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Capital

De ProleWiki, la enciclopedia proletaria

Capital es el dinero invertido por la burguesía con la expectativa de obtener una ganancia.

Valorización del capital en la producción[editar | editar código]

El capital invertido en actividades productivas circula bajo la forma de dinero (D) que compra mercancías (M) que son utilizadas para obtener un dinero incrementado (D'). Este dinero incrementado consiste en la suma del dinero inicial más el plusvalor (delta D). Esta secuencia se denomina acumulación del capital por reproducción ampliada, ya que en el extremo final del circuito D-M-D' hay una cantidad de dinero o de valor superior a la que existía previamente, por lo que éste se reproduce en una escala superior. Podemos esquematizar la circulación de dinero como capital de la siguiente manera:

[1]

Dentro de las mercancías compradas con el dinero inicial encontramos dos tipos: medios de producción (insumos, maquinaria y herramientas) y fuerza de trabajo, y es en esta última que el capital encuentra las razones de su valorización, puesto que la fuerza de trabajo es la única mercancía cuyo valor de uso es su capacidad de producir valor.[2]

El valor de cambio de la fuerza de trabajo es igual al valor de todas las mercancías necesarias para satisfacer las necesidades del obrero: alimento, abrigo, ocio, transporte, espiritualidad, etcétera. La suma del valor de todos estos bienes equivale a su salario. Ahora bien, una vez que un trabajador vende su fuerza de trabajo en el mercado, enajena su valor de uso y por lo tanto ya no puede disponer de él con libertad; corresponde al capitalista determinar en qué tareas se va a desempeñar el obrero, cuál va a ser la extensión de la jornada laboral y en qué condiciones ésta ha de desarrollarse.[3]

Si los obreros produjeran lo mínimo para reponer el valor de su trabajo y el de los medios de producción que utilizan, D' sería igual a D y por lo tanto la valorización de capital fracasaría dejando al burgués con las manos vacías. Es por esto que la jornada laboral es más extensa que lo necesario para recuperar el valor inicial adelantado; porque de otro modo la producción capitalista no tendría sentido.

De este modo, la jornada laboral comprende dos fases: el tiempo de trabajo necesario para la reproducción del dinero invertido y el tiempo de trabajo suplementario en el que se produce la plusvalía percibida por el burgués. La extensión de la jornada de trabajo, su intensidad y las condiciones de seguridad e higiene han sido históricamente grandes ejes de la lucha de clases.

Como resultado, en su forma más desarrollada, la acumulación de capital por reproducción ampliada puede representarse de la siguiente manera:

Donde:

  • D es el dinero adelantado por el capitalista.
  • M son las mercancías compradas por el capitalista para la producción. Estas mercancías incluyen:
    • Los medios de producción (MP).
    • La fuerza de trabajo (FT).
  • P es el proceso productivo por el cual se transforman las mercancías a través del trabajo.
  • M' son las mercancías resultantes de la producción, cualitativamente distintas de M.
  • D' es el dinero incrementado, que comprende los salarios, los costos de los medios de producción y la plusvalía recibida por el capitalista.

La plusvalía se genera en el proceso de producción (P) pero el éxito de la acumulación capitalista depende también del intercambio de las mercancías valorizadas (M') en el mercado por dinero (D'). Esto quiere decir que, además de producirse, la plusvalía debe realizarse en el mercado.

Variables económicas relacionadas al capital[editar | editar código]

  • Capital variable (v): se trata de los salarios percibidos por los obreros.
  • Capital constante (c): es el costo de los insumos, máquinas y herramientas.
  • Plusvalía o plusvalor (p): es el ingreso del capitalista obtenido a través de la explotación de los obreros.
  • Composición orgánica del capital (COC): es el cociente entre capital variable y capital constante y sirve como indicador de la productividad.
  • Tasa de ganancia (G'): es el cociente entre los ingresos y los gastos del capitalista.

Acumulación originaria del capital[editar | editar código]

El capital necesita que se cumplan dos condiciones previas para existir: por un lado, la existencia de burgueses, de personas que tengan una cierta cantidad de dinero ahorrado para poder invertirlo; en segundo lugar, la existencia de proletarios que ofrezcan en el mercado su fuerza de trabajo. Ahora bien, para que haya proletarios, éstos deben ser libres "en un doble sentido". Esto quiere decir que por un lado deben ser libres de hacer contratos voluntariamente[4] (y no estar obligados a trabajar en un determinado sector, como ocurría con los siervos en las tierras del señor feudal o los artesanos en uno u otro gremio) pero aparte, deben estar "libres" (léase: despojados) de toda propiedad.

Históricamente, en los albores del capitalismo, la mayoría de la población no cumplía con este último requisito: existían tierras comunales y parcelas dispuestas para las familias campesinas, y en la mayor parte de América y África seguía habiendo un gran número de sociedades que producían para la subsistencia. De este modo, la expropiación de los campesinos y la colonización del tercer mundo fueron necesarias para que la humanidad ingresara en esta etapa de su desarrollo histórico.[5]

Capital ficticio[editar | editar código]

El capital ficticio es aquel capital que no se valoriza directamente a través de la explotación del trabajo, distinguiéndose así del capital productivo.[6] Comprende el préstamo de dinero con interés, los títulos de deuda emitidos por el Estado, los derivados financieros, las acciones de empresas y otros activos especulativos.

