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La burguesía es la clase dirigente en el capitalismo. Posee los medios de producción y controla la producción. Necesita la plusvalía de los proletarios para vivir.[1]
(En lenguaje contemporáneo, "capitalista" es sinónimo de "burguesía", y "clase trabajadora" es sinónimo de "proletariado".)
Historia
Formación
En el período del feudalismo en los países de Europa Occidental, "burgués" hacía referencia a los habitantes de las ciudades, o burgos.
Al final del siglo XV el desarrollo del comercio y de la producción de mercancías permitió a los primeros elementos de la burguesía a elevarse por encima de la población urbana general.
La clase burguesa estaba compuesta pos comerciantes, usureros, los maestros del gremio más ricos, y algunos elementos destacados del mundo rural.
A menudo que la industria, el comercio y la navegación se desarrollaba, la burguesía gradualmente concentraba en sus manos cada vez más riquezas. El alza de la burguesía coincidió con la era de la acumulación primaria (o "primitiva") de capital, que implicaba la expropiación de tierras e instrumentos de producción de las grandes multitudes de personas y que dependía en gran medida en el saqueo y la expropiación colonial. Durante esta era, las condiciones fueron creadas para el nacimiento y desarrollo del modo de producción capitalista — una multitud de trabajadores asalariados libres de dependencia personal y medios de producción fueron creados, y grandes cantidades de capital monetario fueron concentradas en las manos de la burguesía.
El descubrimiento y conquista de América, el descubrimiento de una ruta marítima a India alrededor de África (1498), y la expansión del comercio con las colonias creó un nuevo ámbito de actividad de la burguesía incipiente. La producción gremial ya no podía satisfacer la creciente demanda de bienes. La fábrica manufacturera vino para reemplazar los talleres de artesanía, como lo haría la industria de la maquinaria a gran escala más adelante, como resultado de la revolución industrial que comenzó en Inglaterra a mediados del siglo XVIII y se esparció por Europa y América del Norte. Una nueva clase entra en la arena histórica — el proletariado, que es el antagonista y sepulturero de la clase burguesa.
Lucha contra el feudalismo
El desarrollo de la producción capitalista hizo esencial para la burguesía que la dominación política de los señores feudales fuera eliminada. Esforzándose para poner fin a la fragmentación feudal que obstaculizaba el desarrollo del comercio y la industria, la burguesía encabezó, en su propio interés de clase, el movimiento de masas de personas contra el feudalismo. La burguesía llegó al poder como resultado de la burguesía y las revoluciones democráticas burguesas que ocurrieron en en los países de Europa Occidental y América del Norte durante los siglos XVI al XVIII y en un número de otros países más adelante.
En la lucha contra el feudalismo, la burguesía tuvo un rol históricamente progresivo. Bajo su liderazgo la dominación de las relaciones feudales fue liquidada por los dictados de las leyes objetivas del desarrollo de las fuerzas productivas. Las revoluciones burguesas procedieron bajo el estandarte de las ideas de la Iluminación; profundizaron el progreso de la ciencia y la tecnología. El antiguo aislamiento de producción a pequeña escala fue destruido; había colectivización de labor, que como resultado incrementó la productividad. Con el desarrollo de la industria la burguesía subordinó al mundo rural a la dominación de la ciudad. Creó mercados nacionales y enlazó todas las partes del mundo en un mercado global mediante enlaces económicos.
Auge del capitalismo
El ritmo de la formación de la burguesía y el grado de su influencia fue diferente en distintos países: "Mientras una adinerada y poderosa burguesía se estaba formando en Inglaterra desde el siglo XVII y en Francia desde el siglo XVIII, en Alemania es posible hablar de la burguesía sólo desde principios del siglo XIX".[2]
V. I. Lenin distinguió tres épocas históricas en el desarrollo de la burguesía como clase. La primera (hasta 1871) era la época del auge y formación de la burguesía, "la época del auge de la burguesía, de su triunfo".[3] La segunda (1871-1914) fue la época de la completa dominación y el comienzo del declive de la burguesía, "la época de transición de su carácter progresivo hacia capital financiero reaccionario e incluso ultrarreaccionario".[3] La tercera (desde 1914) fue "la época del imperialismo y las agitaciones imperialistas además de las agitaciones derivadas de la naturaleza del imperialismo, " cuando la burguesía, "desde una clase progresiva y en auge se ha convertido en una clase en declive, decadente, internamente muerta y reaccionaria".[4]
Durante el período durante el cual el capitalismo estaba al alza la burguesía de Inglaterra — "el taller del mundo" — ocupó la primera posición. A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la agresiva burguesía imperialista de Alemania comenzó a moverse hacia el primer lugar en Europa. Sin embargo, para entonces la burguesía monopolista de Estados Unidos, la explotadora internacional más grande y principal baluarte de reacción internacional en la era contemporánea, comenzó a ganar fuerza rápidamente.
La competición lleva a cambios profundos en la disposición de las fuerzas dentro de la clase burguesa. La burguesía se subdivide en las burguesías industriales, comerciales, banqueras, y rurales como una función de la esfera en la que se aplica capital. Una lucha sucede entre capitalistas individuales y estratos de la burguesía sobre la división de la plusvalía; sin embargo, la burguesía actúa como una sola clase de explotadores en oposición al proletariado y a los trabajadores en general.
Con el desarrollo del capitalismo, la contradicción entre el carácter social de la producción y la forma de apropiación privada se acentuó. La concentración de producción y su creciente alcance fue acompañada por la centralización del capital y la concentración de vastos recursos en las manos de, y bajo el control de, los estratos superiores cada vez más estrechos de la clase burguesa. Este proceso fue acelerado por crisis periódicas de sobreproducción. Para principios del siglo XX, en función de los procesos de concentración y centralización de capital y producción, la libre competición se estaba convirtiendo en monopolio. La burguesía monopolista tomó forma como el estrato líder de la sociedad burguesa.
La concentración y centralización de capital arruinó pequeños, medianos, y algunos grandes capitalistas. La proporción de la burguesía en la población con trabajo remunerado y la población en general de los países capitalistas disminuyó. En Estados Unidos, por ejemplo, en 1870 los propietarios de empresas y dueños de negocios (junto con la pequeña burguesía, gestores, y altos cargos) constituían el 30 por ciento de la población empleada; para 1910 la cifra era del 23 por ciento; y en 1950 su proporción era 15,9 por ciento. En Gran Bretaña, los emprendedores constituían el 8,1 por ciento de la población con trabajo remunerado en 1851; en 1951, eran tan sólo 2,04 por ciento. En general, la gran burguesía ascendió a aproximadamente 1-3 pro ciento de la población con trabajo remunerado en países capitalistas altamente desarrollados a mitad del siglo XX.