en 2016. Al cierre del mes de junio de 2023 se habían creado más de 8590 MIPYMES[35] — mayormente privadas— [36] y CNA (cooperativas no agropecuarias) estimándose el peso del sector no estatal en el PIB entre el 12 y el 14%, según cálculos no oficiales, pero con un fuerte impacto en el empleo no estatal, que hoy alcanza alrededor del 36% del empleo total.

Los resultados de la actuación de los nuevos actores económicos, hasta el momento, no se han apreciado favorablemente por la población, que si bien observa una elevación de la oferta de bienes y servicios, estos se venden a precios muy superiores a la capacidad de compra de la mayoría de la misma. Un impacto directo en la producción de alimentos y otros bienes de consumo está por lograrse aún y dependerá en buena medida de las acciones que se implementen por el Estado para incentivar adecuadamente a las empresas estatales y el potencial del sector privado y cooperativo — que incluye actualmente también a unos 596 mil trabajadores por cuenta propia— con vistas a satisfacer las necesidades de nuestro desarrollo.

Ante toda esta situación, como parte de la política social y a pesar de que puede incidir sobre la liquidez y por tanto la inflación, en el primer semestre de 2023 se avanzó en la atención a 1180 comunidades vulnerables, se han entregado artículos de primera necesidad y ayuda económica para asumir el costo de la canasta familiar normada a personas que reciben asistencia social y pensionados, entre otras decisiones. En relación con las pensiones, las cuales resultan insuficientes para enfrentar el alto costo de la vida, se mantiene un 44% de jubilados que cobran la pensión mínima o por debajo de esta y también aumenta el número de personas calificadas como vulnerables, a pesar de los esfuerzos realizados para la atención a los segmentos más sensibles de la sociedad.

VI. Algunas consideraciones finales y perspectivas

La insatisfacción con la demora en la implementación de la nueva política económica y sus resultados se ha hecho evidente en su revisión crítica como parte de discursos de los presidentes Raúl Castro y Miguel Díaz Canel. De tal modo, Raúl Castro, en su discurso del 19 de abril de 2018, expresó que

A pesar de lo ejecutado, que no es poco ni mucho menos, pensábamos que a estas alturas — cuando aprobamos o tomamos las primeras decisiones en el 6to. Congreso del Partido, y en las reuniones posteriores de ese tipo— habríamos avanzado más, que ya tuviéramos, si no resueltos todos los problemas, bien organizado todo, bien planificado y en proceso de ejecución, con diferentes grados de desarrollo. (Discurso del 19 de abril de 2018)

Miguel Díaz Canel, en su discurso ante la Asamblea Nacional el 14 de diciembre de 2022, expresó:

Quiero decirlo hoy ante ustedes que representan al pueblo de Cuba y a todos los que nos escuchan: siento una enorme insatisfacción por no haber sido capaz de lograr, desde la conducción del país, los resultados que necesita el pueblo cubano para alcanzar la anhelada y esperada prosperidad.[37]

Díaz Canel también reconoció

los colosales desafíos de una economía bloqueada y recontra bloqueada por quienes se han erigido en amos de las finanzas y los mercados del mundo, pero también por ineficiencias y obstáculos generados por nuestra propia impericia y errores. Decir que la economía transita por una compleja situación donde se combinan el recrudecimiento del bloqueo, los efectos de la pandemia y la inflación internacional, entre otros factores adversos, es lo cierto, lo innegable. Pero no resuelve. Lo que toca es buscar salidas, innovar y romper el cerco.[37]

Como se ha analizado brevemente en estas Notas, estos resultados insuficientes se deben a factores externos e internos.

Entre los factores externos se destacan:

  • el notable fortalecimiento del bloqueo por los Estados Unidos;
  • el incumplimiento de las entregas de petróleo por Venezuela;
  • la reducción de los ingresos en la exportación de servicios;
  • la variación neta desfavorable de los precios de las exportaciones — como azúcar o níquel—;
  • una variación muy desfavorable de los precios de los principales importaciones de alimentos y petróleo;
  • gastos incurridos y medidas sanitarias adoptadas para enfrentar la pandemia;
  • así como los efectos de la devaluación del euro y del dólar canadiense.

