Más idiomas
Más acciones
La teoría del valor-trabajo es una teoría económica según la cual el valor de un bien o mercancía depende de la cantidad de trabajo utilizado en su producción. Esta teoría alcanzó su mayor desarrollo y sofisticación en el marco de la economía marxista.
La teoría del valor-trabajo previa a Marx[editar | editar código]
Adam Smith[editar | editar código]
La teoría del valor-trabajo fue formulada inicialmente por el economista escocés Adam Smith en su obra, La riqueza de las naciones. Él diferencia entre los precios de mercado (es decir, los que efectivamente se observan en la economía) y los precios naturales (a los que tiende una economía de libre mercado cuando no existen trabas para la misma). El precio natural de una mercancía, para Smith, no tiene su origen en el mercado, sino en la producción. Este origen refiere a la cantidad de trabajo incorporado en la misma, que da cuenta de la "dificultad" que existe para producirla.
Sin embargo, Adam Smith no estaba completamente convencido de la aplicabilidad de la TVT a la economía moderna; consideraba que la misma se cumplía sin problemas en una sociedad primitiva compuesta enteramente de trabajadores. Pero en una sociedad moderna, como la Inglaterra del siglo XVIII, existían también capitalistas y terratenientes que también debían recibir alguna remuneración, que sólo podía explicarse según la teoría de los costos de producción, que definía al valor de un bien como la suma del salario de los trabajadores, el beneficio de los capitalistas y la renta de los terratenientes.
David Ricardo[editar | editar código]
David Ricardo profundizó las consecuencias de la TVT dentro de las sociedades capitalistas. Él sostuvo que los obreros eran efectivamente los responsables de la creación del 100% del valor de las mercancías, pero la mayor parte de éste lo tenía que "compartir" con las clases capitalista y terrateniente. Además, formuló la ley de hierro de los salarios, según la cual los mismos se mantenían estables en un nivel de subsistencia: como resultado, los trabajadores producían la totalidad de la riqueza pero se quedaban con lo mínimo para mantenerse vivos.
La teoría del valor-trabajo de Marx[editar | editar código]
En pocas palabras, podría enunciarse la TVT marxista como sigue: "el valor de cambio de una mercancía es igual al tiempo de trabajo socialmente necesario objetivado en ella".
Una explicación más exhaustiva nos exige recordar que Marx reconoce que, en principio, el valor de toda mercancía tiene al mismo tiempo dos aspectos:
- Valor de uso: consiste en la propiedad que tiene una mercancía de satisfacer necesidades humanas concretas (alimento, abrigo, ocio, espiritualidad, etc) en función de sus cualidades físicas y químicas (por ejemplo: la utilidad de una manzana es la de servir como alimento gracias a su sabor y nutrientes).[1] Constituye la sustancia de valor, puesto que es la condición previa para que dos bienes puedan ser intercambiados como mercancías.
- Valor de cambio: es la magnitud por la que una mercancía puede comprar a otra de distinta utilidad en el mercado. Esta magnitud existe porque todas las mercancías comparten una propiedad por la cual pueden ser comparadas objetivamente, a saber, la de ser productos del trabajo humano. Constituye la magnitud de valor.
Dado que todas las mercancías son, por definición, productos del trabajo humano, puede inferirse que el mismo posee también una naturaleza dual, en la condición de trabajo útil y trabajo abstracto.
- Trabajo útil: son las tareas concretas que le imprimen su utilidad a una mercancía.
- Trabajo abstracto: es el trabajo, ya no de uno u otro individuo que desempeña una u otra profesión, sino considerado independientemente de cualquiera de las transformaciones concretas que éste le imprime a su producto, así como de las necesidades que éste pudiera satisfacer por haber adquirido tales cualidades. Cuando se considera el trabajo abstracto objetivado en dos mercancías cualesquiera, se observa que estos dos trabajos son sólo comparables en cuanto al tiempo que le tomó a estos trabajos producir ambas mercancías.
Esto quiere decir que, para ser valiosa, una mercancía debe ser útil (de lo contrario no se vendería o, usando la terminología marxista, no se realizaría en el intercambio) pero no es la utilidad la que explica qué tan valiosa es dicha mercancía, puesto que desde el punto de vista del oferente, la mercancía que quiere vender le es inútil, y justamente por eso es que puede prescindir de ella.
En cambio, es el trabajo abstracto el que hace que todo tipo de mercancías puedan compararse unas con otras a través del precio, dado que al compararse dos valores de cambio en el mercado, lo que se hace es comparar dos trabajos cualitativamente diferentes, que sólo pueden ser comparados de manera objetiva en función del tiempo que tardan en producir ambos bienes.
Ahora bien, el valor no está determinado por el tiempo de trabajo que emplean los productores individuales en la fabricación de una mercancía, ya que la competencia necesariamente obliga a las distintas empresas a converger en un mismo precio independiente de la productividad de cada una. Dicho precio va a depender del tiempo de trabajo socialmente necesario para la producción de una determinada mercancía, que es el que corresponde a la producción "estándar" en un determinado lugar y momento histórico, dado un cierto desarrollo de las fuerzas productivas (es decir, de la tecnología disponible, las técnicas de producción, etc.).