En principio, las finanzas cumplen una función dentro del capitalismo, que es la de acelerar la circulación del dinero ahorrado por las personas, que de otro modo permanecería ocioso. Así, el dinero depositado en los bancos es prestado a empresas o a consumidores, convirtiéndose en capital que se valorizará en cuanto el banco haya cobrado sus intereses.

A medida que se produce una mayor concentración del capital como resultado de las sucesivas crisis económicas, se incrementa también el peso de la economía financiera y especulativa, puesto que las empresas pasan a ser propiedad ya no de un individuo o familia, sino de sociedades por acciones, al mismo tiempo que se hace más difícil competir en los mercados, debido a que unas pocas empresas concentran las actividades más lucrativas, cuya productividad no puede ser igualada por un pequeño competidor.

El capital como relación social[editar | editar código]

El capital no es algo inherente a la producción ni a la vida en sociedad. Se trata de una relación social de producción por la cual la mayor parte de la sociedad debe vender su fuerza de trabajo en el mercado para sobrevivir, a un grupo reducido de individuos que, siendo los poseedores de los medios de producción, no necesitan trabajar. Esta relación social se convirtió en la dominante a partir del siglo XVIII, promoviendo el rápido desarrollo de las fuerzas productivas, que ya habían encontrado sus límites en el marco de la propiedad feudal de la tierra y el comercio de esclavos. En el capitalismo, la destrucción de la pequeña propiedad y la consiguiente expansión de los mercados contribuyeron, en primer lugar, al desarrollo de una división social del trabajo sin precedentes y, en segundo lugar, a que una parte cada vez mayor de la producción se destine a la producción misma (y por lo tanto, al aumento de la productividad) en vez del consumo.[7]

No obstante, la clase capitalista está cada vez más desentendida de la producción, buscando con una propensión cada vez mayor "ganancias fáciles" por medio de la especulación financiera y el acaparamiento de tierras, actividades que entorpecen el desarrollo. Además, el auge de la sociedad por acciones consolida esta tendencia, convirtiendo al capitalista en un sujeto cuya única función es la de hacer circular el capital, no contribuyendo en forma directa ya siquiera en la toma de decisiones relevantes para la producción.

Además, la producción para las ganancias da paso a crisis económicas, a la destrucción del ambiente y a la intervención imperialista de aquellos países que desafíen en lo más mínimo los intereses de la clase capitalista. Es así que la burguesía y sus representantes en los gobiernos del mundo van perdiendo sus rasgos progresistas para convertirse en parásitos que obstruyen el progreso humano, al mismo tiempo que la clase trabajadora se hace cada vez más numerosa y más insoportable la explotación, sobre todo en los países del Sur global. De aquí se sigue que la superación del capitalismo por la propiedad colectiva sea cada vez más necesaria.

Fetichismo del capital[editar | editar código]

El capital aparece ante el burgués no como relación social, sino como medio para obtener una ganancia, por lo cual éste, tratando de maximizar sus beneficios, toma sus decisiones según la rentabilidad que pueda ofrecerle cada inversión. Como resultado, el capital se le presenta como una cosa productiva en sí misma: arroja dinero a la circulación y espera a que lleguen las ganancias.

Esto no funciona así en los hechos, porque el capital no es productivo en sí mismo y las ganancias (o pérdidas) que genere no son algo dado de antemano, sino que dependen de la explotación de la clase trabajadora y de las fluctuaciones de los mercados, que explican, respectivamente, la creación y la realización del plusvalor. Entonces, una inversión que en un principio parece muy rentable puede, de un momento al otro, llevar al burgués a la quiebra.

Las consecuencias del fetichismo del capital se observan fácilmente en las burbujas especulativas.

El capital en otras teorías económicas[editar | editar código]

Escuela austríaca[editar | editar código]

El economista austríaco Eugen von Böhm-Bawerk definió al capital como los medios utilizados para la obtención de otros bienes. Es decir que para él todos los medios de producción son al mismo tiempo capital. El problema con esta definición es que fracasa en identificar las particularidades históricas del capitalismo como modo de producción: para Böhm-Bawerk la caña de pescar de un náufrago en una isla desierta y el arco y flecha de un nómade de la Edad de Piedra son capital sólo por ser medios de producción.

De este modo se consagra en la propia teoría económica burguesa el fetichismo del capital, al caracterizar al mismo como una cosa, un fenómeno ahistórico y presocial.