Entre los factores internos que inciden en el desempeño de la economía cubana están

  • la demora en el pago de la deuda corriente y la no urgente renegociación flexible de la misma para comenzar a destrabar los flujos financieros externos;
  • el desabastecimiento de insumos productivos, la caída en las producciones y servicios exportables, las demoras en la aplicación de la política económica;
  • la lentitud en la inversión extranjera directa en parte por falta de flexibilidad en las negociaciones que tengan en cuenta el factor riesgo para los inversionistas; y
  • el éxodo laboral del sector estatal.

A esto habría que añadir los errores de diseño e implementación de la Tarea Ordenamiento, así como la ausencia de un programa efectivo para enfrentar la inflación.

No obstante, la estrategia económica adoptada continúa siendo válida. La insuficiencia en los resultados obtenidos se debe a demoras e incongruencias en su aplicación y a la emergencia de factores externos e internos, algunos no previstos como la pandemia y las guerras, así como desastres naturales y costosos accidentes, todo lo cual ha frenado o complejizado las transformaciones necesarias.

La lógica que presidía el ordenamiento de prioridades de la actualización estaba dictada — en primer lugar— por la necesidad de reducir los adeudos pendientes de pago para lograr incrementar los flujos de recursos financieros externos y la inversión extranjera directa, única alternativa para elevar — en la cuantía suficiente— el potencial productivo del país, la productividad del trabajo y, sobre esa base, asegurar el crecimiento del nivel de vida de la población.

Sin embargo, centrándonos en un elemento determinante de las transformaciones, la vida ha demostrado que — al menos en nuestra experiencia— no es posible eliminar el déficit financiero externo fácilmente, ni a corto plazo. Ese desequilibrio no muestra otra cosa que el carácter estructuralmente dependiente de nuestra economía — fenómeno de larga data—, donde en la actualidad para que crezca un 1 por ciento el PIB se requiere que aumenten alrededor del 2 por ciento las importaciones, en un contexto donde el sector externo de la economía representaba un 46% del PIB en 2018, antes de que comenzara la actual crisis.


Por ello, como una parte significativa de un Programa de Estabilización Macroeconómica, la renegociación más flexible de la deuda resulta indispensable para Cuba con vistas a poder abrir de nuevo, gradualmente, los flujos financieros externos y restaurar la confianza de nuestros socios. Adicionalmente, en una estrategia financiera a mediano y largo plazo, es necesario asegurar fondos para cubrir el servicio de la deuda, que permitan la sostenibilidad del inevitable endeudamiento externo en el tiempo.

Por otro lado, la lenta recuperación del turismo vuelve a plantear la necesidad de priorizar más inversiones extrahoteleras, para asegurar una mayor rentabilidad del sector y ralentizar la construcción de hoteles frente a otras necesidades urgentes para la economía, como es la producción de alimentos y la generación de electricidad.

Los objetivos principales del Plan 2023 — expuestos en la ANPP— preveían lograr una mayor estabilidad macroeconómica, consolidar la reestructuración de diferentes mecanismos de asignación de divisas, avanzar en la recuperación del Sistema Eléctrico Nacional y en la introducción de las fuentes renovables de energía (FRE), avanzar en la reducción de desigualdades, consolidar el proceso de descentralización de competencias a los territorios y avanzar en la transformación de la empresa estatal socialista.

Sin embargo, circunstancias extraordinarias han marcado el desempeño de la economía durante los primeros nueve meses del 2023, donde se ha debido enfrentar un mayor déficit en los combustibles, que ha afectado seriamente la producción y los servicios, incluyendo la propia generación eléctrica; dificultades en el suministro de agua a la población y a la economía; un turismo que se recupera, pero a un ritmo inferior al previsto en el plan anual y una tasa de inflación superior a la del año precedente, lo cual ha afectado a la población y el funcionamiento general de la economía, todo lo cual demanda la adopción de medidas adicionales, también extraordinarias, para enfrentar la compleja situación en estos momentos.

Esas medidas implican — en primer lugar y como ya se expuso— lograr un flujo financiero externo — que hoy no existe— restaurando los vínculos con nuestros socios externos mediante fórmulas que reactiven pagos de la deuda externa vencida y no pagada. Entre estos socios se destacan la Federación Rusa, China, Vietnam, Venezuela, México y otros países de la región. De hecho, se encuentran en pleno desarrollo los acuerdos que se vienen implementando para analizar diversas alternativas en el plano del comercio exterior, las finanzas y la inversión extranjera directa con la Federación de Rusia.[38] Al respecto se conoció que el intercambio comercial entre los dos países alcanzó más de 800 millones de dólares el pasado año, lo que incluye la continuidad de suministro de cuatro bloques de generación para centrales termoeléctricas cubanas, así como una inversión para la producción de acero y el desarrollo de un programa para la modernización del sistema de transporte cubano. También se destaca la firma de un protocolo para el reordenamiento de la deuda, estimada en unos 2300 millones de dólares. A esto se añaden donaciones de combustible, trigo, así como medicamentos entre otros productos esenciales.