De este modo, aquellas empresas que puedan producir sus mercancías por debajo del tiempo de trabajo socialmente necesario van a obtener más ganancias, mientras que las que produzcan por encima de ese tiempo, es decir, las más ineficientes, van a tener menos ganancias o incluso probablemente tengan pérdidas y se vean forzadas a cerrar.
Valor y dinero[editar | editar código]
Consecuencias de la teoría del valor-trabajo[editar | editar código]
La TVT da cuenta, en primer lugar, de que los precios no dependen de las decisiones ni de las preferencias individuales de los sujetos, sino que se imponen como una realidad objetiva sobre los mismos.
Tanto la TVT de Adam Smith como la de David Ricardo son subjetivistas dado que se sostienen en la evaluación individual que hace el agente económico sobre la cantidad de trabajo que posee una determinada mercancía. La teoría marxista del valor-trabajo, en cambio, expone la relación inversa existente entre el desarrollo de las fuerzas productivas y los precios que tienden a formarse en el mercado por medio de la competencia.[2]
Críticas a la TVT[editar | editar código]
Algunas críticas superficiales a la TVT[editar | editar código]
Si bien todos los intentos de refutar a la TVT son discutibles, hay algunos que son producto de carecer del conocimiento más básico de la teoría, por lo que pueden formularse y ser desmentidas en pocas palabras.
- "La TVT ignora la utilidad": hay quien afirma que en una sociedad compuesta enteramente de abstemios, el vino, por más que contenga mucho trabajo objetivado, valdría cero.[3] Lo cierto es que este hecho económico no entra en contradicción con la TVT, dado que la misma sostiene que la utilidad es la sustancia de valor y el tiempo de trabajo socialmente necesario, su magnitud. Una cosa no niega a la otra, y si se produce un bien inútil, la teoría predice que no podrá venderse en el mercado y su valor de cambio no se va a realizar.
- "Un trabajo ineficiente no agrega más valor que uno eficiente": hipotéticamente, si una fábrica ralentiza su funcionamiento para tardar, por ejemplo, seis horas en producir un solo clavo, esto no implica que el precio de los clavos se vaya a disparar. En ocasiones se dice que esto desmiente la TVT, puesto que la misma sostiene que el precio de los bienes depende del tiempo de trabajo utilizado en su producción, pero se ignora en este caso que lo que importa no es la productividad de esta o aquella empresa, sino el tiempo de trabajo socialmente necesario, que depende de la productividad de todos los competidores.
- "Si me encuentro un diamante en la calle, ¿su valor es cero?": no, porque al igual que en el caso anterior, el valor de una mercancía no depende de la productividad o ineficiencia excepcional de uno u otro individuo.
La primera generación de marginalistas[editar | editar código]
Carl Menger, William Stanley Jevons y León Walras, los tres grandes exponentes de la llamada Revolución Marginalista, realizaron distintas críticas a la teoría del valor ricardiana que se había vuelto la dominante tras la derogación de las leyes de granos en Inglaterra.
Una de las críticas más comunes en las obras de esos tres autores es que la TVT sostiene que los bienes tienen un valor inherente, como si el valor fuera una propiedad física o química más de la mercancía. Esto, sin embargo, constituye una representación inexacta de la teoría al omitir que el valor, si bien es objetivo porque no depende de valoraciones individuales, eso no quiere decir que el mismo sea una cualidad del objeto, sino el producto de una relación social entre distintos productores que compiten en el mercado.
La crítica de Böhm-Bawerk a la teoría marxista[editar | editar código]
En su obra, La conclusión del sistema marxiano, el economista austríaco Eugen von Böhm-Bawerk hizo un conjunto de críticas a la teoría económica de Karl Marx expuesta en El capital, sosteniendo que la causa de todas sus presuntas equivocaciones se hallaban en la adopción de la TVT como punto de partida para su análisis y que la utilidad marginal podía superarlas.
Críticas del marxismo analítico[editar | editar código]
Una corriente minoritaria dentro del marxismo, asociada al reformismo socialdemócrata y acotada a los círculos académicos de Europa y América del Norte, se propuso reformular la teoría económica y sociológica marxista para hacerla compatible con la economía neoclásica y la teoría de juegos. Como resultado, han descartado la TVT en favor de la teoría idealista e individualista de la utilidad marginal, dando por "muertas" a la mayoría de las leyes que Marx derivó de ella.
Ver también[editar | editar código]
Referencias[editar | editar código]
- ↑ “La utilidad de una cosa hace de ella un valor de uso. Pero esa utilidad no flota por los aires. Está condicionada por las propiedades del cuerpo de la mercancía y no existe al margen de ellas. El cuerpo mismo de la mercancía, tal como el hierro, trigo, diamante, etc., es pues un valor de uso o un bien. Este carácter suyo no depende de que la apropiación de sus propiedades útiles cueste al hombre mucho o poco trabajo. (...) El valor de uso se efectiviza únicamente en el uso o el consumo.”
Karl Marx (1867). 'La mercancía: Los dos factores de la mercancía: valor de uso y valor (sustancia del valor, magnitud del valor)' en El capital - Volumen 1 (p. 44). México: Siglo XXI Editores. - ↑ Nikolai Bujarin. 'Los fundamentos metodológicos de la teoría de la utilidad marginal y el marxismo: Objetivismo y subjetivismo en economía' en La economía política del rentista (Crítica de la economía marginalista) (p. 41). Siglo XXI Editores.
- ↑ "Milei en Canal 26". Canal 26.