Keynesianismo[editar | editar código]

John Maynard Keynes propuso como política económica lo que él denominó "la socialización de la inversión", por oposición a la de los medios de producción que persiguen los socialistas. Se trata de la manipulación de las variables macroeconómicas por parte del Estado a través de la tasa de interés con la finalidad de promover la actividad productiva y el pleno empleo, ya que según el autor británico, era la única alternativa viable al capitalismo de laissez-faire y al comunismo, la cual, permitiría combatir al desempleo con éxito, como lo había hecho la Unión Soviética durante la Gran Depresión pero, en palabras suyas, "conservando al mismo tiempo la eficiencia y la libertad".[8]

Además, Keynes pensó que la aplicación de su teoría por parte de los gobiernos llevaría a una creciente igualdad entre los individuos. Sin embargo, durante los treinta años siguientes al término de la Segunda Guerra Mundial, las dinámicas del capitalismo siguieron consolidándose, alimentándose además, del imperialismo estadounidense en los países bajo su esfera de influencia, que ofrecían costos muy bajos y altas rentabilidades. Fue la crisis del petróleo la que dio paso al colapso del sistema, generando una combinación de inflación y recesión no prevista por Keynes, cuya respuesta por parte de los gobiernos burgueses y de los organismos multilaterales de crédito dio paso al neoliberalismo, en muchos casos, por medio de dictaduras sangrientas, como ocurrió en América Latina.

Véase también[editar | editar código]

Referencias[editar | editar código]

  1. “"La forma plena de este proceso es, por ende, D-M-D', donde D' = D + delta D, esto es, igual a la suma de dinero adelantada inicialmente más un incremento."”

    Karl Marx (1975 [1867]). 'La transformación de dinero en capital: La fórmula general del capital' en El capital, volumen 1 (p. 184). México: Siglo XXI Editores.

  2. Karl Marx (1975 [1867]). 'La transformación de dinero en capital: Compra y venta de fuerza de trabajo' en El capital, volumen 1. México: Siglo XXI Editores.
  3. “El proceso de trabajo, en cuanto proceso en que el capitalista consume la fuerza de trabajo, muestra dos fenómenos peculiares:

    El obrero trabaja bajo el control del capitalista, a quien pertenece el trabajo de aquél (...).

    Pero, en segundo lugar, el producto es propiedad del capitalista, no del productor directo, del obrero. El capitalista paga, por ejemplo, el valor diario de la fuerza de trabajo. Por consiguiente, le pertenece su uso durante un día, como le pertenecería el de cualquier otra mercancía -por ejemplo un caballo- que alquilara por el término de un día. Al comprador de la mercancía le pertenece el uso de la misma, y, de hecho, el poseedor de la fuerza de trabajo sólo al entregar su trabajo entrega el valor de uso vendido por él (...). Desde su punto de vista [el del capitalista] el proceso laboral no es más que el consumo de la mercancía fuerza de trabajo, comprada por él y a la que, sin embargo, sólo puede consumir si le adiciona medios de producción.”

    Karl Marx (1975 [1867]). 'Proceso de trabajo y proceso de valorización' en El capital (pp. 224-225). México: Siglo XXI Editores.

  4. “Para que su poseedor la venda como mercancía es necesario que pueda disponer de la misma, y por lo tanto, que sea propietario libre de su capacidad de trabajo, de su persona. Él y el poseedor de dinero se encuentran en el mercado y traban relaciones mutuas en calidad de poseedores de mercancías dotados de los mismos derechos, y que sólo se distinguen por ser uno el vendedor y el otro comprador: ambos, pues, son personas jurídicamente iguales. Para que perdure esta relación es necesario que el poseedor de la fuerza de trabajo la venda siempre por un tiempo determinado y nada más, ya que si la vende toda junta, de una vez para siempre, se vende a sí mismo, se transforma de hombre libre en esclavo, de poseedor de mercancía en simple mercancía.”

    Karl Marx (1867). 'La transformación del dinero en capital: Compra y venta de la fuerza de trabajo' en El capital (p. 204).

  5. Karl Marx (1975 [1867]). 'La llamada acumulación originaria' en El capital. México: Siglo XXI Editores.
  6. Cédric Durand (2018). El capital ficticio: Cómo las finanzas se apropian de nuestro futuro.
  7. “El desarrollo de la producción (y, por consiguiente, del mercado interior) por cuenta más que nada de los medios de producción parece algo paradójico y constituye indudablemente una contradicción. Es una auténtica "producción para la producción", la ampliación de la producción sin la correspondiente ampliación del consumo. (...) Justamente esa ampliación de la producción sin la adecuada ampliación del consumo corresponde a la misión histórica del capitalismo y a su estructura social específica: la primera consiste en el desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad; la segunda excluye la utilización de estas conquistas técnicas para la masa de la población.”

    Vladimir Lenin (1975 [1889]). 'Errores teóricos de los economistas populistas: La división social del trabajo' en Obras completas, tomo III: El desarrollo del capitalismo en Rusia (pp. 50-51). [PDF] Madrid: Ediciones Akal. [MIA]

  8. John Maynard Keynes (1986 [1936]). 'Notas finales sobre la filosofía social a la que podría conducir la teoría general' en Teoría general del empleo, el interés y el dinero.