Consolidar las relaciones económicas con Rusia en estos momentos es de gran importancia para Cuba. Para ello será necesario incrementar el volumen de exportaciones cubanas con vistas a lograr un comercio equilibrado y evitar nuevos adeudos comerciales, que han estado presentes en los últimos años. Habrá posibilidades de avances inmediatos en lo referido al turismo y los medicamentos, así como crecer en exportaciones tradicionales de productos como el tabaco, el ron, el azúcar, frutas tropicales, así como prendas de vestir y calzado entre otros rubros con posibilidades. Todo esto deberá realizarse sin reducir nuestra presencia — ya alcanzada— en otros mercados y sobre la base de los beneficios mutuos. Esta promisoria expansión supone un esfuerzo notable por parte de los productores cubanos, pero lograrlo es posible y puede alcanzar un nivel de significativa importancia en el equilibrio financiero externo que demanda nuestra economía. A todo lo anterior se añade el futuro ingreso de Cuba como miembro pleno de la Unión Económica Euroasiática.


Como ya se mencionó al analizar la deuda externa, estas alianzas proveerán los recursos mínimos que se requieren para la exportación de bienes y servicios, y elevar la inversión extranjera directa, así como la obtención de los medios fundamentales para lo más rápidamente posible incrementar el consumo de alimentos de la población y el combustible para el funcionamiento del país.

Esa fue la experiencia del Período Especial: Concentrar los esfuerzos en lo esencial, modificando todo lo necesario en lo institucional y en el funcionamiento del modelo económico para asegurar lo que se requiere con urgencia, al menor costo social posible.

Se abre así — en el segundo semestre del año y en el 2024— un proceso de transformaciones indispensables y urgentes para hacer frente a la muy adversa coyuntura que el país viene enfrentando y que supone decisiones audaces y rápidas, siempre valorando los riesgos que se enfrentan y el necesario equilibrio entre costos y beneficios que implican los cambios que se propongan.

Todo esto demanda, finalmente, un proceso de comunicación social que asegure la inclusión de todos los actores económicos y de la población en la gestión económica y social del país. Para ello será necesario explicar detalladamente el resultado de las medidas que se han aplicado, así como los objetivos que se persiguen y cómo alcanzarlos — rectificando lo que sea preciso—, contando con la participación de los especialistas que manejan los complejos temas que enfrentamos y también con los medios masivos de comunicación. Esta tarea resulta de la mayor importancia, tomando en cuenta las campañas que se desarrollan contra Cuba en las redes sociales y que es preciso enfrentar con todos los argumentos de que se dispone.

En este sentido, no debemos olvidar las enseñanzas del Período Especial y — especialmente— las ideas del Comandante en Jefe para la introducción de medidas de alta complejidad que requieren del consenso de la población con el objetivo de que puedan tener el éxito que necesitamos.[39]

Como ha señalado el general de Ejército Raúl Castro, la vida ha demostrado que se pudo, se puede y se podrá vencer las dificultades.

Bibliografía

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  • World Bank (2023a): «Commodity Market Outlook. April 2023». Disponible en www.worldbank.org

Notas

  1. Las fuentes de los datos no citadas expresamente se encuentran en el Informe del ministro de Economía y Planificación a la ANPP de diciembre 12 de 2022. Ver Gil (2022), así como en Cubadebate (2022), Cubadebate (2022a), MEP (2023 y 2023a), CIEM (2023) y ONEI (2023).
  2. ONEI, Anuario Estadístico de Cuba. 2018 y 2022, disponible en www.onei.gob.cu
  3. Ver EIU (2023).
  4. El pronóstico de crecimiento para Cuba de la Cepal para el 2023 es de 1,5 %. Ver Cepal (2023).
  5. Esta cifra se estima que no cubre el costo de la canasta básica, que continuó aumentando durante el 2022.
  6. El sector privado representaba el 23,6 % de ese total.
  7. Esto requerirá un análisis más detallado ulteriormente.
  8. Ver ONEI (2023). Para un análisis de la tendencia histórica del proceso inflacionario en años recientes, ver CEEC (2022).
  9. Esa percepción se apoya en que la base de ponderación de los diferentes mercados que su utiliza por la ONEI es el año 2010, situación que ha cambiado sustancialmente a la altura del 2022. Ver la nota metodológica del IPC en ONEI (2023).
  10. Ver ONEI (2023).
  11. Ver El Toque (2023).
  12. Ver Cubadebate (2022d).
  13. Ver World Bank (2023)
  14. Recientemente la Cepal revisó su pronóstico de crecimiento de América Latina y el Caribe para el 2023, fijándolo en solo 1,2 %.
  15. Ver Cuba Sí (2023).
  16. Ver Minsap (2023).
  17. Ver Terrero (2022) y Repotur (2023).
  18. Lo alcanzado representa un 51,1 % con respecto a igual etapa de 2019.
  19. Los turistas provenientes de Rusia fueron 67 615 durante el primer semestre del 2023, casi un 80 % más que en igual período del año anterior.
  20. Desde 1993 en Cuba estuvo presente una dualidad monetaria y cambiaria implementada con una dolarización parcial de la economía, con vistas a ganar tiempo para una indispensable devaluación del peso cubano. En el 2021 se decidió eliminar esa dualidad, devaluando el peso cubano, que mantenía una tasa de 1 peso = 1 USD, y pasar a 24 pesos = 1 USD.
  21. Cubadebate (2022d).
  22. Ya la generación había caído un 16,4 % entre 2016 y 2021.
  23. Ver Cubadebate (2023a). Al respecto el presidente señalaba el peso de los factores externos al país: «…el déficit de gasolina está dado porque varios de los países que tienen contrato con el país están atravesando situaciones energéticas complejas y no han podido cumplir con los compromisos contraídos».
  24. Un detalle de la caída de las producciones más significativas puede verse en el informe presentado en mayo a la ANPP. Ver MEP (2023).
  25. En este aspecto está incidiendo fuertemente el bloqueo de los Estados Unidos, pues aun contando el país con financiamiento suficiente, se cierran las puertas de los suministradores a Cuba por la presión norteamericana.
  26. Ver Cubadebate (2023).
  27. Ver BCC (2023).
  28. Existe un fuerte debate entre diversos economistas sobre las consecuencias macroeconómicas de la bancarización en estos momentos.
  29. Sobre este tema puede ampliarse el análisis en Lage y Cruz (2022).
  30. Estimados del autor.
  31. Ver Cubadebate (2022c y 2022e). En lo adelante toda la información cuya fuente no se cite expresamente, proviene de estas publicaciones.
  32. Esa demanda –entre otros factores– se nutre de las ventas en MLC por parte de las cadenas estatales, las que cubrieron el 19,5 % de la circulación mercantil minorista en el año pasado, cifra alrededor de 46 750 millones de pesos, equivalentes –a la tasa de cambio oficial– a un estimado de unos 1948 millones en MLC. Si se utiliza la tasa de cambio de 120 pesos por USD, la cifra es 389,6 millones en MLC. (Estimado del autor). Adicionalmente se conoce que existe una demora para la compra limitada de divisas por la población, que se estima en tres meses de espera para poder acceder a la CADECA.
  33. Se trata de micro, pequeñas y medianas empresas privadas y estatales, las que se aprobó crear en septiembre del 2021.
  34. Las exportaciones del sector no estatal hasta el primer semestre de 2023 alcanzan alrededor de 6 millones de dólares, mientras que la importación de las MIPYMES llegó a 246 millones de dólares.
  35. Solo el 1,2 % trabajan en el sector primario.
  36. Se han creado solo 119 MIPYMES estatales en este período.
  37. 37,0 37,1 Discurso pronunciado por Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y presidente de la República, en las conclusiones del Décimo Periodo Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional. Disponible en https://www.parlamentocubano.gob.cu/discurso-pronunciado-por-miguel-mario-diaz-canel-bermudez-primer-secretario-del-comite-central-0.
  38. Ver Sputnik News (2023), AFP (2023), Prensa Latina (2022 y 2023), Cuba y Economía (2023) y Granma (2023).
  39. Ver especialmente los discursos de Fidel pronunciados el 6 de agosto de 1995 y el 17 de noviembre del 2005. Disponibles en www.discursos.cu.